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Población y Desarrollo

versão impressa ISSN 2076-0531versão On-line ISSN 2076-054X

Poblac.Desarro. vol.23 no.45 SAN LORENZO dez. 2017

https://doi.org/10.18004/pdfce/2076-054x/2017.023(45)061-073 

ARTICULO CIENTIFICO

Interacción entre la economía social y la economía creativa como propiciadoras de desarrollo económico local en Paraguay

Interaction between the social economy and the creative economy as promoters of local economic development in Paraguay

Selva Olmedo Barchello1 

1Universidad Nacional de Asunción - Facultad de Ciencias Económicas, San Lorenzo, Paraguay


RESUMEN

Los fracasos de los modelos de desarrollo económico propiciaron formas alternativas de desarrollo y crecimiento, dando lugar a lo que hoy se conoce como economía social, en cuyo objetivo de justicia social, hombres y mujeres se agrupan para realizar actividades a través de la ayuda mutua y la solidaridad. En este sentido, las iniciativas de la economía creativa sobre todo del sector de las artesanías encontraron en las iniciativas de la economía social solidaria una forma de desarrollarse, logrando bienestar para sus miembros y para su comunidad. La investigación presenta la característica de ser de corte cuali-cuantitativo, iniciando con una revisión bibliográfica documental, con una exposición descriptiva de aspectos que relacionan ambos conceptos, además de los resultados de un trabajo de campo en el distrito de Yataity- Departamento de Guairá. Los resultados indicaron que los departamentos de Paraguarí y Central son los que mayor cantidad de asociaciones formadas posee. En cuanto a las cooperativas, son las dedicadas al rubro de la artesanía las que sobresalen, frente a las de calzados y comunicaciones. Por último, el análisis foda realizado a las asociaciones de mujeres artesanas del distrito de Yataity, indicó que la asociatividad es una oportunidad para que las artesanas puedan acceder a mayor mercado, a crédito y asistencia técnica.

Palabras clave Economía social; Economía creativa; desarrollo local; cooperativas; asociaciones

ABSTRACT

The failures of the models of economic development propitiated alternative forms of development and growth, giving rise to what is now known as social economy, in whose objective of social justice men and women are grouped to carry out activities through mutual aid and the Solidarity. In this sense, the initiatives of the creative economy, especially in the handicrafts sector, found in the initiatives of the social economy a way to develop, achieving well-being for its members and for its community. The research presents the characteristic of being of qualitative-quantitative nature, starting with a documentary bibliographical review, with a descriptive exposition of aspects that relate both concepts, as well as the results of a fieldwork in the district of Yataity-Department of Guairá. The results indicated that the departments of Paraguarí and Central are the ones with the greatest number of associations formed. As for cooperatives, those dedicated to the field of craftsmanship stand out, compared to those of footwear and communications. Finally, the forensic analysis carried out to the artisan women's associations of Yataity district, indicated that associativity is an opportunity for artisans to have access to a larger market, to credit and technical assistance.

Key words Social economy; Creative economy; local development; cooperatives; associations

INTRODUCCIÓN

Las organizaciones de la economía social presentan formas innovadoras de agrupaciones de individuos las cuales son capaces de producir valor económico y social a través de nuevas formas de interactuar en un nuevo tipo de mercado (Pallarés Espinosa, 2014)

La economía social se origina como un modo de producción, comercialización y distribución en respuesta a los modelos económicos poco asertivos del régimen capitalista (de Castilho, Pasquotto Mariani, & Martins Garcia, 2012), constituyéndose de este modo en un modelo alternativo de desarrollo económico y social a nivel nacional, regional e incluso continental.

Por otro lado, las iniciativas de la economía cultural y creativa han ganado espacio en los últimos años como recurso potencial para generar crecimiento económico y desarrollo, promoviendo la diversidad cultural, el desarrollo humano, la cohesión social, además de servir de punto de convergencia entre artesanos, el sector de servicios y el industrial, logrando de este modo constituirse en una opción viable de desarrollo, con vínculos transversales y políticas multidisciplinarias de acuerdo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) en el año 2011.

Ante la nueva agenda global de desarrollo que se constituye con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se incluye el papel relevante de la cultura como motor de desarrollo, en el cual las industrias culturales y creativas no solo desempeñan un papel importante en la producción de nuevas tecnologías o ideas creativas y sus beneficios sociales no monetizados.

Tal como lo indican Dias R, Costa, Moura, Gouveia, & Sacomano (2014), todo lo que se conoce con el nombre de industria creativa o como economía creativa, es una disciplina nueva en donde más se destaca el impacto de los emprendimientos creativos en la economía global, pero no específicamente a los aspectos solidarios o de la economía social, lo cual hace necesario su análisis en mayor profundidad.

Es por este motivo, que el presente estudio tiene como objetivo el de realizar un análisis de la interacción entre la economía social y la economía creativa como propiciadoras de desarrollo económico local en Paraguay. Estructurándose las partes de la siguiente manera: En primer lugar se presenta a la economía social como nuevo modelo de desarrollo, en segundo lugar, se hace hincapié en el desarrollo económico y social de las comunidades y la cultura, tercero; se desarrolla como se relacionan la economía creativa y la economía social, cuarto; se presenta a la asociatividad para el desarrollo - El caso de Paraguay para culminar con un análisis FODA de agrupaciones de la economía social solidaria de mujeres artesanas del distrito de Yataity-Guairá.

MATERIALES Y MÉTODOS

La investigación presenta la característica de ser de corte cuali-cuantitativo. Bibliográfica- documental, a través de una exposición descriptiva de aspectos que relacionan ambos conceptos cuya relación poco se conoce pero que guardan aspectos comunes poco estudiados. Modelo de iniciativas que se encuentran en curso y son ejemplo a ser replicados.

El sustento teórico abordado se basa en una revisión de la literatura en materiales elaborados por académicos, organismos internacionales que abordan ambas áreas, organismos nacionales a través de sus reglamentaciones y base de datos correspondientes.

Se utilizan datos secundarios para un análisis estadístico-descriptivo sobre cantidad de asociaciones y cooperativas relacionadas a la economía creativa. Además de realizar de realizar un mapeo de la cantidad de asociaciones de artesanos a nivel país.

A través de un análisis micro se desarrolla el FODA de un tipo de asociación de mujeres artesanas, productos de un trabajo de campo realizado en el año 2016 en la ciudad de Yataity, departamento de Guairá, Paraguay, el cual se basó en entrevistas a referentes y focus group a miembros de una de las organizaciones visitadas.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

La Economía Social como nuevo modelo de desarrollo

En los últimos años, se desarrollaron modelos de desarrollo alternativos, en respuesta a los bajos resultados obtenidos a los programas de superación de la pobreza absoluta y relativa de los países y de la solución al lento desarrollo de la productividad en el continente (Flórez Enciso, 1988).

La falta de empleo, el riesgo de exclusión del mercado de trabajo y la pérdida de capacidad del Estado como dinamizador de la economía generaron nuevas formas de autoempleo, Tal es así, que aparecen diferentes tipos de organizaciones que adoptan formas jurídicas y organizativas múltiples, en el que los actores económicos refuerzan su solidaridad para hacer frente a las necesidades no satisfechas, sobre todo de las poblaciones más vulnerables, desarrollando acciones con espíritu de democratización y responsabilidad (Pérez de Mendiguren, Etxezarreta, & Guridi, 2008).

Un cambio estructural en el sistema socioeconómico se dio gracias a un cambio de estrategia de desarrollo, de lo concebido como tradicional (de arriba para abajo) y lo que hoy se conoce como desarrollo local (de abajo para arriba), propiciando de este modo, que las fuerzas endógenas de un territorio puedan aprovechar los recursos propios para incrementar la competitividad, el empleo y la calidad de vida de la comunidad, no solo beneficiándose las empresas conformadas, sino las instituciones y la población en su conjunto, tal como lo mencionan Guzmán Alfonso, Barroso González, & Santos Cumplido (2016), ya que bajo este nuevo paradigma, todos eran responsables de las inversiones y de la toma de decisiones concernientes al desarrollo.

El concepto de Economía Social, que se remonta al siglo XIX, acuñado por autores como John Stuart Mill y Leon Walras, para referirse al tipo de organización que se iban formando en respuesta a los problemas sociales generados por la incipiente sociedad capitalista. Es en los años 70 que este concepto toma fuerza en países de Europa, tal es así que, en años más recientes, el concepto se fue ampliando haciendo referencia a las organizaciones de mercado y las de no mercado.

En este sentido Pérez de Mendiguren, Etxezarreta, & Guridi (2009), extraen literalmente la siguiente definición del trabajo realizado por Chaves y Monzón (2012) y aceptado por el Consejo Económico y Social Europeo (CESE):

Conjunto de empresas privadas organizadas formalmente, con autonomía de decisión y libertad de adhesión, creadas para satisfacer las necesidades de sus socios a través del mercado, produciendo bienes y servicios, asegurando o financiando y en las que la eventual distribución entre los socios de beneficios o excedentes así como la toma de decisiones, no están ligados directamente con el capital o cotizaciones aportados por cada socio, correspondiendo un voto a cada uno de ellos. La Economía Social también agrupa a aquellas entidades privadas organizadas formalmente con autonomía de decisión y libertad de adhesión que producen servicios de no mercado a favor de las familias, cuyos excedentes, si los hubiera, no pueden ser apropiados por los agentes económicos que las crean, controlan o financian.

De acuerdo con la nueva definición presentada de economía social, la misma no solo está compuesta de las formas tradicionales de organización, tales como; las cooperativas, las mutualidades y las asociaciones, sino también de las organizaciones sin ánimo de lucro o de no mercado, que por lo general se encuentran en las formas jurídicas de asociaciones y fundaciones.

Para Melián y Campos (2010) la nueva economía social muestra una orientación hacia los mercados regionales y locales, ofreciendo alternativas al desempleo y cubriendo determinados servicios y productos que el sector privado tradicional y el sector público no lo pueden satisfacer, o si lo satisfacen, los precios son elevados y de mala calidad.

Las cooperativas, mutuales y asociaciones han abierto el mercado de bienes y servicios en sectores tales como; la vivienda, la construcción, bienes de uso cotidiano, turismo y recreación, servicios sociales, seguridad social y salud a segmentos sociales que estaban excluidos de dicho consumo, a través de precios bajos y mejora en su calidad (Chaves y Monzón, 2012).

Desarrollar el potencial endógeno de una zona a través de la generación del empleo, la reconversión de áreas industriales en crisis ha encontrado muchas veces en el cooperativismo la fórmula idónea para estimular y aglutinar las potencialidades personales, coordinando recursos que en forma colectiva más que individualmente, contribuyen a generar riqueza (Cuñat Giménez, 2010).

Para Salinas y Osorio (2012) indica que un auténtico desarrollo se logrará a través de “una producción rentable que mantenga oxigenado y en cohesión el tejido social, por lo tanto, la sociedad se debería integrar más en torno a redes y movimientos sociales”, además en situaciones de crisis económica, son las entidades de la economía social las que más ayudan a combatir los graves efectos que la misma produce, especialmente a los sectores más desfavorecidos (Sánchez Pachón & Pérez Chinarro, 2015).

Desarrollo Económico y Social de las comunidades y la cultura

El desarrollo local como modelo de desarrollo económico y social tuvo sus inicios en los años ochenta, puesto en práctica por los gobiernos locales con el objetivo de hacer frente a las graves consecuencias que la globalización iba provocando a su paso (Guzmán Alfonso, et al., 2016).

Cuando se relaciona el concepto de Cultura, que de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) es “el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad, englobando a; las artes y letras, modos de vida, derechos fundamentales al ser humano, sistemas de valores, tradiciones y las creencias” (UNESCO, 1982) y al de desarrollo local, es decir, el rol que ejercen uno sobre otro se sumerge a la noción de capital social.

Es decir, el capital social, aquella capacidad de la sociedad de auto-gestionarse a través de organizaciones locales tales como clubes, asociaciones y grupos cívicos (Capdevielle, 2014), en la cual coopera en la búsqueda de lograr el bien común y bienestar de todos.

Ahora bien, este concepto relacionándolo a los territorios tiende a influir en los productos y servicios logrados en los mismos, proveyéndole de una marca local, la cual se destaca gracias a la incorporación habilidades manuales, artísticas y el know-how. Esto a su vez se relaciona al turismo, a la exportación de los bienes producidos, lo cual hacen que gane notoriedad y sean reconocidos como específicos de cierta concentración geográfica (OECD, 2005)

Estos territorios, se ven beneficiados, logrando en muchos de los casos un desarrollo económico sostenido y así también un desarrollo social, debido a que permite satisfacer las necesidades locales, una mayor integración entre lo local y global, la creación de un ambiente creativo que le otorga incluso una nueva vida a los mismos a través de proyectos de renovación de sectores abandonados o degradados.

Crear una cultura emprededora, se impone al tratar la autogestión para el autosustento de las comunidades, creándose de este modo empresas alternativas, organizadas frecuentemente con el nombre de cooperativas, asociaciones, comités. Tal como indica el documento de la OECD (2005) “Más allá de estas variaciones, existe una visión cultural que abarca principios fundamentales tales como: asociar a los trabajadores con el proceso de toma de decisiones, garantizar un entorno sostenible o proporcionar formación en el puesto de trabajo”.

La Economía creativa y su relación con la Economía Social

La economía creativa es un concepto en evolución, relacionado a la potencialidad de los bienes y servicios de índole cultural y creativo de generar ingresos, empleo, comercio exterior, crecimiento económico y social, además de inclusión social, diversidad cultural y desarrollo humano (United Nations Conference on Trade and Development, 2008).

Los sectores que abarca la economía creativa según Newbigin (2010) son cuyas bases se hallan asentadas en la creatividad y el emprendimiento, y las tradicionales industrias culturales. De acuerdo a un estudio del Departamento de Cultura, Medios y Deporte de Reino Unido estos son: Artesanías, Arquitectura, Artes escénicas, Artes y antigüedades, Cine, Diseño, Editorial, Moda, Música, Publicidad, Software, Software interactivo de entretenimiento (juegos de video) y Televisión y radio.

La cultura como parte del desarrollo dota a las personas de capacidades para para apropiarse de sus propios procesos de desarrollo, se centra en las personas, en iniciativas de consolidación de paz, forma parte de intervenciones locales relacionada a la salud, la educación, la equidad de género, participación de jóvenes, se tiene en cuenta además los diversos valores, las condiciones, los recursos, las capacidades y las limitaciones locales que pueden transformarse en un cambio duradero y transformativo (United Nations/UNDP/UNESCO, 2013).

Es así que todos los ámbitos productivos que integran la economía creativa tienen un valor económico significativo, pero también son vectores de profundos significados sociales y culturales, además de constituirse en un medio para superar la desigualdad.

Entre las iniciativas de la economía creativa se destaca su rol social, en el que sus emprendedores creativos han podido capitalizar su potencial al tratar de ponerse en el lugar de los otros para generar sus productos y servicios, con los cuales se puedan resolver las necesidades específicas de la sociedad. Estas se basan en innovaciones sociales, cuya empatía introducida a los procesos de creatividad puede lograr impacto social, generar empleo y romper con los patrones tradicionales en la cadena de producción de los diferentes sectores de la economía (Banco Interamericano de Desarrollo, 2017).

Áreas de la economía creativa que se desarrollan en el contexto de la economía social son la artesanía y el turismo cultural, lo cual propicia el desarrollo de comunidades de escasos recursos y grupos vulnerables. Creando conciencia social, contribuyendo al autoestima e identidad de las personas involucradas, además de reforzar sus prácticas culturales tradicionales (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, 2011).

La innovación también es un concepto muy relacionado a la economía creativa e igualmente a la economía social, y en este sentido, son los emprendimientos sociales innovadores, los que buscan soluciones para problemas de esta índole, como, por ejemplo; el analfabetismo, la drogadicción o la contaminación ambiental según Guzmán V. & Trujillo D. (2008).

Entre dichos emprendimientos de base social y creativa existe una gama de opciones de financiamiento no tradicionales para estimular el negocio creativo, consideradas incluso como herramientas para promover el desarrollo local en base a monedas alternativas, consideradas como un modelo no convencional para tratar actividades económicas de origen social, lo cual plantea el funcionamiento del sistema económico de forma creativa e innovadora.

Crear comunidades autogestionadas es otro de los objetivos de la combinación de ambos conceptos, el proyecto llevado en Paraguay “Sonidos de la Tierra”, crea redes orientadas al desarrollo y fortalecimiento de nuevas técnicas musicales, la integración personal y comunitaria, y el desarrollo de valores a través de la música a niños y jóvenes de comunidades rurales (Fundación Tierranuestra, 2016). Las comunidades autogestionadas son un claro ejemplo de integración, autogestión, organización e impacto positivo del programa en cada comunidad, por el nivel de convocatoria y por la movilización de recursos humanos, económicos y materiales que las mismas generan.

En cuanto a las políticas públicas que promuevan y fomenten las iniciativas basadas en la economía creativa, estas son escasas, muchas veces no orientadas para incentivar los sectores que abarca, muchas veces por la falta de un reconocimiento y compromiso por parte de las autoridades locales hacia los mismos. Una mayor articulación entre actores públicos y privados será fundamental para mejorar el debate, identificar nichos y buscar soluciones hacia estos sectores que son una alternativa viable hacia el desarrollo de las comunidades y las sociedades en su conjunto.

Este tipo de emprendimientos se encuentran en sus inicios con dificultades o muchas veces no logran prosperar por un tiempo indefinido, ya que muchas habilidades y profesiones relacionadas a la economía creativa no están reconocidas en la categoría de negocios en términos legales, esto se debe a que muchas de las pequeñas industrias creativas no tienen acceso al financiamiento lo que cual representa un obstáculo a su viabilidad, por lo tanto, es a través de la economía social que encuentran una oportunidad para sobresalir.

Por lo tanto, la conformación de redes empresariales, asociaciones y cooperativas entre otros modelos representan modelos factibles y que podrían prosperar con el paso del tiempo para este tipo de emprendimiento (de Castilho, Pasquotto Mariani, & Martins Garcia, 2012).

La asociatividad para el desarrollo - El caso de Paraguay

Las entidades de la economía social en sectores relacionados a las prácticas de la economía creativa en Paraguay están representadas por cooperativas, asociaciones, comités, fundaciones entre otros.

En este estudio se toman los casos de asociaciones de artesanos, cooperativas dedicadas al rubro de la economía creativa, además de la realización de un análisis de Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas (FODA) de la asociatividad en el caso de las mujeres artesanas de ao poí en el distrito de Yataity, departamento de Guairá.

Para analizar la asociatividad en las iniciativas de la economía creativa de Paraguay se tomaron ejemplos del rubro de artesanía en el caso de asociaciones, los mismos corresponden a los registrados en la base de datos del Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA).

En este caso se identificaron según la Tabla 1, la cantidad de artesanos y asociaciones por departamento del Paraguay, el mismo indica que los departamentos de Paraguarí y el de Central son los que mayor cantidad de asociaciones formadas posee 44 y 34 respectivamente y por ende de artesanos inscriptos 6.018 y 9324 respectivamente. Los rubros artesanales que más se destacan en el departamento Central son los de: cerámica, alfarería, orfebrería, talabartería, cueros, cestas, karanda`y, arpa y guitarra. En el departamento de Paraguarí, los de: bordados de Ñandutí, hamacas, ponchos, manteles, Encaje Ju, Ao Po'i, Poyvi y madera.

Tabla 1 Cantidad de artesanos y asociaciones por Departamento. Año 2014 

Fuente: Instituto Paraguayo de Artesanía

Por lo tanto, en el mapa de la Figura 1, se puede observar una concentración geográfica en la zona central de la región oriental del país, representado a través de una escala que va de mayor cantidad de asociaciones a menos.

En el mapa se representó el 83% de las ubicaciones de sus datos de Departamentos con confianza alta de acuerdo al programa utilizado.

Figura 1 Localización de asociaciones de artesanos por Departamento. Año 2014 

Fuente: Instituto Paraguayo de Artesanía

En el caso de las Cooperativas, según la revisión de las resoluciones N° 14.051/2015, 14.503/2016 y 15.819/2017 del Instituto Nacional de Cooperativismo (INCOOP), que determina la clasificación y tipificación de las cooperativas, se identificaron un 16 cooperativas que fueron creadas por agrupaciones de emprendedores creativos para sostener su actividad, propiciar la ayuda mutua y la solidaridad a sus asociados de escasos recursos, los cuales se agrupan en sectores tal como lo describe la Figura 2 en áreas como la; Artesanía (38%), Comunicación (19%), Calzado (13%), Educación y Cultura (6%), Fotógrafos y filmadores (6%), Gráficos y afines (6%), Textil (6%) y Turismo (6%) (INCOOP, 2015; INCOOP, 2016, INCOOP, 2017).

La concentración geográfica de la misma corresponde al 80% de cooperativas establecidas en Asunción y Departamento Central. La mayoría de las mismas son de denominación multiactivas, de producción, consumo, ahorro, crédito y servicio y solamente 5 son cooperativas de trabajo.

Figura 2 Cooperativas dedicadas al sector creativo en Porcentajes. Año 2017 

Fuente: Instituto Nacional de Cooperativismo.

D.1 Análisis FODA de agrupaciones de la economía social solidaria de mujeres artesanas del distrito de Yataity-Guairá

Este análisis de Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas corresponde a las mujeres artesanas asociadas tanto a la Cooperativa Multiactiva de Producción Artesanal Ao Poí Servicios Yataity Ltda, como a las nucleadas bajo la Red de Mujeres Artesanas de Ao Po´i del distrito de Yataity del departamento de Guairá.

El pequeño distrito rural de Yataity es reconocido por su producto estrella, el ao poi (bordado en tela fina), el cual es elaborado en su mayoría por mujeres de escasos recursos. Debido a la notoriedad alcanzada por la elaboración de dicha prenda artesanal, la comunidad se ha visto beneficiada tanto en lo económico como en lo social.

En el trabajo realizado por Olmedo, Achinelli y Ayala (2016) destaca la necesidad de las artesanas de agruparse en iniciativas de la economía social para la realización de sus actividades por aspectos a tener en cuenta como la producción, los canales de venta y los accesos al crédito, esto se ve reflejado en la Figura 3, en el análisis FODA realizado, en el cual, entre las principales fortalezas se pueden citar; facilidad para organizarse en grupos, experiencia de las artesanas en la producción, mejora en la calidad de los productos, capacitación sobre técnica de comercialización e innovación en nuevos diseños, local propio para venta de productos.

Figura 3 Análisis FODA de agrupaciones de la economía social de Mujeres Artesanas del distrito de Yataity- Guairá 

Fuente: Elaboración propio con base en entrevistas realizada en el año 2016.

En cuanto a las debilidades; una limitada capacidad de producción, Difícil acceso a los mercados, inadecuados esfuerzos de comercialización, falta de transporte propio y otros medios, así como los costos elevados para participar en ferias si no son ayudados.

Las oportunidades se pueden citar a: Incremento de pedidos de productos, Facilidades para la comercialización de los productos, Participación en ferias nacionales e internacionales, apoyo técnico y financiero de instituciones encargadas de la promoción y fomento de las artesanías, facilidad de obtención de materias primas y acceso a modernas maquinarias de confección.

Por último, las amenazas pueden ser consideradas por los productos importados y de bajo costo, los cambios en la política de apoyo técnico y crediticio, las ventas estacionales, la recesión económica y el bajo poder adquisitivo de los consumidores.

Constituyéndose de este modo uno de los claros ejemplos de asociatividad y desarrollo local.

CONCLUSIONES

De todo lo expuesto, se pudo notar que la interacción entre la economía creativa y la economía social radica en que, la primera toma de la segunda su modelo de negocio, es decir su forma de producción, comercialización y distribución, en donde las organizaciones se basan en los principios de justicia social y solidaridad, para de este modo ofrecer a todas sus miembros oportunidades, de las cuales se verían excluidas en un sistema económico tradicional.

El capital social generado en los territorios, permite incrementar la competitividad, el empleo y la calidad de vida de la comunidad, al hacer que las fuerzas endógenas puedan aprovechar sus recursos propios y potenciarlos.

La economía creativa se desarrolla por sí misma de forma permanente en la compartición y el intercambio de habilidades, conocimiento, tradiciones y valores culturales entre los productores, y entre éstos y los consumidores. Al ser los productores con frecuencia individuos y pequeños negocios, es crucial alentarlos a cooperar con otros productores locales con el fin de desarrollar su competitividad, reducir costos y mejorar las oportunidades de generar ingresos.

Es así como las iniciativas de la economía social juegan un papel importante para desarrollar las actividades de la economía creativa, en particular, las artesanías, la cual corresponde en la mayoría de los casos a grupos conformados por mujeres y hombres de escasos recursos, que sin la conformación de los grupos solidarios su actividad se vería con dificultades en su afán de sobresalir.

Dichas iniciativas no solo generan aspectos positivos en los individuos, sino que, al tratarse de un grupo de personas beneficiadas, también la propia comunidad logra desarrollarse, es así que existe una interacción entre lo económico y lo social.

Las entidades de la economía social vinculadas a las prácticas de la economía creativas están representadas en Paraguay por asociaciones, comités, cooperativas, fundaciones, entre otros. El dato más visible al relacionar ambos sectores se encuentra en el rubro de la artesanía, en donde la mayoría de los que se dedican a dicho oficio, corresponden a los estratos sociales más vulnerables de la sociedad.

Los resultados estadísticos indicaron un alto número de asociaciones de artesanos en los departamentos de Central y Paraguarí. En cuanto a las cooperativas, siguen siendo mayoría las dedicadas al rubro de las artesanías ante la de calzados y comunicaciones.

Por último, el análisis FODA reflejó que la asociatividad es una oportunidad para que las artesanas puedan acceder a mayor mercado, a facilidades de crédito y asistencia técnica para lograr la mejora e innovación de sus productos creativos. Sin la asociatividad tendrían un limitado acceso al financiamiento, insumos y oportunidades de venta de sus productos.

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Recibido: 31 de Octubre de 2017; Aprobado: 24 de Noviembre de 2017

Autor correspondiente: Selva Olmedo Barchello. Máster en estudios internacionales. Universidad Nacional de Asunción, Facultad de Ciencias Económicas. San Lorenzo, Paraguay. Email: selvaob@eco.una.py

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