INTRODUCCIÓN

La pandemia de la COVID-19 ha afectado mundialmente a todos los países, donde ha dejado fuertes impactos sociales, ambientales y económicos (^{AA News, 2020}). Desde marzo de 2020 la enfermedad respiratoria conocida y causada por el coronavirus SARS-CoV-2 ha sido declarada como pandemia por la Organización Mundial de la Salud (^{Picco, González, Wolff, Gómez y Wolff, 2020}) y el uso de máscaras o tapabocas se vuelve necesario con la aparición de la COVID-19 (^{Quiroz, 2020}). Antes de la pandemia, el uso de tapabocas o mascarillas solo era utilizado con fines quirúrgicos (medicina, odontología, veterinaria) e industriales, o para manipular sustancias tóxicas o contaminantes (^{EDMTOV, 2020}), hoy en día, su utilización no solo se ha impuesto a nivel local, sino que es considerado como un elemento primordial para cuidar la salud (^{elcanciller, 2020}) en tiempo de crisis sanitaria. La demanda de este producto es de tal magnitud que las ofertas desde internet han llegado a agotarse en términos de stock, al igual que la tela quirúrgica para su fabricación (^{EDMTOV, 2020}). Actualmente, las máscaras más populares son los tapabocas N95 o respiradores faciales N95 diseñados para la protección respiratoria, creando un sello hermético contra la piel sin permitir el pase de las partículas que circulan en el aire (^{Quiroz, 2020}). En cuanto a las clasificaciones de los tapabocas, se tienen a las mascarillas quirúrgicas (Tipo A) consideradas como barrera protectora para evitar salpicaduras, aerosoles, gotas grandes o rociaduras entren en la boca o nariz y utilizadas en hospitales, sanatorios o cualquier centro asistencial de salud, tanto público como privado (^{FDA, 2020}). Son de un solo uso, no pueden ser compartidos ni reutilizados, lavados o guardados, tampoco extender por más de cuatro horas y deben ser desechados en bolsas cerradas. Ejemplos: el FFP2 (filtra un 92% de las partículas de aire), el FFP3 (filtra un 98% de las partículas de aire), N95 (equivalente entre la FFP2 y FFP3), N99 (filtra un 99% de las partículas de aire) (^{Infonegocios, 2020}). Las mascarillas de barrera (Tipo B) conocidas como los tapabocas desechables (^{FDA, 2020}), destinados al público en general y no son considerados dispositivos médicos, puesto que no requieren de un registro sanitario para su fabricación. Igualmente, se recomienda el uso de tejido no tejido (TNT), 100% polipropileno en tres capas (^{Infonegocios, 2020}). Finalmente, las mascarillas de uso comunitario (Tipo C) son consideradas reutilizables, lavables o desechables, no requieren de registro sanitario ni son recomendadas para el personal sanitario. Los tejidos recomendados son: polyester, nylon, algodón, fibras regeneradas de celulosa (viscosa, modal), cualquier mezcla entre los materiales mencionados (^{Infonegocios, 2020}).

Así mismo, la utilidad de una máscara facial dependerá de varios factores como el grado de filtración, uso apropiado y adecuado del mismo entre otros, pero lo más relevante se encuentra en el cumplimiento de las regulaciones del tapabocas por parte de los fabricantes (^{Quiroz, 2020}). Finalmente, todos fabricantes o importadores nacionales deben estar habilitados por la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria (DNVS) en el rubro de fabricante/importadora y distribuidora de dispositivos médicos, materiales corto punzantes y equipos de protección individual en el Paraguay (^{Infonegocios, 2020}). Hoy por hoy, existe una tendencia de cambios en la industria de la moda donde el nuevo accesorio a estrenar es el tapabocas con diseños propios, divertidos y personalizados (^{elcanciller, 2020}), como también con respirador, materiales de distintos calibres, lavables o desechables disponibles en el mercado mundial (^{EDMTOV, 2020}).

Estudios científicos realizados sobre el tema se encuentran en la eficacia de las máscaras faciales para prevenir la transmisión de los virus respiratorios (^{Leung, et al., 2020}); uso de la máscara facial en lugares públicos como factor protector significativo frente a la infección por SARS (^{Lau, Tsui, Lau y Yang, 2004}); aplicación de modelo matemático para predecir efectos del uso poblacional masivo de la máscara en una pandemia de influenza (^{Brienen, Timen, Wallinga, Van Steenbergen y Tenius, 2010}); impacto del uso de las máscaras en la propagación de la pandemia (H1N1) (^{Tracht, Del Valle y Edwards, 2012}) y modelo matemático de trasmisión de la influenza que incorpora intervenciones de higiene (uso de respirador N95) y distanciamiento social (^{Jones y Adida, 2013}).

A medida que los países vayan levantando las medidas de confinamiento y las restricciones de movilidad, es necesario que las personas utilicen el tapaboca para protegerse en situaciones en las que no se puede aplicar el distanciamiento social (^{EFE, 2020}). En este trabajo se pretende determinar los factores que influyen en la compra del tapaboca en consumidores paraguayos durante la pandemia de la COVID-19.

METODOLOGÍA

El trabajo de investigación se basó en un enfoque cuantitativo de diseño no experimental, corte transversal y descriptivo. La población estuvo conformada por 521.559 habitantes de Asunción (^{DGEEC, 2015}) con un tamaño muestral de 384 personas, calculada bajo un nivel de confianza del 95%, margen de error del 5%, nivel de heterogeneidad del 50% y realizada por conveniencia. Se definió como el único criterio de inclusión a las personas que habitan en la ciudad de Asunción puesto que son los sujetos del análisis del estudio y como criterio de exclusión a los habitantes que no fueron residentes de dicha ciudad. El instrumento de recolección de datos estuvo compuesto por 11 preguntas cerradas, enviado vía WhatsApp por conveniencia en el mes de julio 2020. La tasa de respuesta fue de 87%, es decir, 333 contestaron exitosamente a la encuesta. El proceso se asentó en los siguientes pasos: 1. Elaboración del cuestionario con las variables a ser estudiadas como ser: sexo, edad, profesión, situación laboral durante la pandemia, los factores determinantes para el proceso de compra (calidad, precio, lugar de compra, frecuencia de compras) y la tendencia del tapaboca; 2. Envío del cuestionario a los participantes vía WhatsApp; 3. Recepción de los resultados de la encuesta y; 4. Tabulación realizada a través del software Excel y el análisis de los datos mediante el procesador de texto (Word) para su posterior presentación. Por lo tanto, un total de 333 encuestados respondieron al cuestionario con el fin de analizar las preferencias de uso y compra del tapaboca en consumidores paraguayos durante la pandemia de la COVID-19.

RESULTADOS

La presente investigación incluyó a 333 encuestados quienes habitan en Asunción para realizar la encuesta. Las características de los encuestados como así las preferencias en las compras del tapaboca se encuentran en la tabla 1.

En la tabla 1, se visualiza que la mayoría de los encuestados fueron del sexo femenino 65.8% contra un 34.2% del sexo masculino, siendo en su mayoría estudiantes (70.3%) y cuyas edades comprenden a menores de 18 años (37.2%) y jóvenes entre 18 a 20 años (44.1%). En cuanto a los factores a tener en cuenta a la hora de comprar un tapaboca, el 83.2% prefieren la calidad del mismo y un 92.2% consideran que previene el COVID-19. El precio que están dispuestos a pagar se encuentra entre 2.000 a 4.000 gs por cada uno (59.9%), prefiriendo así mismo comprarlo por unidad (73.6%), cada una semana (41.4%) de las farmacias (46.2%) y vendedores independientes (39.9%).

En cuanto a las preferencias de compras del tapaboca en consumidores paraguayos durante la pandemia, se visualiza que un 83.2% optan por la calidad antes que por el precio 7.8%, forma de adquirirlos 7% y diseño 2%. En cuanto a la cantidad de tapabocas que adquieren por cada compra, un 73.6% manifiestan que lo adquieren por unidades mientras que el 22.5% por caja de 50 unidades, especialmente en farmacias (46.2%) y de vendedores independientes (39.9%).

DISCUSIÓN

En la actualidad, estudios científicos demuestran que se debe entender que los asintomáticos también contagian el virus del COVID-19, por lo que el uso de tapaboca (mascarilla) y distanciamiento físico es crítico para evitar la propagación de contagios (^{MSPYBS, 2020}), es decir, no se descarta la posibilidad de la existencia de una propagación del COVID-19 entre personas quienes interactúan sin cumplir con los protocolos del distanciamiento social.

En el presente estudio, los encuestados optan por comprar tapabocas de buena calidad, con especificaciones técnicas eficientes contra la transmisión del virus, siendo insensible al precio ofrecido en el mercado nacional. Por otro lado, la industria de la moda adopta el uso del nuevo accesorio como parte del atuendo diario, interponiendo con el look tradicional de un buen maquillaje y buen aspecto facial. Entendiéndose que existe un alto grado de conciencia en el uso del tapabocas durante, como un nuevo estilo de vestir y nueva manera de vivir la COVID-19. Sin duda alguna, las personas se preocupan más por el cuidado de la salud que otros factores relacionados al producto, sin embargo, la industria de la moda no se estanca durante la pandemia (un 70% de los encuestados opinan que será toda una tendencia en la nueva manera de vestir). La obtención de un alto porcentaje de jóvenes menor a 18 años y la concentración de estudiantes encuestados se debe a que el instrumento fue dirigido a todo público, sin realizar una pre selección entre los sujetos de análisis.

En los resultados obtenidos, también se pudo identificar los factores más apreciado por los consumidores paraguayos a la hora de comprar tapabocas mediante la encuesta, consiguiendo colocarse en el primer puesto la calidad como la variable con más peso dentro de las preferencias y, la percepción de que el tapaboca pueda convertirse en un hábito y/o costumbre se verá con el tiempo como consecuencia ocasionada por la pandemia.

Cabe señalar que no se han encontrado investigaciones científicas sobre los factores que determinan la compra del tapaboca en sí, más bien, la mayoría de los estudios se centran en determinar la usabilidad y la calidad del producto y sus clasificaciones, en el ámbito psicológico de su uso y otras producciones en el área de salud. Hay que destacar que existen investigaciones como de los autores ^{Lau, Tsui, Lau y Yang (2004}) quienes encontraron que utilizar máscara facial frecuentemente en lugares públicos era un factor protector significativo frente a la infección por SARS en el análisis multivariado (OR = 0.27, p <0.001). Otros como ^{Brienen, Timen, Wallinga, Van Steenbergen y Tenius (2010}) aplicaron un modelo matemático para predecir los efectos del uso poblacional de la máscara en una pandemia de influenza bajo los parámetros de infectividad y transmisibilidad del virus, como también, eficacia y cobertura de la máscara. Así mismo, ^{Leung, et al. (2020}) indicaron que el uso de máscaras quirúrgicas puede reducir la emisión de coronavirus humanos y virus de la influenza humanos por parte de individuos sintomáticos. ^{Tracht, Del Valle y Edwards (2012}) cuantificaron el impacto de las máscaras en la propagación de la pandemia (H1N1) 2009 en términos de costo versus efectividad. Implementar estrategias efectivas para el uso del tapaboca durante la pandemia puede generar ahorros netos para un país, en especial si los fabricantes del producto se encuentran operando dentro del mercado nacional, haciendo hincapié en el costo de producción unitario a través de la economía de escala.

Algunas limitaciones del estudio se contemplan en haber tomado una muestra no tan significativa, menores de 18 años, como sujetos de análisis puesto que en muchas ocasiones no son quienes deciden en el proceso de compra, e incluso también, se vio la necesidad de ampliar las preguntas o las variables a investigar.

Por último, algunas recomendaciones para futuras investigaciones son: 1. Aplicar un instrumento más amplio y detallado para la recolección de datos; 2. Realizar estudios longitudinales (durante y post pandemia) sobre el comportamiento de los consumidores en la adquisición de los tapabocas y, 3. Aumentar la muestra del estudio, abarcando más áreas a encuestar dentro del territorio nacional.