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Revista Internacional de Investigación en Ciencias Sociales

versão On-line ISSN 2226-4000

Rev. Int. Investig. Cienc. Soc. vol.18 no.2 Asunción dez. 2022

https://doi.org/10.18004/riics.2022.diciembre.343 

ARTICULO ORIGINAL

Adaptación y transición en estudiantes de Educación Superior ante la pandemia del COVID-19

Adaptation and transition in Higher Education students in the face of the COVID-19 pandemic

María De las Nieves Montiel1 
http://orcid.org/0000-0003-1809-0238

Roberto Fonseca-Feris2 
http://orcid.org/0000-0002-2186-1649

Katherin Arrúa-Jacquet3 
http://orcid.org/0000-0002-9345-5762

1Instituto Nacional de Educación Superior Dr. Raúl Peña. Asunción, Paraguay

2Universidad Americana. Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales. Asunción, Paraguay

3Universidad Americana, Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, Lab iDi. Asunción, Paraguay


RESUMEN

La transición de los estudiantes de educación superior ante la pandemia del COVID-19 es parte de la dinámica educativa actual. En este artículo se analizan las condiciones socioeconómicas y pedagógicas de los estudiantes en dos etapas: al inicio de la emergencia sanitaria y transcurrido un año. Se emplea una metodología de enfoque cuantitativo, alcance descriptivo, diseño no experimental-longitudinal de tendencia. La recolección de los datos se realizó mediante la aplicación de un cuestionario cerrado y la muestra se conformó por 426 estudiantes en el año 2020 y 480 estudiantes en el año 2021. El muestreo fue no probabilístico, por muestras en cadena en tres instituciones de Paraguay: Universidad Americana, Instituto Nacional de Educación Superior Dr. Raúl Peña y Conservatorio Nacional de Música. Con los resultados se demostró que los estudiantes al transitar de un año a otro de la pandemia se adaptaron mayoritariamente a las condiciones socioeconómicas y pedagógicas; se apreciaron mejoras en el acceso a los equipos tecnológicos, el acceso al servicio de internet y las habilidades académicas, así como en el manejo de los recursos digitales y la plataforma; sin embargo, la calidad de la conexión y los constantes cortes de la energía eléctrica tomaron notoriedad como dificultades.

Palabras claves: estudiantes; universidad; pandemia COVID-19; calidad de la educación; recursos financieros

ABSTRACT

The transition of higher education students in the face of the COVID-19 pandemic is part of the current educational dynamic. This article analyzes the socioeconomic and pedagogical conditions of the students in two stages: at the beginning of the health emergency and after one year. A quantitative approach methodology, descriptive scope, non-experimental-longitudinal trend design is used. The data collection was carried out through the application of a closed questionnaire and the sample was made up of 426 students in the year 2020 and 480 students in the year 2021. The sampling was non-probabilistic, by chain samples in three institutions in Paraguay: American University, National Institute of Higher Education Dr. Raúl Peña and National Conservatory of Music. With the results, it was shown that the students, when moving from one year to another of the pandemic, mostly adapted to the socioeconomic and pedagogical conditions; improvements were seen in access to technological equipment, access to internet service and academic skills, as well as in the management of digital resources and the platform; however, the quality of the connection and the constant power outages became notoriety as difficulties.

Keywords: students; university; pandemic COVID-19; quality of education; financial resources

INTRODUCCIÓN

La situación de la pandemia generó grandes impactos en la vida de toda la comunidad educativa; estudiantes y docentes fueron afectados por los cambios acarreados por el confinamiento, el cierre de las aulas presenciales y la migración hacia la modalidad a distancia con soporte en las tecnologías.

Informes internacionales abordaron la situación de la educación superior en el contexto de la pandemia y presentaron las condiciones que enfrentaron el desafío desde diferentes estamentos: instituciones, los docentes y estudiantes (IESALC, 2020; Pedró, 2021; Dussel el al, 2021).

En el primer semestre del 2020, las Instituciones de Educación Superior (IES), sin tiempo para la planificación, priorizaron la continuidad del proceso formativo, esta improvisación se extendió en el tiempo y abarcó el segundo semestre del 2020, continuando en el 2021.

En la nueva realidad, los docentes y estudiantes se enfrentaron a la necesidad de adaptarse a las condiciones de la educación superior, en todo lo que refiere al contexto de educación a distancia. Es decir, en el acceso a equipos, conectividad, disciplina, tiempos, manejo de las herramientas digitales, entre otros.

A pesar de las estrategias de adaptación que se desarrollaron, se observó que la política de formación en el nivel superior enfrentó nuevos retos y desafíos que necesitaron ser considerados desde el ente rector el Consejo Nacional de Educación Superior (CONES), así como desde las diferentes casas de estudios.

En este contexto, la investigación responde a dos interrogantes principales:

¿Cómo fue la adaptación socioeconómica de los estudiantes de educación superior durante la pandemia del Covid-19?

¿Cómo fue la adaptación pedagógica de los estudiantes de educación superior durante la pandemia del Covid-19?

Se tomaron dos períodos para el análisis; primer semestre del 2020 cuando inició la pandemia y el primer semestre del 2021. Los datos fueron recogidos de las mismas IES.

Los estudiantes de las IES frente al COVID-19

El COVID-19 trajo consigo importantes cambios en la vida de la humanidad, todo el planeta atravesó por momentos de paralización de actividades más o menos intensas. La actividad humana que sufrió mayor limitación fue la educativa, en todo el mundo se cerraron las escuelas y las universidades de un día para el otro, dejando a muchos/as niños/as y jóvenes sin un espacio consagrado de aprendizaje e interacción. En el primer semestre del año 2020 la población afectada fue de «1570 millones de estudiantes de 191 países» (IESALC-UNESCO, 2020, p. 5).

En el caso de Paraguay, el Poder Ejecutivo a través del Decreto N. 3456 del 16 de marzo del 2020, declaró estado de emergencia sanitaria. Previamente, el 10 de marzo, se había tomado la decisión de suspender las clases presenciales durante 15 días, por Resolución 308/2020 del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), aplicando medidas de contingencia para dar continuidad al proceso educativo apoyado en las tecnologías (Britez, 2020). Esta decisión se adoptó por 15 días, sin embargo, fue evaluado y se extendió por más tiempo. El cierre de las instituciones se prolongó durante todo el 2020.

En el 2021, la situación sanitaria se agravó en el primer semestre, por lo tanto, la vuelta a las aulas no era una decisión prudente. Sin embargo, en el marco del Plan de levantamiento gradual del aislamiento preventivo general en el territorio nacional por la Pandemia del Coronavirus (COVID-19), se dispuso un levantamiento escalonado en el segundo semestre del 2021. En el mes de agosto el Ministerio de Educación y Ciencias, luego de un trabajo conjunto con el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social mediante el cual se logra vacunar a un porcentaje importante de docentes, se anunció el regreso a las aulas de docentes y de estudiantes.

En la educación superior también se inició el levantamiento gradual y en el mes de agosto del 2021 se dispuso el desarrollo de actividades semipresenciales conforme con el protocolo sanitario, siempre que tuviesen el dictamen favorable del órgano rector el CONES y que cuenten con la infraestructura sanitaria, tal como lo reza el Decreto N.° 5885/21.

La situación de aislamiento preventivo ante el riesgo de expansión del coronavirus fue impactando la vida de los estudiantes y sus familias en todos los niveles: personal, laboral, formativo. Las Instituciones de Educación Superior (IES) sin una previa planificación, solamente con la intención de dar continuidad al servicio educativo, migraron de la educación presencial a una educación a distancia o mediada por las tecnologías.

Tal como señaló el informe de la IESALC, la decisión de cerrar las IES «ha venido urgida por el principio de salvaguarda de la salud pública en un contexto en el que las grandes acumulaciones de personas generan, por la naturaleza de la pandemia, graves riesgos» (2020, p.13); sin embargo, hay que tener en cuenta otros aspectos que pueden afectar la calidad educativa como la no planificación o «un crecimiento sin garantías de calidad, inequidades en el acceso y en los logros o la pérdida progresiva de financiamiento público» (2020, p. 14).

Según el informe de la IESALC-UNESCO, el principal impacto en los estudiantes fue el cierre de las aulas y pasar a una nueva modalidad de aprendizaje, que acarrea sus propios costes.

El cambio de modalidad, que llevó a pasar las clases presenciales a las clases virtuales, requirió el desarrollo de estrategias de adaptabilidad para los estudiantes, sin soslayar que la educación a distancia requieredisciplina y compromiso para estudiar. En el caso de los estudiantes han emergido algunos datos que sugieren que, en la región, los de grado cuentan con niveles significativamente más bajos de competencia de autorregulación y disciplina, imprescindibles para el éxito de un programa de educación a distancia. (Como se citó en Pedró, 2020, p.28)

El proceso sacó a la luz problemas como la baja conectividad, lo que revela la existencia de una brecha considerable entre los diferentes países.

Las últimas cifras disponibles de la Unión Internacional de Telecomunicaciones ofrecen un panorama sombrío: en América Latina, solo el 52% de los hogares cuenta con equipamiento tecnológico y conectividad de banda ancha. Aunque en el caso específico de los estudiantes y docentes de educación superior cabe presuponer que el porcentaje sea más alto, no es descabellado asumir que una parte significativa de estos actores no contaban, de buenas a primeras, con las condiciones tecnológicas apropiadas para una transición inmediata a la educación a distancia soportada por la tecnología. (Pedró, 2020, p. 25-26)

El uso de las tecnologías afectó el desempeño de los estudiantes, tanto para los de escasos recursos económicos que no pudieron acceder a las herramientas requeridas para lograr un avance en su formación, como a los estudiantes que contaron con los recursos, pero no con la motivación suficiente para continuar de manera efectiva, señalar que además, son más sensibles a las distracciones digitales revelando la necesidad de ofrecer estrategias de apoyo a los estudiantes para superar la situación (Hernández Abad, 2020)

Otro aspecto importante fue el impacto en el ámbito económico financiero. Los estudiantes debían continuar solventando sus estudios, aun cuando la economía se vio seriamente afectada. También ocasionó perjuicios a los que recibían apoyo para alojamiento, alimentación o transporte yestos fueron suspendidos debido a que las clases continuaban en la modalidad virtual.

La brecha digital tan presente en los discursos prepandemia se hizo notar. La desigualdad social, económica y territorial marcó la diferencia en el aprovechamiento de las nuevas maneras de continuidad educativa. A más de un año de los abruptos cambios queda claro que:

El acceso a la es cuela virtualizada no se produce solo a través de los aparatos o una buena conectividad, sino que también incluye espacios adecuados, apoyos afectivos y pedagógicos para el estudio, y cierto conocimiento para incentivar la realización de las tareas y trabajos propuestos. Resulta claro que las desigualdades y hetero geneidades atraviesan la vida de las instituciones, de las familias y de las biogra fías escolares. La crisis sanitaria ha revelado y agudizado estas problemáticas, y también ha puesto en evidencia las dificultades que conlleva la concepción de una política pública pensada desde la homogeneidad. (Dussel et al, 2021, p.78)

Es evidente que virtualizar la educación superior en América Latina requiere de una política tecnológica que garantice una alta tasa de conectividad, las IES deben desarrollar acciones basadas con base en soluciones tecnológicas y contenidos para su uso en teléfonos móviles (IESALC, 2020, como se citó en Garza Herrera, 2020).

Desafíos para volver a las clases presenciales

En el segundo semestre del 2021, las IES se plantearon la vuelta a las clases presenciales, conscientes de que el regreso no era retomar todo lo suspendido, algunas de las prácticas llegaron para quedarse. Según Dussel, et al:

No pode mos quedarnos solamente con el sentimiento que esta experiencia traumática puede dejar en términos críticos o negativos. Apostamos a que habrá que ir más allá, recuperar los aprendizajes de este momento, y reflexionar críticamente sobre el proceso, los legados, las herencias y las tendencias que deja la situación (2021, p.76).

Se necesita reflexionar sobre las tomas de decisiones para seguir funcionando en un contexto de incertidumbre, con nuevas estrategias para el desarrollo de las clases, la comunicación para establecer los contactos y seguir adelante. Tal como lo señala Ordorika citando el informe de la IESALC, el regreso a las clases presenciales debe mirarse como una “oportunidad para repensar, y en la medida de lo posible, rediseñar los procesos de enseñanza y aprendizaje” (2020, p. 6).

La educación superior está llamada a asegurar el derecho a la educación, a luchar más que nunca por la igualdad en el acceso y la permanencia de los estudiantes en el nivel, la crisis afectó a toda la población estudiantil pero se acentuó en aquellos en situación de vulnerabilidad y especialmente en lo que refiere a la igualdad de género:

Los primeros relatos y análisis sobre las actividades académicas a distancia, evidencian un recrudecimiento de las desigualdades de género con la sobrecarga de actividades domésticas y de cuidado (Hupkau & Petrongolo, 2020), el acceso diferenciado a dispositivos electrónicos y al internet (Benlloch & Aguado Bloise, 2020), así como el escalamiento de situaciones de violencia en los hogares (Almeida, 2020) durante el confinamiento» (Michelson, 2020; Puleo, 2020). (Ordorika, 2020, p.5)

METODOLOGÍA

Para dar respuesta a las preguntas de la investigación se trabajó con un enfoque cuantitativo, alcance descriptivo, diseño no experimental longitudinal de tendencia, esto último al recolectarse los datos en dos períodos diferentes año 2020 y 2021 con estudiantes de las mismas IES; dígase Universidad Americana como institución privada y el INAES y CONAMU como instituciones públicas (Hernández Sampieri & Mendoza, 2018). La selección de la muestra fue no probabilística del tipo en cadena o por redes, también denominada bola de nieves. Se empleó como técnica la encuesta a través del instrumento cuestionario con preguntas cerradas, aplicadas a través del formulario de Google.

La validez interna del instrumento se determinó mediante el juicio de tres expertos, docentes investigadores de la Universidad Americana y el INAES. Realizado los ajustes propuestos por los expertos se sometió el instrumento a la prueba de viabilidad a través de su aplicación al 10% de la muestra, seleccionando estos de la población total.

Con este análisis se pudo calcular la tasa de no respuesta por ítem, la tasa de abandono y el tiempo de respuesta, datos que se tuvieron en cuenta al aplicar el instrumento. Para la confiabilidad se aplicó el alfa de cronbach, obteniendo un resultado de 0,759 siendo confiable al ser superior a 0,7. Utilizando el SSPS se aplicó la prueba de KMO y el test de Bartlett para interpretar la información y realizar el análisis factorial.

RESULTADOS

Para el análisis comparativo el instrumento se aplicó en el primer semestre del año 2020 en donde iniciaron las restricciones sanitarias a causa del COVID-19 a nivel global afectando también al país; y la segunda encuesta un año después en el primer semestre del año 2021, donde las restricciones sanitarias empezaron a flexibilizarse gracias al inicio de la vacunación de cierta parte de la población.

En la primera encuesta del año 2020 participaron 426 estudiantes, y en la segunda encuesta del año 2021 fueron 478 estudiantes.

Tabla 1: Muestra estudiantes por IES. 

Estudiantes 2020 2021
Universidad Americana 200 348
INAES 181 63
CONAMU 45 67
Total 426 478

En la primera muestra encuestada, en el año 2020, el mayor número pertenecía al sexo femenino con el 73,5%; así como el estado civil que predominó fue soltero/a 95,1% y que no tenían hijos 91,8%. Comparando con la segunda muestra encuestada en el año 2021 estas características son muy similares, el mayor número pertenecía al sexo femenino 67,4%, así como el estado civil predominante fue el soltero/a 94,1% y que no tenían hijos 89,5%.

La edad de los estudiantes de ambas muestras se encuentraba en el rango de 18 a 29 años, para el año 2020 con el 92% y para el año 2021 con el 90%, por lo que fueron muy equivalentes en este sentido.

En cuanto a la situación socioeconómica, al analizar los cambios entre un año y otro, se detallan los puntos más resaltantes:

Las actividades remuneradas realizadas por los estudiantes presentaron un aumento importante del 20%, el 55% (año 2021) indicron que realizaron actividades remuneradas los últimos meses versus un 35% en el año 2020.

Los principales gastos que debían cubrir los estudiantes continuaron siendo el pago por el servicio de internet y el arancel académico del curso o carrera.

La mejoría en cuanto a las actividades remuneradas realizadas por los estudiantes en el año 2021 se vió reflejada en la disponibilidad de recursos financieros con un incremento del 17%, en donde el 86% (año 2021) indicó tener los recursos financieros para seguir con sus estudios en la modalidad a distancia versus el 69% año 2020) de los estudiantes encuestados.

Tabla 2: Recursos financieros para continuar los estudios. 

Condición 2020 2021 Variación
Si 69% 86% 17%
No 31% 14% -17%

La disponibilidad de los recursos tecnológicos por parte de los estudiantes tuvo una relación directa con el incremento de los recursos financieros, en donde el 91% (año 2021) indicó contar con los recursos tecnológicos versus el 74% (año 2020) de los estudiantes. (Tabla 4).

Sobre la brecha digital y el acceso limitado a las tecnologías, en la Segunda Reunión del Diálogo Virtual con Rectores de Universidades Líderes en América Latina se planteó que «muchos estudiantes en la región tienen dificultades para acceder a una computadora o no tienen conectividad a su disposición, lo cual resultó en un incremento de la tasa de abandono de las aulas». (Banco Interamericano de Desarrollo, 2020, p. 3)

Tabla 3: Recursos tecnológicos para continuar los estudios. 

Condición 2020 2021 Variación
Si 74% 91% 17%
No 26% 9% -17%

La conexión a internet se convietió en un recurso indispensable para el seguimiento de las clases en la modalidad a distancia, este recurso antes de la pandemia del Covid-19 no influía de forma directa en la actividad académica. De los estudiantes encuestados al año 2020, el 31% indicaron que el servicio dispuesto para internet es el paquete de datos versus los resultados del año 2021, que arrojaron el 12%, esto representó------ el 19% de disminución de conectividad por paquete de datos en contrapartida del incremento del servicio de internet por banda ancha o Wi-fi.

La EPH refiere que el acceso y uso de internet por las personas con más de 13 años de estudio, donde se ubica la población que asiste a la universidad, llega incluso al 96% (con 13 a 18 años de estudios); es decir, se puede inferir de estos datos que la población universitaria es una usuaria más activa de internet. En cuanto a la presencia de las tecnologías en el hogar, según la mencionada encuesta, un 96,7% de los hogares disponían de un teléfono móvil en el 2018. (DGEEC, 2019)

El informe ISEALC-UNESCO por su parte, hace alusión a que, si bien, las tasas de conectividad en los hogares son muy dispares en la región, “las tasas de líneas móviles son extremadamente elevadas y superan, en muchos casos, la cifra de una línea por persona” (2020, p.15). Estos datos van en sintonía con los datos de la EPH donde el 98, 6% de la población usuaria de internet lo hace desde el teléfono, En cuanto a la conexión domiciliaria, se encuentra el 26,8% de la población (2019), y que se podría asumir que cuenta con una computadora en el hogar.

Con respecto a la conexión, la ISEALC-UNESCO señala que en América Latina uno de cada dos hogares tiene acceso a internet, esto hace suponer que los «hogares donde hay un estudiante de educación superior las probabilidades de tener conectividad son mayores» (2020, p.20). Esta información es alentadora, pero no se puede obviar los datos presentados más arriba donde el mismo informe presenta a un 76% de la población estudiantil con acceso a tecnología quedando al margen un 24% sin acceso a tecnologías.

Es importante hacer mención al acceso de la tecnología en el hogar tanto en cuestión de equipos como de conectividad, destacando que si el hogar es numeroso, con varios estudiantes, el usufructo de las tecnologías se verá afectado. Al respecto, el informe de la OEI menciona que «el desigual acceso a la tecnología en el hogar va a agrandar, cada semana que dure el confinamiento, las brechas de aprendizaje» (2020, p.17). Es decir, ya no solamente se trata de contar con un dispositivo tecnológico sino también de la cantidad de dispositivos necesarios, atendiendo al número de los miembros del hogar que requieran continuar con la formación.

Esta situación tiene una relación directa con la forma de pago del servicio de internet, donde existe un incremento del 21% al año 2021 en el pago mensual del servicio. Sin embargo; existen también estudiantes que no tienen condiciones de acceder a internet, en coincidencia al 24% de estudiantes se están quedando atrás, dato presentado en el informe de la UNESCO - ISEALC (2020). Estos estudiantes tienen más probabilidades de abandonar el sistema educativo.

Indudablemente, el acceso a la conexión de internet es un indicador determinante, pues muchos de los estudiantes obtienen el servicio través de los paquetes de datos con compras diarias o semanales para conectarse con fines de formación, por lo tanto la calidad de la conexión es más reducida y con dificultades. Esto puede estar relacionado a lo que la mayoría de los estudiantes han manifestado que el servicio de internet es regular y malo, siendo una dificultad para el cumplimiento de las obligaciones académicas.

Tabla 4: Forma de pago servicio internet. 

Condición 2020 2021 Variación
Diario 19% 6% -13%
Semanal 69% 90% 21%
Mensual 9% 4% -5%
Otro 2% 1% -1%

Sobre las habilidades académicas necesarias de los estudiantes para continuar sus estudios en la modalidad a distancia, en la encuesta realizada en el año 2021, se observó un aumento en el número de estudiantes que consideraron poseían las habilidades necesarias para seguir con los estudios, en comparación con igual período anterior. El 79% manifestó que sí y solo el 21% dijo que no (2021). En el período 2020, el 65% dijo que sí y el 35% que no. El indicador es positivo si consideramos el incremento de un 14%.

En cuanto al acceso a las informaciones relacionadas a la formación y a las tareas, en ambos periodos de estudios se apreció que la mayoría de los estudiantes lo realizaron a través de la plataforma institucional, no se observaron cambios significativos en ese indicador.

Tabla 5: Desempeño académico. 

Desempeño 2020 2021 Variación
Mayor 13,4% 17,7% 4,3%
Igual 39,4% 47,1% 7,7%
Bajo 41,8% 33,3% -8,5%
Nulo 5,4% 1% -3,5%

Nota: Elaboración propia.

El tiempo dedicado a la formación, mayoritariamente, se mantiene entre 2 a 4 horas diarias en ambos periodos (52,9% 2020 y 48,8% 2021), del mismo modo ocurre con la conexión a internet con fines académicos y la participación en las reuniones o clases a través de videoconferencias (93% en el 2021 y 92% en el 2020).

En el desempeño académico incidió la interacción entre docentes y estudiantes.

De acuerdo a Holmberg (1985), uno de los primeros en poner el acento en la interacción y comunicación no presencial entre docentes y estudiantes, esbozó la idea de conversación didáctica mediada, consistente en la comunicación simulada a través de la interacción del estudiante con los materiales de estudio y una comunicación real por medio de la comunicación escrita o telefónica con el profesor. La retroalimentación constante favorece el logro de metas de aprendizaje y el establecimiento de la atmósfera creada por el docente con la ayuda del lenguaje y el intercambio de mensajes a través de medios, lo que puede traducirse en buenos resultados (Citado por Garcia Martinez & Fabila Echauri, 2011, p. 129).

Disminuyó la calificación con respecto al tiempo que dedican a la formación académica durante la pandemia. Respondieron que dedicaron más tiempo que la presencialidad un 36,6% en este período y en el anterior un 49,8%. Los estudiantes ya se estaban incorporando a sus actividades diarias, el confinamiento no era obligatorio y general, sino para casos puntuales y le estaban tomando el ritmo a la virtualidad en frecuencia similar a la presencialidad.

Tabla 6: Tiempo que dedican a la formación académica. 

Tiempo 2020 2021 Variación
Igual tiempo 49,8% 36,7% -13%
Más tiempo 22,1% 28,5% 6,4%
Menos tiempo 28,2% 34,8% -6,6%

Con relación a las principales dificultades que enfrentaron los estudiantes para desarrollar las actividades académicas en la modalidad a distancia se encontraron diferencias significativas; se destaca que en el período 2020 señalaron en primer lugar la comprensión de las guías didácticas con el 48,1 % seguido de la extensión de los trabajos con el 40,8% y luego la mala señal de internet en su residencia con el 38,5%.

En el período 2021, manifestaron como principal dificultad la mala señal de internet en su residencia con un 39%, seguido de los cortes de energía eléctrica con el 38,5% y el manejo de los tiempos con un 34,4%.

Con respecto a las fortalezas para el desarrollo de la clase en la modalidad a distancia, en el período anterior prevaleció el manejo de las herramientas digitales con el 54,7%, seguido del manejo de la plataforma con un 51,6%. En el período 2021, se mantuvo con mayor porcentaje el manejo de las herramientas digitales (72,3%), seguido del manejo de la plataforma con el 59,6%. Es importante destacar que cobró relevancia el uso de las herramientas digitales con una diferencia de 17, 6% entre el año 2020 y el 2021.

Para los diferentes actores educativos representó un desafío y una exigencia mayor en cuando a la coyuntura presentada y la necesidad de avanzar con el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Los ambientes virtuales de aprendizaje exigen mucho más compromiso, dedicación y tiempo tanto para el maestro como para el estudiante, sin embargo, garantizan un proceso de aprendizaje superior si se logra una implicación de ambas partes y un buen acompañamiento docente (Moreno-Correa, 2020, p. 18).

Relacionado con la existencia o no de sobrecargas de tareas en la modalidad a distancia en comparación a la modalidad presencial, en el período anterior (año 2020), el 69% respondió que existía una sobrecarga de tareasversus un 31% que no. En este período (año 2021) el 54,6% dijo que sí y el 45,4% que no.

DISCUSIÓN

En el análisis socioeconómico se pudo advertir que en el año 2021 creció el porcentaje de estudiantes que realizan actividades remuneradas, esto influyó en que aumentara la disponibilidad de recursos financieros en el 2021 con relación al año anterior. En correspondencia, se incrementó la disponibilidad de los recursos tecnológicos enel año 2021 en un 17% en comparación con igual período anterior. En ambos períodos, los gastos financieros principales fueron el pago del servicio de internet y el arancel académico del curso o la carrera.

En lo relacionado con el espacio adecuado para desarrollar las clases desde su residencia tuvo un leve incremento en un 6% en el año 2021. Cabe destacar que, entre las adaptaciones realizadas por los estudiantes, se encontró que disminuyó el porcentaje de los que utilizan paquetes de datos para conectarse a internet durante las actividades académicas, y proporcionalmente aumentó el empleo de la red wifi, con el pago mensual del servicio de internet.

Desde el punto de vista pedagógico, se apreció un incremento en la valoración de las habilidades académicas para continuar sus estudios en la modalidad a distancia, durante el año 2021. Lo mismo, en cuanto a la valoración del desempeño académico donde se observó mejoría en la percepción, comparando las respuestas obtenidas en el 2020 y el 2021.

El acceso a las informaciones y tareas se continuó realizando en general a través de la plataforma de la institución formadora. Al igual que las horas dedicadas a la formación académica, no sufrieron cambios significativos. El tiempo que dedicaron para conectarse a internet con fines de formación académica tuvo un leve aumento en el año 2021 con relación a igual período anterior.

En lo que refiere al tiempo que dedican a la formación académica en la educación a distancia con relación a la presencialidad, tuvo una disminución importante, advirtiendo que los estudiantes se están adaptando y tomando el ritmo a los entornos virtuales. La participación en las videoconferencias a través de las herramientas tecnológicas se mantuvo en un alto porcentaje.

Entre las dificultades para enfrentar el desarrollo de las actividades académicas en la modalidad a distancia, se observaron diferencias importantes. En el 2020, señalaron dificultades en la comprensión de las guías didácticas, la extensión de los trabajos solicitados y la mala conectividad. Sin embargo, en el 2021 esto cambió, pasando almayor porcentaje la mala conectividad, seguido por los constantes cortes de energía eléctrica y dificultades para el manejo de los tiempos. Se aprecia como las dificultades en sentido general en el período 2021 se dirigió más a la parte técnica.

Como fortaleza prevaleció en ambos periodos el manejo de las herramientas digitales y el manejo de la plataforma. Es necesario destacar que, el aumento de las herramientas digitales como fortaleza, tuvo un incremento significativo en el 2021.

Resultó interesante, que en el año 2021 disminuyó la cantidad de estudiantes que consideraron una sobrecarga de tareas en la modalidad a distancia con relación a la modalidad presencial. Esta situación pudo estar dada por varias razones, por ejemplo, al inicio de la pandemia la falta de planificación del proceso, asociado a la escasa preparación de los docentes y de los estudiantes que cambiaron a una modalidad no acostumbrada.

CONCLUSIONES

Según los resultados analizados, se apreció que existieron indicadores que permitieron inferir importantes adaptaciones de los estudiantes entre el periodo 2020 y 2021, con el inicio del confinamiento y la migración hacia la modalidad a distancia en la educación superior.

Con relación a los aspectos socioeconómicos de los estudiantes se apreció un avance y esto permite afirmar que el aumento de actividades remuneradas hizo posible que pudiesen acceder económicamente a los recursos tecnológicos necesarios y al pago del servicio de internet, observando un incremento en los que realizaron el pago mensual de la red wifi en relación con los que hicieron paquetes de datos; es decir, se observaron mejores condiciones de los estudiantes para la continuidad educativa en la modalidad en cuanto al acceso. Sin embargo, la calidad de la conexión y los constantes cortes de la energía eléctrica tomaron notoriedad como dificultades, en este punto el servicio de internet pasó a tener un valor muy importante en el sistema educativo, siendo la educación un derecho de todos también el servicio de internet pasa a tener el mismo valor, como un medio muy importante para mantener la comunicación y trasmitir información.

Desde el punto de vista pedagógico se mantiene alta la participación en las videoconferencias. Están prestando más atención al espacio desde donde se conectan a sus clases y crecieron las habilidades académicas para llevar a cabo la educación a distancia, así también el uso de herramientas digitales se ha fortalecidojunto al manejo de la plataforma.

Por otro lado, la habilidad para manejar los tiempos de aprendizaje que se asocia a la disciplina, es un aspecto que sigue pendiente.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Decreto N° 5885 del 24 de agosto de 2021 por el cual se establecen medidas específicas en el marco del plan de levantamiento gradual del aislamiento preventivo general en el territorio nacional por la pandemia del coronavirus (covid-19), a partir del 25 de agosto de 2021 hasta el 7 de setiembre de 2021. [ Links ]

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1Financiamiento: Los autores, declaran que no han recibido financiación por entidades públicas o empresas privadas para la realización del artículo.

2Conflicto de interés: No existen conflictos de intereses entre los autores del artículo. El juicio de los autores no se ha visto influenciado por ningún interés secundario de tipo profesional, económico, competencia o personal.

3Contribución de autores: Los autores declaramos que contribuimos con aportes igualitarios en la realización del artículo. En ese sentido las contribuciones se realizaron a: 1) las aportaciones importantes a la idea y diseño del estudio, o a la recogida de datos, o al análisis e interpretación de datos; 2) la redacción del borrador del artículo o la revisión crítica de su contenido intelectual sustancial, y 3) la aprobación final de la versión que va a publicarse.

Recibido: 15 de Marzo de 2022; Aprobado: 16 de Noviembre de 2022

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