Introducción
La historia evolutiva de los cambios en la resistencia del S. aureus se inicia en la década del 40 donde se reportan tasas de mortalidad por bacteriemia causadas por este gérmen del 82% en USA (1) y la introducción de benzilpenicilina en el tratamiento de las infecciones estafilocócicas con gran éxito hasta mediados de los años 50 donde el número de muestras de S. aureus aislados de hemocultivos en hospitales mostraban altos niveles de resistencia a la penicilina. Este mecanismo de resistencia involucra la adquisición de un plásmido capaz de degradar el antibiótico antes de que sea capaz de llegar a la célula blanco. Así en 1959 la introducción de la meticilina para el tratamiento de infecciones causadas por S. aureus resistentes a la penicilina pereció dar un respiro en cuanto al fracaso en el tratamiento hasta la década del 60 en donde se reportan los primeros casos de S. aureus resistentes a la meticilina (SAMR) en Europa (2).
En el amplio espectro de acción del S. aureus es importante considerar el número creciente de pacientes inmuno-comprometidos en los cuales la terapia antibiótica pierde efectividad, la aparición de nuevos patógenos y la reaparición con mayor virulencia de otros ya conocidos y la incrementada resistencia bacteriana a los antibióticos en contexto global (3).
Las enfermedades infecciosas constituyen por su frecuencia uno de los apartados más importantes en Medicina Interna e Infectología y, dentro de este campo, la antibioticoterapia es el avance más importante (4) y el S. aureus el patógeno más importante causante de enfermedades dentro del ámbito hospitalario y cada vez con más frecuencia en el ámbito comunitario (3).
Un entendimiento de la dinámica de la diseminación y una identificación de transmisiones o brotes son de interés no solo para los epidemiólogos de la salud pública sino también para microbiólogos clínicos involucrados en manejo de pacientes en una labor diaria (4).
Bermejo, V. et al. En su trabajo Prevalencia de S. aureus resistente a meticilina en infecciones de piel y partes blandas en pacientes ambulatorios en Buenos Aires del 2012, expresan que recientemente se ha observado un aumento en la prevalencia de S. aureus resistente a la meticilina (SAMR) en pacientes ambulatorios con infecciones de piel y partes blandas (IPPB). Los datos epidemiológicos locales disponibles son limitados, reportándose resultados de los S. aureus aislados del orden de 74.7% de resistencia a oxacilina (5).
El objetivo de esta investigación fue evaluar la progresión de la resistencia a la oxacilina del S. aureus.
Materiales y métodos
Población: pacientes pediátricos y adultos que acudieron al servicio de urgencias del Instituto de Medicina Tropical, Asunción - Paraguay.
Muestras: Muestras biológicas de pacientes ingresados en el Instituto de Medicina Tropical para estudio bacteriológico.
Criterios de Exclusión de muestras:
Tipo de estudio: Observacional retrospectivo de corte trasverso.
Método: Test de sensibilidad antibacteriana a través de la determinación de Concentración Inhibitoria Mínima (CIM) a Oxacilina por Microdilución automatizado - Vitek 2C. Control de calidad: Cepa ATCC Staphylococcus aureus 29213.
Programa estadístico de análisis: WHONET 5.6
Periodo de análisis: enero 2.011 a diciembre 2.013
Cuestiones éticas: En todo momento se conservó la confidencialidad de los pacientes.
Por ser un estudio prospectivo, en el que se tomó muestra biológica a pedido del investigador, se solicitó consentimiento informado
Resultados
Se han estudiado 605 cepas S. aureus, que correspondieron a 720 muestras (Gráfico 1).
De los 115 aislados de S. aureus no incluidos en este estudio, 87 correspondieron a aislados en más de una muestra por paciente y 28 de hisopados nasales estudiados para portación de S. aureus (Gráfico 2).
De los 87 aislados en más de una ocasión por paciente, 80 correspondieron a hemocultivos y 7 a secreciones de piel y partes blandas.
Del total de S. aureus estudiados, 490 correspondieron a aislados de secreciones de piel y partes de blandas (ppb) y 115 fueron aislados de sangre (hemocultivos) (Gráfico 3).
De los 605 aislados incluidos en este estudio, el 52 % resultó ser resistente a la Oxacilina. De los 490 S. aureus aislados de secreciones de ppb, el 54 % resultó ser resistente a la oxacilina; en cambio los aislados de hemocultivos, un 46 % resultó ser resistente al citado antibiótico (Gráfico 4).
Discusión
El rápido aumento del SAMR en nuestra Institución obliga a la vigilancia activa de la resistencia antibacteriana, no solamente del S. aureus, sino de todos los gérmenes aislados en el laboratorio de Bacteriología.
La última vez que se describió el estado del SAMR fue en el 2.009 con el trabajo de Sanabria G, et al “Infección de piel y partes blandas causadas por S. aureus adquirido en la comunidad en niños hospitalizados en un centro de Referencia en Paraguay: 8 años de vigilancia”, donde el SAMR en infecciones de piel y partes blandas llegaba a un % global de 23,3 y en infecciones invasivas 23,5 %, en el servicio de adultos se presentaron datos de 33 % para infecciones de piel y partes blandas y 17 % para infecciones invasivas, en nuestra serie, 2 años después, podemos ver cómo esa realidad se ha más que duplicado llegando al 52 % de resistencia del S. aureus a la oxacilina, tanto en el servicio de pediatría como en el de adultos.
Conclusión
Es de esperarse que la resistencia a la oxacilina siga en aumento, lo que implica una vigilancia activa desde el laboratorio de bacteriología y supone un compromiso mayor desde el punto de vista de comunicación entre los profesionales de la salud, a fin de fomentar el control de la resistencia a los antibacterianos y por otro lado la actualización constante de los datos por parte del laboratorio y la socialización de los mismos, a fin de que los tratamientos de las infecciones sean lo más acertado posible.