A 100 años de la Reforma de Córdoba.

La Promoción 2017 de la Universidad Nacional de Asunción ha recibido su nombre en un homenaje merecido y justo al Centenario de la Reforma de Córdoba.

Este hecho histórico ha marcado a la Universidad latinoamericana tradicional; por ello, es y será recordado por haber dado el puntapié para el ingreso a un nuevo tiempo, un tiempo de democracia, de libertades y de emancipación.

El Movimiento de Córdoba, iniciado en 1918, cuyo logro principal fue la obtención de la autonomía universitaria y, no de menor importancia, otros avances como la elección de los cuerpos directivos y de las autoridades de la Universidad por la propia comunidad universitaria así como la participación de sus elementos constitutivos, profesores, estudiantes y graduados, en la composición de sus organismos de gobierno; los concursos de oposición para la selección del profesorado y la periodicidad de las cátedras; la docencia libre; la gratuidad de la enseñanza; la democratización del ingreso a la universidad; la extensión universitaria, el fortalecimiento de la función social de la Universidad, la proyección al pueblo de la cultura universitaria y la preocupación por los problemas nacionales.

Al cumplirse el Centenario de la Reforma de Córdoba, la plena vigencia de las reivindicaciones puede constatarse en el rango constitucional que adquiere la autonomía universitaria, la libertad de enseñanza y la libertad de cátedra, Artículo 79 de nuestra Carta Magna; además, el novel Estatuto sancionado y puesto en vigencia el 5 de diciembre de 2017 y los diversos reglamentos que actualmente se encuentran en estudio contemplan en sus articulados los preceptos adquiridos durante el Movimiento de Córdoba.

Sin embargo, y a pesar de todo cuanto se ha avanzado, todavía podemos decir que “los dolores que quedan son las libertades que faltan” y asumir el compromiso de construir y avanzar consagrando la vida a la búsqueda de la verdad.

Por último, la responsabilidad de defender el paradigma de la Reforma de Córdoba implica llegar a posiciones filosóficas, lo que en el mundo universitario significa pronunciarse a favor de políticas de estado que promuevan las transformaciones necesarias para desplegar el potencial de la UNA.