Considerar la sostenibilidad del desarrollo implica -siguiendo a Brundtland (1987)- satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras; busca la garantía del equilibrio entre crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente, así como el bienestar social. En este contexto los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se constituyen en la más grande agenda para encauzar el desarrollo a nivel mundial, comprendido dentro de un contexto multidimensional y marcado en estos últimos años por la pandemia COVID-19, que ha obstaculizado aún más el progreso de los ODS, lo que afecta en mayor medida a las personas más pobres y vulnerables del mundo. El Informe de desarrollo sostenible para Paraguay (2021), reseña que el desempeño de los ODS de Paraguay está ligeramente debajo del promedio de la región, con una puntuación de 64,1. En este marco, el presente artículo tiene como propósito realizar una revisión de los avances y retos de los ODS, desde la perspectiva social, económica y ambiental del Paraguay, en concordancia con los ejes esenciales del desarrollo sostenible.
En este sentido en cuanto al ODS1, a partir de la evolución de algunos indicadores se puede contar con un estado de situación. Así se verifica que en el periodo entorno al 2015 al 2021 la pobreza multidimensional se ha reducido en 39,4%, en tanto la proporción de la población que vive por debajo del umbral internacional de la pobreza se redujo en 57,1%. No obstante, el panorama de la pobreza a través de la población que vive por debajo del umbral nacional de la pobreza se incrementó en 1,1%. Por otra parte, la evolución de la cobertura de población cubierta por niveles mínimos de protección social ha experimentado un incremento de 12,7%. El ODS10 por su parte, en una de sus metas sustantivas se propone al 2030, potenciar y promover la inclusión social, económica y política de todas las personas, independientemente de su edad, sexo, discapacidad u otra condición. El indicador utilizado proporción de población en situación de pobreza relativa, a través del 50% de la mediana de los ingresos, desglosada por área de residencia, departamento, sexo y grupos edad señala que del 2015 al 2021, se ha mejorado en una proporción reducida pasando de 20,6% a 18,3%, una mejora de 11,2% en el periodo mencionado. Si bien cada meta es priorizada por el país firmante, este en particular apunta a derechos elementales de los ciudadanos paraguayos. Respecto al ODS3 que se propone, entre otros, como meta al 2030, reducir la tasa mundial de mortalidad materna a menos de 70 por cada 100.000 nacidos vivos, a partir del punto inicial (2015) se verifica avance reducido al 2020 de apenas 2,9%, pasando de 81,8 a 78,9. Por otra parte, poner fin a las muertes evitables de recién nacidos y de niños menores de 5 años, logrando que todos los países intenten reducir la mortalidad neonatal al menos a 12 por cada 1.000 nacidos vivos y la mortalidad de los niños menores de 5 años al menos a 25 por cada 1.000 nacidos vivos, los resultados señalan reducción de 12,8%. Si bien se está aún por encima de lo previsto en la meta en cuanto a la mortalidad materna y ya por debajo del nivel previsto en la meta sobre mortalidad de menores de 5 años, los avances en salud en el periodo han sido poco significativos.
En lo que se refiere a Educación,ODS4, la información no cuenta con periodicidad, no obstante lo disponible para la meta al 2030 de asegurar el acceso igualitario de todos los hombres y las mujeres a una formación técnica, profesional y superior de calidad, incluida la enseñanza universitaria, expresada a través del indicador de nivel mínimo de competencia en lectura y matemática al final de la primaria (6to grado) en cobertura nacional es de 66,1% y 30,7% respectivamente en el año 2015, esto es de cada 3 niños en lectura 1 no lo logra, en tanto en matemáticas es tal que de 3 niños 2 no logran la competencia mínima requerida. Este panorama refleja la preocupante situación de la educación paraguaya. Un ámbito central del potencial de bienestar de la población está centrado en la posibilidad de acceder a un trabajo decente en el marco del crecimiento y desarrollo económico. El ODS8 en una de las metas desafiantes de lograr niveles más elevados de productividad económica mediante la diversificación, la modernización tecnológica y la innovación, entre otras cosas centrándose en los sectores con gran valor añadido y un uso intensivo de la mano de obra, expresado en el indicador tasa de crecimiento anual del PIB real por persona ocupada, refleja que en el año 2015 fue de 0,1%, excluyendo los años de comportamiento atípico, este ha mejorado en promedio a 1,2% por persona empleada. No obstante, al analizar la meta promover políticas orientadas al desarrollo que apoyen las actividades productivas, la creación de puestos de trabajo decentes, el emprendimiento, la creatividad y la innovación, y fomentar la formalización y el crecimiento de las microempresas y las pequeñas y medianas empresas, incluso mediante el acceso a servicios financieros, a través del indicador proporción de población de 15 y más años de edad, ocupada en la ocupación principal y secundaria, en el empleo informal no agrícola, se constata que se ha mantenido invariable en torno a 66,9%, esto es 2 de cada 3 trabajadores ocupados son informales en el Paraguay.
En lo que respecta al ODS6 en una de las metas plantea de aquí a 2030, lograr el acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible para todos: si bien Paraguay tiene un nivel alto, en los últimos años se ha dado un incremento reducido en su crecimiento, de 81,9% a inicios (2015) a lo último disponible (2021) solo se ha incrementado en 4,6% pasando a 85,7% la cobertura. Se refleja la necesidad de mayores esfuerzos para ampliar la cobertura del vital líquido. Para el ODS7 en una de sus metas la apuesta es al 2030, aumentar considerablemente la proporción de energía renovable en el conjunto de fuentes energéticas. Conocido el Paraguay como país de energía renovable, no obstante, la proporción de energía renovable se ha mantenido casi invariable, de un valor de 60,9% a 61,5%, donde el transporte presiona hacia abajo el indicador, ya que en este campo el uso de energía renovable es de apenas 6,9%, casi sin variación en el tiempo analizado. Cabe aquí entonces que la política pública del país sea revisada en pos de aumentar considerablemente el uso de energía renovable, tal como se propone en la meta. El ODS13, en la meta integrar las medidas contra el cambio climático en las políticas, estrategias y planificación nacionales, con su indicador emisiones de gases de efecto invernadero al año Kilotoneladas equivalente de dióxido de carbono (kt CO2 eq) informa que de 2015 a 2017, conforme a datos disponibles, se ha dado salto significativo de reducción en 33,7%. La sostenibilidad y las políticas a este respecto se verán reflejadas en adelante al contar con información más actualizada.
En el análisis del ODS15, la meta propuesta es de aquí a 2020, asegurar la conservación, el restablecimiento y el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y los ecosistemas interiores de agua dulce y sus servicios, en particular los bosques, los humedales, las montañas y las zonas áridas, en consonancia con las obligaciones contraídas en virtud de acuerdos inter- nacionales, a través del indicador alternativo disponible, superficie forestal en proporción a la superficie total, se refleja que este ha disminuido entre el periodo 2015 al 2018 de 43,9% a 41,5% una reducción de 5,5% en los años con datos disponibles. La pregunta aquí es, ¿se está asegurando la conservación, restablecimiento y usos sostenible de los ecosistemas?
En un balance basado en evidencias se puede sostener que se ha producido progresos en aspectos sociales, económicos y ambientales; no obstante, persisten retos y rezagos que atender, así como la necesidad de marcar ritmos del proceso en intensidad diferenciada. En cuanto a principales acciones requeridas se destacan, focalizar los esfuerzos para reducir la pobreza y la desigualdad, mejorar las competencias en matemáticas y lecturas, formalizar los empleos, proteger los bosques, entre otras; de manera tal a permitir avances hacia el desarrollo sostenible del Paraguay en el marco de la agenda 2030.