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Revista del Instituto de Medicina Tropical

versão impressa ISSN 1996-3696

Rev. Inst. Med. Trop. v.5 n.1 Asunción jul. 2010

 

Artículo Original

 

Calidad de vida de pacientes con VIH/SIDA y atención integral de enfermería

 

 

Quality of life of patients with HIV/AIDS and comprehensive nursing care

 

 

*Mg. Sofía Achucarro Departamento de Enfermería del Instituto de Medicina Tropical

 

 


Acquired immunodeficiency syndrome infectious disease characterized by a defect of cellular immunity, associated with serious infections and certain cancers, caused by the Acquired Immunodeficiency Virus. Quality of life is a subjective feeling of physical, psychological and social. The role of the nurse is those acts of assistance to another individual healthy or sick in activities that contribute to their health, recovery, or a peaceful death. This research is quantitative, descriptive, observational, transversal cutting Was carried out in 50 patients with HIV / AIDS hospitalized at the Instituto de Medicina Tropical, Asunción, Paraguay, in the months from May to August 2008. The purpose is to determine the demographic, clinical identify, determine the quality characterize life and nursing care. For the data collection was a questionnaire prepared, personalized, in addition to the MOS-SF36. Among the key findings highlighted the male sex, origin Asunción, age 20-30 years, low socioeconomic economic and cultural. The signs and symptoms were nausea and vomiting, diarrhea, dysphagia and odynophagia, seizures, physical exhaustion, skin lesions, in opportunistic infections are: Wasting syndrome, anemia, Cryptococcus neoformans meningitis, diarrhea and dehydration. The quality of life scale energy, fatigue and mental health, cognitive function and emotional dimension of social interaction as a measurement reached very low. It showed a favorable rating compared to psycho needs, stigma and discrimination. Patients described as very good to excellent nursing care and medicals.

Key words: HIV / AIDS, meningitis, diarrhea.


Resumen

El síndrome de inmunodeficiencia adquirida enfermedad infectocontagiosa, caracterizada por un defecto de la inmunidad celular, asociada a series infecciones y determinadas neoplasias, causado por el virus de la Inmunodeficiencia Adquirida. Calidad de vida es una sensación subjetiva de bienestar físico, psicológico y social.

La función de la enfermera consiste en aquellos actos de ayuda, a otro individuo sano o enfermo en la realización de actividades que contribuyan a su salud, recuperación, o a una muerte tranquila Esta investigación es de tipo cuantitativa, descriptiva, observacional de corte transversal, se llevó a cabo en 50 pacientes con VIH/SIDA internados en el Instituto de Medicina Tropical, Asunción, Paraguay, en los meses de mayo a agosto de 2008. El propósito es conocer los datos sociodemográficos, identificar las manifestaciones clínicas, determinar la calidad de vida y caracterizar los cuidados de enfermería.

Para la recolección de los datos fue eleborado un cuestionario, además del MOSSF36. Entre los hallazgos más importantes se destaca al sexo masculino, procedencia Asunción, edad de 20-30 años, bajo nivel socio económico y cultural.

Los Signos y síntomas fueron: náuseas y vómitos, diarrea, disfagia y odinofagia, convulsiones, agotamiento físico, lesiones cutáneas; en las enfermedades oportunistas se destacan: el Síndrome de Wasting, anemia, meningitis por Cryptococcus neoformans, diarrea y deshidratación. La calidad de vida: dimensión energía, fatiga y salud mental; dimensión emocional función cognitiva y calidad de interacción social alcanzaron una medición muy baja. Se evidenció una valoración favorable respecto a las necesidades psicoafectivas, estigma y discriminación. Los pacientes califican de muy bueno a excelente los cuidados de enfermería y de los médicos.

Palabras claves: VIH/SIDA, meningitis, diarrea


 

 

Introducción

El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) es una enfermedad infecto-contagiosa, caracterizada por un defecto de la inmunidad celular, asociada a una serie de infecciones y determinadas neoplasias. El agente causal es el Virus de la Inmunodeficiencia Adquirida (VIH) La ONUSIDA señala que el VIH ha infectado a más de 60 millones de personas desde que se inició la epidemia. Diariamente se infectan a nivel mundial quince mil personas, la mitad de ellas jóvenes entre 15 y 34 años (1).

Los primeros casos reportados de SIDA en Paraguay fueron: 1985 en hombres homosexuales; 1990 en mujeres; los casos en niños en 1993. Entre la fecha de los primeros casos de VIH/SIDA hasta octubre del 2009, en el sistema de vigilancia epidemiológica se tienen registrados 9438 infectados con VIH sin enfermedad marcadora. Las personas fallecidas suman 1.567 (2). La tasa de incidencia anual de casos de SIDA fue de 5,38 por 100.000 habitantes para fines del 2008 (3).

Cada nuevo portador de VIH/SIDA necesitará implementar una serie de cambios en su estilo de vida, como consecuencia del nuevo estado de salud y del impacto social que significa tener un diagnóstico positivo, por ello, conocer la calidad de vida de los afectados constituye actualmente un aspecto fundamental en la atención integral de enfermería y en especial para aquellos que padecen el VIH/SIDA (4). Para proporcionar cuidados individualizados es importante conocer los diferentes modelos teóricos que sustentan la práctica de enfermería como también saber la percepción de bienestar que tiene el individuo acerca a su propia salud física, psicológica y social, de manera que los cuidados de enfermería tengan una base en los modelos teóricos y los aspectos éticos; todo ello permitirá ofrecer una atención integral, completa, equitativa, respetuosa; sin que sean víctimas de la discriminación y estigmatización por parte del personal de salud (5).

El estudio pretende conocer la calidad de vida y caracterizar los cuidados integrales que proporciona el personal de enfermería a los pacientes internados en el Instituto de Medicina Tropical.

 

Objetivos

Determinar la calidad de vida y caracterizar los cuidados de enfermería de los pacientes de ambos sexos de 20 a 60 años con VIH/SIDA hospitalizados en el Servicio de Infectología de Adultos del Instituto de Medicina Tropical entre los meses de mayo a agosto de 2008.

Determinar las características socio demográficos de los pacientes con VIH/SIDA internados en el Instituto de Medicina Tropical entre mayo a agosto del 2008.

Conocer el cuadro clínico general, las enfermedades oportunistas más frecuentes y el tiempo de diagnóstico de los pacientes con VIH/SIDA.

Conocer su calidad de vida en relación a: Percepción sobre su salud en general, calidad de interacción social, efecto emocional de la enfermedad, estigma y discriminación, apoyo psicoafectivo y económico.

Identificar los cuidados que ofrece el personal de enfermería.

Identificar la asistencia de los médicos en relación a sus necesidades médicas y psicológicas durante la hospitalización..

 

Materiales y métodos

Tipo de estudio: De carácter cuantitativo, observacional, descriptivo de corte transverso.

Población: Todos los pacientes de ambos sexos entre 20 a 60 años con el diagnóstico VIH/SIDA internados en el Servicio de Infectología Adultos del Instituto de Medicina Tropical entre mayo y agosto del año 2008.

Muestreo: No probabilístico de casos consecutivos.

 

Resultados

Participaron en el estudio 50 pacientes con VIH/SIDA: El 60% proceden de Asunción, 64% corresponde al sexo masculino, 54% estado civil soltero, La edad de los sujetos osciló entre 20 a 30 años 44%.(Tabla 1).

 

 

En cuanto al estrato socioeconómico y cultural el 38% de los encuestados ganan menor que el salario mínimo. Por otro lado en cuanto a la variable ocupación, se evidenció que un mayor grupo de personas realizaban alguna actividad laboral 66%, seguido de un 60% que son jornaleros. Respecto al grado de escolaridad se encontró que la mayoría de los sujetos 56% tenían un nivel académico comprendido entre primaria completa y secundaria incompleta. Un 56% profesan la religión católica y 40% evangélica. (Tabla 2).

 

 

El 78% de los encuestados afirman ser heterosexuales, 16% homosexuales, 4% adictos a drogas. Respecto al tiempo de diagnóstico se visualiza que el porcentaje más alto se encuentra entre el rango de 1 a 30 días 78%, seguido de un mes a 3 años 16%. (Tabla 3).

 

 

Los signos y síntomas más predominantes que manifestaron los encuestados fueron: 44% nauseas y vómitos, 22% dificultad para comer y tragar, 20% mareos y visión borrosa, 16% lesiones en piel y mucosa, 16% decaimiento general, 16% pérdida de peso, 14% cefalea, 10% dificultad para respirar, 8% agotamiento físico, 8% tos seca y/o productiva, 8% hemorragias, 6% fiebre y 4% diarrea y deshidratación.(Tabla 4).

 

 

Entre las enfermedades oportunistas de los encuestados se destacan: En el 60% síndrome de Wasting; 50% anemia; 50% diarrea y deshidratación, 41% neumonías, 20% tuberculosis pulmonar y ganglionar, 20% toxoplasmosis cerebral, 20% síndrome febril prolongado, 10% histoplasmosis, 6% sarcoma de Kapossi, 6% citomegalovirus 4% meningitis bacilar y (4%) Infecciones urinarias. (Tabla 5).

 

 

El 35% de los encuestados afirmaron que siempre se sintieron agotados en las últimas cuatros semanas, calmados 26%, angustiados 20%. El 43% de los pacientes, solo alguna vez se sintieron tristes, 31% desanimados y nerviosos, y el 62% de los pacientes mencionaron que nunca tuvieron ganas de suicidarse.(Tabla 6).

 

 

El 34%, de los afectados afirman que la situación de ser portador interfiere demasiado en su vida, 28 de los pacientes afirmaron que ser portador de VIH/SIDA le ocupa demasiado tiempo, y 28% sintieron como una carga para la familia. (Tabla 7).

 

 

El 28% de los encuestados afirmaron que en las últimas 4 semanas siempre tuvieron dificultades para concentrarse, 20% se sintieron solos en los últimos días, 16% estuvieron irritable con los que le rodeaba y se aislaron de la gente 14% de los encuestados(Tabla 8).

 

 

El 86% de los encuestados afirmaron que desde el inicio del tratamiento no fueron víctima de ningún maltrato psicológico, 74% agresiones físicas, 72% de los pacientes no tuvieron descuidos en la alimentación ni fueron rechazados en el barrio, 60% de los encuestados no han dejado el estudio por la enfermedad, y el 48% de los pacientes afirmaron no haber dejado el trabajo solo por padecer el VIH/SIDA.(Tabla 9).

 

 

A partir del diagnostico, el 88% de los pacientes con VIH/SIDA afirmaron que sus familiares les aceptaron con la enfermedad, el 76% revelaron que sus familiares les tratan bien; aunque también se observa otro grupo importante 22% que sus familiares mantienen cierta indiferencia, el 32% afirmaron que sus familiares tienen miedo al contagio, 14%, se sintieron rechazados, y 8% de los pacientes fueron tratados con agresividad (Tabla 10).

 

 

Con relación a las necesidades psicoafectivas el 86% de los encuestados afirmaron que preferentemente sus familiares le apoyaron en lo afectivo, 80% de los encuestados revelaron que sus familiares lo dan de seguridad, 70% lo acompañan espiritualmente, 68% lo asisten en la alimentación y 56% lo apoyan en lo económico.(Tabla 11).

 

 

Con relación al acompañamiento de los familiares durante el tiempo de internación en el hospital los encuestados afirmaron que: el 86%, estuvieron acompañados por algunos de los familiares, 52% por el hermano/a, 36% por su pareja, 31% por amigos, 30% por su madre, 20% por su padre, 14% por sus vecinos y 8% por sus hijos.(Tabla 12).

 

 

Los encuestados afirman que la enfermera siempre se dirige con respeto 92%, administra los medicamentos a horario 88%, mantiene en secreto su diagnóstico 86%, practica la igualdad, 78%, respeta sus decisiones 74%, hace siempre el bien y el mal menor 70%, proporciona aseo y confort 68%, precisión en las venopunciones 56%, le anima a ser independiente progresivamente 54%, le apoya para hacer frente a su enfermedad 52%, la dieta satisface sus requerimientos diarios 42%. En ningún caso le trataron en forma discriminativa 68%, ni tampoco le demostraron indiferencia 64%. (Tabla 13).

 

 

Discusión

En el presente estudio se trabajó con una muestra de 50 pacientes, mayoritariamente adultos jóvenes de ambos sexo con diagnóstico de VIH/SIDA internados en el Instituto de Medicina Tropical de la ciudad de Asunción, Paraguay. Se administraron preguntas del Cuestionario MOS-SF-30 (6) y otros elaborado por la autora. De acuerdo a los resultados obtenidos se evidencia.

Existe mayor predominio de hombres 32 (63%), adultos jóvenes 20 a 30 años 22 (44%) infectados con bajo nivel socio económico y cultural en donde la heterosexualidad ocupa el 39 (78%) para la transmisión de la infección. Así también, Restrepo M. et al. 2005, Medellin, Colombia en su estudio de características socio demográficas hallaron una prevalencia de sexo masculino entre las edades de 21 a 40 años, solteros y la principal vía de transmisión fue la homosexual (7). Resultados similares han sido presentados por Sandoval, M. et. al. 2005 (8), Colombia, en donde el sexo masculino representa más de las 2/3 partes del total de pacientes estudiados. Haciendo una comparación con los datos encontrados en esta investigación, coincide con el género masculino y la edad, sin embargo difiere en la vía de transmisión, esto podría deberse a que los varones se exponen más a conductas sexuales de riesgo en mayor porcentaje que las mujeres, pero de igual manera incide en forma directa en la propagación de la enfermedad. La epidemia del VIH/SIDA también se asocia con desigualdades de clase social debida a que la prevalencia del VIH y la incidencia del SIDA son mayores en áreas donde la población pertenece a estratos socioeconómicos inferiores.

En referencias bibliográficas se describe que la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana origina una amplia gama de manifestaciones clínicas, que van desde el estado de portador asintomático hasta procesos debilitantes y fatales, relacionados con defectos de la inmunidad mediada por células. Las manifestaciones gastrointestinales se describen en la literatura con una frecuencia de aparición hasta en el 80% de los pacientes; los signos y síntomas más predominantes hallados en esta investigación fueron las náuseas y vómitos (44%), dificultad para comer y tragar (22%), lesiones cutáneas (16%), convulsiones (28%), agotamiento físico (24%), diarrea y deshidratación (22%) entre otros signos, síntomas. En un estudio realizado por Sandoval, M. et all. 2005 (8) en la ciudad de Venezuela, han resaltado la fiebre y pérdida de peso como los síntomas más frecuentes; el tubo digestivo y sistema nervioso central fueron los órganos más afectados.

Estas manifestaciones clínicas se relacionan con lo descrito por diferentes autores al considerar que las manifestaciones iniciales de la infección por el VIH en el 50% de los individuos recientemente infectados consisten en fiebre, sudoración, malestar general, mialgias y anorexia.

La infección por VIH/SIDA, representa indudablemente un problema de salud pública, por lo que el estado debe diseñar e implementar políticas que garantizan el derecho a la salud y en consecuencia, el derecho a la vida de todas las personas que actualmente viven con VIH/SIDA.

Las infecciones oportunistas son causas importante de morbilidad y mortalidad en pacientes con infecciones por el VIH/SIDA estas comprometen principalmente a aquellos pacientes con recuentos de linfocitos TCD4 <200 células/μL. Si bien pueden afectar cualquier órgano, el sistema nervioso central, el aparato respiratorio, el aparato digestivo y la piel son los involucrados con mayor frecuencia por este tipo de complicaciones (9).

En esta publicación se observa que las enfermedades oportunistas predominantes son el Síndrome de Wasting, anemia severa, meningitis por Cryptococcus neoformans, diarrea crónica y deshidratación entre otros. En el trabajo realizado por Taboada, A. et al. 2008 (10), las enfermedades oportunistas más frecuentes fueron: diarrea crónica tuberculosis pulmonar y extra pulmonar las de mayor predominio coincidiendo con la literatura en lo que hace referencia al sistema digestivo, sin embargo en el presente estudio se identificaron los problemas neurológicos más frecuentes.

Cuando se comparan los resultados del intervalo de tiempo entre el Dx. de infección por VIH y la aparición de la enfermedad marcadora de SIDA con el trabajo Taboada, (10), el fue <1 mes en 51,3% de los pacientes, estudiados >1 año 22,4%. En nuestro estudio observamos que el intervalo de diagnóstico y la aparición de las enfermedades oportunistas fue detectado tardiamente, esto podría estar asociado a diversos elementos del proceso de atención de la salud tales como, las dificultades de acceso a la atención médica, la dificultad en la continuidad de los tratamientos médicos, también los factores socioculturales y económicos que inciden en forma directa sobre el individuo, el sistema inmune y también en la calidad de vida de los afectados.

En el área de la salud, para alcanzar una mejor calidad de vida se debe tener un diagnóstico oportuno, tratamiento eficaz, apoyo físico, emocional, psicológico, social y sobre todo el poder recibir ayuda en momentos de desamparo (11)

Contrastando con la literatura, Max-Neef, 1988, (12) sostiene que la calidad de vida depende de las posibilidades que tiene las personas para satisfacer adecuadamente sus necesidades humanas fundamentales. Para Cisneros, et. al, 2000 (13), la calidad de vida es entendida como el grado de satisfacción de las necesidades humanas objetivas y subjetivas, individuales y sociales en función de la cultura y del entorno natural de una sociedad en particular. Contrastando los aportes científicos y los hallazgos en relación a la percepción sobre su salud general, los encuestados alcanzaron una medición 35%, dimensión emocional 34%, función cognitiva y calidad de interacción social 27%. Se evidenció una valoración favorable respecto a las necesidades psicoafectivas (86%), Estigma y discriminación (82%).

Comparando nuestros resultados con los de M. A. García Ordóñez, et. al. (14) hallaron que los pacientes en fases avanzadas de la enfermedad con VIH-SIDA presentaron puntuaciones significativamente inferiores en todas las dimensiones salvo en salud mental.

Treinta y siete (14,2%) pacientes tuvieron nuevos eventos diagnósticos de SIDA y 21 (8,1%) fallecieron. Las puntuaciones en las dimensiones de SF-36 (15) función física y dolor corporal fueron factores predictivos de progresión y mortalidad de la enfermedad.

Vinaccia, Stefano et. al. (6) realizaron otro estudio con el fin de evaluar la relación entre la calidad de vida relacionada con la salud y el apoyo social funcional en 50 pacientes de ambos géneros con diagnóstico de VIH/SIDA de la ciudad de Medellín, Colombia (16). Los resultados evidenciaron una calidad de vida favorable en todas las subescalas del MOS-SF-30 (6) con excepción de la subescala de Malestar respecto a la salud. Por otro lado se encontraron niveles altos de apoyo social (6), esto va relacionado con los hallazgos en la investigación realizada.

Mejorar la calidad de vida social como señala un informe de las Naciones Unidas (11), tiene un valor intrínseco en tanto es el proceso en el cual las personas toman conciencia de sí mismas, determinan el orden en que desean convivir y buscan autorrealización individual.

Según Martín Cano Pérez de Ayala y cols, 2002, (17) la depresión repercute de manera importante en la calidad de vida y por otra parte, que los pacientes deprimidos pueden presentar una percepción distorsionada de las mejoras en la salud. No obstante según Burgoyne y Saunders 2001 (18), Teva Bermúdez y Buela Casal 2004 (17), hallaron que los pacientes que se encontraban en el periodo asintomático de la infección tuvieron una mejor calidad de vida relacionada a la salud, que quienes estaban en el periodo sintomático o que habían progresado a la fase de SIDA.

En el norte de Tailandia, Ichikawa y Natpratan, 2006 (19) se llevaron a cabo otro estudio para evaluar el impacto de la calidad de vida en 200 pacientes infectados con el VIH/SIDA, concluyeron que el apoyo social, especialmente la aceptación de la comunidad, es una variable moduladora en las dimensiones de calidad de vida asociadas a la salud mental, independientemente de la fase de desarrollo de la enfermedad, siendo más significativo en mujeres por el rol que desempeñan en la tradición familiar tailandesa.

Considero que el estudio de la calidad de vida relacionada a la salud es un aspecto que está recibiendo gran interés en el caso de las enfermedades causadas por el VIH/SIDA. Es importante profundizar más en el estudio de las relaciones entre calidad de vida y algunos factores emocionales como la ansiedad y la depresión, funcionamiento cognitivo y calidad de interacción social y la importancia del rol del profesional de enfermería en este largo proceso de enfermedad, puesto que el diagnóstico del VIH/SIDA afecta de manera considerable en lo afectivo y otras esferas del ser humano.

Promover una buena calidad de vida de los pacientes que padecen el VIH/SIDA a lo largo de todo el periodo evolutivo de la infección es tarea de todos.

El VIH/SIDA se ha convertido en la última pandemia del Siglo XX y los profesionales de enfermería desempeñan un papel, no sólo por la atención que pueden prestar a las personas afectadas, sino también por la trascendencia que la opinión y la actitud de estos profesionales tienen a la hora de dar información para reducir las conductas de riesgo y evitar cualquier tipo de marginación de personas seropositivas y de enfermos de SIDA. Es por ello, como dice Fereres citando a Becker, que ”la sociedad está muy pendiente de la actitud de los sanitarios en relación con los enfermos de SIDA” (20).

De acuerdo con los hallazgos de la investigación en el Instituto de Medicina Tropical, Asunción Paraguay, se evidenciaron que el personal de enfermería proporciona cuidados teniendo en cuenta los principios éticos.

Los sujetos revelaron que la enfermera nunca le trató en forma discriminativa (68%), ni tampoco le demostraron indiferencia 32 (64%), satisface las necesidades fisiológicas 34 (68%), trabaja con destreza y seguridad 42 (84) demostrando una actitud positiva hacia los afectados.

En ese sentido en el 2004 se realizó un estudio para valorar los conocimientos, actitudes y práctica en personal de salud del Hospital Alemán Nicaraguense el cual reveló una actitud positiva en médicos residentes y especialistas y actitud negativa en médicos internos (21).

De igual forma en Barcelona en otro estudio realizado por Tomas Sábado, Joaquín y cols (21) a estudiantes de enfermería, durante el primer trimestre del 2002-03, se reportó actitudes prejuiciosas y negativas ante el SIDA.

En España en el Hospital de Huelva, (21) se estudió la actitud y los conocimientos del personal de enfermería sobre el paciente VIH/SIDA en el periodo 2001- 2002; en donde se evidenció además de un gran miedo al contagio, deficiencias en cuanto a ciertos conocimientos específicos respecto a la infección.

Esta actitud negativa hacia los enfermos, no está únicamente fundada en lo virulento de la enfermedad, sino que gran parte de este problema viene dado por la forma de contagio. Como sabemos, hasta el momento los más castigados han sido los usuarios de drogas por vía venosa, homosexuales y prostitutas.

En Nicaragua Sequeira Peña et al, (21) en el 2003, realizaron una encuesta en Managua a los trabajadores de la salud para valorar sus conocimientos, encontrándose que 41% de las enfermeras tienen grandes brechas sobre el VIH/SIDA.

Ángeles Merino Godoy, 2004 (22) realizó otro estudio con relación a la percepción por parte del paciente toxicómanos con VIH/SIDA respecto a la actitud del personal de enfermería, comentan que los tiempos han cambiado y no notan ninguna actitud diferente hacia ellos, sólo cuando “se encuentran en peor estado”, refiriéndose a la dependencia de las drogas. Por otro lado llama la atención que las enfermeras del IMT dan poco valor y tienen una actitud poco afectiva con relación al área emocional, asisten en pocas oportunidades, para apoyarles y hacer frente a su enfermedad 26 (51%), de manera a motivarlo 27 (53%) y autocuidarse, la misma no concuerda con la literatura donde menciona que el profesional de enfermería que participa en la atención al enfermo con SIDA tiene como responsabilidad ayudarlo en la satisfacción de sus necesidades humanas, especialmente en las necesidades emocionales y espirituales, con la finalidad de darle sentido y significado a sus sentimientos, emociones, a su fe, esperanza, creencias e inquietudes.

En similares estudios realizados con la participación del profesional de enfermería en la satisfacción de las necesidades emocionales en enfermos con VIH/SIDA, hospitalizado en la Unidad de Clínica de Medicina del Hospital Central de Maracay, Venezuela (23), se evidenciaron que las necesidades espirituales y emocionales no son satisfechas de manera sistemática en un 87.5%, igualmente un alto índice 60% no identifica, jerarquizan, planifican ni mucho menos ejecutan acciones necesarias para su equilibrio emocional y espiritual. Se limitan únicamente a cumplir tratamiento médico, dejando a un lado la parte emocional y espiritual del paciente (23). El hallazgo es bien similar al estudio realizado a los pacientes con VIH/SIDA internados en el Instituto de Medicina Tropical.

Las enfermeras deben interactuar con los pacientes en los hospitales, escuchar y percibir sus sentimientos; obtener información sistemática sobre los eventos pasados, signos y síntomas actuales siendo éstas de fundamental importancia para poder fijar objetivos y tomar decisiones acerca de los medios que se usarán para eliminar las molestias y así resolver los problemas.

Por todo ello, es importante que la Enfermería identifique la necesidad de hacer una reflexión crítica sobre el cuidado y su responsabilidad en la calidad de vida de las personas. Debe dejar en el pasado los espacios tradicionales de la práctica, transformarla y también hacer a un lado las actividades rutinarias de cuidado médico delegado y la excesiva carga administrativa. Debe integrar una nueva estructura del sistema de salud que favorezca la práctica de enfermería hacia el cuidado y que la enfermería se transforme y de muestras con un que hacer profesional y humanizado del importante papel que desempeña en el ámbito de la salud.

Por ello es importante aplicar el proceso de atención de enfermería basados en modelos de atención que optimice la atención de enfermería y que redunde en forma eficaz en su calidad de vida.

Como puede observarse la atención de enfermería del hospital en estudio, el enfoque de cuidado es exclusivamente asistencialista y no de proyección hacia el autocuidado y menos aún de enseñanza, esto podría deberse a la ausencia de la aplicación de modelos de atención de enfermería, como también a las políticas del sistema de atención que se proporciona en los servicios de salud y sobre todo en las áreas de internación.

La satisfacción del usuario depende de la resolución de sus problemas, del resultado del cuidado según sus expectativas, del trato personal que recibió, y del grado de oportunidad y amabilidad con el cual el servicio fue brindado. El usuario de las instituciones de salud, se enfrenta en general, a un medio desconocido y a situaciones en las que no desearía estar, por ello, todos los factores que podrían contribuir a proporcionar una óptima atención de salud, deben ser considerados con el fin de facilitar la adecuada adaptación al entorno hospitalario (9)

De acuerdo al estudios realizados en el IMT con relación al grado de satisfacción de los pacientes, 31% revelan una calificaron de excelente, 60% muy bueno, 8% regular y ninguno percibió la atención de enfermería como muy mala; comparando con otro estudio realizado por Ltza N. Cabarcas, Colombia Cartajena (24) revela que el Ochenta y cinco por ciento de los encuestados manifestaron que la satisfacción con la atención era buena, mientras que 15% la encontró regular. Se encontró también que los usuarios mantienen altos grados de satisfacción con la atención de enfermería, manifiestan agradecimiento y complacencia con el trato recibido durante su estancia hospitalaria, que se refleja en forma importante en la evaluación de la calidad.

Otro estudio realizado Olivera, Ángel Luis, Escalona, Aldana et. al. (25) en el Centro de Salud Integral “Dr. Salvador Allende”, 2008 Distrito Capital, República Bolivariana de Venezuela Misión Barrio Adentro, los pacientes mayores de 60 años en un (91,9%) expresaron mayor satisfacción. Aquellos que tenían un nivel superior de escolaridad percibieron menos satisfacción (25).

Los centros hospitalarios requieren cobrar protagonismo en la calidad, ya que su atención va dirigida a mantener el bienestar físico, mental y social del ser humano. Dicha atención debe ser proporcionada por el personal de enfermería quien establece mayor contacto con el paciente ante la realización de procedimientos y procesos que se ven reflejados en la evaluación de resultados.

En relación la atención por el médico en el IMT, los encuestados afirman que el médico siempre explica el diagnóstico 34 (68%), les hace sentir como persona 34 (68%), les describe los medicamentos indicados 31 (62%), se sienten utilizado como medio de aprendizaje 18 (36%), les informa medidas de prevención de otras enfermedades oportunistas 16 (32%), aunque algunos se sienten incómodos en su recorrida 6 (12%).

En este contexto, estudios realizados por Herrera, C.; Campero, L.; Caballero, et. al. 2008 (25), en referencia a la Relación entre médicos y pacientes con VIH: influencia en apego terapéutico y calidad de vida, han determinado los siguientes resultados que los principales problemas durante la búsqueda de atención se relacionaron con la falta de conciencia de riesgo y de información entre las personas viviendo con VIH/SIDA y los médicos. Los médicos mostraron falta de capacitación en VIH/SIDA. En la etapa de continuidad de la atención (25) Superar las barreras para una buena comunicación entre médicos y pacientes es uno de los aspectos importantes, aunque no el único, para asegurar resultados óptimos en los tratamientos y mejorar la calidad de vida de las personas viviendo con VIH/SIDA. Como ya se ha señalado, quizás sea más fundamental la necesidad de superar el estigma y la discriminación de que estas personas son objeto.

Pero esto, también interfiere en la relación médico paciente, produciendo en éste inhibición y falta de motivación para sostener un tratamiento que comprende con dificultad o ve como de dudosa eficacia. El llamado a los médicos a considerar los derechos de las personas viviendo con VIH/SIDA muchas veces no toma en cuenta la realidad de que ellos forman parte, primero de una sociedad carente de conciencia plena de derechos, y segundo, de un gremio acostumbrado a ver patologías en vez de sujetos.

 

Conclusiones

Predomina en la muestra un grupo de pacientes con sexo masculino, fase etarea relativamente joven, escolaridad secundaria incompleta, religión católica y con bajo nivel socio económico y cultural.

Los participantes afirman padecer diferentes signos y síntomas que comprometen su estado inmunológico, el cual impacta en forma negativa en sus vivencias cotidianas. Con relación a la calidad de vida relacionada a la salud, se evidenció que los pacientes percibieron malestar respecto a su salud y tuvieron una puntuación muy baja en su calidad de vida impactando en forma negativa sobre todo en el aspecto de su salud mental, emocional, energía/fatiga, funcionamiento cognitivo y calidad de interacción social. Estos hallazgos se relacionarían en forma directa al tiempo que tarda para el diagnostico, las campañas de prevención y el inicio de los tratamientos específicos como profilácticos, por los que podemos concluir que estos eventos impacta en gran medida en la calidad de vida de los afectados.

Se evidenció una valoración favorable respecto a las necesidades psicoafectivas, apoyo familiar y entorno social (Estigma y discriminación), por parte de los sujetos de estudio. La familia juega un rol importante en la vida de los pacientes con VIH/SIDA.

Una familia bien constituida fortalece los vínculos psicoafectivos, disminuye la percepción de estigma y discriminación, factores determinantes en la calidad de vida de los afectados.

Las enfermeras poseen buenas prácticas asistenciales y éticas, y sobre todo una actitud positiva ante los afectados, no así con relación al rol de educadora y promoción en salud, evidenciando la falta de acompañamiento en el autocuidado y en las esferas emocionales, pilar fundamental para la buena proyección y una mejora de calidad de vida de los afectados. El comportamiento de las conductas de pacientes y familiares está influenciado por la interacción de los mismos y el nivel de preparación del profesional de enfermería. Califican como muy buena a excelente la atención brindada por el personal de enfermería y médicos, esto alienta y motiva al sector de estudio.

 

Referencias

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*Solicitud de Sobretiros:
Mg. Sofía Achucarro
Departamento de Enfermería
Instituto de Medicina Tropical
Asunción, Paraguay
investigacion_docencia@imt.edu.py

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