INTRODUCCION
Las enfermedades del postparto uterino son la causa principal de ineficiencia reproductiva en el ganado lechero 1. El ganado lechero explotado en sistemas intensivos, comúnmente adquiere contaminación microbiana del útero durante el parto 2. Casi todas las vacas lecheras (80 a 100%) experimentan contaminación bacteriana intrauterina inmediatamente después del parto 3,4. Debido a este hecho, así como a la reparación necesaria del endometrio después del parto, la inflamación es un componente normal e ineludible del proceso de involución uterina 5. No obstante, en un porcentaje de estas vacas el control fisiológico de esta inflamación se "escapa de las manos" y se desarrollan enfermedades del postparto uterino 6.
Una elevada incidencia de enfermedad uterina en el posparto contribuye a reducir la fertilidad interfiriendo con el objetivo principal del manejo reproductivo eficiente: tener vacas preñadas en un momento biológicamente óptimo y económicamente rentable después del parto 7,8. Un ambiente inflamatorio en etapas inapropiadas del ciclo estral interfiere con la fertilidad al crear condiciones sub-óptimas para el transporte y almacenamiento de espermatozoides, maduración y ovulación de oocitos, desarrollo de zigotos, implantación y crecimiento embrionario y fetal 9. En este contexto, la endometritis subclínica (ESC) es una enfermedad altamente prevalente que se desarrolla sin síntomas clínicos afectando significativamente la fertilidad de las vacas lecheras 1,7; sin embargo, la estandarización del diagnóstico de la ESC no está completamente establecida 10. Una definición actualizada y clara de las enfermedades del postparto uterino podría ayudar a los profesionales veterinarios a examinar adecuadamente y diagnosticar con precisión las vacas en el postparto para establecer un tratamiento eficiente antes del inicio del período de cría.
El objetivo de este artículo es realizar una exhaustiva revisión bibliográfica del complejo de enfermedades del postparto uterino, como: la retención de membranas fetales (RMF), metritis clínica (MC), endometritis clínica (EC) y / o descarga vaginal purulenta (DVP) y piometra; con un énfasis especial en la ESC (Tabla 1).
RETENCION DE MEMBRANAS FETALES
La RMF o retención placentaria es el fracaso en la expulsión de la placenta entre 12 y 24 horas después del parto 11,12,13. Si se produce la RMF, la placenta se mantienen en la luz uterina durante un promedio de 7 días 14, potenciando la contaminación bacteriana y retrasando la involución uterina15. La incidencia de RMF oscila entre el 4 y el 12% 11, con una tasa de incidencia media del 8,6% 16.
Los factores predisponentes son: mellizos, distocia, terneros mortinatos, duración anormal de la gestación, parto inducido, aborto, desequilibrio nutricional, fetotomía, cesárea y, ocasionalmente, efectos estacionales 15,17. La placenta retenida no tiene impacto directo en la reproducción o producción lechera si la condición no evoluciona a MC, EC/ DVP o ESC 18. El mayor riesgo a padecer las enfermedades mencionadas anteriormente constituye la razón principal de la importancia económica de la RMF. Se han utilizado diversos métodos para tratar la RMF, sin embargo, el tema sigue siendo controvertido. La tracción manual, los antibióticos locales y los fármacos ecbólicos son tratamientos de uso común, aunque la evidencia actual no apoya su uso 8,15,19. La infusión intrauterina con oxitetraciclina es un tratamiento habitual que puede reducir la incidencia de fiebre 20, pero no tiene ningún efecto beneficioso en el rendimiento reproductivo futuro 21, y está asociado con residuos detectables en leche que pueden persistir hasta 144 horas 22. Además, la terapia antibiótica local (especialmente con tetraciclinas) puede prolongar la retención placentaria debido a su capacidad para inhibir la síntesis de metaloproteinasas 8. Es recomendable, en el caso de que la vaca desarrolle fiebre (> 39,5 ° C), la aplicación de antibióticos sistémicos (ceftiofur). Estos parecen ser beneficiosos para reducir la enfermedad y ayudar al retorno de la función reproductiva normal 17. Sin embargo, en muchos países, el uso sistémico de antibióticos de amplio espectro está actualmente bajo presión debido a la posible relación con el aumento de la resistencia bacteriana.
METRITIS CLINICA
La MC se caracteriza por un agrandamiento del útero, lleno de un fluido acuoso de color rojo-marrón o una descarga purulenta blanca y viscosa, a menudo con olor fétido, que ocurre dentro de los 21 días postparto 7. El diagnóstico de la MC se realiza en base a los signos clínicos de secreción uterina (fétida) y/o enfermedad sistémica. La gravedad de la enfermedad se clasifica, según los signos de salud del animal, en los grados 1, 2 y 3 3. La metritis clínica grado 1 se caracteriza por un útero anormalmente agrandado y descarga uterina sin signos sistémicos de enfermedad 7. La metritis clínica de grado 2 (o metritis puerperal) se refiere a los animales que sufren de signos adicionales de enfermedad sistémica, como la disminución de la producción de leche y fiebre > 39,5 ° C 7. La metritis clínica de grado 3 (o metritis tóxica) incluye animales con signos clínicos de toxemia, como: inapetencia, extremidades frías, depresión y / o colapso 3. La incidencia de CM está entre el 15 y el 20%, pero puede ser mucho más alta en algunos rebaños 8. Se considera que los factores de riesgo para cualquier grado de MC son la RMF, la distocia, la muerte fetal o la gestación de mellizos. La MC suele producirse al final de la primera semana después del parto, siendo menos frecuente después de la segunda semana postparto 23,24. El impacto de la metritis en la reproducción y producción de leche es controvertido 18.
Cuando se notifica como perjudicial, el impacto en la producción de leche es entre 2 y 13 kg de leche por día durante un período de 2 a 20 semanas 25,26. Giuliodori, Magnasco 27 propusieron que la MC está asociada con una tasa de preñez disminuida y un intervalo de parto-concepción prolongado, mientras que otros estudios no encontraron un vínculo entre la MC y una disminución de la capacidad reproductiva18.
Un tratamiento común para la MC (puerperal / tóxica) es la infusión intrauterina de antibióticos. Sin embargo, la eficacia de un tratamiento antibiótico local no está claramente establecida 23. En la actualidad, ha ganado popularidad el uso de antibióticos sistémicos (ceftiofur durante 3 días consecutivos) en vacas con flujo vaginal anormal en los días 4 a 6 después del parto y una temperatura rectal ≥ 39,5°C, y es el tratamiento más utilizado para la metritis puerperal / tóxica (MC grado 2 y 3), no obstante, genera controversia en términos del uso prudente de antimicrobianos 23,28 . Recientemente, un ensayo clínico aleatorio estudió la eficacia del uso inicial de ketoprofeno comparado con ceftiofur en vacas con MC con el objeto de reducir el uso de antibióticos 29. Sin embargo, no se encontraron efectos beneficiosos cuando las vacas fueron tratadas inicialmente sólo con ketoprofeno y, finalmente, un mayor número de medicamentos fueron necesarios 29.
ENDOMETRITIS CLÍNICA Y/O FLUJO VAGINAL PURULENTO
La EC se refiere básicamente a una inflamación local del endometrio, caracterizada por la presencia de material purulento o muco-purulento (> 50% pus) en la vagina ≥ 21 días postparto procedente del útero, no acompañado de enfermedad sistémica 7,30. Afecta a alrededor del 20% de las vacas lecheras entre 21 a 40 días después del parto 31.
Por lo general, la EC se diagnostica por medio de un vaginoscopio, una mano enguantada o el metri-check 32,33. Sin embargo, ha quedado demostrado que la presencia de exudado vaginal anormal puede no estar relacionada con la inflamación endometrial. Para un diagnóstico convincente de la endometritis es necesario una citología del endometrio o una biopsia (o examen de ultrasonido) 8. La presencia de exudado vaginal en la actualidad se conoce como "flujo vaginal purulento". Se supone que generalmente el DVP es el resultado de endometritis, cervicitis / vaginitis o la combinación de ambos 30,34 (Figura 1).
La prevalencia de endometritis sola es de alrededor del 13%, 11 % de la cervicitis sola, mientras que el 32% de las vacas sufren de ambas condiciones 34. Los efectos perjudiciales de la endometritis y la cervicitis / vaginitis en el rendimiento reproductivo son aditivos 30. En general, las vacas afectadas con DVP necesitan en promedio 30 días más para quedar preñadas en comparación con las vacas no afectadas 18,30,35. En la actualidad, existen varios informes polémicos disponibles en la literatura sobre la eficacia de los protocolos de tratamiento para EC / DVP. Ahora bien, dos tratamientos son los más utilizados: inyecciones parenterales de prostaglandinas (PGF2α) y antibióticos intrauterinos 36. Se ha observado que las prostaglandinas son ligeramente beneficiosas 37 o ineficientes 38. El uso rutinario de PGF2α 30 días postparto puede ser relevante, pero faltan evidencias sobre su eficiencia 18. El uso de una aplicación intra-uterina de cefapirina después de 26 días del parto ha demostrado repetidamente ser útil para tratar la DVP 18,36,39,40,42, y consecuentemente es el tratamiento de elección.
PIOMETRA
La piometra se define como la acumulación de material purulento o muco-purulento en el lumen uterino que provoca una distensión del útero, acompañada por la presencia de un cuerpo lúteo activo 7. A menudo en la piometra el cuello uterino está funcionalmente cerrado, aunque su luz no siempre está completamente ocluida y algún material purulento puede descargarse a través del cuello uterino, la vagina o la vulva 7. Basado en un amplio estudio de campo 41,43, la piometra afectaba aproximadamente al 1,2% de las vacas investigadas, relacionándose con problemas durante el período postparto en la mayoría de los casos 44. En general, la ovulación se retrasa en vacas con una carga uterina patológica 45, pero en caso de que las vacas ovulen durante una infección uterina en curso, puede desarrollarse piometra 8. El diagnóstico de la piometra puede realizarse por palpación rectal y / o ultrasonido, siendo la ecografía el método preferido y más preciso para diagnosticar la enfermedad. El tratamiento se basa en la inyección de dos dosis de PGF2α con un intervalo de 11 a 14 días entre las aplicaciones 46-47. El pronóstico después del tratamiento con PGF2α es generalmente favorable, con una tasa de concepción al primer servicio de aproximadamente 30% y una tasa de preñez esperada del 80% después de tres o cuatro inseminaciones 49-49.
ENDOMETRITIS SUBCLINICA
La ESC juega un papel crítico en la industria láctea moderna. Es altamente prevalente, asintomática y tiene un profundo efecto perjudicial sobre el rendimiento reproductivo 1,7. La ESC es, de hecho, una de las causas de ineficiencia reproductiva más importantes en vacas lecheras estudiadas en la última década 10. Se define como la inflamación superficial del endometrio (no más allá del stratum spongiosum), evidenciada por el aumento relativo (porcentaje) en el número de neutrófilos polimorfo-nucleares (PMN; en relación a células epiteliales endometriales) en la luz uterina, sin signos clínicos visibles, pero que perjudica significativamente la fertilidad 7,50,51,52. Dado que la ESC no puede ser detectada por simple inspección visual, son necesarios exámenes complementarios para su diagnóstico, siendo estos: histopatología, ultrasonografía, tiras de esterasa leucocitaria (TEL) y citología endometrial.
Biopsia endometrial e histopatología
En la literatura bovina y equina, la histopatología es considerada como el "golden standard" para el diagnóstico de las alteraciones endometriales, ya que permite visualizar directamente los cambios agudos y crónicos del endometrio 6,53,54 (Figura 2).
En yeguas, durante muchos años el muestreo de biopsia endometrial ha sido considerado como una parte integral de la evaluación de la solvencia reproductiva 55,56. Sin embargo, en el ganado vacuno, la biopsia endometrial se utiliza raramente puesto que se considera laboriosa, costosa y potencialmente perjudicial para la fertilidad 7,57,58,59,60.
En el intento de facilitar el diagnóstico de la ESC y sustituir el uso de la biopsia endometrial, esta fue comparada con la citología endometrial en yeguas 61,62 y vacas 54,63,64,65. En general, estos estudios demuestran que el acuerdo estadístico (valor Kappa) entre ambos métodos diagnósticos es moderado, con una sensibilidad baja pero una especificidad muy alta 54. Los métodos citológicos subestiman el estado de salud del endometrio de las vacas lecheras. En general, el diagnóstico citológico se basa en la simple visualización de la proporción de PMN/células epiteliales. Por otro lado, el examen histológico del endometrio también puede revelar cambios crónicos tales como fibrosis peri-glandular, angio-esclerosis, atrofia de las glándulas endometriales o agregados linfoides 7,56. De hecho, después de recuperarse de una endometritis activa (infiltración de PMN), pueden persistir alteraciones crónicas en el endometrio 7, quedando desapercibidas cuando sólo se aplica el análisis citológico 65. Por lo tanto, sólo se puede alcanzar una conclusión definitiva sobre la salud uterina con una biopsia endometrial. Sin embargo, actualmente no hay documentos disponibles que confirmen el uso de la histopatología endometrial para predecir con exactitud la capacidad reproductiva de la vaca.
Endometritis subclínica y ultrasonografía
Hoy en día, la ecografía se considera una parte indispensable del examen clínico rutinario del tracto reproductivo de las vacas lecheras 66. En este contexto, múltiples autores han investigado su potencial para diagnosticar ESC 1,50,64. Se ha demostrado que la presencia de líquido en el útero entre 20 y 47 días después del parto está asociada con una reducción significativa en la tasa relativa de preñez en comparación con vacas que aparecían "limpias" en el examen 50,67,68,69. Sin embargo, el acuerdo estadístico (valor Kappa) entre la ecografía y la citología endometrial es bajo, lo que significa que la ecografía y la citología miden dos representaciones diferentes de la ESC. Por un lado, el mecanismo de depuración del útero (fluido luminal) y, por otro lado, la respuesta celular del útero inflamado (PMN en láminas citológicas) ((1, (50. Otro parámetro utilizado para diagnosticar la ESC es el espesor endometrial medido por ultrasonido. Sin embargo, esta técnica está sub-utilizada ya que puede estar fácilmente influenciada por la ubicación de la sonda en el cuerno uterino y / o la fase del ciclo estral en el momento de la inspección. En resumen, la ultrasonografía es considerada un método ineficiente para el diagnóstico de la ESC en vacas lecheras 1.
Tiras colorimétricas de esterasa leucocitaria
Las TEL se usan para el diagnóstico rápido de la inflamación en fluidos tales como: orina, líquido pleural, peritoneal y cerebroespinal 70. La esterasa leucocitaria es una enzima producida por neutrófilos y por lo tanto se sabe que es indicativa de inflamación. La TEL se utiliza como método indirecto para detectar la inflamación debido a su reacción con la sal de diazoniun liberando indoxil, dando un color azul-violeta como indicador de su presencia 71. De esta manera la intensidad del color de la tira colorimétrica se relaciona con el recuento de leucocitos. Con el fin de crear un método sencillo para el diagnóstico de la ECS, las TEL fueron probadas por diferentes autores 70,72,73. Aunque los resultados obtenidos por TEL están positivamente correlacionados con resultados de citología endometrial 70,72, inicialmente no se correlacionaron con la fertilidad subsecuente de la vaca 70. No obstante, en un reciente estudio de campo 73, se encontró una fuerte correlación entre los resultados de las TEL y la probabilidad de preñez. Consecuentemente, la TEL es considerada una alternativa válida para el diagnóstico rápido de la ESC.
Citología endometrial
La citología endometrial es la técnica más utilizada para diagnosticar ESC en el ganado lechero tanto en el campo como a nivel investigativo 30,74. La evaluación de la proporción de PMN en láminas de citología es el sello distintivo del diagnóstico de la ESC, hasta el punto de que algunos autores se refieren a la ESC bovina como "endometritis citológica" (CITO) 74 (Figura 3).
Al igual que la DVP, los criterios de diagnóstico de la CITO se establecen en base a los resultados reproductivos futuros 18. En general, en comparación con sus contrapartes negativas, las vacas afectadas por CITO experimentan un efecto perjudicial con respecto a su capacidad reproductiva 30,38,51. Aunque no hay impacto de la CITO en la producción de leche 18, su importancia se basa principalmente en el aumento del tiempo hasta la preñez 51 y la concomitante pérdida económica 18
Suponiendo que cada día abierto "extra" cuesta al productor aproximadamente 2 € (unos 12.350 guaraníes) 75,76, y que una vaca positiva a CITO tiene en promedio un aumento en el tiempo de preñez de 25 días 30,51, los costos asociados a la CITO alcanzarían hasta 50 € (aproximadamente 308.700 guaraníes) por vaca positiva, más el costo (material y servicio) de las inseminaciones adicionales y eventuales tratamientos médicos. Además, se ha demostrado que la CITO es una enfermedad muy prevalente que oscila en promedio del 20 al 30% de vacas en el periodo postparto 18.
Técnicas de citología endometrial en vacas lecheras: el cito-cepillo y el lavado uterino de bajo volumen
La citología es la ciencia que evalúa la estructura, química y funcionalidad de las células Los PMN representan el primer y principal mecanismo de defensa inmunológica en el útero 3,4,57,77,78. Así, un número elevado de PMN en el lumen uterino es indicativo de una reacción inflamatoria del endometrio (endometritis). Se han descrito diferentes técnicas para obtener muestras de endometrio para el examen citológico en yeguas y vacas 1,10,50,51,61,79,80,81. En vacas, el cito-cepillo (CC) y el lavado uterino de bajo volumen (LBV) son las técnicas más utilizadas para recoger raspados superficiales del endometrio.
El CC consiste en un pequeño cepillo que se utiliza comúnmente para muestras de las células de la vagina, cérvix o endo-cérvix para pruebas de Papanicolaou en mujeres 82. Como tal, el uso del CC se informó por primera vez en mujeres para recoger muestras cervicales para diagnosticar tumores malignos 83. En el 2004, por primera vez, el CC fue adaptado para colectar muestras del endometrio en vacas 37. Para tomar una muestra con el CC este debe adaptarse a un catéter de inseminación modificado y cubrirlo con una camisa sanitaria (para evitar contaminación con células vaginales y cervicales). A través de manipulación transrectal, se debe traspasar el cérvix y una vez alcanzado el lumen uterino, la camisa sanitaria es perforada liberando de esta manera el CC. Luego, se rota el CC en la región dorsal del cuerpo uterino con una leve presión del dedo índice a través del recto. Posteriormente, se retrae el CC y se retira cuidadosamente el catéter del tracto reproductivo de la vaca. Finalmente, se rota cuidadosamente el CC en una lámina porta objetos, de esta manera esparciendo el material celular colectado. Por otro lado, la técnica de muestreo citológico del LBV fue descrita por primera vez por Ball et al. 81 en yeguas, y posteriormente modificado por Gilbert et al. 51,84 para su uso en vacas. Brevemente, de manera similar al muestreo con el CC, se manipula una pipeta de infusión a través del cérvix, hasta llegar al lumen uterino. Posteriormente, se adapta una jeringa de 50 ml a la pipeta, y se infunde entre 30 y 50 ml de solución salina estéril (cloruro de sodio al 0,9%) al útero. Mediante leves masajes uterinos se distribuye el líquido homogéneamente en ambos cuernos uterinos, y finalmente se recolecta nuevamente en la jeringa. Luego, esta muestra debe ser centrifugada (700 rotaciones por minuto por 5 minutos), el sobrenadante eliminado y el sedimento esparcido en una lámina porta objetos. Una vez que las muestras son secadas al aire (tanto para la técnica del CC y del LBV) estas deben ser teñidas con alguna tinción comercial de Wright-Giemsa modificado. Finalmente, se debe evaluar la lámina citológica al microscopio (10X y 40X), se cuentan las células epiteliales endometriales (como mínimo 100 85; y eventualmente PMN) y se expresa el resultado en PMN% (proporción de PMN/células endometriales). Finalmente se aplica el punto de corte (PMN%) correspondiente, y la lámina es diagnosticada como CITO positiva o CITO negativa.
Las técnicas del CC y LBV se basan esencialmente en diferentes punto de vista diagnósticos 54. Cada técnica tiene ventajas y desventajas particulares. Por ejemplo, cuando se lava la cavidad uterina con el líquido infundido durante el muestreo con el LBV, se muestrea una mayor superficie endometrial, principalmente debris y células ya segregadas al lumen uterino, y probablemente la capa superficial del epitelio endometrial 86. Por otra parte, la técnica del CC sólo muestrea una porción muy limitada del endometrio, por lo que los PMN sueltos sólo se recogen localmente 54.
Cytotape: una técnica innovadora para diagnosticar endometritis citológica en vacas lecheras
Aunque la importancia de la CITO en la fertilidad y la rentabilidad de las granjas lecheras es ampliamente conocida, aún no se ha establecido completamente la estandarización del diagnóstico de citología endometrial en vacas lecheras 10 (Tabla 2).
En diferentes publicaciones científicas, el tiempo relativo del parto a la toma de muestras varía de 21 a 64 días postparto 1,50,51,87. Concomitantemente, los niveles umbral de PMN para diagnosticar CITO variaron del 3 al 18% de PMN 74,88, lo que resulta en una amplia variación (9 a 76%) en la prevalencia de la CITO 89. En consecuencia, comparar los resultados entre estudios es casi imposible. Sin embargo, recientemente se ha desarrollado una técnica novedosa, Cytotape (CT), que permite tomar muestras del endometrio en el momento de la inseminación artificial (IA)10. Brevemente, el CT consiste en una cinta adhesiva de papel (1,5 cm) adaptada a la punta de la vaina de un catéter de inseminación normalmente cargado con una pajuela de semen, y cubierto con una funda protectora. Para tomar una muestra citológica del endometrio uterino con el CT, este es liberado de la funda protectora en el lumen uterino luego de atravesar el cérvix en forma convencional (durante la IA). Luego, se rota el CT en la región dorsal del cuerpo uterino con una leve presión del dedo índice a través del recto. Posteriormente, se realiza la IA, el CT se cubre nuevamente con la funda protectora, y la pistola de inseminación es cuidadosamente removida. Finalmente, el CT (con un alto contenido de material celular adherido) es rotado sobre una lámina porta objetos, secado al aire y tenido en forma convencional (Wright-Giemsa modificado).
El CT alcanzó altos estándares de citología en comparación con el CC, siendo su principal ventaja la posibilidad de muestrear vacas durante la IA mediante el uso de material ordinario 10 (Figura 4). El muestreo endometrial durante la IA tiene 3 beneficios significativos: (1) estandarización del momento del muestreo y evaluación del estado de salud uterino en el punto más crítico, el momento de la inseminación; (2) permitir el uso de un punto de corte universal, ya que el momento del muestreo está estandarizado; y (3) no requiere manipulación adicional del animal, ya que la muestra endometrial y la IA se realizan simultáneamente. Sin embargo, puede ser discutible que el muestreo durante el estro podría conducir a resultados falsos positivos ya que algunos autores informaron una mayor infiltración de PMN durante la dominancia estrogénica (histopatología) 90,91. En este aspecto, Madoz, Giuliodori 92) sugirieron que la infiltración fisiológica de PMN no está relacionada con la etapa del ciclo estral, al menos en estudios basados en muestras citológicas. Esto en concordancia con nuestros resultados 93,94, donde se demostró la ausencia de PMN en un gran número de muestras citológicas recogidas durante la IA.
En dos amplios estudios de campo realizados por nuestro grupo de investigación, utilizando el dispositivo CT, establecimos un punto de corte PMN universal del 1% en muestras de citología obtenidas durante la IA tanto en vacas lecheras como en vaquillas nulíparas 93,94. Más de una cuarta parte de las vacas lecheras modernas inseminadas sufren de CITO, con un efecto perjudicial sustancial sobre la fertilidad (tasa de concepción en muestras CITO negativas 47% frente a 32,7% en muestras CITO positivas). Como se esperaba, la prevalencia de CITO fue baja (7,9%) en vaquillas lecheras nulíparas. Este último puede atribuirse probablemente al hecho de que estos animales aun no experimentaron un parto previo y la consecuente contaminación bacteriana. Sin embargo, en vaquillas lecheras nulíparas, la tasa de concepción en muestras CITO negativas fue de 62,8%, mientras que sólo fue de 38,5% en muestras CITO positivas. Los factores de riesgo asociados con la prevalencia de CITO fueron diferentes en vacas versus vaquillas. En vacas, los factores de riesgo asociados con la aparición de CITO fueron: número lactación ≥ 2, días postparto de la IA ≥ 124 y meses cálidos del año. Por otra parte, el único factor de riesgo asociado con la ocurrencia de CITO en vaquillas fue el desempeño de una inseminación previa sin éxito. Estos estudios demuestran claramente el efecto deletéreo de la CITO diagnosticada durante la IA y la importancia de su diagnóstico de forma regular para establecer decisiones específicas de manejo y un eventual tratamiento.
Perspectivas innovadoras en el diagnóstico y tratamiento de CITO
El examen del CT durante la primera inseminación permite explorar la salud uterina sin ningún coste laboral adicional. Si la inseminación no es exitosa y la vaca se diagnostica CITO positiva, será posible establecer un tratamiento más específico para aumentar las probabilidades de preñez en una IA futura. El uso de esta nueva herramienta podría ser interesante además al inseminar y al mismo tiempo muestrear "vacas repetidoras de celo", con el objetivo de diagnosticar con mayor precisión la razón subyacente de este síndrome. Sin embargo, es importante mencionar que actualmente no existe un consenso sobre un tratamiento efectivo para la CITO. El uso de PGF2á durante el diestro da como resultado la luteólisis y, posteriormente, el estro, que aumenta la inmunidad local mediante la eliminación del efecto inmunosupresor de la progesterona 95,96. Además, la PGF2á posee un efecto ecbólico por el cual efectúa la eliminación de bacterias y debris 97; sin embargo, solo un estudio mostró un beneficio significativo del tratamiento con PGF2á (98, mientras que otros estudios no 38,97. Aunque varios autores trataron sin éxito de correlacionar la presencia de la CITO con infección bacteriana 63,89,99, otros demostraron los beneficios de un tratamiento con antibióticos intrauterinos 98,100. Por otro lado, Galvão, Greco 101 no ha podido demostrar ningún beneficio a través de un tratamiento intrauterino con antibióticos. Recientemente, hemos demostrado la posibilidad de reducir la cantidad de PMN presentes en el lumen uterino mediante la aplicación de un lavado uterino con 500 a 600 ml de una solución salina estéril 102. Sin embargo, son necesarios más estudios de campo para confirmar esto como un tratamiento potencial para las vacas que sufren de CITO. Por otra parte, se han presentado resultados contradictorios con respecto a la aplicación de fármacos anti-inflamatorios no esteroideos tras la IA 103,104,105; no obstante, tal tratamiento, específicamente dirigido a vacas que sufren de CITO diagnosticada durante la IA, podría representar una estrategia válida para mejorar el resultado del preñez de la misma IA.
CONCLUSION
Aproximadamente el 50% de los bovinos lecheros desarrollan enfermedad uterina después del parto. Esta revisión expuso las últimas definiciones clínicas y los enfoques terapéuticos más eficaces del complejo de la enfermedad uterina posparto (Tabla 1). Sin embargo, el objetivo principal de los agricultores y los profesionales veterinarios debe centrarse en la prevención de los factores de riesgo asociados con las enfermedades uterinas. Es necesario realizar más investigaciones para reducir la prevalencia de las enfermedades uterinas mediante la aplicación de decisiones de gestión estratégica sobre nutrición, genética y medicina preventiva.