INTRODUCCIÓN
En la actualidad la literatura especializada en Enfermería ha demostrado un creciente interés en explorar la naturaleza de esta disciplina1; para ello se considera partir del concepto emanado por Taylor2 quien manifiesta que la profesión enmarca a “todas aquellas ocupaciones que poseen una combinación particular de características tales como: la competencia, la autonomía, el compromiso y la responsabilidad de la profesión, de la naturaleza de sus servicios y del área de responsabilidad para el desarrollo del conocimiento particular”3,4. Por lo tanto, con el transcurso de los años la enfermería es considera una disciplina que ha evolucionado significativamente a lo largo del tiempo, pasando de ser una ocupación principalmente empírica a una profesión basada en la evidencia científica. En este contexto, es esencial abordar de manera crítica cómo se incorpora y se enseña el conocimiento disciplinar en la formación actual de enfermería.
Por lo antes expuesto, se conoce que en las últimas cinco décadas las investigadoras de enfermería han trabajado arduamente en el ámbito teórico-conceptual proporcionando los cimientos sobre los que se han venido construyendo el conocimiento de enfermería, cumpliendo estrictamente con procesos mentales y fundamentándose en aspectos éticos, morales y de valores5.
De este modo, la disciplina de enfermería posee un carácter social, cuyos sujetos de atención son la persona, familia y comunidad, con sus características socioculturales propias, sus necesidades y derechos, así como el ambiente físico y social que influye en la salud y en el bienestar6.
Por lo tanto, si una disciplina proporciona la perspectiva única de ver el fenómeno y los límites que definen la naturaleza de las preguntas involucradas, entonces, el marco conceptual de la disciplina de enfermería comprenderá no sólo a aquellas teorías que sirven para describir, explicar y prescribir, sino también incluiría los hallazgos de investigación relacionados con el fenómeno central de la disciplina “cuidado”7.
Es así, que la disciplina de enfermería permitirá buscar el tipo de conocimientos, los valores que poseen, creencias y comportamiento de los miembros de la comunidad de enfermería a la colectividad8.
En el contexto de Enfermería, el desarrollo conceptual ha llevado a la construcción filosófica del saber (desarrollo conceptual), el ser (cuidado), y el quehacer (forma como se proporciona el cuidado) de Enfermería como base para facilitar la comprensión de la Disciplina Profesional9,10. Sin embargo, la forma en que se integra este conocimiento en el currículo de enfermería puede variar significativamente de una institución a otra y de un país a otro. Esto plantea desafíos y cuestionamientos sobre la consistencia y la calidad de la formación que reciben los futuros enfermeros. Una mirada crítica a este proceso de integración del conocimiento disciplinar es esencial para asegurar que los profesionales se encuentren preparados para enfrentar los desafíos de la atención sanitaria contemporánea.
Por tanto, para que exista un verdadero desarrollo de la disciplina, se debe mantener un constante análisis y renovación de los currículos en base a las necesidades actuales y futuras utilizando dentro de las aulas las “teorías de Enfermería” que reflejen su naturaleza y que puedan aplicarse a la práctica6. La disciplina de enfermería se soporta mediante la existencia de un cuerpo propio de conocimiento científico de naturaleza aplicable que suministra las plataformas teóricas de la práctica, conocimiento que puede ser examinado, comunicado y difundido. Dicho desarrollo del conocimiento se establece de manera teórico conceptual y se da para la conformación del conocimiento enfermero, de tal forma que se guíe la acción y este en constante evolución y cualificación del quehacer profesional11.
DESARROLLO
El desarrollo del conocimiento en enfermería acaecido por una constante evolución histórica, como lo señala Margaret Newman2 y Alaf I. Meleif3 quienes coinciden que durante las primeras décadas del siglo pasado el conocimiento de enfermería poseía una visión biomedica, aun teniendo educación universitaria autónoma12. Por otro lado, Meleis, afirmó que el desarrollo de la disciplina estuvo enmarcado por el curso de etapas, entre ellas la Instrumental, Administrativa y Educativa, Investigativa, Teórica, Filosófica, y de Integración13, estos cambios demuestran que han existido profundas transformaciones de estas etapas a lo largo del tiempo.
Ahora bien, en el presente apartado se considera la etapa educativa y administrativa donde se encuentra enmarcado el currículo de enfermería que a nivel mundial se ha transformado, sometiéndose a procesos innovadores que dieron inicio desde las teorías, los paradigmas y las investigaciones científicas en sus prototipos, lo que ha originado diversas tendencias y la adaptación de la profesión mediante el apoyo tecnológico para la difusión del conocimiento enfermero14.
De las tendencias más importantes que ha tenido la enfermería, se evidencia el desarrollo creciente de la investigación y la creación de teorías que ha permitido la evolución de la disciplina en áreas como el estudio de la ontología del cuidado, organización de los servicios de salud, organización de escuelas o facultades, formación de enfermeras y las prácticas de enfermería. Aunque la investigación en enfermería ha ido creciendo en América Latina, no se compara con la investigación que se realiza en otras disciplinas de la salud en la región y la necesidad de investigación en la región sigue siendo evidente8.
En Latinoamérica y específicamente en Ecuador, la Educación Superior ha obligado a las universidades a redimensionar el trabajo metodológico en función de la nueva generación de planes de estudio y programas de las diversas disciplinas. Es decir, se manifiesta un nuevo tipo de disciplina docente que se proyecta diferente, según las relaciones que se establecen en su estructura15.
Esto ha obligado a un análisis profundo sobre la enfermería y poder determinar currículos y asignaturas saturadas de contenidos, mediados por prácticas docentes transmisioncitas, imitando modelos tradicionales que se han anquilosado a través del tiempo, con un discurso basado en el control, donde el docente continúa siendo el protagonista del acto educativo, y los estudiantes adoptan un rol pasivo y conformista, a lo que el docente cree que es lo que debe enseñar, lo que se traduce en prácticas pedagógicas que carecen de sentido disciplinar, y se tornan instrumentales, rutinarias limitadas a un oficio operativo sin trascender la esfera de lo humano, por lo que no evoluciona a la comprensión y aplicación del conocimiento de enfermería16.
En algunas ocasiones los futuros profesionales durante el desarrollo de las prácticas de enfermería al no contar con un adecuado pensamiento enfermero pueden mostrar a futuro en los escenarios laborales actitudes que reflejan comportamientos sumisos y dependientes de otras disciplinas, provocando que la autonomía, el liderazgo y la toma de decisiones, sea minimizado por el rol pasivo que se asume. Es así que en la actualidad se debe seguir innovado en la educación para reducir el aprendizaje basado en la transferencia y provocar objetividad durante la construcción del pensamiento crítico en cada uno de los educandos16.
Es por ello, que al considerar la perspectiva de mejorar la construcción del pensamiento crítico, ésta brindará resultados positivos en la Investigación, permitiendo mejorar y articular la enseñanza y los aprendizajes obtenidos a la luz de un cuerpo de conocimientos disciplinares, es así que las bases sólidas conllevarán en un futuro no lejano a reducir el modelo biomédico y mejorar el modelo holístico, empoderando a los profesionales de enfermería a realizar actividades con liderazgo, toma de decisiones y autonomía, llevando a que se mejore el cuidado centrado en las necesidades humanas, tomando en cuenta que al cuidar se articulan un conjunto de conocimientos que se recrean mientras actúan17 es decir evitar la práctica instrumentalizada.
Se debe considerar, además, que el conocimiento en enfermería, se ha desarrollado desde un método científico tradicional que evolucionó hacia un medio interactivo multidimensional, para llegar a una perspectiva unitaria17. El paradigma sobre el cual aún se plantean los currículos, es el empírico, donde se obtiene una visión fraccionadora y reduccionista, puesto que la valoración se realiza a través de métodos rígidos como el examen físico, casos clínicos y patrones funcionales de salud, que se tornan fragmentados del ser humano para conocer las partes, sin tener una visión total del ser humano desde sus diferentes dimensiones18.La situación actual de la disciplina evidencia una práctica de Enfermería con mucho rigor técnico, operativo y destreza manual, pero carente de sustento científico y teórico propio de las teorías de enfermería, este es un aspecto preocupante, puesto que los avances teóricos en dicho conocimiento no se ven reflejados en la práctica, provocando que la disciplina en enfermería vaya deteriorándose. Por lo tanto, es imperativo un cambio paradigmático en enfermería, que ofrezca una forma diferente de estudiar y entender los fenómenos de interés disciplinar.
Un análisis crítico de la formación actual
Con el objetivo de construir conocimiento acerca de la forma como se entiende el cuidado de Enfermería y la disciplina; surgen en algunas Carreras de enfermería del país, la necesidad de iniciar un proceso de reflexión académica colectiva; analizando el rediseño curricular, y evidenciando de esta manera la necesidad de mantener un componente disciplinar descrito. Las/os docentes de Enfermería otorgan significado y sentido a su práctica, a la luz de contextos teóricos y marcos conceptuales diversos que no se encuentran plasmados dentro del rediseño, en este punto se aboca las palabras generadas por Burns y Grove12, quienes refieren que se requiere el desarrollo teórico, empírico y junto con el desarrollo de la ciencia de enfermería, generarán el conocimiento disciplinar necesario para garantizar la autonomía de la práctica clínica.
Brindar sustento disciplinar a la enfermería en base a las teorías existentes permitirá, conocerlas, implementarlas y en un futuro crear nuevas teorías en base a las nuevas realidades colectivas, permitiendo que se cree una identidad propia y necesaria para ejercer la profesión de enfermería de forma organizada, sistemática y lógica12. Por lo tanto el componente de formación disciplinar no presenta una estructura curricular clara, uno de los problemas radica en que se ha manejado varias teorizantes en cada uno de los semestres durante el desarrollo de la práctica, pero lamentablemente no se ha llegado a un consenso para plasmarlo en el currículo, se evidencia un gran número de asignaturas que, al parecer, pertenecen al área de formación disciplinar, sin embargo, al realizar un análisis de los contenidos académicos, no se evidencia un enfoque propio de Enfermería.
Hay varios semestres en la carrera que trabajan con el proceso enfermero como componente disciplinar de la practica convirtiéndose en un curriculum oculto y sin un modelo teórico filosófico, ontológico y epistemológico evidenciándose una brecha entre teoría y práctica, en la práctica algunas docentes aplican la metodología NANDA, NOC Y NIC. Han puesto énfasis en el desarrollo de habilidades técnicas que metodológicas en la planificación de cuidados, la valoración es rápida, incompleta limita la toma de decisiones en relación a las respuestas humanas prevaleciendo el modelo biomédico en los hospitales19.
Desafíos para formación de enfermería
El currículo, debe visibilizar las prácticas docentes alrededor de interacciones pedagógicas, como escenario donde interactúa el docente y los estudiantes en formación, vinculando la teoría con la práctica, que en ocasiones se desarticula del que hacer pedagógico, lo que no es el deber ser, puesto que el propósito es unirse para realizar una intervención pedagógica lógica, coherente, que permita significación en los aprendizajes.
La inmersión en la práctica pedagógica, incorpora la reflexión, el razonamiento y la reconstrucción del hecho educativo en y fuera de ella, en este caso tendiente a comprender los actos de cuidado mediante la articulación de la teoría de enfermería y la práctica de cuidado.
Este asunto requiere la transformación a un lenguaje de posibilidades disciplinares, desde el currículo, las prácticas docentes y las prácticas pedagógicas, que permita el reconocimiento, la formación disciplinar y proyecte un pensamiento enfermero a la luz del cuerpo propio de conocimientos permitiendo la adopción de un rol activo dentro de los espacios de formación, como críticos propositivos de las problemáticas de salud actuales, así como de los actos de cuidado, mediante las herramientas educativas que se les ofrece, y que les permita cerrar las necesidades del ser humano, para mejorar su salud con una postura crítica y reflexiva.
Por lo que se requiere una transformación a la mirada educativa de la disciplina de la enfermería, desde currículos transformadores, planteados alrededor del meta paradigma de la enfermería, con una visión abarcativa de los aspectos ontológicos, epistémicos y éticos del cuidado con el enfoque humano y social que desarrolla la naturaleza del cuidado teniendo en cuenta el estudio de la persona, el entorno y la salud.
Teniendo en cuenta que cuidar existe desde que la vida existe, el hecho de ocuparnos, de la vida propia o ajena, ser cuidado, cuidarse, cuidar es necesario para la supervivencia, de los seres vivos, para permitir que la vida continúe y se desarrolle y de esta forma procurar una vida digna y un final de vida tranquilo; es decir cuidar es ante todo un acto de vida, significa movilizar las capacidades del ser humano en su cotidianidad, en el trayecto entre la vida y el final de la vida en estado de salud o enfermedad, teniendo en cuenta sus costumbres.
Evidenciando así el compromiso directo con la sociedad, debido que esta disciplina es la encargada de cuidar situaciones de salud, y promulgar bienestar, mediante alternativas innovadoras que mejoren la calidad de vida de las poblaciones, mediante la promoción de la salud, prevención de enfermedad, rehabilitación, a través de cuidados en diferentes esferas de atención, por tal razón como disciplina se establece un cuerpo de conocimientos que respaldan la teoría y la práctica de enfermería. El desarrollo de la disciplina, se orienta fundamentalmente por la utilización de Modelos y Teorías de Enfermería.
En este sentido le corresponde a la academia vincular la teoría-práctica, manteniendo un constante desarrollo y renovación del conocimiento convirtiendo a los futuros profesionales en los actores principales que brinden respuestas a las necesidades actuales de cuidado de la sociedad, ya que durante la praxis profesional se genera y prueba la validez y calidad de las propuestas teóricas y de la ciencia de enfermería7,8.
Para dar coherencia a la enseñanza disciplinar y develar la teoría y la práctica como fundamento epistémico de la disciplina, se necesita considerar los currículos de enfermería, los cuales deben formularse desde otros paradigmas y situarse en la línea de una formación alrededor del conocimiento disciplinar, establecido mediante un cuerpo de conocimientos sustentados a través de un método científico que le da carácter de ciencia en evolución a la disciplina de Enfermería8.
La construcción de currículos debe realizarse de acuerdo al cuerpo de conocimiento de la enfermería, mediante prácticas de formación constructivistas, que promuevan un pensamiento crítico en los futuros profesionales, de tal manera que pueda vincularse la teoría del cuidado y la práctica, provocando que la disciplina sea independiente, que lidere procesos de enfermería, mantener una postura crítica y reflexiva, para el mejoramiento del cuidado de las poblaciones objeto de atención9.
Visión de mundo trasformadora
Esta connotación permite ver al ser humano como único, diferente y organizado por patrones, comportamiento y reconoce, que no sólo afecta una parte del cuerpo, sino que afecta la organización total de la persona. Las personas son seres unitarios, campos holísticos, auto organizados e irreducibles que responden simultáneamente a estímulos; identifica a la persona como un todo unido que posee integridad y características evidentes, que lo convierten en algo más que la suma de las partes que lo componen20,21.
El cuidado de enfermería posee una visión conceptualizada que motiva a acciones integradas en un todo para cada individuo, desarrollando empatía con la persona que cuida, generando retroalimentación durante el cuidado y como resultado un cuidado individualizado permitirá la participación activa y continúa de las personas. La participación centrada en cada individuo, hace mucho más humana la práctica de enfermería debido a que permite reconocer al otro como persona, con el derecho y la obligación de ser actor de su salud y no simplemente el receptor de actividades planeadas por el profesional que lo atiende. Por último, la valoración de enfermería no utiliza instrumentos, sino que permite al paciente compartir sus experiencias y sentimientos con el fin de comprender y ofrecer un cuidado más apropiado a las necesidades, por lo que se requiere de experticia y compromiso para identificar las necesidades de las personas21,22.
CONCLUSIÓN
La academia en enfermería debe ser la pionera en mantener constante análisis, reflexión y acción en los currículos vigentes para implementar, mejorar y renovar junto con la tecnología de vanguardia, el vínculo entre teoría y práctica mediante prácticas de formación constructivistas permitiendo así, que la disciplina vaya creciendo y a futuro sea reconocida como disciplina independiente.
El desarrollo académico en las Carreras de Enfermería representa una oportunidad en la generación de nuevos conocimientos, incentivando al estudiante y futuro profesional el pensamiento crítico, de tal manera que pueda dar a luz la integración entre la teoría del cuidado y la práctica.
El accionar de la disciplina de enfermería debe visibilizarse en diversas esferas de atención, por tal razón se establece un cuerpo de conocimientos que mejoren la calidad de vida de las poblaciones, mediante la promoción de la salud, prevención de enfermedad y rehabilitación.
Se debe generar el compromiso directo con la sociedad, debido que esta disciplina es la encargada de cuidar situaciones de salud y promulgar bienestar, mediante alternativas innovadoras.