INTRODUCCIÓN
El incremento de la temperatura promedio del planeta tierra, la extinción incontrolable de flora y fauna, la contaminación de recursos vitales como el agua, el aire y el suelo, entre otros fenómenos concomitantes constituyen la cara más visible de problema ambiental al que la humanidad se enfrenta actualmente (Lange & Dewitte, 2019; Wynes & Nicholas, 2017). La mayoría de estas amenazas ambientales tienen causa antropogénica. Por ello, una forma de revertir todo el daño causado y reducir el riesgo ambiental es mediante el cambio de conducta antiecológica y la promoción de comportamientos proambientales en la población. Apoyados en estudios científicos, los tomadores de decisión, dentro de las administraciones públicas, han venido implementado políticas públicas proambientales en muchos países (Gardner & Stern, 2008; Revell, 2013; Steg & Vlek, 2009). Estas políticas públicas suponen que los cambios en el comportamiento de los individuos tienen un mayor y rápido impacto en el medio ambiente, que otras orientadas a cambios en la matriz energética, innovaciones en la infraestructura o modificaciones institucionales (Gore, 2015; Pacala & Socolow, 2004).
De acuerdo con Lange & Dewitte (2019), el comportamiento pro ambiental (CPA), incluye acciones que benefician al medio ambiente natural (p.ej. reutilización, reciclaje) y la omisión de actos que lo dañan (p.ej. ahorro de energía, racionalización del agua, entre otros). Este comportamiento ha sido estudiado en distintos grupos sociales, pero principalmente a nivel de estudiantes universitarios (Herrera et al., 2016; Palavecinos et al., 2016; Shafiei & Maleksaeidi, 2020; Thondhlana & Hlatshwayo, 2018) desde una perspectiva predominantemente cuantitativa, mediante el uso de escalas para medir el CPA. La preferencia por estudiar a este grupo social tiene que ver con el potencial que tienen los estudiantes universitarios de adoptar nuevos y mejorar hábitos en beneficio del medio ambiente, así como también plantear soluciones futuras con actitud de compromiso con el planeta.
En el Perú, los estudios sobre el CPA a nivel de estudiantes universitarios empiezan a despegar lentamente. Sin embargo, estos estudios, como la tendencia más dominante en esta área de conocimiento, adoptan un enfoque cuantitativo (Alvarez-Risco et al., 2018; Carhuapoma & Coello, 2015; Chero Pacheco et al., 2019; Rivera & Rodríguez, 2009). Estos estudios priorizan el uso de escalas para medir el comportamiento proambiental, la influencia socioambiental, la identificación ambiental, los valores y la actitud proambiental; y se recurre al uso de las correlaciones para dar cuenta de su nivel de asociación. Dentro de las principales conductas ambientales identificadas destacan los hábitos de compra, ahorro de agua y energía, prácticas de reciclaje y reutilización. Por otro lado, estudios de corte cualitativo recién vienen siendo desarrollados. Por ejemplo, el trabajo de Meza-Aliaga (2020) aborda el CPA desde una perspectiva fenomenológico-hermenéutica.
Juliaca, es una de las principales ciudades del sur del Perú, cuya vocación económica está ligada especialmente al comercio y la manufactura. Es la urbe con mayor concentración de población en la región Puno, lo que ha significado una creciente demanda de servicios en salud, educación, vivienda, transporte, seguridad y limpieza principalmente. Los problemas ambientales constituyen una de las preocupaciones critica de la población y las autoridades locales. Hechos como la contaminación de los ríos Coata y Torococha, la crisis del botadero de basura de Chilla y las celdas de Huanuyo son solo la muestra de la emergencia ambiental al que se enfrenta esta ciudad (Aucapuri & Caviedes, 2018; Chacón, 2019; Floríndez, 2016; Huamaní-Montesinos et al., 2020; RT, 2018).
La evidente crisis ambiental de la ciudad y la escasa existencia de estudios cualitativos sobre el comportamiento pro ambiental en este contexto, constituyen el motivo que justifica esta investigación. En este sentido, el objetivo fue explorar el comportamiento proambiental de una muestra cualitativa de estudiantes universitarios de la ciudad de Juliaca, desde un enfoque cualitativo.
MATERIALES Y MÉTODOS
La investigación se inscribe dentro del enfoque cualitativo, de alcance exploratorio y con un diseño basado en teoría fundamentada (Espriella & Restrepo, 2020; Hernández et al., 2014). Se buscó generar hipótesis acerca del comportamiento pro ambiental universitario, a partir del análisis inductivo de testimonios escritos.
El estudio se desarrolló en la Escuela Profesional de Gestión Pública y Desarrollo Social de la Universidad Nacional de Juliaca. Esta universidad fue fundada el 25 de julio de 2007 mediante Ley Nº 29074, y en el 2019 logró su licenciamiento otorgado por SUNEDU. Cuenta con cinco carreras profesionales y una población aproximada de 1 600 estudiantes a nivel de pregrado. El programa académico de Gestión Pública y Desarrollo Social es una de las carreras con mayor demanda dentro de la universidad y actualmente cuenta con unos 386 estudiantes en el semestre académico 2020-1 (Vilca-Colquehuanca et al., 2020). Dentro de su plan de estudios se han considerado asignaturas relacionadas con el cuidado del medio ambiente y la responsabilidad social.
Para la investigación, se aplicó el muestreo cualitativo por conveniencia. La muestra estuvo conformada por 28 estudiantes de pregrado de la escuela profesional de gestión pública y desarrollo social de la UNAJ (12 varones y 16 mujeres). Según mencionan, al momento del recojo de datos, 20 residían en la ciudad de Juliaca y solo 08 fuera de ella.
ID | Participante | Sexo | Residencia actual | Distrito de residencia | Provincia de residencia |
---|---|---|---|---|---|
P01 | Rovi | Hombre | DC | Juliaca | San Román |
P02 | Maer | Hombre | DC | Juliaca | San Román |
P03 | Kaly | Mujer | DC | Juliaca | San Román |
P04 | Mara | Mujer | DC | Juliaca | San Román |
P05 | Falu | Mujer | FC | Antauta | Melgar |
P06 | Equi | Hombre | DC | Juliaca | San Román |
P07 | Cafa | Hombre | DC | Juliaca | San Román |
P08 | Loug | Mujer | DC | Juliaca | San Román |
P09 | Jasa | Mujer | FC | Puno | Puno |
P10 | Roja | Hombre | DC | Juliaca | San Román |
P11 | Mirc | Mujer | DC | Juliaca | San Román |
P12 | Maat | Mujer | FC | Azángaro | Azángaro |
P13 | Gaes | Mujer | DC | Juliaca | San Román |
P14 | Vira | Hombre | DC | Juliaca | San Román |
P15 | Apau | Mujer | DC | San Miguel | San Román |
P16 | Blae | Hombre | FC | Lampa | Lampa |
P17 | Crir | Hombre | DC | San Miguel | San Román |
P18 | Lika | Mujer | DC | Juliaca | San Román |
P19 | Evey | Mujer | DC | Juliaca | San Román |
P20 | Liyu | Mujer | FC | Huayrapata | Moho |
P21 | Mers | Mujer | DC | Juliaca | San Román |
P22 | Glay | Mujer | FC | Putina | San Antonio P. |
P23 | Elig | Hombre | DC | Juliaca | San Román |
P24 | Fret | Hombre | FC | Huancané | Huancané |
P25 | Irsa | Mujer | DC | Juliaca | San Román |
P26 | Miac | Mujer | DC | Juliaca | San Román |
P27 | Emco | Hombre | FC | Santiago de Pupuja | Azángaro |
P28 | Abal | Hombre | DC | Juliaca | San Román |
Los datos fueron recolectados en línea, utilizando el aplicativo de Google form, el 04 de septiembre del 2020. El aplicado permitió generar un formulario que recogía datos de identificación básica, también unas preguntas relacionadas con el comportamiento y la preocupación a favor del medio ambiente. Específicamente se trabajó con la siguiente pregunta:
Sabemos que el cuidado del medio ambiente es muy importante. Sin embargo, no siempre somos conscientes del impacto que tiene nuestra forma de vivir sobre nuestro entorno. Por ello, nos gustaría saber ¿Qué se hace por el medio ambiente en tu casa?
La pregunta es de tipo no estructurada, por lo que las respuestas podían tener la extensión que el informante desease. Antes de responder las preguntas del formulario, se pidió a los estudiantes participantes su consentimiento informado. También se les informó oportunamente sobre el objetivo del estudio y el uso que se haría con la información proporcionada. En esta misma línea, se indicó que las respuestas serian anónimas.
El tratamiento de los datos se realizó mediante el análisis de contenido o análisis categorial, con ayuda del software atlas ti 7.0.
Los testimonios recogidos en el formulario de GoogleForm fueron exportados a Atlas.Ti 7 mediante el comando: Documentos -> Nuevo -> Importar datos de encuesta. Se generaron 28 documentos primarios. También de generaron 04 familias de documentos primarios (02 sobre sexo del participante y 02 sobre su lugar de residencia actual).
Para la identificación de las practicas pro ambientales, luego de la segmentación y codificación, se utilizó el siguiente comando: Análisis -> Tabla códigos-documentos primarios. Luego los resultados fueron graficados en Excel con la herramienta de gráficos “rectángulos”.
Para la elaboración de las redes hermenéuticas de la figura 2 se utilizó nuevamente el comando: Análisis -> Tabla códigos-documentos primarios, pero con filtro por sexo y lugar de residencia. Se consideraron las categorías con un nivel superior de saturación a la mitad del valor máximo. Las categorías seleccionadas fueron graficadas mediante la herramienta de vista red de Atlas. Ti 7.
Para la elaboración del grafo de la figura 3, se extrajo previamente la matriz de coeficientes de coocurrencia en Atlas.ti 7. Los pares de categorías con valores más frecuencia fueron seleccionados para formar parte del grafo.
Para la elaboración del diagrama de la figura 4, se generaron dos familias de códigos: CPA evitativo y CPA benéfico. Luego se graficó la posición de cada participante dentro del cuadrante Evitativo/Benéfico.
RESULTADOS
Las conductas pro ambientales se refieren al conjunto de actos intencionales orientados al cuidado del medio ambiente. En este sentido, a partir de los datos obtenidos de los 28 participantes en el estudio, se determinó un conjunto de 10 actos intencionales que configuran el espectro de posibilidades que tipifican el comportamiento pro ambiental. De estas acciones, destacan cuatro: 1) el cuidado de plantas, 2) la segregación, 3) la reducción en la generación de basura y 4) el reciclaje (Ver Figura 1).
Evidentemente, la actividad del cuidado de plantas sugiere que existe una identificación del estudiante con la imagen del medio ambiente saludable, en tanto que refleja el interés por recrear un espacio de vida en contraste con los espacios de cemento y tierra propios de una ciudad emergente como Juliaca, que tiene un tremendo déficit de áreas verdes.
Un análisis más específico permite identificar la asociación que puede haber entre ciertas acciones proambientales desde una perspectiva de género y lugar de residencia. En la Figura 2-A se muestra las principales prácticas proambientales por cada género. A pesar de haber varias prácticas proambientales comunes (cuidado de plantas, reducción de la generación de basura y segregación de residuos sólidos), destaca la práctica asociada a la adecuada disposición de los residuos sólidos domiciliarios, porque está asociada a las mujeres. Esto quiere decir que son las mujeres las que se preocupan más por no botar basura en cualquier parte.
Por otro lado, una aproximación a las conductas proambientales desde el ángulo del lugar de residencia de estudiante (dentro de la ciudad de Juliaca y fuera de la ciudad de Juliaca) presenta un contraste mucho más evidente. Existen pocas acciones comunes (cuidado de plantas). Para aquellos que residen actualmente en la ciudad de Juliaca el reciclaje y la reducción de generación de basura son las acciones más destacadas. Mientras que la segregación estámásasociada con estudiantes que residen fuera de la ciudad (Figura 2-B).
¿Qué sucede cuando analizamos las acciones pro ambientales de manera asociativa? Es decir, preguntarnos por aquellas acciones qué son referidas simultáneamente por los participantes. De este se puede identificar ciertos patrones del comportamiento proambiental. Luego de haber efectuado el análisis de coocurrencia entre acciones proambientales se ha identificado dos principales patrones emergentes (Ver Figura 3).
Existe una acción (cuidado de plantas) que funciona como bisagra entre las dos estructuras identificadas:
La primera corresponde a la conducta pro ambiental evitativa. Esta estructura comprende acciones como el ahorro de energía, de agua y reducción en la generación de residuos sólidos. Se caracteriza por agrupar acciones que buscan evitar el daño al medio ambiente. La lógica es procurar no dañar o minimizar el daño al medio ambiente.
La segunda estructura corresponde a la conducta pro ambiental benéfica. Esta se refiere a la realización de acciones que benefician al medio ambiente natural; por ejemplo: reciclaje, reutilización y segregación. La lógica es procurar acciones que mitiguen o reviertan el daño causado al medio ambiente.
En la realidad estas dos estructuras emergentes no necesariamente se dan en un estado puro en el comportamiento los estudiantes. Algunos estudiantes pueden tener una conducta que equilibra estas dos estructuras, mientras que otras pueden tener una orientación predominante.
La Figura 4 presenta la combinación de las estructuras emergentes para cada uno de los participantes en el estudio. Por ejemplo, la participante Lika presenta una conducta proambiental equilibrada. En cambio, Gaes tiende a tener una conducta pro ambiental evitativa. Asimismo, Fret presenta una CPA evitativo. Desde una mirada en conjunto, podemos señalar que existe un mayor peso de la CPA benéfica sobre la evitativa. Esto significa que los estudiantes que participaron en el estudio “entienden” que hacer algo por el medio ambiente es adoptar una postura reactiva. Una postura que tolera la existencia del daño ambiental, pero así mismo emprende acción para remediarlo.
DISCUSIÓN
En el Perú, para poblaciones de estudiantes universitarios, varios estudios han identificado que las conductas proambientales más frecuentes son aquellas vinculadas al ahorro del agua, de la energía, la reducción en la generación de residuos sólidos y la adecuada disposición de los mismos (Alvarez-Risco et al., 2018; Meza-Aliaga, 2020; Rivera & Rodríguez, 2009). Es decir, conductas de ahorro de recursos y prácticas de manejo adecuado de residuos sólidos son las más predominantes, quedando en segundo plano aquellas acciones vinculas a las compras ambientales (Alvarez-Risco et al., 2018). En nuestro estudio, también se han identificado como predominantes aquellas conductas orientadas al ahorro de recursos (agua y energía) y prácticas de manejo adecuado de residuos sólidos domésticos (incluyendo reciclaje, segregación y reutilización). Por otro lado, un hallazgo relevante es la identificación de la práctica del “cuidado de plantas” como la conducta más relevante que han reportado los estudiantes consultados.
En cuanto a las diferencias por género que puede haber en la CPA, los estudios realizados en otros contextos no llegan a las mismas conclusiones. Algunos estudios sugieren que no existen diferencias significativas entre la CPA de varones y mujeres (Cantú-Martínez, 2020; Shafiei & Maleksaeidi, 2020),mientras que otros afirman que son las mujeres quienes muestran un CPA mayor en relación a los varones (Alvarez-Risco et al., 2018; Palavecinos et al., 2016). Nuestros resultados no refuerzan ninguna de estas posiciones, pero identifican la presencia de una mayor cantidad de conductas pro ambientales en las mujeres, en comparación de los varones.
Por otra parte, el estudio ha identificado dos patrones de CPA. El primero que se refiere a acciones evitativas que buscan reducir o limitar el daño al medio ambiente a través de la omisión de ciertas acciones perjudiciales. El segundo, que es el más preponderante, se refiere a acciones benéficas, es decir acciones que buscan remediar, mitigar o aliviar el daño ya causado al medio ambiente. Esta identificación de patrones es consistente con lo propuesto por Lange & Dewitte (2019) , para quienes la CPA incluye la realización de acciones que benefician al medio ambiente (por ejemplo, reciclaje) y la omisión de aquellas que lo dañan (por ejemplo, evitar desperdiciar al agua).
Finalmente, el estudio ha identificado que la mayoría de los estudiantes universitarios consultados tienden a mostrar un CPA más benéfico que evitativo. A pesar ello, cabe preguntarse sobre el impacto de estas prácticas en el medio ambiente. Posiblemente estamos ante el hecho de una falsa conciencia pro ambiental, debido a que la realización de acciones “pro ambientales” con bajo impacto real en el medio ambiente, lo único que genera es un estado de conciliación interna, de complacencia y menor preocupación por generar cambios más relevantes. También generaría una brecha cada vez mayor entre el deseo de mucha gente por alinear sus acciones a un estilo de vida ambientalmente amigable y los resultados reales de sus acciones. Esto último es consistente con Wynes & Nicholas (2017), para quienes las acciones gubernamentales por el cuidado del medio ambiente ha perdido el horizonte de los resultados, y se ha centrado más en las formas, en promover el cambio de hábitos pero con poco impacto, y políticamente rentables. Justamente, prácticas como reciclar-reutilizar y el ahorro de recursos son acciones de poco impacto, pero con alta publicidad y promoción, que son adoptadas por población en general y particularmente por estudiantes universitarios.
CONCLUSIÓN
En base a los testimonios de la muestra de 28 estudiantes de la Universidad Nacional de Juliaca, se ha determinado que el cuidado de plantas, el reciclaje, la reducción y la segregación de residuos sólidos domésticos constituyen las prácticas más recurrentes realizadas en relación al comportamiento pro ambiental. Este resultado es consistente con la literatura existente que reporta similares resultados. Asimismo, se ha identificado dos estructuras emergentes de este comportamiento proambiental, uno que privilegia acciones evitativas y el otro que se asocia con acciones benéficas. Esta última estructura subyacente tiende a describir mejor el comportamiento pro ambiental del estudiante universitario en Juliaca. Lo preocupante de las prácticas identificadas es que estarían generando una falsa conciencia ambiental en los estudiantes, porque se tratarían de acciones que tiene un impacto escaso sobre la mejora del medio ambiente.