INTRODUCCIÓN
En el artículo se analiza la relación docente- alumno, mediada por el ejercicio de autoridad, la pregunta de partida ¿Que condiciona el ejercicio vertical de la autoridad pedagógica y cómo transformar esa relación en una unidad democrática, que fortalezca el pensamiento crítico de los estudiantes universitarios?
Autoridad es un concepto que puede articularse de forma distinta al ejercicio del poder. Se asocia a la capacidad de ejercer influencia sobre otras personas para que hagan algo. En la escuela se relaciona al poder del docente para vigilar la disciplina y el cumplimiento de las tareas de los alumnos en aula o fuera de ella (Meza, Cox, y Zamora, 2015).
La autoridad tradicional del docente se respalda en la norma, que le proporciona los instrumentos para hacerse obedecer: la evaluación que viene a ser una especie de violencia simbólica, término acuñado por Pierre Bourdieu en 1970. Contrario a este tipo de autoridad, es la aquella que se construye sobre el respeto y genera un liderazgo necesario para motivar a los estudiantes a convenir con el docente sobre los puntos más importantes para el buen desarrollo del programa educativo. En el trabajo de investigación, se absuelven algunos interrogantes entorno a la autoridad docente y sus resultados sirven para orientar a otros estudios sobre la temática.
METODOLOGÍA
La investigación es descriptiva, a través de ella se analiza como es y cómo se manifiesta la autoridad pedagógica en el contexto de la Universidad Técnica de Machala; se ocupa de las características que identifican los elementos del objeto de investigación, como se presentan y sus interrelaciones con el contexto de aula. Para el estudio bibliográfico se ha tomado los referentes teórico de diferentes autores que aportan para el estudio de la temática. Para el trabajo empírico que dé cuenta sobre las variables: desempeño profesional y desempeño ético del docente, se ha aplicado encuestas a una población muestral de 373 alumnos, mujeres y hombres, sobre el desempeño de los docentes de las cinco unidades académicas con que cuenta la universidad.
Los indicadores que se incluyen en las preguntas de las encuestas aplicadas son: Tratamiento solvente de contenidos (TSC); Cumplimiento del Encuadre (CE); Trasmisión de conocimientos sin reserva (TCSR); Comunicación clara y sencilla (CC); Respeto a los profesores (RP); Espacios decisión de estudiantil (EDE) Ejercicio de autoridad y servicio (EAS); Abuso de autoridad (AA); Autoridad firme y respeto (AFR): Oposición al abuso de autoridad (OAA).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En los resultado de la investigación, según la Tabla 1, sobre el Desempeño docente, que es el resultado de las encuestas realizadas, el 47.5% de los alumnos, están parcialmente satisfechos con la preparación del docente. Tal deficiencia formativa, puede convertirse en una barrera para la motivación al estudio y debilita la autoridad docente, siendo importante que el maestro tenga competencias científico-pedagógicas para cumplir con su tarea.
Las competencias docentes son importantes para la formación de los estudiantes; antes se consideraba importante la instrucción, trasmisión de conocimientos; sin embargo hoy se requiere una mayor participación delos estudiantes en la construcción del conocimiento, por este motivo Castro y Ramírez (2011) recomiendan tomar en consideración que la enseñanza de ciencias implica lograr que los estudiantes establezcan un diálogo racional con su propia perspectiva y la de los demás, (p. 46) y ello requiere destrezas pedagógicas del maestro para que pueda guiar acertadamente por el método científico.
Para Mas Torelló (2011), la calidad educativa, no será nunca cumplida si no se prepara adecuadamente a los docentes. En la realidad local, los maestros universitarios no han desarrollado competencias para la gestión pedagógica en el aula “mayoritariamente no han sentido esta necesidad formativa, ni la institución les ha exigido ninguna formación pedagógica previa al desarrollo de dicha función docente” (p. 9).
En el contexto ecuatoriano se agudiza la problemática entono al proceso docente, por la costumbre de asignar, el dictado de varias asignaturas, a un solo profesor, por lo tanto éste debe dedicar un tiempo considerable a la planificación de varias clases a la vez, (en algunos casos hasta siete) lo que lo agota y no le deja espacio para profundizar en los contenidos de la disciplina y los métodos didácticos.
Silvero (2012) sostiene que la planificación cerrada, de ninguna manera favorece la creatividad en la construcción del conocimiento, en tanto se busca el cumplimiento de los programas, esto deja de lado la flexibilidad para la construcción del conocimiento fuera de los contenidos establecidos, además deja fuera los intereses de los propios estudiantes (p. 13)
En la realidad universitaria estudiada, el 58.7% de los estudiantes encuestados, opina que los docentes cumplen parcialmente con los compromisos contraídos en el encuadre. “La presentación de una asignatura en el inicio del ciclo lectivo implica, a juicio de los autores, una definición técnica, ética y política” (DIPEC, 2002, p. 74). La labor docente requiere pulcritud de acción, lo contrario implica falta de compromiso, que deteriora el respeto, creando tensiones que restan posibilidades de fortalecer valores.
En el contexto, el docente con autoridad y respetabilidad, se arriesga por la participación creativa y reflexiva de los estudiantes, y ello requiere de una interacción activa entre los pares académicos, tanto en el proceso de aprendizaje como en las tutorías y prácticas que permiten el análisis, el diálogo y la opinión.
El dejar de interactuar con los estudiantes disminuye las posibilidades de aprendizaje, limita a los estudiantes a preguntar o debatir, sobre los problemas planteados, y también deja al maestro sin percibir adecuadamente los avances de los alumnos; en el proceso educativo deben aprender mutuamente educador y educando; por ello Galvis (2015) resalta la importancia de convertir a la comunicación en un instrumento eficaz para lograr mayor productividad y desarrollo de los estudiantes (p. 76).
La enseñanza que se fundamenta en una intercomunicación es productiva dentro del aula, en tanto motiva a los estudiantes a preguntar, el diálogo permite contextualizar los saberes y desde ese espacio los conocimientos se convierten en relevantes, pues se visualiza las oportunidades para aplicarlos, la práctica se convierte en generadora, que a criterio de Giroux (2008) surgen en el aula al calor de la investigación y las experiencias académicas y prácticas profesionales.
En la época contemporánea, más que la anteriores, se requiere mucha sabiduría y paciencia para mantener la autoridad, ello implica formas de negociación, donde los sujetos construyen sus trayectorias (Pierella, 2015, p. 431) cada vez más, en el contexto universitario, desaparecen las relaciones jerárquicas como las determinantes en el reconocimiento de la autoridad, los alumnos se inclinan por el poder del conocimiento y la destreza para facilitarlo. Esto no ocurre en la educación bancaria (Freire, 1970), en donde la autoridad deviene en autoritarismo, que provoca miedo, anula la autonomía.
Según el 41.6% de los estudiantes, la comunicación con los docentes no es clara y transparente. Ello significa que los mensajes no llegan adecuadamente a los receptores, quienes estarían en estado pasivo y no participativo, en tal contexto de aulas será difícil que fluyan los diálogo y debates, situación que permite mantener la dicotomía profesor/alumno. Hay muchos factores que limitan el proceso comunicacional, como es la elevada confianza en el conocimiento autorizado y la aplicación rígida de las normativas disciplinarias.
Freire (2002) con propiedad defiende la importancia del docente de hablar con, pues sus interlocutores también hablarán con y ese con es alguien que es un sujeto que vive, piensa y siente. De tal suerte que no se considere a los estudiantes como simple oidores o repetidores del discurso docente (p. 31).
Los profesores universitarios han manejado el discurso del modelo tradicional que se denomina a la trasmisión- recepción, cuyos resultados han sido la educación verbalista, enciclopédica, con contenidos no significantes para el desempeño laboral, las programaciones abundan en contenidos para ser estudiados; según Silvero (2012) sin importar la construcción del conocimiento reflexivo o crítico de los estudiantes ( p.13).
La universidad debe romper barreras culturales fuertemente arraigadas en la población joven para comunicarse con los adultos. Romper el silencio formal de los estudiantes para que se integren plenamente al diálogo con el docente, es abrir una posibilidad comunicación transparente, básica para la educación de los alumnos.
En la encuesta de opinión realizada, los estudiantes consideran que los maestros de su especialidad gozan parcialmente de respeto ante sus alumnos (63.5%); el reconocimiento de los maestros, en estos casos está determinado por el imaginario que los estudiantes han construido en torno a la autoridad.
Cuando hay ruptura con el imaginario cultural, el vínculo alumno- profesor se deteriora, sin embargo el dominio continua, ello se debe al reconocimiento de la legitimidad asimétrica que se ampara en la normatividad, las relaciones de autoridad “dependen de la capacidad interactiva (oficio) del docente y de las legitimidades que emergen en el espacio y las interacciones cotidianas donde se encuentran estudiantes y profesores” (Neut, 2015. p. 74).
El 48.8% de estudiantes opina sobre la importancia de ejercer la autoridad con firmeza para hacerse respetar. En el contexto es usual que el respeto al docente se rompa cuando los maestros adoptan una posición horizontal, los alumnos consideran que sus maestros no deben perder voz de mando ni ponerse al nivel de los estudiantes.
Cuando los maestros recurren al autoritarismo y la arbitrariedad para mantener el “orden” en el aula, se crean posibilidades para la sumisión por miedo al castigo (registro de notas); pero este a su vez puede generar desorden, protestas, aumentando la tensión entre docente y alumno. Según opinión de los encuestados existen casos de abuso de autoridad por parte de los docentes (39.7%)
El autoritarismo pedagógico, según Gómez (2010), es el ejercicio violento para demandar el cumplimiento de los subordinados, estableciéndose una relación de dependencia de unos con respecto a otros; de tal suerte que la autoridad se legitima por ejercicio de la fuerza (p. 135).
En ningún momento es aconsejable el autoritarismo, por un lado este genera un ejercicio arbitrario del poder y por otra formas de resistencia en los jóvenes, que en muchos casos se expresan con el rechazo de las disciplinas que el docente imparte; de ello se considera que es importante respaldarse en el respeto que le otorga su propia labor, para exigir de sus alumnos rigurosidad intelectual, como sujetos con capacidad de intervenir en el contexto social. Para Giroux (2013) es de suma importancia desarrollar el diálogo, la interacción dentro del aula, que favorece el poder de los estudiantes para interrogar, participar en el proceso educativo (p. 21).
En la actividad docente esto significa demostrar respeto a los estudiantes, delegar autoridad en el debate, crear espacios de colaboración, que permitan ejecutar las tareas con autonomía. El ejercicio de la autoridad puede ser delegado o mediado. El cumplir y hacer cumplir la ley es una fuente del prestigio de la autoridad y en ese proceso se encontrará una oportunidad de servir a los demás como lo sugieren el 58.2 % de los alumnos. En la actividad docente, el servir está asociado a brindar las facilidades para el acceso y construcción del conocimiento, apoyo en situaciones especiales, pero de ninguna manera significaría facilismo y permisividad para los estudiantes, porque ello levaría al voluntarismo, que no aporta al desarrollo académico.
En la Tabla 2 de correlaciones podemos observar claramente que el indicador autoridad y respeto, se correlaciona significativamente con cuatro indicadores: Comunicación clara y sencilla, tratamiento solvente de contenidos, ejercicio de autoridad firme y respetuosa y oposición al abuso de autoridad. Cada uno de los indicadores a su vez tiene relaciones de significancia con otros indicadores que en el cuadro se han resaltado para que se observe de mejor manera.
Tabla 2 Correlaciones.

**. La correlación es significativa en el nivel 0,01 (bilateral).* La correlación es significativa en el nivel 0,05 (bilateral). Tratamiento solvente de contenidos (TSC); Cumplimiento del Encuadre(CE); Trasmisión de conocimientos sin reserva (TCSR); Comunicación clara y sencilla (CCS); Respeto a los Docentes (RD); Espacios decisión de estudiantil(EDE) Ejercicio de autoridad y servicio(EAS); Abuso de autoridad(AA); Autoridad firme y respeto(AFR): Oposición al abuso de autoridad (OAA).
En consecuencia si los maestros no trasmiten en forma clara y sencilla los contenidos, no habría una trasmisión solvente de contenidos, deteriorándose la autoridad, en esas circunstancias, los maestros ejercerán autoritariamente, situación que cierra espacios de servicio para el desarrollo de la tarea educativa. Esto traería como consecuencia la organización de los estudiantes contra los abusos de autoridad, que obviamente generará conflictos que van a incidir en la calidad de los procesos.
CONCLUSIONES
Los resultados evidencian el problema en el contexto de la universidad Técnica de Machalala, ubicada en la costa sur del Ecuador y sirven para elaborar lineamientos generales para el ejercicio de la autoridad docente.
Se percibe una autoridad docente débil, a criterio de los estudiantes, condicionada por una concepción tradicional de autoridad, y una preparación insuficiente del maestro. El respaldo en el ejercicio de una autoridad con liderazgo es la preparación científica y pedagógica del docente; que implica también un desempeño ético, por cuanto debe cumplir con los compromisos y respetar los espacios de decisión de los estudiantes.
Los alumnos esperan que los maestros ejerzan autoridad; pero al mismo tiempo tengan espíritu de servicio, por ejemplo esperan que los contenidos se trasmitan en forma clara, sencilla y sin reservas, que se cumplan los convenios pedagógicos que se establecen con los alumnos al inicio del curso, un manejo didáctico comunicacional con espacios de decisión para los estudiantes
Los problemas mencionados contribuyen para que los maestros sean autoritarios; lo curioso es que los estudiantes no se oponen en su mayoría a la imposición docente; eso puede explicarse por la tradición cultural que inculca obediencia a los superiores, o por el hecho de que la normatividad respalda a los docentes.
La universidad debe replantearse los procesos de distribución de la carga horaria y al mismo tiempo de la formación continua de los maestros; los estudiantes valoran el dominio de los contenidos y si el perfil del profesorado es débil, la autoridad también tiende a serlo.
El sentimiento de rechazo al autoritarismo, aunque esté disfrazado por temor principalmente, juega un papel importante para el respeto a los docentes y es común que se manifieste en los pasillos. Queda mucho por trabajar para ubicar a las universidades en la categoría de excelencia, sin embargo los procesos evaluativos aunque no son los ideales, presionan para el cambio.