INTRODUCCIÓN
El cáncer de cuello uterino (CCU) ocupa el séptimo lugar en el ranking mundial de cánceres, es el cuarto tipo más común en la población femenina con una incidencia de 14/100.000 mujeres. Cada año se diagnostican unos 500.000 casos nuevos a escala mundial, el 80% en países menos desarrollados1-3.
En países de América Latina como Bolivia, es la primera causa de muerte en edad fértil, con 56,5/100.000 mujeres diagnosticadas, en Brasil es de 15,4/100.000, ubicándose en el tercer lugar y en Argentina 21/100.000, ocupando el cuarto lugar entre los cánceres femeninos más común4,5. En Paraguay, es el tumor maligno más frecuente en las mujeres y la segunda neoplasia con mayor índice de mortalidad en la población femenina, con una incidencia de 53,2/100.000 mujeres de las cuales la mayoría pertenecen a la población económicamente activa y en edad reproductiva1,6,7.
La mayoría de los casos de CCU son causados por VPH (Virus del Papiloma Humano), que pertenece a la familia Papillomaviridae, se caracteriza por replicarse en el núcleo de las células susceptibles (epiteliales cutáneo-mucoso)8,9,10. Los tipos 6 y 11 causan las verrugas benignas o condilomas acuminados y que generalmente, se asocian con lesiones no invasivas, el tipo 16 es el más prevalente de los VPH oncogénicos, responsable de más de la mitad de los tumores malignos del cuello uterino, mientras que el tipo 18 está implicado aproximadamente en el 20 % de éstos11-13.
Las lesiones precursoras son asintomáticas y pueden presentarse inclusive 10 años antes de la aparición del CCU, las cuales se conocen con el nombre de neoplasia cervical intraepitelial (CIN), por sus siglas en inglés, con los años puede evolucionar de forma gradual hasta transformarse en carcinoma, o bien, puede regresar espontáneamente14,15.
En la actualidad el conocimiento sobre la patogenia de los precursores del CCU sugiere la presencia de dos entidades biológicas distintas, una infección viral productiva (VPH), que puede involucionar en forma espontánea (displasia leve o CIN I) y un proceso neoplásico verdadero limitado al epitelio (CIN II - CIN III). La terminología histológica del CIN se reemplazó en gran medida por términos citopatológicos para estas dos entidades biológicas, lesión intraepitelial escamosa de bajo grado (LSIL) y lesión intraepitelial escamosa de alto grado (HSIL), el LSIL es siempre precursor del HSIL16-18.
Las lesiones precursoras se pueden detectar por medio de la citología ginecológica, la colposcopia, la biopsia y observación al microscopio, a través de un sistema de gradación diseñado para describir los cambios celulares que divide los precursores de acuerdo con la extensión del compromiso del epitelio cervical19-22.
En Paraguay la técnica más utilizada es el PAP por su bajo costo y fácil acceso, a pesar que el 20% de las mujeres con lesiones intraepiteliales presentan resultados de PAP normales, de acuerdo al grado de compromiso del cuello uterino, el cáncer invasor se trata con radioterapia, cirugía o ambas23-25.
Para el estado constituye un problema de salud pública y genera mayor gasto en cuanto a tratamiento del CCU, comprendiendo que es necesario contar con una fuente científica sobre el número de casos registrados y las características sociodemográficas de las pacientes; para valorar el impacto de ésta enfermedad en la población de nuestro contexto cercano, surgió el objetivo de la investigación, determinando la frecuencia de lesiones preneoplásticas en resultados de muestras recibidas en el Laboratorio de Anatomía Patológica del Centro de Investigaciones Médicas, en el periodo del 2013 al 2019.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo, retrospectivo de corte transversal, con enfoque cuantitativo. La fuente de datos se obtuvo de resultados de muestras de biopsias recibidas en el Laboratorio de Anatomía Patológica del Centro de Investigaciones Médicas perteneciente a la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional del Este, durante el periodo de 2013 a 2019. Al momento de la entrega de la muestra al Laboratorio de Anatomía Patológica, el paciente autoriza la utilización de los resultados con fines académicos y divulgación, firmando un consentimiento informado.
Se excluyeron los resultados de las pacientes con datos incompletos.
Las variables del estudio fueron la edad de las pacientes, número de pacientes y tipo de lesión, analizadas mediante estadística descriptiva con el software Epi Info 7.0. Para las variables cualitativas se utilizaron frecuencia absoluta y porcentual mientras que para las variables cuantitativas se utilizó la media y desvío estándar.
RESULTADOS
Durante los años 2013 al 2019 se recibieron un total de 3801 muestras para biopsia de cuello uterino. El promedio de edad de las pacientes fue de 38±12 con un mínimo de 14 años y un máximo de 87 años. Tabla 1.
Muestras de biopsias | n | Porcentaje % |
---|---|---|
Negativo para lesiones | 2991 | 78,69 |
Positivo para lesiones | 810 | 21,31 |
Las muestras diagnosticadas con lesiones (n=810) fueron clasificadas según los tipos de lesiones en LSIL (CIN I) y HSIL (CIN II, CIN III). Tabla 2.
Lesiones positivas | n | Porcentaje % | |
---|---|---|---|
LSIL | CIN I | 428 | 52,83 |
HSIL | CIN II CIN III | 97 116 | 11,97 14,32 |
CARCINOMA | ESCAMOSO/ ADENOCARCINOMA | 169 | 20,86 |
Las lesiones de alto grado se presentaron en el promedio de edad de 39 años. Tabla 3
Lesiones | Promedio de edad | Desvío estándar |
---|---|---|
LSIL | 34 años | ± 12 |
HSIL | 39 años | ± 12 |
CARCINOMA | 49 años | ± 13 |
DISCUSIÓN
La prevalencia de lesiones preneoplásicas de las muestras de biopsias de cuello uterino en Alto Paraná fue de 21,31%, en contraste con el resultado obtenido en un estudio realizado en mujeres nativas del Paraguay, con prevalencia de 13,18% para lesiones precursoras 26.
La frecuencia de positividad para lesiones preneoplásicas del CCU en éste estudio se distribuyó en 52,83% de LSIL (CIN I), y para HSIL fue de 26,29% con 11.97% para CIN II y 14,32% para CIN III. El 20,86% de estas muestras fueron clasificadas como carcinoma. Estos resultados son similares a los obtenidos en los años 2015 y 2016 en una unidad de patología cervical del Hospital de Lambaré, Paraguay con resultados para neoplasia intraepitelial cervical (CIN) II en el 42% (n:5) de los casos y 58% (n:7) CIN III27.
Se han encontrado otros resultados similares también en una población de mujeres de Bagdad, Irak, en el año 2020 con 44% de CIN I, 12% de CIN II y 8% de CIN III. El 6% se encontraban en estadio de carcinoma cervical escamoso28. En un estudio realizado durante los años 2002 a 2012 en México se obtuvieron resultados de 83% CIN I, 6.87% CIN II y 9.15% CIN III29.
En la ciudad de Maracaibo, Venezuela en el año 2019 se obtuvieron resultados de 20% lesión de bajo grado (LSIL) o CIN I, 2% lesiones de alto grado (HSIL) y 2% carcinoma invasor30.
En otro estudio realizado en la población nativa de Paraguay se encontró resultados de CIN I en un 2,32% de la población y CIN II en un 0.77% y no se encontró CIN III y carcinoma26. Similar al resultado obtenido en una población de mujeres privadas de libertad en Brasil con lesiones intraepiteliales de bajo grado (CIN I) 3,2% y lesiones intraepiteliales de alto grado 2,5% (CIN II y CIN III)31.
Las lesiones de alto grado se presentaron en el promedio de 39 años. La incidencia del CCU aumenta con la edad, y aproximadamente el 80% a 90% de los casos confirmados en países en vías de desarrollo ocurre en mujeres de 35 años o más, similar a los datos encontrados en Granma Cuba en 2016-2017, donde la edad de aparición de las lesiones intraepiteliales, se diagnosticaron antes de los 45 años32.
CONCLUSIÓN
El mayor porcentaje de lesiones preneoplásicas encontradas fueron de bajo grado (LSIL) en mujeres jóvenes, en edad de reproducción.
Se podría aumentar el diagnóstico y seguimiento de las lesiones preneoplásicas a fin de evitar la diseminación del CCU y de esta forma mitigar el impacto físico, social, económico que esta enfermedad produce en las familias paraguayas.
Además, se podría promover y apoyar programas de prevención primaria (vacunación contra el HPV) y de detección precoz de las lesiones preneoplásicas del cáncer (screening citológico y biomolecular).