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Anales de la Facultad de Ciencias Médicas (Asunción)

Print version ISSN 1816-8949

An. Fac. Cienc. Méd. (Asunción) vol.56 no.3 Asunción Dec. 2023

https://doi.org/10.18004/anales/2023.056.03.125 

RESEÑA

El rigor médico durante la guerra del Chaco

Medical rigor during the Chaco War

1Universidad Nacional de Asunción, Facultad de Ciencias Médicas. San Lorenzo, Paraguay.


Figura 1. Portada de libro “El rigor médico durante la guerra del Chaco”. Autor: Prof. Dr. Isaías Fretes. Profesor de Clínica Quirúrgica de la 1ra Cátedra, Facultad de Ciencias Médicas - U.N.A. 

Este libro 1 del profesor Isaías Ricardo Fretes, lanzado en octubre de 2023, cubre un extenso vacío de la historia médica nacional. Es que, si bien la contienda del Chaco ocurrió hace menos de un siglo, nuestra tradición ágrafa hizo que se pierdan para siempre los testimonios de muchos de quienes vivieron personalmente las experiencias de los hospitales de campaña y el cuidado de los heridos y enfermos. Incluso en los años posteriores a la guerra, con el país sumido en dolorosas confrontaciones políticas internas, no hubo muchas condiciones para investigaciones periodísticas o históricas basadas en entrevistas a los médicos o estudiantes que prestaron servicios sanitarios en los frentes de combate. En realidad, fue sobre todo nuestra ancestral oralidad la que opacó el conocimiento de las generaciones posteriores (Figura 1).

Eso no quiere decir que no se haya escrito antes sobre la medicina en la guerra del Chaco. Pocos años después de terminar la misma, el teniente coronel de Sanidad Cándido Vasconcellos escribió sus Memorias de la Sanidad de Campaña. El doctor Carlos Díaz León, uno de los artífices de la improvisada estructura sanitaria que debió armarse, publicó, a mediados de la década del cincuenta, los tres voluminosos tomos de La sanidad militar paraguaya en la Guerra del Chaco: historia documentada de su actuación. En 1981, Sergio Recalde editó La sanidad militar en la Guerra del Chaco y el Dr. Juan Francisco Recalde. Por último, debemos citar el fascículo La Sanidad en la Guerra del Chaco (1932-1935) de María Elena Ramírez de Rojas, publicado por el MSPBS en 2018.

Por otra parte, encontramos relatos personales y anécdotas aisladas en variopintas publicaciones. Muchas de estas visiones parciales de lo que significó la experiencia bélica en términos de la ciencia médica fueron recogidas justamente por las páginas de Anales de la Facultad de Ciencias Médicas. Pero faltaba hasta ahora un enfoque global, en tono comprensible para el lector común, como el que nos ofrece el autor de este libro.

El doctor Ricardo Isaías Fretes habla con una solvencia que proviene de ambos ámbitos: el militar y el médico. Alcanzó la jerarquía de contraalmirante de las Fuerzas Armadas de la Nación y fue director su Sanidad, habiendo sido condecorado con la máxima distinción de la Armada Paraguaya. Su trayectoria académica y asistencial en la coloproctología es ampliamente reconocida a nivel internacional. Munido con ese bagaje de conocimientos, el autor emprende la tarea de rescatar la memoria de los médicos, enfermeros, camilleros y voluntarios que arriesgaron sus vidas para salvar a los soldados heridos en el campo de batalla, con la pasión de alguien apasionado por un tercer campo de estudios: la historia.

Sustentado en una exhaustiva investigación de fuentes primarias y secundarias como libros, periódicos, revistas, informes, testimonios y fotografías, el autor se remonta a los primordios de la sanidad paraguaya y describe la precaria situación en que esta se encontraba al despuntar el siglo XX. Un solo dato es suficientemente ilustrativo: recién en 1903 se recibió la primera promoción de 12 médicos de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción. Por falta de profesores y alumnos la casa de estudios estuvo cerrada de 1912 a 1915. ¡La Facultad se reabrió solo 17 años antes del inicio de la guerra! Demás está decir que nunca hubo una escuela de enfermería.

En el libro se enfatiza que, si llegamos a la contienda en condiciones algo mejores, fue solo porque tuvimos un estadista como Eligio Ayala, quien asumió en 1924 y gestionó la venida al Paraguay de profesores de medicina franceses que revolucionaron nuestra incipiente cirugía e impulsaron progresos en la clínica y la anatomía patológica. La “clinización” de las cátedras del Hospital de Clínicas en 1927, relata Fretes, fue un hito en la consolidación y madurez del poder médico. Otro factor fortuito que nos benefició inmediatamente antes del conflicto fue la fallida movilización de 1928, que resultó un desastre en términos organizativos, pero permitió corregir las fallas para la siguiente, mucho mejor planificada, de 1932.

El autor describe la organización y el funcionamiento de la sanidad militar paraguaya, tanto en el frente como en la retaguardia, y los principales problemas que enfrentó, como la escasez de recursos, la falta de personal, la distancia, el clima y las enfermedades. Los nombres de Díaz León, Víctor Idoyaga, Vasconcellos, Recalde y tantos otros aparecen como los increíbles escultores de una obra monumental erguida con poquísimos recursos humanos y montañas de heroísmo y sacrificio. Ese fue nuestro Servicio Sanitario en Campaña.

Un censo demostró que, al comenzar la contienda, existían en el país solo 216 médicos. Pero, de ellos, 21 eran ancianos, enfermos, mujeres o congresistas; 25 extranjeros y hubo 25 que, al inicio de la guerra, desertaron. Así, pues, en 1932 estaban disponibles solo 145. Felizmente, a ellos se sumaron unos 150 médicos y estudiantes de medicina paraguayos y extranjeros que estaban en el exterior y decidieron incorporarse al Ejército nacional.

Se constituyeron 46 hospitales de guerra, aunque para casi todos ellos la calificación de “hospital” fuera algo grandilocuente, dada la infraestructura con la que, en realidad, contaban. Como sea, se denominaban “frontales”, “de evacuación”, “central” (de Isla Po'i), “de litoral”, además de los hospitales “de sangre” en Asunción. El Servicio Sanitario contaba con barcos, avionetas e hidroaviones. Se practicaba una medicina en una época en la que no existían antibióticos, infusiones intravenosas, transfusiones de sangre y los métodos de anestesia eran sumamente precarios.

Para ambos ejércitos, el paraguayo y el boliviano, Boquerón fue, en muchos aspectos, la batalla escuela. Allí, nuestra sanidad aprendió el concepto del triaje de los heridos. Aprendió también que mucho de que se había aprendido de los reglamentos sanitarios franceses de la Primera Guerra Mundial eran inaplicables en la geografía chaqueña. En 1934 se produjo la crucial reorganización de la estructura sanitaria paraguaya, la que es descrita con rigurosidad por Ricardo Fretes. La sanidad paraguaya utilizó de modo más racional sus recursos y se volvió más eficiente. El tratamiento de los heridos de guerra se protocolizó, el transporte de los caídos se hizo por etapas más racionales, las decisiones médicas fueron más autónomas… pero nada apagaría el dolor humano de la guerra.

Y ese es, justamente, uno de los grandes méritos de este libro: más allá de sus aspectos científicos, Ricardo Isaías Fretes es capaz de transmitir el estremecimiento del médico de un hospital frontal ante la sensación de la muerte inexorable al recibir a un soldadito con una simple esquirla de bala que atravesó su pared abdominal. O los infernales gritos de los amputados seriales en las sucias mesas quirúrgicas ubicadas bajo los polvorientos samu'u chaqueños. O el delirio producido por la sed y el fantasma de las infecciones de las heridas que no se podían lavar por falta de agua. Ciencia, dolor y heroísmo, por partes iguales.

¡Qué poco nos contaron de todo esto! Qué poco supimos de esos médicos y estudiantes de medicina. Las calles que rodean al viejo Hospital de Clínicas de Varadero llevan los nombres de esos mártires de bata blanca. En todos mis años de estudiante, médico y profesor jamás les hemos rendido un homenaje. Ricardo Fretes lo hace en la parte final del libro. Y devela el motivo por el que hay tantos estudiantes de medicina muertos en la guerra del Chaco y tan pocos médicos. Los estudiantes eran los camilleros y proveedores de los primeros auxilios en el frente de batalla y eran fácilmente abatidos. Los pocos médicos con los que contaba la patria debían ser resguardados y quedaban en la retaguardia. Por igual, estudiante y médicos, son merecedores del homenaje que les rinde el autor de este libro.

Es esta, sin duda, una obra de referencia para los estudiosos de la guerra del Chaco, de la historia de la medicina y de la sociedad paraguaya.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1. Fretes RI. El rigor médico durante la guerra del Chaco (211 pag.). Editorial Centauro. Asunción, 2023. [ Links ]

Editor responsable: Prof. Dr. Hassel Jimmy Jiménez, Prof. Dra. Lourdes Talavera.

Recibido: 30 de Octubre de 2023; Aprobado: 28 de Noviembre de 2023

Autor correspondiente: Prof. Dr. Alfredo Boccia Paz. Universidad Nacional de Asunción, Facultad de Ciencias Médicas. San Lorenzo, Paraguay. E-mail: alfredoboc3@gmail.com

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