El ser humano ha estado en constante evolución a lo largo de los años, y está más que demostrada su capacidad de adaptación para la supervivencia. Cuando aconteció la pandemia del nuevo coronavirus SARS-Cov2 en el año 2019 a pesar de las restricciones, la improvisación y los desafíos constantes, la ciencia, la tecnología y la innovación tuvieron un crecimiento agigantado buscando todo tipo de herramientas diagnósticas y terapéuticas¹.

En este sentido, en los años pandémicos, el desarrollo la investigación científica en nuestro país, no estuvo al margen de la pandemia, y principalmente nuestra casa de estudios, con varios grupos de jóvenes investigadores, liderados por referentes en sus áreas, los cuales buscaron dar respuestas a una situación de emergencia.

Es así que se realizaron durante este tiempo trabajos que fueron financiados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) en el marco de la emergencia sanitaria. Se destacan los siguientes: “Resultados de la administración de plasma a pacientes con COVID-19” (Rossana Llanes et al)², “Predictores de la evolución severa y mortalidad en pacientes con COVID-19 hospitalizados en Paraguay en el 2020” (Ignacio Ortiz et al)³, “Eficacia de estrategias de intervención domiciliaria en pacientes con COVID-19: ensayo clínico aleatorizado” (Gabriela Ávila et al)⁴ y “Terapia con plasma convaleciente COVID-19” (Angelica Jiménez de Samudio et al)⁵.

En este punto de la post pandemia el trabajo constante del equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Médicas sigue en la permanente búsqueda de necesidades, protocolos, guías, etcétera, que nos permitan existir a la vanguardia de las situaciones emergentes. Es así que hemos liderado el “Estudio de Fase III, Grupo Paralelo, Prospectivo, Aleatorizado, Doble Ciego, Control Activo, de Dos Brazos y Multicéntrico para Evaluar la Inmunogenicidad, Seguridad y Tolerabilidad del candidato a Vacuna contra el SARSCoV2 MVC-COV1901 en Comparación con la Vacuna AZD1222 en Voluntarios Adultos de 18 años o más de edad” (Julio Torales et al)⁶, el cual ya se encuentra finalizado. Actualmente estamos en proceso de vinculación entre el Instituto Politécnico Nacional de México (IPN) y la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción, para la realización de ensayos clínicos de la vacuna ChAdOx1 Chik contra el virus de la Chikunguña, epidemia que nos azota en la actualidad en la región de las Américas.

Y por último y no menos importante, socializar que el Paraguay cuenta actualmente con la Ley 7064/2023⁷, sancionada por el Congreso de la Nación, que crea el Sistema Nacional de Investigadores (SISNI) y establece la carrera del Investigador Científico. La misma ha sido creada con el objeto de fortalecer y fomentar la investigación científica de nuestro país, factor esencial para la competitividad y una sociedad basada en el conocimiento, la tecnología y la innovación. Con ella se pretende tanto la internacionalización de nuestros estudios como el reconocimiento social de la ciencia.

Y dicho todo esto, les invito a la lectura de los interesantes artículos científicos que se presentan en este nuevo número de Medicina Clínica y Social, algunos de jóvenes que hacen sus primeros e incipientes pasos en la ciencia, pero con la convicción de un crecimiento que resulten en beneficio del país.