Introducción
Datos de la Organización Mundial de la Salud indican que cada año mueren 3,3 millones de personas en el mundo debido al consumo nocivo de alcohol, lo que representa 5,9 % de todos los fallecimientos. Es también un factor causal de más de 200 enfermedades y trastornos1.
Aproximadamente uno de cada seis habitantes del mundo es un adolescente, lo que representa que 1.200 millones de personas tienen entre 10 y 19 años2. Los jóvenes en su mayoría gozan de buena salud, pero la mortalidad y morbilidad entre los mismos sigue siendo elevada y el consumo de alcohol puede afectar su salud actual, así como la de sus futuros hijos2.
Maristela Monteiro, asesora en abuso de sustancias y alcohol de la OMS señaló que el alcohol es el principal factor de riesgo de muerte para los adolescentes de 15 a 19 años de edad3. Específicamente el 7,2 % de la mortalidad precoz en el mundo se produjo como consecuencia del consumo de alcohol en personas de 69 años y menores. En efecto los más jóvenes fueron afectados de manera excesiva por el alcohol con respecto a los adultos.
De todas las muertes atribuibles al alcohol en el mundo, el 28 % fueron como consecuencia de lesiones, como las causadas por accidentes de tráfico, autolesiones y violencia interpersonal; el 21 % por trastornos digestivos; el 19 % debido a enfermedades cardiovasculares, y el resto a enfermedades infecciosas, cánceres, trastornos mentales y otras afecciones4.
En el primer informe sobre alcohol especializado en la región, elaborado por el organismo, las cifras dan cuenta que en América Latina y el Caribe el consumo por persona es de una media de 8,4 litros de alcohol puro por año, 2,2 litros más que el promedio mundial. Los países que más ingieren en la región, con un consumo anual per cápita son Chile 9,6 litros; Argentina 9,3 litros; Venezuela 8,9 litros y Paraguay en cuarto lugar con 8,8 litros de alcohol per cápita3.
Un estudio realizado por Romero en Azogues, Ecuador, encontró que la prevalencia de consumo de alcohol en estudiantes del colegio Ezequiel Cárdenas Espinoza, en el periodo lectivo 2011; 2012, fue de 23,3 %. Este dato se ubica muy por encima de los trabajos realizados por el CONSEP (Consejo Nacional de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas) de Ecuador5. Y el estudio de Pardo Jaime con 1193 estudiantes de Bogotá, Colombia, que cursaban entre el sexto grado y el onceavo de secundaria, de colegios públicos y privados, mostró que los motivos sociales para sobresalir son los factores predisponentes para consumir alcohol, así como para manejar problemas6.
Con respecto a Paraguay respecto al consumo de alcohol en estudiantes, investigaciones mostraron que más de la mitad de los mismos consumió alcohol en el último año según una investigación elaborada por la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) de la OEA, que reveló el alto consumo en jóvenes de entre 13 y 17 años7.
Y en referencia a lo señalado más arriba, datos proporcionados por el Ministerio de Salud Pública de Paraguay mostraron resultados de la Encuesta Global de Salud Escolar aplicada a 49 escuelas y colegios públicos y privados de 12 departamentos del país y Asunción (8). Los resultados son considerados alarmantes y preocupantes, ya que arrojaron una alta prevalencia del consumo de alcohol de 46,7 % en escolares que admitieron haber consumido alguna vez bebidas alcohólicas y lo hicieron por primera vez antes de los 14 años. En los últimos 30 días 35 % de ellos ingirió alcohol, con leve predominio de varones, mientras 83 % inició el consumo en octavo grado y 53,3 % que consumió bebidas alcohólicas, estuvieron ebrios una o más veces y manifestaron haber tenido contacto sexual en estado de ebriedad8.
Con base en las consecuencias que acarrea el consumo abusivo de alcohol en adolescentes, se propuso analizar en un contexto educativo de 56 colegios del Departamento de Alto Paraná, las características del mismo, proponiendo como objetivo analizar el consumo abusivo de 463 estudiantes de secundaria que (de un total de 661 consultados y consultadas) respondieron haber consumido alguna vez.
Metodología
Estudio descriptivo y retrospectivo. Se tomaron datos con fuente secundaria de un estudio de adolescentes en 56 colegios de las ciudades Minga Guazú, Presidente Franco, Hernandarias y Ciudad del Este del departamento de Alto Paraná en Paraguay, analizando las variables de consumo de alcohol.
Un cuestionario auto; administrado, estructurado y anónimo, previa autorización de padres fue presentado a los Estudiantes. Información cargada en base de datos en Excel, analizada con STATA. Para determinar el tamaño de la muestra en el estudio de base se utilizó el paquete Epidat (Organización Panamericana de la Salud, Junta de Salud de Galicia y Universidad CES de Colombia) con un nivel de confianza de 95 % y una proporción esperada de 0,50. La muestra quedó en 600 casos, a los que se agregó un excedente en previsión de invalidaciones y reemplazos. Para el procesamiento estadístico la muestra se cerró en 661 casos. El diseño de muestreo fue probabilístico trietápico9, cuyo desarrollo fue el siguiente: En la primera etapa fueron seleccionados los colegios en forma sistemática; en la segunda etapa fueron elegidos los cursos dentro de cada colegio en forma sistemática; en la tercera etapa, fueron seleccionados los alumnos estratificados por edad y sexo en cada curso, en base a la lista proporcionada por el Ministerio de Educación y la Supervisión de cada ciudad.
Se completó un cuestionario auto; administrado, estructurado, anónimo previa autorización. Se solicitó a estudiantes que participaran de forma voluntaria, proporcionándoles información necesaria sobre la administración confidencial de los resultados y los objetivos de la investigación. Las variables socio demográficas fueron sexo, grupo etario, personas con quienes vive.
Para conocer el nivel de consumo abusivo de alcohol se utilizaron como parámetro las cantidades de abuso establecidas en la Encuesta Nacional de Salud Mental y Hábitos tóxicos en Paraguay10. Se tomó como referencia la ingestión de 100 cc de alcohol absoluto en una oportunidad, aclarando los volúmenes diferentes que esto podía significar de acuerdo al tipo de bebida en cuestión (vino, cerveza, destilado). Estos 100 cc de alcohol absoluto se expresaron en las unidades populares, cómo son pedidos y servidos, especialmente en el caso de las bebidas destiladas donde no se parte de un envase que fija la cantidad de una forma exacta. Se determinó un límite de 23; 26 cc de alcohol absoluto por cada “raya” de whisky o caña servida en bares de diferentes sectores sociales. Con respecto a la fijación de los 100 cc de alcohol absoluto (más de un cuarto de bebida destilada, de un litro de vino o de dos litros de cerveza) como cantidad a partir de la cual puede intentarse una delimitación operativa entre el uso y el abuso, se sostiene que la cantidad de alcohol puede medirse en términos de porcentaje de calorías aportadas por el alcohol a la dieta diaria del individuo, pudiendo fijarse arbitrariamente en 20% el límite entre ingestión moderada y excesiva (10). El hombre que consume en la práctica 3.000 calorías derivaría del alcohol no más de 600 calorías diarias si permanece como bebedor moderado. Como cada gramo de alcohol oxidado libera en el organismo 7,1 calorías, el total de alcohol absoluto ingerido no debería exceder en este caso los 100 cc u 80 gramos, lo cual equivale aproximadamente a un litro de vino (con 10% de alcohol), o ¼ litro de bebidas destiladas (con 40% de alcohol) o dos litros de cerveza (con 5% de alcohol)10. La información fue cargada en una planilla electrónica (Excel Microsoft) y analizada con programa estadístico informático STATA.
Control de calidad de los datos: como método el instrumento de campo fue sometido a prueba con población de 50 estudiantes de Alto Paraná, quienes fueron excluidos en la aplicación definitiva. Luego se elaboró la versión final del instrumento. A medida que se completaban los cuestionarios se realizaba una crítica a fin de detectar inconsistencias, luego fueron preparados para su digitalización.
Consideraciones Éticas: en los meses previos a la implementación, se obtuvo una autorización del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), que declaró de interés el desarrollo del Estudio. Posteriormente desde cada Institución (56 colegios) se envió una Nota a padres y madres para solicitar autorización a los/as mismos/as. La participación de los/las adolescentes fue voluntaria, proporcionándoles información suficiente y clara sobre la utilización de los datos y fines de la investigación. En todos los casos se guardó escrupulosamente la confiabilidad de las informaciones obtenidas. Los autores declaran no tener conflictos de interés comercial. El estudio no cuenta con financiación más que el Incentivo a los Investigadores PRONII CONACYT.
Resultados
En un total de 661 estudiantes del nivel medio, respondieron haber consumido bebidas alcohólicas alguna vez en la vida un 70 % (463) y un 27,5 % (182) no lo ingirió, el resto no contesta. De 463 estudiantes que consumieron alguna vez en su vida alcohol, 244 (52,7 %) eran del sexo masculino y 219 (47,3 %) del sexo femenino, con edades comprendidas mayormente entre 16 a 17 años 44,4 % (205). Una mayoría 70,8 % (328) vivía con el padre y la madre (Tabla 1).
Sexo | Frecuencia | Porcentaje |
Hombre | 244 | 52,7 |
Mujer | 219 | 47,3 |
Edad | ||
12 - 13 años | 35 | 7,6 |
14 - 15 años | 121 | 26,1 |
16 - 17 años | 205 | 44,4 |
Más de 17 años | 100 | 21,5 |
No contesta | 2 | 0,4 |
Personas con quienes viven | ||
Padre y Madre | 328 | 70,8 |
Padre | 12 | 2,6 |
Madre | 71 | 15,3 |
Parientes | 30 | 6,5 |
Otros | 22 | 4,8 |
El inicio en el consumo de alcohol se dio mayormente en el rango de 13 a 15 años con 52,9 % (245) y en niños/as menores de 8 años el 0,9 % (4) (Tabla 2). En el último año un 44,7% (207) de estudiantes consumieron 2 botellas o 6 latitas de cerveza; el 35% (162) dijo haber consumido 1 botella o más de vino; el 14,7% (68) consumió 4 rayas de caña o whisky (Tabla 3). En cuanto a los últimos 30 días un 42,1% (195) de estudiantes consumió 2 botellas o 6 latitas de cerveza; el 29,2% (135) dijo haber consumido 1 botella o más de vino; un 13,2% (61) consumió 4 rayas de caña o whisky (Tabla 4)
Edad que tenía la primera vez que consumió alcohol | Frecuencia | Porcentaje |
Menos de 8 años | 4 | 0,9 |
De 8 a 12 años | 101 | 21,8 |
De 13 a 15 años | 245 | 52,9 |
De 16 a 18 años | 85 | 18,4 |
Más de 18 años | 3 | 0,6 |
No responde | 25 | 5,4 |
Discusión
Quedó constatado en el presente estudio un alto porcentaje de personas que consumían 2 botellas o 6 latitas de cerveza, 1 botella o más de vino y 4 rayas de caña o whisky, lo que equivalen a 100 cc u 80 gramos de alcohol absoluto considerado consumo abusivo. Estos resultados son similares a los hallados en el trabajo llevado a cabo por Olivares que constató abuso de alcohol en los adolescentes, 16,2 % de ellos se había embriagado en el último año y 8,9 % en los últimos treinta días11. No obstante, en un estudio realizado en Río Grande Do Sul, Brasil, con 710 estudiantes de primaria y edades comprendidas entre 10 y 13 años se encontraron porcentajes mucho más elevados que el presente estudio (62,8 %), (2011). El consumo en el último mes y la ocurrencia de embriaguez fue mayor en hombres que en mujeres, aunque esta diferencia no fue estadísticamente significativa12.
Otro hallazgo fue en el estudio de Morello realizado con 3172 estudiantes de las ciudades de Buenos Aires, Córdoba y Tucumán, Argentina, cuya edad promedio fue de 12,8 años, mostró que en los 30 días previos a la encuesta el 32 % había consumido alcohol y 17 % tuvo un episodio excesivo de consumo13. Concordante además con otra fuente como la Quinta Encuesta Nacional a Estudiantes de Enseñanza Media, 230 adolescentes de entre 13 a 17 años, realizada en Argentina, los resultados concluyeron que el alcohol fue la sustancia psicoactiva de mayor consumo intensivo con 63,4 % y presentaba la edad de inicio de consumo de alcohol más baja: 13 años14.
Los resultados del estudio dejan además en evidencia que el consumo femenino prácticamente se iguala al consumo masculino. Las mujeres beben cada vez más en muchos países, en la misma proporción que los hombres. Sin embargo, esa igualdad conlleva más desigualdad entre los sexos en lo que respecta a las consecuencias para la salud. En las Américas las mujeres presentan una prevalencia mucho mayor del trastorno relacionado con consumo de alcohol. Por otro lado, sobre el consumo de alcohol en las mujeres, recae un estigma mayor que el de los hombres y tienen más barreras al momento de acudir a los servicios de ayuda15.
Cada vez más mujeres tienen comportamientos relacionados con el consumo abusivo de alcohol, lo que presupone un doble riesgo. Primero porque las mujeres desarrollan un alcoholismo mucho más rápido que los varones. Segundo porque la mujer tiene la función materna, entonces el embarazo y el consumo son un doble riesgo, ya que el bebé en crecimiento recibe el alcohol y también sufre los efectos en el vientre materno15.
El inicio de consumo de alcohol se dio a temprana edad en el grupo de estudio, lo que coincide con estudios nacionales donde se identificó que en los últimos años en Paraguay ha disminuido la edad de inicio del consumo, situándose el promedio en 13 años7. Al mismo tiempo el llevado a cabo por Fernández Raone en la ciudad de La Plata Argentina, mostró que la edad de inicio de la mayoría de los consultantes (63 %) había sido entre los 12 y 15 años, momento donde nacen las primeras expresiones del despertar de la pubertad16. De acuerdo con el estudio de Rueda Jaimes llevado a cabo en Bucaramanga, Colombia, en diferentes instituciones educativas, con 2.931 estudiantes de entre 10 y 22 años y una media de 14,4 años, los resultados mostraron que 51,1 % eran mujeres y la edad de inicio de consumo fue de 12,9 años17. También cabe comparar con el estudio de Olivares en 2.890 adolescentes de 10 centros educativos de secundaria en la ciudad de Madrid, España, que mostró una edad de inicio de consumo de alcohol a los 12, 06 años11; así como con el estudio de Fernández Díaz en 227 adolescentes residentes de Consejo Popular Cayo Hueso de Centro Habana, Cuba, que reflejó inicio de consumo de alcohol en menores de 16 años18.
Las afirmaciones de las evidencias anteriores sugieren que el abordaje estatal para frenar este consumo abusivo de alcohol por parte de los jóvenes, podría darse a través de un servicio de atención especializado en el tema. Otras medidas que contribuyan con la reducción del consumo serían: la suba de impuestos, límite de horarios y días de venta en establecimientos, restricción a la publicidad y promoción, límite de edad para compra y consumo, y realizar control de alcoholemia aleatorio como medida de prevención 4.
Finalmente atendiendo las recomendaciones del informe sobre la situación mundial del alcohol y la salud 2018 de la OMS en sus capítulos 1, 2, 5 y 6 que plantea el abordaje sobre consumo nocivo de alcohol, es importante resaltar que se precisa la participación de gobierno, sociedad e instituciones privadas que trabajen en forma coordinada en pos de políticas públicas que permitan un seguimiento eficaz de los Objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible4.
Una limitación del presente estudio es que en su línea temporal es retrospectivo, hecho que constituye un obstáculo respecto a sus resultados que ya no responden a la realidad actual si se realizara el mismo con la misma población estudiantil en corte trasversal.