La sociedad se encuentra inmersa en un constante cambio de paradigmas en todos sus ámbitos; uno de los ejemplos que más resalta es la transformación de la economía lineal al modelo de economía circular, la cual presenta un enfoque más sostenible y atento con el medio ambiente. (Chavez Ávila y Monzón Campos, 2018).
Los emprendimientos verdes, objeto inicial de la economía circular, buscan generar réditos económicos, minimizando el impacto en el medio ambiente mediante las 3 R de la ecología, y se han convertido en tendencia a nivel global. Existen numerosos estudios que analizan las medidas en diferentes países y brindan ejemplos de cómo promover este modelo mediante la innovación de productos. (Arroyo Morocho, 2018).
En todo este escenario de cambios paradigmáticos y de modelos de economías emergentes, se destaca el papel de la investigación y sus aportes. Sin duda, la investigación científica y la investigación de mercados ayudan a identificar las necesidades del planeta y de los mercados que en él operan respectivamente, generando diferentes tipos de soluciones incluidos los emprendimientos sostenibles.
Una publicación en el diario digital español El país indica que algunas empresas acaban cerradas debido a que, entre otros motivos, no estudian bien el mercado (Catà Figuls, 2023). En congruencia con esta afirmación, las empresas con base tecnológica necesitan de fuertes inversiones en I+D+I para mantenerse en el mercado; por tanto, es necesario tener conocimientos científico-tecnológicos para desarrollar ideas innovadoras (Rodríguez-Rodríguez y Gracia García-Soto, 2019). En Paraguay, una publicación de 2017 llevada a cabo por CAPYME anula la hipótesis de que las empresas fracasan por falta de capital, resaltando otros factores que predisponen al fracaso empresarial como la falta de planificación y organización, propios de la administración científica impulsada por Taylor. (Infonegocios, 2017).
En este sentido, la investigación contribuye en la realización de estudios de factibilidad, de preferencias en el consumo, de variables que intervienen en las decisiones del consumidor, de identificación de público objetivo y del sistema de marketing que incluye a los proveedores, competidores e intermediarios, así provee información valiosa sobre las tendencias del mercado y las necesidades de los consumidores de tal modo que los tomadores de decisiones pueden enfocarse en las oportunidades de crecimiento y de una mayor demanda, factores también necesarios para los emprendimientos verdes.
Actualmente, los proyectos que tienen como eje central la economía circular, la transformación digital y el cuidado del medio ambiente son focos de atención para entes financiadores, citamos el caso del Programa Erasmus+, en cuyas líneas prioritarias, en presente y futuro, se encuentra Medio ambiente y lucha contra el cambio climático, dichos fondos fomentan el desarrollo de competencias, una mejora en las perspectivas para el crecimiento sostenible con prácticas disruptivas que conviertan a los actores de la sociedad civil en agentes de cambio y se promueva el ahorro de recursos, la reducción en el uso de energía y la huella de carbono, la alimentación sostenible (European Commission, 2021), entre otros ámbitos que sin duda requieren de un alto componente de investigación científica.
En definitiva, la investigación científica, es esencial para la gestión de los recursos económicos y naturales, y contribuye con el éxito de los emprendimientos sostenibles. La aplicación del método científico trae consigo infinidad de posibilidades como identificar buenas prácticas, comprender cada vez más a los consumidores, sus motivaciones y de ese modo innovar en productos cada vez más adaptados a sus necesidades y expectativas que estén acordes con los ajustes necesarios en los hábitos de consumo.
Así, con los resultados de la investigación científica se puede ayudar a concienciar a los habitantes del planeta sobre los límites biofísicos que deben ser respetados y a considerar cuestiones que comprometen nuestra supervivencia (Naciones Unidas, 2022), como los altos índices de contaminación, el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y la pobreza en todas sus dimensiones.