El incremento poblacional, la globalización y el sistema económico capitalista generaron un aumento en el consumo de bienes y servicios en demasía, lo que se traduce en un consumismo exagerado sin que el ser humano experimente necesidades reales que lleven al consumo de esos bienes o servicios. Un factor importante en este sentido es la publicidad.

Esta situación es perjudicial por el efecto directo en el uso indiscriminado de los recursos no renovables; y, a su vez, los productos generan muchos residuos en el proceso productivo y al momento de su consumo, que sin contar con una disposición adecuada producen contaminación ambiental en todos los sentidos. ^{Freire-Vinueza, C., Meneses, K., & Cuesta, G. (2021}) concuerdan en que la contaminación se presenta de diferentes formas, como: contaminación calorífica, emanación de olores y residuos en el aire, desechos sólidos, líquidos y gaseosos, entre otros.

Nuestro planeta tiene la capacidad de soportar los efectos negativos que afectan a la naturaleza, pero tarda mucho tiempo en recomponerse; pero el hombre lo degrada en forma exagerada produciendo un colapso en el entorno, tal como lo explica ^{Vilchez y Gil (2009}). Desde luego, no todos los países producen, consumen y deterioran en medioambiente de la misma forma, ni en la misma intensidad.

La educación para la sostenibilidad es una educación basada en la ética y en la solidaridad; pues las acciones deben ser adoptadas a nivel social y de forma permanente. Se basa en comportamientos responsables y prepara a los actores a tomar decisiones fundamentadas, tendientes al logro de un desarrollo cultural sostenible (^{Delors, 1996}; Cortina et al., 1998; Sachs, 2008).

Se han realizado varios estudios sobre el consumo, como el realizado por ^{Cohen, I. S., Padilla, G. D., Panes, R. G., & Rodríguez, H. M. (2016}) que presenta al nivel de consumo como insostenible por lo que se deben adoptar medidas respecto al consumo orientados a disminuir y moderar el frenesí consumista en la actualidad.

El problema del consumo responsable es un tema por demás importante en todos los países del mundo actualmente, dado el impacto negativo a gran escala que está ejerciendo el hombre en su medioambiente, además del consumo desmedido de los recursos naturales renovables y no renovables; y la gran cantidad de desechos asociados a la producción y el consumo. El consumismo desmedido no hace cuenta del consumo ecológico, ético, solidario y crítico necesarios para un consumo responsable (^{Ortiz de Mendevil, 2012}).

Como resultado del estudio realizado con los jóvenes universitarios se ha encontrado que los seres humanos no logran satisfacer sus necesidades aun cuando sus ingresos mejoren. Al principio, se satisface las necesidades más básicas; y, si el dinero es escaso, el uso de los recursos se vuelve más eficiente y los desperdicios se reducen al mínimo o casi no existen, por lo que en esta situación nos estaríamos acercando a la definición de un “consumidor responsable”, aunque sin haber adquirido capacitación al respecto. Claro está que aquí únicamente nos referimos al consumo y no a la disposición de los residuos y desperdicios. En cambio, cuando el nivel educativo aumenta y también lo hacen los ingresos, las necesidades también aumentan, en cantidad y calidad, llevando esta situación a un consumo irresponsable, aunque se dispongan correctamente los residuos y desperdicios.

En poco tiempo, se ha dado grandes avances tecnológicos por y para el hombre, esto produce un sinnúmero de desperdicios y residuos muchas veces tóxicos, y, que no son biodegradables ni eco amigables. Este problema aún no ha sido resuelto, pero está en relación directa con la contaminación que muchas veces es imposible de corregir.

Los estudiantes universitarios demuestran tener buen nivel de concienciación respecto al consumo responsable; pero, se requiere crear conciencia social para adquirir hábitos de compra responsable. Además, la publicidad influencia de forma notoria y consciente en los compradores, según lo ponen de manifiesto los jóvenes universitarios.

Los alumnos universitarios encuestados reconocen que ponen en práctica la regla de las “5R” del reciclaje (reducir, reutilizar, reemplazar, recuperar y reciclar), aún de forma consciente o automática. También, el origen del producto no tiene una incidencia muy notoria al momento de comprar un bien; en cambio, el atributo “precio” influye significativamente al momento de adquirirlo.

Se recomienda se refuercen las buenas prácticas emprendidas desde la universidad para mejorar el hábito de consumo responsable y consciente en los jóvenes universitarios, como ser: incluir dentro de los contenidos de las asignaturas el tema de consumo responsable.

El consumo responsable debe ser practicado por toda la sociedad, y no solo por los que poseen altos niveles de ingresos, quienes en realidad son los que más consumen.