INTRODUCCIÓN
La nutrición parenteral es una útil e importante estrategia para la alimentación y el sostén de pacientes neonatos con diferentes condiciones clínicas, desde prematuros extremos, pasando por infecciones graves como la enterocolitis necrosante, que impiden o contraindican el uso de la vía enteral como medio de aporte de nutrientes, además de patologías congénitas y malformaciones que requieren de un ayuno enteral prolongado en el curso de su tratamiento1.
El avance de la medicina y las técnicas permiten cada vez más sobrevida a pacientes prematuros, por lo que la nutrición parenteral es cada vez más requerida. Así también, teniendo en cuenta que dicha técnica no es inocua es necesaria una monitorización de su uso y sobre todo de las complicaciones que pudiera tener, teniendo en cuenta el grado de inmadurez y la condición vulnerable del grupo de pacientes al que está dirigido2.
Se describen complicaciones tanto mecánicas, como metabólicas e infecciosas, atendiendo desde la misma colocación del catéter destinado a la nutrición parenteral, como a factores inherentes a la condición del recién nacido, como también a complicaciones inherentes a la técnica misma3.
En Paraguay, si bien, la técnica es usada en varias terapias neonatales y también pediátricas, no existen muchos estudios de su utilización y de las complicaciones que pudiera conllevar su administración. De allí, la importancia del trabajo de caracterizar a los pacientes neonatos que requieren nutrición parenteral en su tratamiento y determinar las complicaciones que se presentan en ellos. El objetivo del trabajo fue analizar las complicaciones ocurridas en el uso de nutrición parenteral como tratamiento en recién nacidos internados en el Hospital de Clínicas San Lorenzo, departamento de neonatología de la cátedra y servicio de Pediatría, Facultad de Ciencias médicas de la Universidad Nacional de Asunción en el año 2015.
MATERIALES Y MÉTODOS
Diseño: estudio es retrospectivo, descriptivo, de corte transversal.
Muestreo y tamaño muestral: casos consecutivos de todos los casos registrados en el periodo de estudio.
Variables: Caracterización del paciente de acuerdo a: edad gestacional, peso, talla, perímetro cefálico. Causa principal que amerita uso de nutrición parenteral: prematurez, cirugía. Edad de inicio de la Nutrición parenteral y duración total de la misma. Duración de la nutrición parenteral. Complicaciones acaecidas: hipoglicemia, hiperglicemia, colestasis, infecciones. Evolución del paciente4.
Población enfocada: recién nacidos internados en el departamento de neonatología de la cátedra y servicio de Pediatría, del Hospital de Clínicas San Lorenzo de la Facultad de Ciencias médicas de la Universidad Nacional de Asunción de Paraguay durante el año 2015.
Población accesible: recién nacidos internados en el departamento de neonatología de la cátedra y servicio de Pediatría, del Hospital de Clínicas San Lorenzo de la Facultad de Ciencias médicas de la Universidad Nacional de Asunción durante el año 2015.
Criterios de inclusión: niños nacidos en el departamento de Neonatología del Hospital de Clínicas de San Lorenzo, durante el 2013 y que requirieron nutrición parenteral.
Criterios de exclusión: fichas clínicas con datos incompletos de las variables de estudio.
Consideraciones éticas: se respetó la confidencialidad de los datos proveídos, no haciendo mención de la identidad de los participantes.
RESULTADOS
Se han recogido 59 pacientes nacidos en el Departamento de Neonatología del Hospital de Clínicas San Lorenzo que requirieron nutrición parenteral en algún momento de su tratamiento desde enero a diciembre del 2015.
De los recién nacidos que requirieron nutrición parenteral 73 % fueron prematuros, de 32,9 semanas de promedio de gestación, con un peso promedio al nacimiento de 1.751,6 gramos; talla promedio de 41,2 cm; perímetro cefálico de 29,5 cm en promedio.
Así también 30 de los recién nacidos (51 %) tuvieron con un peso inferior a 1500 gramos.
Un total de 49 neonatos (83 %) tuvieron al nacer una edad gestacional menor a 37 semanas considerados como pre término.
Entre las condiciones presentadas en los recién nacidos que obligaron a la utilización de la nutrición parenteral total como herramienta en el tratamiento de ellos se encontraron como causa principal al peso, los recién nacidos con muy bajo peso al nacer (MBPN) (<1.500 gramos) 31 pacientes, representando el 52,5 %; seguido de gastrosquisis en 8 casos (13,6 %) y enterocolitis necrosante en 8 pacientes (13,6 %); además otras malformaciones intestinales fueron encontradas en 4 recién nacidos, representando el 6,8% del total (Tabla 1). Esto es importante notar, pues, el Hospital de Clínicas de San Lorenzo representa un centro de referencia para patologías neonatales de resorte clínico y quirúrgico.
Iniciaron la nutrición parenteral en promedio a los 7,37 días de vida. Con una duración promedio por cada paciente de 15,3 días.
Las principales complicaciones metabólicas encontradas en esta serie la representaron la hipoglicemia encontrada en 2 pacientes (3,4%), la hiperglicemia en 7 pacientes (11,9%) y la colestasis hallada en 16 neonatos, que representa el 27,12% (Tabla 2).
De los pacientes incluidos en el estudio, 18 pacientes (30,5 %), se realizaron alguna cirugía, 8 fueron por gastrosquisis (44,4 %), los 10 pacientes restantes (55,5 %) fueron sometidos a cirugías con diagnósticos varios diferentes a gastrosquisis.
Cuarenta y dos pacientes presentaron infecciones (71,1%), de los cuales 7 pacientes fallecieron (16,7%), sin significancia estadística (p= 0,7). Se obtuvieron un total de 27 cultivos positivos. En cuanto a los gérmenes aislados el más frecuente fue el Staphylococcus epidermidis y el Staphylococcus coagulasa negativo con 14 aislamientos (51,9% del total de aislamientos), seguido por Candida albicans y Candida spp. con 8 aislamientos (29,6%), Pseudomona aeruginosa en 6 pacientes (22,2%) y Staphylococcus aureus con 5 aislamientos (18,5%) todos ellos sensibles a la meticlina; además se encontraron en menor número especies de Klebsiella, Acinetobacter, Enterobacter y Stenotrophomona.
De los 49 neonatos (83 %) que tuvieron al nacer una edad gestacional menor a 37 semanas (Tabla 3), el hecho de requerir cirugía y la presencia de infecciones según la edad gestacional, fueron factores asociados significativamente p< 0,05).
De los 30 (51 %) que tuvieron con un peso inferior a 1500 gramos, análisis mostrados en la tabla 4, se asoció estadísticamente el retardo del crecimiento y el requerimiento de intervención quirúrgica (Tabla 4).
La tasa de mortalidad global de la serie fue del 18,6%.
DISCUSIÓN
Se encontraron en la serie 59 pacientes neonatos que por diversos motivos requirieron nutrición parenteral. Al tratarse de una herramienta terapéutica muy usada en el sostén nutricional de pacientes prematuros, es natural que sea este grupo el que predomine recién nacidos de pre-término. Coincidiendo con la literatura los recién nacidos con muy bajo peso al nacer (MBPN) (peso al nacer <1500 gramos) que fueron sostenidos al menos en algún momento de su tratamiento con nutrición parenteral5. La mayoría de los trabajos están dirigidos al estudio de las secuelas neurológicas de productos de menos de 1.500 g. Un estudio mexicano de carácter descriptivo reporta tan sólo 17% de secuelas neurológicas en productos menores de 1.000 g pero con mortalidad por arriba de 76 %6, que sería el siguiente paso de esta investigación.
El inicio temprano de la alimentación podría estimular el crecimiento y reducir la duración de la nutrición parenteral y la hospitalización, en caso de que la alimentación temprana no aumente el riesgo de enterocolitis necrotizante7 que no se encontró en nuestros pacientes.
Sobre el tiempo promedio de nutrición parenteral la literatura indica que las complicaciones son más frecuentes a medida que aumentan los días de requerimiento de nutrición parenteral8, la incidencia de complicaciones metabólicas en nuestra serie es similar a la reportada en otras series9, y al menos un tercio de la población de estudio presentó más de una complicación. Como limitación en cuanto a las complicaciones no se ha constado alguna complicación metabólica, debido a que no se encontraba registrada la vía de administración exclusiva de nutrición parenteral y si había tenido alguna complicación durante su uso. Así también en el registro de las infecciones no se especificó si las mismas se asociaron al catéter usado en la nutrición parenteral o si la fuente infecciosa había provenido de la bolsa de nutrición parenteral. En el servicio no se realiza de rutina cultivo del líquido de nutrición parenteral.
Si bien en el estudio no se encontró asociación directa de la infección con el uso de la nutrición parenteral o procedimientos que tengan que ver con ella, como la colocación de diferentes tipos de catéteres, se sabe que el riesgo de infecciones aumenta al aumentar sobre todo los días totales de uso de la nutrición parenteral. Como se describe en la literatura10) el Staphylococcus coagulasa negativa es un gérmen importante en la etiología de procesos infecciosos en recién nacidos.
Hemos relacionado las condiciones patológicas asociadas con el peso del neonato y el retardo en el crecimiento y desarrollo fue significativo, la bibliografía refiere que esta condición puede continuar hasta la edad adulta, e incluso manifestarse sobre la descendencia del afectado11. Esta condición también está demostrada que se asocia a mayor riesgo de padecer episodios de enfermedad infecciosa aguda durante la infancia, lo que a su vez conlleva a desnutrición y consecuentemente al círculo vicioso infección / desnutrición / infección y a un incremento en la probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas degenerativas durante la edad adulta12.
CONCLUSIÓN
La mayoría de los pacientes que requirieron nutrición parenteral fueron prematuros, con un peso menor a 1500 gramos. Fue encontrada la enterocolitis necrosante como condición clínica importante y la gastrosquisis como la principal causa quirúrgica en la que el manejo de la misma involucró a la nutrición parenteral.
Se hallaron complicaciones metabólicas como colestasis. Las infecciones en este grupo de pacientes no son solo de origen bacteriano, también se registran hongos.
Si bien, la evolución fue favorable en muchos neonatos, aún se ve una mortalidad elevada.