INTRODUCCIÓN
Las enfermedades transmitidas al humano por el consumo de alimentos contaminados con patógenos, representan actualmente uno de los principales problemas de salud pública a nivel mundial. En este sentido, la Campilobacteriosis producida por especies termotolerantes de Campylobacter, en particular Campylobacter jejuni y Campylobacter coli, son los patógenos frecuentemente identificados en casos de zoonosis bacterianas 1. Los síntomas comúnmente reportados son diarrea, dolor abdominal, escalofríos y fiebre 2. La infección por Campylobacter spp. se asocia con el desarrollo del síndrome de Guillain-Barré, consiste en desórdenes neurológicos que afectan el sistema nervioso periférico y el síndrome urémico hemolítico 3,4. En el año 2011, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria reportó un total de 220.209 casos en humanos de campilobacteriosis en la Unión Europea, incrementando de manera significativa en los últimos años 5. En países desarrollados el número de infecciones causadas por especies Campylobacter excede incluso a las infecciones producidas por Salmonella 6.
Campylobacter spp. son bacterias curvas o en forma de S, pequeñas, Gram negativa, flagelo polar, altamente móviles y extremadamente sensibles, que requieren condiciones de microaerofilia para su crecimiento 7,8. Son reservorios de este patógeno un rango amplio de especies animales, constituyendo las vías de contaminación el consumo de alimentos contaminados, agua y leche 9. Sin embargo, la principal fuente de transmisión al humano, representa el consumo de carne cruda de pollo o semicruda y por contaminación cruzada durante el procesamiento de alimentos 10,11. Las gallinas son consideradas reservorios naturales de este enteropatógeno, pero rara vez muestran signos clínicos de la enfermedad 12. El principal sitio de colonización de Campylobacter spp. es la capa mucosa del tracto intestinal inferior que recubre las células epiteliales de las criptas del ciego y la cloaca. En reproductoras comerciales, el C. jejuni y C. coli fueron aislados de folículos ováricos maduros e inmaduros y en todos los segmentos del tracto reproductivo 13.
Los agentes antimicrobianos se han utilizado por décadas en la producción animal para controlar, prevenir y tratar infecciones y como promotores del crecimiento 14. De esta manera el uso de antibióticos supone un riesgo para la selección de patógenos resistentes que pueden ser potencialmente transmitidos a lo humanos comprometiendo de esta manera el tratamiento clínico. La gastroenteritis producida por Campylobacter spp. es generalmente autolimitada, dispensando la prescripción de antibióticos, pero cuando la terapia antibiótica es necesaria, los macrólidos y las fluoroquinolonas son los antimicrobianos de elección 15.
Varias investigaciones de la prevalencia y resistencia antimicrobiana de Campylobacter spp. en diferentes muestras de origen avícola han sido desarrollados en diversos países del mundo. Los valores de prevalencia hallados fueron de 8% en Estados Unidos 16, 38,5% en Argentina 17, 45% en República Checa 1; 35,9% en China 18; 38% en Italia; 63,1% en Irán 19; 16,8% en Brasil 20; 18,9% en Estonia 21 y 41,7% en Ecuador 20.
A nivel local no existen trabajos de la presencia de Campylobacter spp. en gallinas ponedoras. En ese sentido, el objetivo de este trabajo fue determinar la presencia de Campylobacter spp. y perfil de resistencia en gallinas ponedoras localizadas en la División de Avicultura de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de Asunción.
MATERIALES Y MÉTODOS
TIPO DE ESTUDIO Y TAMAÑO MUESTRAL
Se realizó un estudio descriptivo, de corte transversal y con un tamaño de muestra de 150 gallinas ponedoras de la línea genética Hisex Brown de 100 semanas de edad. El tamaño muestral fue calculado aplicando 21 un nivel de confianza del 95%, prevalencia del 8% 16 y error del 5%.
MUESTRAS BIOLÓGICAS
Los materiales biológicos correspondieron a 150 muestras de materia fecal recolectadas al azar de tres galpones diferentes durante tres semanas consecutivas utilizando hisopo de algodón estéril. Obtenidas las muestras fueron mantenidas y transportadas a temperatura ambiente en medio CaryBlaird (Britania,USA) y remitidas al Laboratorio de Microbiología e Inmunología de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de Asunción.
Aislamiento e identificación de Campylobacter spp.
Las muestras fueron sembradas en agar selectivo Skirrow modificado (Oxoid, UK) e incubadas en microaerofilia a 42ºC por 48 horas. La identificación se realizó de acuerdo a las características microscópicas y pruebas bioquímicas según el Manual de Procedimiento de WHO Global Salm Surv 22.
TEST DE SUSCEPTIBILIDAD ANTIMICROBIANA DE LAS CEPAS DE Campylobacter spp.
El perfil de resistencia a la Ciprofloxacina y Eritromicina se realizó por el método de tiras con gradiente de antibióticos por difusión en agar para medir la Concentración Inhibitoria Mínima y la interpretación de los puntos de corte se realizó según los criterios establecidos por el Clinical and Laboratory Standards Institute 23.
Los datos obtenidos fueron transferidos a una hoja de cálculo de Microsoft Excel (Microsoft Corporation, Redmond, WA, USA), para ser procesados estadísticamente. Se determinó la prevalencia dividiendo el total de casos positivos por el número total de muestras 24.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Se analizaron 150 muestras de materia fecal de gallinas ponedoras. Fueron aisladas en total 22 muestras de Campylobacter spp. representando una presencia del 15%. La totalidad de los aislamientos correspondieron a Campylobacter jejuni. Los resultados se describen en la Tabla 1.
En investigaciones desarrolladas en diferentes países, los valores de presencia fueron superiores a los descritos en este trabajo, siendo aisladas más de una especie de Campylobacter. En Alemania 27, se reportó una prevalencia de 29,3% de Campylobacter spp. en gallinas ponedoras criadas en sistemas convencionales. Del total de los aislamientos el 84,6% fue C. jejuni y el 15,3% C. coli. En otra investigación desarrollada en pollos y gallinas ponedoras sistemas a piso en Sri Lanka 28, reportaron valores de prevalencia de 50% para Campylobacter jejuni y 50% C. coli. En el mencionado trabajo fueron realizados muestreos de gallinas ponedores en tres tiempos de manera a determinar la presencia de Campylobacter spp., antes del inicio de la postura (<140 días), durante el primer período de puesta (140 a 360 días) y en la segunda fase de puesta ( >360 días). Fueron hallados los menores valores (52%) en gallinas de mayor edad. Esto podría relacionarse con la baja prevalencia reportada en este trabajo (15%), considerando que las gallinas al momento del estudio tenían 700 días de edad. En Atenas 13, se reportó una prevalencia del 35% de Campylobacter spp. en gallinas ponedoras mantenidas a jaula, representando el 50% de los aislamientos a C. jejuni, 49% a C. coli y el 1% a C. lari.
Las diferencias encontradas podrían deberse al tipo de muestra, línea genética y edad de las gallinas y método de aislamiento empleado. Destacando además, que en estudios realizados en países de clima templado se ha demostrado asociación entre la inmunidad maternal, inmunidad adquirida, condiciones climáticas, sistemas de manejo y niveles de bioseguridad con la colonización y persistencia de Campylobacter spp. 26. En ese sentido, en Irán 19 y en Dinamarca 27 se observaron los mayores aislamientos en los meses calurosos (otoño y verano), estando relacionada esta alta prevalencia con el mayor número de moscas que juegan un papel en la epidemiología del Campylobacter spp 28. Considerando lo expuesto, otro factor que podría haber influido en la baja prevalencia encontrada en este trabajo, sería la época del muestreo (primavera y otoño).
De las 22 cepas aisladas de Campylobacter jejuni el 95% resultaron resistentes a Ciprofloxacina. No se observó resistencia a la Eritromicina. Se describieron valores diferentes en gallinas ponedoras alojadas en sistemas convencionales, utilizando un panel de 30 antimicrobianos 25, registrando niveles elevados de resistencia al Linezolid (42,4%) seguida de la Ciprofloxina (43,5%). En relación a la Eritromicina se describió una distribución de 47,4% de cepas sensibles y 51,5% intermedias. En una investigación 29 de resistencia antimicrobiana en gallinas italianas a 14 antibióticos se reportó 100% de resistencia a la Cefalotina, en tanto que 3% resultó resistente a la Eritromicina. En dicha investigación, no fue utilizado la Ciprofloxacina. Sin embargo, en Ecuador 22 en gallinas de traspatio se observó una alta resistencia a la Tetraciclina (94,9%) seguida de la Ciprofloxacina (84,6%), resultado todas las cepas sensibles a la Eritromicina. En tanto, que en gallinas de línea Leghorm 13 se determinó la susceptibilidad antimicrobiana empleando nueve antimicrobianos y no se observó resistencia a la Ciprofloxacina y a la Eritromicina. El mayor porcentaje de resistencia fue a la Tetraciclina con un 14%, destacando que en los últimos años se ha incrementado la resistencia al mencionado antibiótico.
En una revisión desarrollada en países de América del Sur 30, se establecieron los niveles de resistencias a cinco antimicrobianos. Se reportaron resistencia a las Quinolonas, en Argentina y Perú, a la Tetraciclina en Bolivia, a la Ampicilina, Brasil y a la Eritromicina en Chile. La elevada resistencia hallada frente a la Ciprofloxacina, debería ser atendida teniendo en cuenta que las drogas de primera elección para el tratamiento clínico de la Campilobacteriosis en humanos en el país, son la Eritromicina, la Ciprofloxacina y la Tetracicilinas 31. Y al ser gallinas ponedoras, en sus últimas etapas de producción el destino de las mismas sería el consumo en forma de carne, lo cual podría ser un riesgo para la salud de los consumidores.
CONCLUSIÓN
Este trabajo proporciona información de la presencia y resistencia antimicrobiana de Campylobacter spp. en gallinas ponedoras de la línea Hisex Brown. Se demostró baja presencia de Campylobacter spp. en gallinas ponedoras (15%). El 100% de los aislamientos correspondieron a C. jejuni. A pesar de la baja presencia reportada, se identificó una elevada resistencia a la Ciprofloxacina (95%), situación que debería considerarse por las autoridades encargadas del control del uso de antibióticos en la cadena productiva avícola, teniendo en consideración que el mencionado fármaco es utilizado en el tratamiento de la campilobacteriosis en humanos.