INTRODUCCIÓN
Numerosas cuestiones se encuentran relacionadas a la autoría, como la responsabilidad del contenido de la obra, el prestigio de la institución a la cual se encuentra filiado el autor, así como la reputación propia del autor (Huth, 1983, como se cita en Silva, 2005).
La autoría es muy significativa en la esfera socioeconómica, y sobre todo en lo que hace a la academia (Ilarraza-Lomelí, García-Saldivia & Badiano, 2015). Ante esta situación se hace preciso el establecimiento de criterios que permitan definir con propiedad quienes son susceptibles de ser mencionados como autores en una obra, así como en qué orden deben figurar los autores en ésta (Acosta, 2007).
Para acreditar la denominación de autor debieran cumplirse con las condiciones que se citan a continuación (ICMJE, 2016 como se cita en UNAE, 2018):
Contribuir de forma esencial en la creación o diseño de la obra.
Apoyar significativamente la recolección, el análisis o la interpretación de los datos.
Participaren la etapa del diseño de la investigación.
Realizar la revisión del contenido.
Injerir en lo referido a la aprobación de la obra finiquitada a ser divulgada.
En este sentido, es preciso señalar que las investigaciones en colaboración constituyen un hecho habitualmente visto dentro de la ciencia en la actualidad, con la expectativa de que esta forma de trabajo optimice la calidad de los estudios realizados (Shan & Elger, 2017, como se cita en López-Gómez, 2017).
Además, es relevante hacer mención de las interpretaciones dadas al ordenamiento de la firma de los autores (Codina, 2018):
El primer autor generalmente se considera como aquel que ha hecho las contribuciones más relevantes en la obra.
Habitualmente se considera que la contribución en la obra se da de forma descendente, de manera que conforme el autor se encuentre ubicado más hacia la derecha en orden de autoría menor ha sido su contribución.
En lo que concierne a las evaluaciones suele darse la misma relevancia al primer autor y al autor que figura en último lugar.
En algunos casos, aunque con menor frecuencia, se establece un orden alfabético para la aparición de los autores en la obra. Esta condición podría afectar a todos los autores, por lo que consecuentemente se daría una equivalencia entre los aportes de la totalidad de los autores, o podría aplicarse desde el segundo autor, de manera que el primer autor seguiría siendo el más relevante y desde la segunda posición de autoría se consideraría una equivalencia en el aporte de los autores.
Particularmente en el área de las Ciencias de la Salud el orden de autoría reviste de gran relevancia, otorgándose apreciación distintiva al autor que figura en primer lugar en la obra, en la segunda posición, en la última, o se encuentre como autor para la correspondencia (Ilarraza-Lomelí, García-Saldivia & Badiano, 2015). Es significativo señalar en este punto que el autor para la correspondencia funge ante una revista como representante de los demás autores en la presentación, revisión y edición final del trabajo, asimismo recae en él la responsabilidad de informar a los demás autores de los pormenores que acontecen en el proceso de publicación(Cetzal, 2014).
La ubicación de los autores en una publicación es sumamente relevante debido a que permite identificar a los líderes de investigación, además de su uso dentro de los estudios de análisis de redes colaboración científica (Martínez et al. 2004, como se cita en CETZAL, 2014).
MATERIALES Y MÉTODOS
Se llevó a cabo una investigación que contempló un enfoque cuantitativo, alcance descriptivo, diseño no experimental y de tipo transversal (Hernández Sampieri, Fernández Callado, Baptista Lucio, Méndez Valencia & Mendoza Torres, 2014).
El presente trabajo implicó la determinación de la productividad científica, que en el marco de este estudio hace referencia únicamente a las publicaciones, de 159 investigadores categorizados en el Programa Nacional de Incentivo a los Investigadores (PRONII) en el período 2011-2016 pertenecientes al área de Ciencias de la Salud, que con respecto al año 2016se encontraban en la categoría activo o asociado. Es preciso indicar que en este estudio la denominación “Ciencias de la Salud” se utilizó como correspondiente del área “Ciencias de la Salud, Biología Animal y Química” establecida en el PRONII. Con este objeto se confeccionó una base de datos a partir de las nóminas de investigadores consignadas en las resoluciones de las convocatorias 2011, 2013, 2015 y 2016 del CONACYT, con el propósito de identificar a los investigadores activos o asociados con respecto al año de referencia 2016 y reunir los datos de categorización de los mismos.
Además, se recurrió a la plataforma gerenciada por CONACYT conocida como CVpy (CVPY, 2018) para acceder al curriculum vitae de los investigadores para la obtención de datos que hacen a las características demográficas y a la forma de citación de éstos.
Se consideraron las variables que se citan seguidamente: sexo, edad, categoría (activo, asociado), nivel de categorización y productividad científica, entendida esta última como la cantidad de publicaciones.
Cabe señalar que los investigadores eméritos no formaron parte del estudio, debido a que los mismos no son objeto de evaluaciones en el marco del PRONII, por el contrario, pertenecen a la mencionada categoría de forma definitiva.
En última instancia se efectuó la búsqueda en la Web of Science de las publicaciones de los investigadores del área de Ciencias de la Saludcategorizados, identificados como activos o asociados al año 2016, en las cuales éstos se encontrasen como primer autor y con filiación a instituciones de Paraguay. Esta búsqueda se llevó a cabo en marzo y abril del año 2018.
Para la cuantificación de las publicaciones se consideró la totalidad de las bases de datos de la Web of Science a las cuales el CONACYT estaba suscripto, siendo éstas: Colección principal de Web of Science (incluyendo Emerging Sources Citation Index), Korean Journal Databse, Russian Science Citation Index y SciELO Citation Index (CICCO, 2018).
En el conteo de las publicaciones fueron consideradas todas aquellas generadas por el investigador a lo largo de su vida, hasta la fecha mencionada anteriormente y que cumplieran con los criterios establecidos.
Los datos recolectados se organizaron en hojas de cálculo de Open Office y el procesamiento se realizó mediante el software SPPS.
RESULTADOS
Se muestra a continuación la distribución de 159 investigadores categorizados en el PRONII, activos o asociados al 2016, pertenecientes al área de Ciencias de la Salud de acuerdo a su productividad científica presente en la Web of Science como primer autor con filiación a instituciones de Paraguay, conforme características demográficas y de categorización.
En la distribución de los investigadores por sexo respecto a la cantidad de publicaciones, cabe destacar que no se observaron diferencias significativas en el porcentaje de hombres y mujeres que no poseen publicación alguna. Por el contrario, se apreció una mayor proporción de hombres que de mujeres que disponían de 5 o más publicaciones, con 10,5% y 4,1% respectivamente (Figura 1).
En lo que concierne a la distribución de los investigadores con relación al número de publicaciones, según grupos etarios, considerándose como año de referencia el 2018, es significativo señalar que se apreció que en torno al 44% de los investigadores sin publicación alguna tenían 39 años o menos de edad. Alrededor del 45% de los investigadores con 1 publicación poseían entre 30 a 39 años de edad, en cambio cerca del 56% de los que disponían de 5 a 7 publicaciones tenían 55 años o más de edad (Figura 2).
La distribución de los investigadores por categoría según la cantidad de publicaciones, mostró que aproximadamente el 50% de los investigadores activos, mismo comportamiento observado en el total de investigadores bajo estudio, no disponía de publicación alguna. En la totalidad de los investigadores asociados se apreció también la inexistencia de publicaciones. Por otra parte, es de destacar que en torno al 25% de los investigadores activos poseían de 2 a 4 publicaciones (Figura 3).
Se apreció que del total de investigadores que correspondían al nivel Candidato a Investigador cerca de 7 de cada 10 no poseían publicación alguna. Mientras que, de los investigadores que pertenecían al Nivel I alrededor de la mitad disponía de 1 a 4 publicaciones. Por otro lado, en torno al 45% de los investigadores del Nivel II poseían entre 2 a 4 publicaciones. Por su parte, los investigadores del Nivel III cerca de 4 de cada 10 disponían de 5 a 7 publicaciones (Figura 4).
DISCUSIÓN
Este estudio presenta la distribución de los investigadores del área de Ciencias de la Salud categorizados en el PRONII correspondientes a la categoría activo o asociado al año 2016, conforme su productividad científica generada como primer autor con filiación a una institución de Paraguay alojada en la Web of Science.
Los resultados muestran que no se dan diferencias relevantes entre hombres y mujeres que no disponen de publicaciones, por el contrario, se aprecia una predominancia de los hombres sobre las mujeres a partir de 5 publicaciones en adelante.
Una significativa proporción de investigadores que pertenecen a grupos altos de edad se presenta en los conjuntos de cantidades más elevadas de publicaciones, lo cual es bastante coherente en consideración a que en este estudio se consideran las publicaciones generadas por los investigadores a lo largo de la vida.
Además, destaca que en torno a la mitad de los investigadores pertenecientes a la categoría activo al año 2016 no dispone de publicación alguna en la Web of Science, en la que se encuentren como primer autor con filiación a instituciones paraguayas.
Con respecto al punto anterior, cabe señalar que para contextualizar los hallazgos alcanzados debe tenerse en cuenta el sesgo aparejado a la base de datos elegida para llevar a cabo el recuento de las publicaciones, además no debe perderse de vista que los investigadores podrían disponer de publicaciones en revistas nacionales o regionales que no se encuentran indexadas en la Web of Science, y que por tanto no se encuentran consideradas en la cuantificación realizada. Por otra parte, y no menos importante, es el hecho del sesgo relacionado al criterio de autoría adoptado en este estudio, el cual contempla solo el conteo de publicaciones de primera autoría. En este sentido es muy significativo tener presente que la participación del investigador podría darse como coautor, o encontrarse como autor correspondiente en las publicaciones, que, en el área de las Ciencias de la Salud, es una posición de relevancia comparable al de la primera autoría. Igualmente, no debe dejarse de lado lo relacionado a la condición de la filiación a instituciones paraguayas.
Por otra parte, se aprecia en la relación entre el nivel de jerarquización y la cantidad de publicaciones, que la mayor proporción de investigadores del nivel Candidato a Investigador no poseen publicación alguna como primer autor, conforme los criterios establecidos en este estudio. Esta situación es esperable en vista de que este nivel es el de iniciación.
Por último, cabe traer a colación lo relacionado al orden de autoría en las publicaciones que afecta a los investigadores categorizados en el PRONII pertenecientes al área de Ciencias de la Salud. Resulta que los investigadores más experimentados o con más trayectoria, quienes a su vez suelen pertenecer a los niveles más elevados de jerarquización, generalmente figuran como autores correspondientes y no se encuentran como primer autor en sus publicaciones. Para llevar a cabo la evaluación de los investigadores en el PRONII se prevé esta situación particular dentro los criterios de evaluación del área de Ciencias de la Salud (PRONII, 2018).
CONCLUSIONES
Según los resultados obtenidos respecto a los 159 investigadores del área de Ciencias de la Salud categorizados como activos o asociados en el PRONII al año 2016, se aprecia una supremacía de los hombres sobre las mujeres en los estratos más elevados de cantidad de publicaciones.
En los rangos más altos de publicaciones se observan proporciones relevantes de investigadores de grupos de edad elevados.
Resalta además que, en torno a la mitad de los investigadores activos, así como una cantidad relevante de Candidatos a Investigador no poseen publicaciones, conforme las condiciones dadas en este estudio.