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Revista Internacional de Investigación en Ciencias Sociales

On-line version ISSN 2226-4000

Rev. Int. Investig. Cienc. Soc. vol.11 no.2 Asunción Dec. 2015

https://doi.org/10.18004/riics.2015.diciembre.273-290 

 

ANÁLISIS

 

Problematización acerca de la construcción del objeto de estudio disciplinar y los caminos de la producción de conocimiento: ¿qué es sociológico y qué no lo es?, ¿cuáles son los criterios de distinción entre investigación y consultoría?

Problematization about the construction of the object of discipline study and the ways of knowledge production: what is sociological and what is not? what are the criteria of distinction between research and consulting?

 

Javier Numan Caballero Merlo1

 

1 Máster en Sociología. Candidato a Doctor por el Programa de Doctorado en Ciencias Sociales de la UNAM, Posadas, Argentina. Investigador Categorizado PRONII de CONACYT y Docente Investigador por la Universidad Autónoma de Asunción (UAA), Departamento de Postgrado e Investigación. (javiernuman18@hotmail.com)

Recibido: 23/07/2015; Aceptado: 15/10/2015.

 


Resumen: En anteriores entregas, en esta misma publicación, no es casual que haya abordado temáticas diversas, como ser sobre los “Cien años de desarrollo de la Sociología en Paraguay en el año de su Bicentenario. Del rezago histórico institucional en el pasado a la debilidad contemporánea”, y, acerca de la “Producción bibliográfica en ciencias sociales, como insumo para la construcción de categorías sintéticas para la comprensión del desarrollo de la sociología paraguaya”. Se lo ha hecho dentro de una misma línea de investigación que se ha creado y en desarrollo, sobre “Docencia e Investigación en Historia Sociológica de la Sociología en Paraguay”, a manera de un programa abierto y en despliegue. Se pretende desde este espacio, continuar aportando conocimiento producto de un programa de investigación definido y permanente, como condición sine qua non para la profundización y extensión en el tema bajo estudio, cual es, el desarrollo de la Sociología en Paraguay, poniendo en discusión y problematizando, que se entiende por sociológico, intentando precisar el concepto, y asimismo, las relaciones entre dos formas privilegiadas de producción de conocimiento en el área, según sus respectivos supuestos y prácticas, la de la investigación estrictu sensu, de tipo más académico asociada a la institución universitaria casi por antonomasia, y la de la consultoría, más asociada al ámbito privado, de centros y fundaciones con el estilo ong.

Palabras clave: Producción de conocimiento, investigación, consultoría, análisis social, lo sociológico, desarrollo de la sociología en Paraguay.

 

Abstract: In previous releases, in this publication, it is not a coincidence that I have addressed various topics, such as the "One Hundred Years of development of Sociology in Paraguay in the year of its bicentennial. Institutional historical lag in the past to the contemporary weakness,” and, about the “Social science literature production, as input for the construction of synthetic categories for the understanding of the development of the Paraguayan sociology. “It has been made within the same line of research that has been created and in development, on "Teaching and Research in Sociological History of the Sociology in Paraguay", in the style of an open program and in display. It is expected from this space, to continue providing product knowledge of a research program defined and permanent, as a sine qua non condition for the deepening and extension in the subject under study, that is, the development of Sociology in Paraguay, putting in discussion and problematising, that is understood by sociological, trying to clarify the concept, and also the relationships between two privileges forms of knowledge production in the area, according to their respective assumptions and practices, the one of the strictu sensu research, of a more academic style associated to the university institution  almost par excellence, and the one of consulting, more associated to the private field and foundations with the NGO style.

Keywords: Production of knowledge, research, consulting, social analysis, the sociological, development of the Paraguayan Sociology.


 

INTRODUCCIÓN

Ya comentaba en un artículo anterior, que como investigadores, aparte de las exigencias institucionales de probar rendimiento, producción objetivada y visibilidad, uno se enfrenta el desafío de crear y desarrollar una línea de investigación propia. Con la creación del “Programa Nacional de Incentivo a los Investigadores” (PRONII), desde el “Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología” (CONACYT), se comienza a contar con el incentivo y potenciación tanto a la producción institucional, profesional personal, y como actividad laboral-económica. Permitiendo constituir un espacio temático como línea de investigación y desarrollarlo con estudios sistemáticos, lectura, trabajo empírico sostenido y abierto, con cierta garantía de hacerlo público y visible a través de las pocas publicaciones regulares con formato de revista existentes dentro de fronteras.

Única manera de sostener una producción especializada sobre una temática, inclusive, como criterios de entrada y hasta de calidad de la misma, como por programas nacionales como el PRONNI y “Programa Paraguayo para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología” (PROCIENCIA) del CONACYT, así como instituciones de educación superior locales, regionales e internacionales, incluyendo a las propias universidades. Que, contemporáneamente, comienzan a buscar desarrollar, incorporar e institucionalizar la articulación de la docencia, la investigación y la extensión universitaria. Esto, como estrategias de mejorar su posicionamiento en rankings regionales e internacionales a las mismas, de acuerdo a criterios de producción más allá del espacio aúlico, que demandan producción de nuevos conocimientos, su especialización así como su visibilidad. Sin esto, se pierden posibilidades de desarrollo vinculadas al acceso a fuentes de recursos significativos, así como a intercambios de diverso tipo. Asumiendo, que además de los rankings, y el acceso a los recursos, se potencia e integra por la propia naturaleza de dichas instituciones, tal es, formar y producir conocimientos para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos en la comunidad de la que se trate.

Dando continuidad a la tarea simultánea del archivista desarrollada desde abordajes anteriores, recopilando, registrando y sistematizando todo el material primario y secundario referente a nuestro tema problema inaugurado ya con ciertos trabajos, el del desarrollo de las ciencias sociales en Paraguay, particularmente el de la Sociología. Doy paso aquí a una más genealógica, que pretende al tiempo de explorar explicar a qué tipo de materia (material-ideal) y su referente conceptual se le asocia como sociológico, yendo más allá de lo general, que incluye conceptos tales como análisis social o ciencias sociales, o de lo social, buscando al tiempo de problematizar, contraponer orientaciones y alcanzar mayores grados de precisión disciplinar. Asimismo, en otro plano, pero vinculado a la misma área y problema, según qué criterios y prácticas se pueden identificar y definir, con cierta precisión, y lugar no solo epistemológico-académico sino asimismo económico-político, la distinción entre una producción de conocimiento bajo la modalidad de la investigación, a otra bajo la de la consultoría. Con relaciones de saber poder en tensión y movimiento, que presuponen la verdad y medida de todas las cosas, desde determinadas imposturas, que en la práctica, se hacen emerger y explicitan.

Problematizándose entonces dos cuestiones vinculadas entre sí, acerca de los desarrollos institucionales de la disciplina. Estas son, la primera, respecto a cómo identificar y que sea objetiva y precisamente distinguible lo que tipificamos como sociológico, de lo que no lo es, y de las otras ciencias sociales u énfasis disciplinares. Y, la segunda, asimismo, la identidad y distinción entre investigación y consultoría.

¿A qué se le puede tildar de específicamente sociológico?

Ya en la clásica obra de Poviña (1941), titulada “Historia de la Sociología Latinoamericana”, se presentaba este problema, y asimismo manteniéndose en su segunda edición de 1959, esta titulada “Nueva Historia de la Sociología Latinoamericana”. Ya en su ‘Introducción’, donde se explica el ‘Plan de Obra y la distribución material’ (p. 12):

“Con relación a la comprensión, se han adoptado criterios más amplios para la incorporación de nuevos elementos: en cuanto al tiempo, como antecedentes históricos; y en cuanto al espacio, con la mención de “lo sociológico en los no sociólogos.”

Esto de incluir “todo lo sociológico” (Poviña, 1959, p. 14), más acá de la práctica de la sociología misma –lo sociológico en los no sociólogos (Poviña, 1959, p. 12), nos retrotrae asimismo a la discusión sistemática fundante del debate al interior del desarrollo de la sociología paraguaya. La que se ‘disputa’ en el espacio entre el mensaje hegemónico en busca de posicionamiento del CPES, por parte de Heisecke (1965), y su contestación por parte Meliá y Palau (1975), así como la contestación a la contestación otra vez desde el CPES, por parte esta vez de Livieres Banks (1977). Buscando sistematizar la afirmación de hecho, legitimadora, del espacio del CPES como el espacio institucional de la sociología, y su paradoja entre lo académico (se invoca la formación), y lo no académico (fuera del espacio universitario). Pero, lo sociológico asociado desde entonces, naturalizado, como sinónimo del CPES, incluye muchos aportes de disciplinas diversas, y con contenidos igualmente variables, aunque, abordados ya de manera sistemática moderna y empírica. Ya Meliá y Palau (1975) discutían asimismo, aportes anteriores a la fundación del CPES desde disciplinas no específicamente sociológicas, y rescatando lo que podría haber allí de sociológico: “….es el para-sociologismo propiamente dicho, formado por un conjunto de pensadores paraguayos que, sin ser sociólogos “profesionales”, se han ocupado, de “algún modo”, de problemas o cuestiones sociológicas” (Poviña, 1959, p. 59; cursivas mías).

“La reconstrucción histórica de las Ciencias Sociales en América Latina ha sido, desafortunadamente, un conjunto de aproximaciones parciales y fragmentarias. Si bien un grupo de trabajos pioneros intentó reconstruir los temas y los debates del campo (Poviña, 1941; 1959; Echanove Trujillo, 1953; López Núñez, 1953; Agramonte, 1963), especialmente en Sociología, sus méritos fueron modestos. Estas obras estaban atravesadas por los límites del emergente proceso de expansión institucional y profesionalización de las Ciencias Sociales, y muy condicionados por las disputas por la definición de límites disciplinarios y liderazgos académicos. Además, sus logros metodológicos y empíricos fueron escasos, pues no pasaban de ser una voluntariosa colección de datos sobre obras y autores. Lamentablemente, todo ese esfuerzo de indagación histórica no permitió establecer una base empírica o modelos de investigación capaces de fundar una tradición de reflexión sistemática sobre esa historia” (Pereyra, 2010, p. 7; subrayados y cursivas míos).

Cuestionando el criterio de demarcación dado por hecho, desarrollado como estrategia de saber poder por el CPES y allegados, respecto a su sitial como ‘LA INSTITUCIÓN’, ‘LA CATEDRAL’ fundacional de la sociología en el país. Esto no es bien así, si bien materia de otro artículo, había sociología antes del CPES, y asimismo, que la experiencia de la disciplina en el país, es mucho más rica y compleja, yendo más allá de los atravesamientos con su omnipresencia institucional durante décadas. Pero también da pie, siguiendo a Poviña, para considerar esa etapa sin embargo presociológica, a diferencia asimismo de la postura del CPES, el periodo sociológico strictu sensu a la sociología académica y de cátedra. Y es cierto que hay que contemplar que formación en sociología, recién con la UCA se va generando a parte de la generación ’72, en el sentido académico universitario, y desde el CPES, de manera más vinculante a la investigación. Poviña, ya en sus dos obras discute estas cuestiones y sus relaciones, pero el problema se mantiene al no precisar con claridad que sería qué y por qué. Claramente se mantiene la incertidumbre acerca de qué criterios considera para llevar adelante tales inclusiones, así, dirá que:

“De lo dicho se desprende que, al lado del criterio sociológico estricto anterior, se agregan otros puntos de vista, con la condición de que lo estudiado “sea siempre sociológico”. Es ahora una historia de todo lo sociológico en América, sea de sociólogos, sea de no sociólogos, como antecedentes históricos, o como aportes de otros dominios del conocimiento humano a lo sociológico. Buscamos completar el panorama, agregando a la labor estricta de los “sociólogos profesionales” y de los “catedráticos de Sociología”, la contribución de la “Parasociología”, formada tanto por los antecedentes históricos, de los precursores, como por lo que hay de Sociología en América que se ha hecho por los no sociólogos” (Poviña, 1959, p. 13).

Contemporáneamente, Soler (2014) congratula la iniciativa pionera de Robledo Verna (2009; 2012), de concentrar parte de su búsqueda en los contenidos de la ‘Revista Paraguaya de Sociología’ según temáticas, lo cual acompañamos. No así, el no problematizar e interrogarse acerca con qué criterios construyó dichas categorías, que posibilitaran relevar tales temáticas.

“En un trabajo vanguardista sobre la institucionalización de la sociología en Paraguay María Liliana Robledo Verna (2012) cuantificó el tipo de artículos publicados entre los años 1964-1972 y detectó que el 64.58% pertenecían a la sociología frente a un 7% de textos sobre historia. En el mimo sentido, el paradigma dominante era una mirada sobre la estructura social y en ella sobre la sociología rural” (Soler, 2014, p. 330).

La pregunta que se indaga aquí, es qué criterio/s usó o construyó Robledo Verna (2009, p. 7) para llevar adelante tal cuantificación, según las categorías aplicadas al efecto. La colega en cuestión señala que:

“De esta selección se puede decir que la mayoría pertenecen a la temática sociológica y le siguen los de temática educativa y política. Otras categorías bajo las que fueron agrupados los artículos son: histórica, económica, antropológica y otros. Los artículos sociológicos de las publicaciones revisadas, abordan distinto temas, como: Estructura Social, Cambio Social, Sociología Rural, Sociología Política y Sociología Urbana. También se encontraron trabajos sobre Historia Social Paraguaya. En lo referente a estructura social, fueron considerados los estudios sobre estratificación social, clases, población y movilidad. Otro porcentaje importante de los trabajos hace referencia al cambio social, donde son considerados los estudios sobre el desarrollo, cambio y modernización.”

Como se puede apreciar, el criterio es totalmente laxo y subjetivo, “pertenecen a la temática sociológica”, pero no se presentan indicadores objetivos que permitan dicha aproximación, que es puramente intuitiva, cuestión que ha llevado a instalar dicha problematización. En palabras del más autorizado al respecto, quién más sino el propio Dr. Rivarola, que hace suyo un tokorre (pasar la voz, en idioma guaraní) de pasillo, rumor a gritos, entre colegas de las ciencias sociales, cual es, que la Revista, no es ni paraguaya ni de sociología. Con cierto humor el mismo recuerda y comenta su sorpresa asumiendo la veracidad del comentario de otro colega:

“Te voy a contar otra anécdota sólo para darte brochazos en un tiempo tan corto. Otra anécdota interesante es que una vez en una reunión, estábamos no sé dónde, alguien dice: “Pero la verdad es que tenés que cambiar el nombre de la Revista”, me dicen, mitad en broma, mitad en serio, “porque esa Revista, Revista Paraguaya de Sociología, no es ni paraguaya ni es de sociología”, porque en realidad había ganado una circulación internacional y también por otra parte su cobertura era mucho más amplia que realmente sociología propiamente, que ingresamos todo un panorama bastante amplio de las ciencias sociales.” (Entrevista al Dr. Domingo Rivarola realizada y facilitada por la colega María Robledo Verna en Asunción, jueves 18 de junio de 2009, 8.30 hs. Lic. en Trabajo Social y Magíster en Ciencias Sociales con orientación en Educación, por FLACSO, Argentina).

Ni paraguaya por la representación cuantitativa de artículos editados en la revista, de manera proporcionalmente mayor por parte de extranjeros respecto a los connacionales, aparte de la circulación hasta hoy más afuera que dentro. Lo cual si bien le ha dado frutos en la visibilidad externa, y prestigio internacional, queda medio extraño el espacio dado a los aportes nacionales, en cuanto a su relevancia. Asimismo, ni de sociología, porque se reconocen una mayoría de aportes publicados provenientes de ámbitos disciplinares no específicamente sociológicos. Es más, se podría agregar a esta complejidad, el que ninguno/a de los sociólogos/as del CPES, hasta el presente, sea graduado en esta área. Sin fundamentalismo, la manera de pensar la sociología es muy diferente que el de las ciencias sociales, si todo se abarca, cuál es la especificidad de la disciplina.

“Además, dado que la formación de grado no existía aún, los integrantes del plantel de profesionales del CPES provenían de otras disciplinas, como derecho, economía y filosofía, cuyas formaciones habían adquirido en la Universidad Nacional de Asunción” (Soler, 2012).

Rivarola mantiene esta misma postura, según su propio análisis, en una de sus últimas entrevistas (https://www.youtube.com/watch?v=LOm4OCCjXpI; subrayado mío), agregando un detalle importante, que parece a primera vista secundario y pasa desapercibido, la ‘Revista’, como portal más objetivamente de ciencias sociales, que de sociología estricto sensu.

“Una cuestión interesante, un detalle, una nota sobre esto, es que la Revista salió bajo el título de RPS, pero si ustedes revisan toda la colección, van a encontrar que y nosotros nos encontramos con eso, que cuando llegamos al tercer número, ya no había trabajos para Paraguay y entonces qué hacer, publiquemos artículos trabajos relevantes de toda esta gente, toda América Latina y empezamos a publicar verdad. Entonces, en una ocasión un amigo me dice esa Revista, que ni es paraguaya ni es de sociología, porque ya tenía cobertura de psicología social, de economía, es decir, no era estrictamente de sociología por esa razón nosotros le agregamos Publicación de Ciencias Sociales para América Latina… De todas maneras este, esa multidisciplinariedad fue muy útil para el mundo académico aquí…. La Revista nunca impuso un rígido cartón académico para poder publicar en la Revista o sea, que valdría que tuviera algo interesante de la sociedad bien planteado, para que tuviera lugar en la revista, y así este muchos trabajos fueron canalizados por este conducto”

Serían antes bien, analistas sociales, más que sociólogos, por la perspectiva inter más que disciplinar de sus abordajes, asociadas con las orientaciones disciplinares de los centros académicos independientes (CAI), tal como apoya la investigación de Brunner y Barrios (1987). Y si esto reconoce el propio fundador y director de la Revista, no sé cómo validar el estudio de Robledo, y el comentario de Soler, acerca de la mayoría de artículos bajo la temática sociológica. Leyendo la cita abajo, resta sólo preguntarse, ¿entonces?

“En rigor de verdad, la disputa era ante todo por los espacios de consagración, que en este caso tenían que ver con el centro y su revista, mucho antes que por la disciplina. No sólo la producción de los textos que los “sociólogos paraguayos” publicaban en el CPES se elaboraban desde marcos profundamente interdisciplinarios, sino que ninguno de los directores de la Revista Paraguaya de Sociología eran sociólogos,…” (Soler, 2014, p. 330).

Así, respecto a cómo construye las categorías Robledo Verna (2009; 2012), que Soler (2014) acepta sin problematizar su construcción, y asumiendo sus ‘datos’, la autora señala, sin repetir lo común a la cita anterior más arriba (2009, p. 7), lo siguiente:

“Para poder visibilizar la variedad temática, se ha realizado una clasificación de los artículos sociológicos, los cuales fueron agrupados bajo variables como: Estructura social…, Cambio social y Aportes Teóricos…, Otros…. También trabajos sobre Sociología Rural…, Sociología Política… y Sociología Urbana… Por último, los artículos de Historia Social Paraguay…” (Robledo Verna, 2012, p. 44).

Que creo, solo viene a destacar una vez más, la laxitud e imprecisión –ojímetro- de todo lo que entraría bajo la categoría de temática sociológica, casi que basta con hacer referencia a algún vocablo que invoque lo social, llevando a que casi todo entre bajo la égida de la temática sociológica, cuando todo entra, la discriminación no es muy útil. A la temática sociológica, le siguen la educativa, y política, otras son: histórica, económica, antropológica y otros. Puede verse, que con esta misma clasificación, puede validarse la perspectiva de Meliá y Palau ya en 1975, acerca de la diversidad de temas -“producción sociológica como una suma de elementos dispersos, con extrañas ramificaciones”-, disciplinas -“desde campos no específicamente sociológicos”- y, por tanto, mucho de lo que se denomina sociológico, antes y ahora, está inscripto en producciones que abordan temas más allá de algo específicamente sociológico.

“Igualmente, una gran parte de los trabajos incluía las Ciencias Sociales en un universo de representaciones más amplio, conformado básicamente por ideas políticas y sociales heterogéneas, por lo cual la historia de esas disciplinas se redujo a la historia del pensamiento social (Devés Valdez, 2000)” (Pereyra, 2010, p. 7).

Como ya sostenido, haciendo que, más allá del ensayo, si había entonces producción sociológica antes del CPES, y con este, se identificará la misma, con el abordaje sistemático, y asimismo, con el funcional estructuralismo. Es cierto, no por no ser críticos, ni marxistas, deja de ser producción sociológica, y asimismo, no sólo lo que produce el CPES es sociológico, ni inaugural de la disciplina. Si como su institucionalización ‘fuera’ de la universidad, desde una oferta de orientación teórica metodológica particular, y también de una práctica por primera vez, eso sí, sistemática, modernizante, superando lo tradicional, el ensayo, que a su vez actúan como integrador sinérgico de la producción sobre lo social –un sistema- antes disperso y sin articulación alguna. Antes, no había sociología ni institucionalizada en términos de investigación, ni sistemática, pero había algo de sociología, en el abanico de estudios y ensayos provenientes de las más variadas disciplinas. Asimismo, también había sociología institucionalizada, si vinculada con la sociología de cátedra, ya desde el año 1900, con la inauguración de la primera cátedra de la misma, en la Facultad de Derecho de la UNA, bajo el ejercicio de Cecilio Báez. Se insiste, que la sociología de cátedra, aúlica, también es productiva y asimismo institucionalizada. Circulan ideas, materiales, se ponen en discusión, se escribe y presentan trabajos en encuentros, en los diarios, a través del ejercicio de la política, etc., producto de las ideas positivistas y evolucionistas de entonces. Eso también es sociología. Es más, el espacio aúlico, es en sí mismo un espacio de encuentro, intercambio y producción permanente en la interacción entre docentes y alumnado, y al interior de cada estamento.

Retomando la cita de Rivarola, respecto a que la ‘Revista Paraguaya de Sociología’ (RPS) no sería ‘ni paraguaya ni de sociología’, otra cuestión vinculante a las temáticas, es la de la procedencia de la autoría de los artículos de la RSP. Robledo Verna presentará sus hallazgos (2012, p. 45): “Al respecto de los autores que han publicado en la RPS, se observó la clasificación según el país de origen.” Pero también aquí hay problema con el criterio con que hizo la selección, encima de la cual se hace tal clasificación. Aspecto fundamental tampoco problematizado en ningún momento, y que queda como tarea pendiente, es el corte selección de los ‘números’ de la revista analizados, que validan a su interior lo expresado por la misma, y utilizados por Soler, pero que, considerando los testimonios de las propias autoridades tendría que haber generado la sospecha de qué pasa si tomo al conjunto de números, y las nacionalidades de origen de los articulistas, evitando cualquier sesgo a partir de una selección arbitraria.

Además, a lo largo de esta entrevista, como de las demás referenciadas, el testimonio de Rivarola parece objetivamente destacar, que investigación sistemática y empírica sobre temáticas sociales, se asociaba por aquel entonces a sociología. Es decir, con el ascenso del funcionalismo, lo descriptivo, el informe empírico, asociado asimismo con presentar datos cuantitativos, la aureola de informe técnico calza con el paradigma de entonces. Me parece esto interesante, y una conclusión provisoria asimismo, en términos de deducción teórica.

Al mismo tiempo, garantiza la imprecisión de los temas objetos de estudio como específicos de la sociología, si tomamos la perspectiva de hecho que creo tiene Rivarola, que no deja de ser provocador e interesantísimo, lo sociológico se definiría más por lo metodológico, que por la construcción particular de su objeto de estudio. Típicamente idealista, positivista y funcionalista, implícitamente, se supone se subordina lo teórico a lo técnico, esto, desde un discurso de saber poder, lo cual en las prácticas de saber poder universalizan, naturalizando-lo el soporte, por detrás y en el origen, del marco teórico funcional estructuralista.

Asimismo, sería importante definir, construir una base consensual, qué es lo que hacia adentro los propios practicantes de la disciplina entienden, con criterios objetivos y precisos, de demarcación por académico y no académico. Ya en tempranas épocas de reflexión sobre los procesos de institucionalización de la sociología, y las modalidades, tanto en su obra de 1941 como en la de 1959, Poviña (p. 73) sostendrá que la misma, en su período estrictamente sociológico, se manifestará en una primera etapa “de tipo académico, constituida por las primeras cátedras universitarias.” Esto es, porque el objetivo de Poviña de entonces era dar cuenta de esta modalidad como la hegemónica, practicada en las universidades, identificando dónde se enseña, quién lo hace, y con qué orientaciones. Lo que no podía augurar Poviña, es el particular desarrollo de la sociología empírica sistemática en Paraguay, con la experiencia del CPES, ni la de Argentina con el ascenso de Gino Germani. Dejando muy atrás, como un sueño muy leve, los aportes hipervalorados de la obra de Justo Prieto, contemporáneo claro está, de Poviña (1959, pp. 253-259). Casi exclusivamente aborda la sociología como de cátedra, y ligada al espacio universitario que la define como académica. Para esta cuestión, volvemos a echar mano al testimonio del Dr. Rivarola, quien al igual que varios de los informantes calificados, manifiesta que:

“… y quedó un núcleo pequeño que fundó en el 64 el Centro de Sociología como una entidad privada. O sea que, su origen no es un origen académico porque no existía un universo académico, fue más bien un universo político del cual ingresan incluso gente que no, que profesionalmente no…había un arquitecto…ese fue el origen, que es muy importante porque nació fuera de la universidad.” (Entrevista al Dr. Domingo Rivarola realizada y facilitada por la colega María Robledo Verna en Asunción, jueves 18 de junio de 2009, 8:30 hs. Lic. en Trabajo Social y Magíster en Ciencias Sociales con orientación en Educación por FLACSO, Argentina).

Claramente se asocia lo académico a lo universitario, y las experiencias fuera de la misma, como no u extra académicas (Esta idea, también se repite en los trabajos de Soler (2012; 2014). De igual manera entonces, la discusión sirve para problematizar que es, o se puede considerar académico y que no, de manera objetiva, según criterios e indicadores precisos, como ser, tipo de producción, actividades, relaciones laborales, objetivos, qué publicación es o no académica, etc.

Distinción-identidad en la tensión investigación-consultoría como modalidades diferentes de producción de conocimiento

La investigación ‘estrictu sensu’ emerge como más vinculada casi por antonomasia a lo académico y al espacio institucional universitario. La segunda, más al modelo institucional capilla, ONGs, para acción e intervención más concreta, fragmentada e inmediatista, y las más de las veces, sobre demanda con agendas, pautas y financiamientos de fundaciones u organismos internacionales, y benefactores externos.

El posterior desarrollo de la investigación desde la universidad, y también desde los centros o capillas, le agrega otra modalidad que se especializa, división del trabajo, que concentra más la modalidad de investigación tipo ‘consultoría e intervención’ por parte de las ONGs, Centros o Capillas, y la vinculada con la conceptualización acerca de lo qué es investigación estrictu sensu, asociada a lo académico universitario. La variedad de consultoría, asumida por los mismos ejecutores, como con cierto complejo de inferioridad y culpa -tensión ongs, capital privado, lucro, compromiso social-, implícitamente situándola como de nivel inferior, de alcance más limitado, y fuerte direccionamiento por el ‘encargo’.

Además del aporte de Cueva (1989), que he tomado como fundamental, otras fuentes muy versadas son las de Brunner y Barrios (1987), así como la de Pereyra (2010), entre otras, aunque también se puede rastrear en el propio ámbito nacional, algunas referencias al respecto, no siempre directas u explícitas. Ya presente, en la temprana contestación por parte de Meliá y Palau (1975), al intento y maniobra de monopolización y de auto identificación del CPES con el manantial fundacional de las ciencias sociales sistemáticas en el Paraguay. Allí, los autores asociarán, al mejor estilo de Cueva, al CPES, con determinada forma de hacer sociología:

“La investigación propiamente sociológica, desarrollada con un cierto aparato científico y que va usando métodos de cuantificación técnicos, recibió un incremento principal a medida que fueron llegando al Paraguay investigadores extranjeros –sobre todo norteamericanos-, quienes recogían aquí sus datos en vistas a la preparación de sus trabajos académicos o eran contratados para confeccionar informes para agencias internacionales, proyectos gubernamentales o simplemente oficinas consultoras más o menos privadas. Con esta corriente se ha ido incorporando a investigadores locales, organismos gubernamentales, como la Secretaría Técnica de Planificación, o instituciones privadas, como el Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos o el Instituto de Desarrollo Integral y Armónico, para no citar sino a los más representativos. Esta sociología de corte “funcionalista” se encuadra dentro de esquemas puramente descriptivos y suele ofrecer estudios de carácter censal-demográfico, estudios de comunidad y lo que damos en llamar “estudios descriptivos con carácter de síntesis”. Un gran número de estos estudios se mantiene a nivel de “Informe” y es publicado en forma mimeografiada, teniendo una circulación restringida, cuando no estrictamente confidencial; no hay pues que decir que no pretendemos un relevamiento completo de este último tipo de trabajo.” (Meliá y Palau, 1975, pp. 162-163).

Por otro lado, muchos años transcurridos, en un trabajo actual, Soler (2014) reconocerá esta histórica, y creo, propositalmente discusión ocultada, sin opinar, ni posicionarse al respecto. Así, se destaca que:

“En el entender de los autores, la producción de “sociología” de carácter científico -en plena alusión a los trabajos que Domingo Rivarola había publicado en los primeros números de la Revista Paraguaya de Sociología sobre la estructura social paraguaya— es meramente descriptiva, de corte funcionalista y apela a métodos de cuantificación técnicos. A criterio de los autores, todo eso permitiría afirmar que esta sociología “se encuadraba dentro de esquemas puramente descriptivos y solía ofrecer estudios de carácter censal-demográficos. Un gran número de esos estudios se mantienen a nivel de informe” (Meliá y Palau, 1975: 162)” (Soler, 2014, p. 33; los subrayados son míos).

Antes, y a través de diversos testimonios, en tiempos de igual manera diferentes, el propio Dr. Domingo Rivarola ha dada su versión y opinión al respecto. Claro está, que se ha tratado aquí, de problematizar su testimonio, y ligarlo objetivamente con su propia práctica, como principal referente del CPES en más de 40 años de trayectoria como Director e Investigador. Primero, a través de su testimonio personal con motivo de la visita de Mario Bunge al país, en el mes de octubre el día 17 del año 2013, en el Aula Magna de la UCA. Donde destacara que la Sociología está huérfana institucionalmente, enfatizando el desamparo institucional o el estado de intemperie de la disciplina. Asimismo, que dos tercios (2/3) del tiempo de los investigadores de cualquier CAI o Capilla, deben estar preocupados por obtener o gestionar fondos, envés dedicarse full time a sus específicos menesteres. Así siendo, sea en el ámbito público como privado, el Dr. Rivarola se muestra escéptico y reservado, aún hoy, con el futuro de la disciplina. Segundo, en la entrevista mantenida con Robledo Verna (Entrevista al Dr. Domingo Rivarola, 8.30 hs., jueves 18 de junio de 2009, Asunción) donde reconocerá mediante su diagnosis, las diferencias entre una u otra de las modalidades, desde los propios vaivenes y coyunturas en la experiencia del caso CPES:

“El tema central aquí es que la democracia curiosamente ha sido muy desfavorable para la investigación social, ¿en qué sentido?, en que al establecerse la democracia aquí, los organismos internacionales de todo tipo y nacionales, o sea, países que ayudan, que tienen programas importantes acá en Paraguay como España, Japón, EEUU por supuesto, los canadienses también, algunos países europeos…fundación europea alemana sobre todo que han apoyado mucho a movimientos políticos. Bueno, pero en realidad, grandes flujos de recursos para estudios se canalizan por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, y estas instituciones prácticamente excluyeron de su programa los apoyos institucionales, entonces no hay posibilidad alguna de mantener instituciones. Y todo es por vía de consultoría, donde el trabajo es muy esquemático, es un esquema que vos tenés que llenar, buenos salarios pero salarios también de seis meses, de cuatro horas…entonces hay un montón de gente talentosa que trabajan para lo que los otros quieren. O sea, te contratan para que hagas un trabajo sobre, que se yo, los migrantes asentados en tal lugar y para que veas tal cosa, tal otra nomás, no hay…hay muy pocas posibilidades de una institución como fue el Centro en toda su existencia de pensar los problemas, verdad, y de esto de pensar los problemas se pudo generar aquí en el país y en el CPES, se hizo una gran avance en los estudios agrarios y en los estudios educativos, estos han sido dos de los ejes, y también los estudios migratorios, bueno todo lo que trata un poco de sociodemografía, verdad. Esa concentración ya es bastante difícil de hacer porque tú no tienes recursos para sostener una institución de esta envergadura. (…) pero que hoy día no tiene fondos para…si vos vas a pedir al BID o al Banco Mundial, una cosa para eso, te saludan cortésmente y se acabó. No se desarrolló una vocación interna de sectores sociales o económicos de apoyar ese tipo de cosa, hay gente que gasta fortunas inmensas en apoyar a clubes, a todo eso que está muy bien pero este tipo de cosas no. Entonces un poco un mecanismo, habiendo más recursos académicos, hay muchísima gente que ha estudiado fuera, tiene una buena formación, y están saltando de cátedra en cátedra, de trabajito en trabajito, pero sin poder realmente centrar su trabajo por tiempos para generar realmente. Hay cosas, pero obviamente, si tu…estos por ejemplo son todos informes que se hicieron entre los años 70 y 80 en investigación por el CPES, verdad, si yo pongo otro estante acá si saco de los 90 para adelante no voy a completar, seguramente, ni un montoncito. Excluyo los trabajos que se hacen para estas organizaciones internacionales que no son estudios críticos, no tiene un mínimo enfoque crítico, que describe una realidad específica para alguna cosa, verdad, pero no es lo que el CPES siempre hizo ver”

Pero, lo que no dice Rivarola, es porque no asocia su propio diagnóstico, como la modalidad principal para producir conocimiento por parte de la oferta del CPES durante toda su historia, aun cuando disfrutaba el sitial in-cuestionado objetivamente como ‘Catedral’ de la sociología paraguaya, pues nadie y ni desde ningún lugar tenían fuerzas para hacerlo. Reinado casi en solitario, contestada su experiencia, pero sin poder disputarle su sitial. Hoy se está en otro contexto, con muchas más ofertas institucionales, tanto universitarias como desde capillas, con vida democrática, y con mucha más apertura y circulación de conocimiento, potenciado por el acceso a la net, demanda en crecimiento de grado y postgrado. Rivarola si bien reconoce las restricciones contemporáneas del flujo financiero al CPES, y el verse obligado al imperio de la consultoría, no significa que en el pasado, también no haya sido la modalidad principal. Al menos se provoca la problematización, se instala el tema para discutirse. El concepto que se esgrima para concluir acerca de la práctica objetiva de una u otra modalidad de producción de conocimiento, es determinante.

Conclusiones parciales de un programa de investigación abierto

En el decurso de la investigación se me ha puesto frente a la situación de problematizar dos cuestiones centrales respecto a la construcción de criterios indicadores de búsqueda sistemática de datos y, al mismo tiempo, la aplicación posterior para relevarlos. Que se deja registro de las mismas, para retomarlas más adelante, y darle continuidad a la discusión y construcción. Fundamentalmente, respecto a dos cuestiones: la primera, como ‘leer e interpretar’ producción específica y excluyentemente sociológica, puesto que tanto los centros como los investigadores individuales producen dentro de una amplia gama de temas y abordajes, que más es ciencia social –analistas sociales-, haciendo perder justamente la diferencia de lo sociológico. Al respecto, se considera que una decisión objetiva, necesariamente dura, e interesante, es tomar por sociológico sólo lo que estos/as producen. Tomando como criterio excluyente, tener formación específica en el área, tanto de grado como de postgrado, y avalada por su ejercicio personal registrado en sus ‘CV’. Lo mismo se aplica para tener mayor especificidad al entrar en la bibliometría, donde las publicaciones en sociología son muy pocas, tomando como referencia el conjunto de todas las ciencias sociales, que muchas veces no se presentan con claras distinciones. No es útil si es un indicador impreciso y genérico. Los propios antecedentes muestran ya dicha dificultad real objetiva de demarcar de manera sintética la producción nacional hasta entonces, según principalmente los estudios de Heisecke (1965), y de Meliá y Palau (1975). Se apunta a afinar estos indicadores, al menos, problematizándolos.

La segunda, igualmente fundamental, es cómo caracterizar sin duda de confusión, haciendo posible su identificación y distinción, entre investigación y consultoría. Las dos son dos formas de producción de conocimiento pero, por aportes-discusión propuestos de diversas maneras por Cueva (1989), Meliá y Palau (1975), Brunner y Barrios (1987), Trindade et al. (2007) o Rivarola (entrevistas y testimonios), entre otros, me inclino a distinguirlas, según determinados criterios. Entre ellos, de lo abstraído de los documentos, así como de las prácticas y entrevistas: quiénes o desde dónde se deciden las agendas, cuáles son institucionalmente las fuentes de financiamiento fundamentalmente externo-fundaciones organismos de cooperación, etc.-, con qué exigencia de ceñirse a ciertos criterios como contrapartida al financiamiento, desde dónde se inicia la búsqueda permanente de sostenibilidad a cambio de, la dirección de la misma o vector es importante, el alcance e impacto de los proyectos –acotados, fragmentarios, focales-, si siempre encuadrados dentro de las pautas del orden social vigente tipo PNUD, cuál es el ‘margen’ de control y tomas de decisión sobre el proyecto en sí y su resultado, etc. Lo que lleva a asociar la investigación incipiente con la institución universitaria, y la consultoría como el modus vivendi arquetípico de las capillas.

 

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