INTRODUCCION
El virus de la hepatitis B (VHB) constituye una de las principales causas de mortalidad y morbilidad a nivel mundial. Las hepatitis víricas causaron 820.000 muertes en el año 2019 por cirrosis hepática o hepatocarcinoma y, según los cálculos de la OMS, unos 296 millones de personas padecían infección crónica por el virus de la hepatitis B (VHB) en ese año, estimándose que cada año se producen 1.5 millones de nuevos casos 1,2.
En Latinoamérica, la cuenca del Amazonas (el norte de Brasil y áreas de Colombia, Bolivia, Perú y Venezuela) constituyen las zonas de mayor prevalencia, mientras que Paraguay se considera de baja prevalencia 3. El personal de salud (PS) es particularmente vulnerable por su exposición directa o indirecta a sangre y otros fluidos corporales, potencialmente infectados y por el riesgo elevado de sufrir accidentes laborales que implican lesiones con material cortopunzante contaminado 4.
Es así, que el Plan de Acción Mundial por la Salud de los Trabajadores 2008 - 2017 de la OMS recomienda inmunizar a todo el personal sanitario contra la hepatitis B, enfermedad que se considera prioritaria de ser erradicada. “La infección de un profesional de salud es relevante para la salud pública, tanto por su propia salud como un derecho constitucional, laboral y humano, como por la posibilidad de convertirse en transmisor de la infección” 5. Además de la importancia de la vacunación contra este virus en la prevención del cáncer hepático, constituye una referencia para la comunidad del valor que tiene cumplir con esta práctica de salud pública, contribuyendo así a que su entorno laboral sea más saludable 6,7. Idealmente, para poner en práctica un esquema de vacunación de recursos humanos en salud se debe conocer su estado vacunal previo 8.
En cuanto a la prevalencia de hepatitis B en el grupo de los trabajadores del sector de la salud, sus valores se sitúan en el orden de 0.7 al 0.14 %, cifras que son inferiores a las reportadas y se corresponden mejor con prevalencias promedio reportadas por la OMS para esta área geográfica 9,10. Aunque las cifras de prevalencia e incidencia de infección por VHB en los trabajadores de hospitales y la población general de Paraguay no es elevada. Una buena campaña de vacunación al personal de salud puede disminuir aún más este riesgo.
El objetivo de este trabajo de investigación fue evaluar la frecuencia de vacunación contra Hepatitis B en profesionales médicos y de enfermería de tres grandes centros hospitalarios del Departamento Central de Paraguay. Se espera que con los resultados obtenidos se puedan priorizar algunas medidas para reducir el riesgo laboral de contraer el virus de la Hepatitis B en esta población 11.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se trata de un estudio cuantitativo, de tipo observacional, descriptivo, de corte transversal; el muestreo fue de tipo probabilístico, estratificado (médicos y enfermeros), aleatorio por conglomerados. La población enfocada fue el personal médico y de enfermería de tres grandes centros hospitalarios del Departamento Central: Hospital Central del Instituto de Previsión Social (HCIPS), Hospital de Clínicas (HC) y Hospital Nacional de Itauguá (HNI).
Se analizaron variables referidas a características sociodemográficas (edad, sexo, nivel de educación y profesión) y a condiciones de trabajo (antigüedad, modalidad de contratación, área de trabajo y exposición a materiales biológicos). Se incluyeron también, variables relacionadas con la vacunación: la referencia del profesional de salud sobre si se había colocado o no la vacuna contra la hepatitis B, el número de dosis en caso de haberse vacunado, si porta carnet de vacunación o no y la referencia del motivo de no haber recibido vacunación completa (tres dosis: 0,1 y 6 meses) contra la hepatitis B. También se estratificó el riesgo biológico de exposición según la referencia del PS en (frecuente, ocasional o ninguno), ya que el VHB se transmite por vía percutánea o por contacto directo con mucosas, exposición a sangre infectada o fluidos corporales; es muy infeccioso, pudiendo transmitirse en ausencia de sangre visible y permanecer viable en superficies durante siete días al menos 12.
Se aplicó un cuestionario al personal médico y de enfermería incluido en el estudio, elaborado en base a trabajos afines 13,14 que fue autollenado en hojas impresas, durante visitas aleatorias a los servicios en el periodo de abril a junio del 2019. Se estimó el tamaño de la muestra teniendo en cuenta el número de funcionarios (médicos y enfermeros) de cada centro: HC 2418, HNI 941 y HCIPS 4497 para inicios del año 2019, proveídos por las autoridades correspondientes. Se tuvo en cuenta un nivel de confianza del 95%, una proporción esperada de 0.5, un margen de error del 5% y una potencia de 0.8: el tamaño mínimo calculado para cada centro hospitalario fue de 332 para el HC, 273 encuestados para el HNI y de 354 para el HCIPS.
Las variables analizadas en este estudio fueron recopiladas en un cuestionario, digitadas y analizadas con el paquete informático Epi Info versión 3.5.1. Los datos obtenidos de las variables se expresaron en medias y proporciones y, mediante planillas de Excel.
RESULTADOS
Participaron un total de 1097 personas encuestadas, el IPS fue el que más encuestados incluyó. El 72.3% (792) de los participantes fueron mujeres. Los médicos que participaron fueron el 37.6% (412) y el resto personal de enfermería. El personal permanente es el 66.8% (733) de los participantes. En general, se alcanzó un nivel de vacunación completa del 48.2% sobre el total de los encuestados en este estudio. Del total de encuestados, 49.5% de los varones presentaron vacunación completa versus el 47.7% de las mujeres. Según las edades, los rangos de 31 a 45 y de 46 a 60 años, presentan esquema completo en un 55 y 53% respectivamente; mientras que los menores de 31 solo alcanzaron el 32 % de dosis completas y los mayores de 60 años tan solo el 16.7%.
Según la profesión de los encuestados, el personal de enfermería tiene un mejor porcentaje de vacunación completa, con un 51% de acatamiento, que el personal médico que alcanzó un 47% de cumplimiento. El HCIPS arrojó casi un 62% de esquema completo, mientras que el Hospital de Clínicas alcanzó un 40.9% y solamente el 36.6% de los encuestados del HNI tenían las 3 dosis de vacuna anti-Hepatitis B.
Para un riesgo biológico bajo, el nivel de vacunación completa fue del 36.0% de los profesionales encuestados, del 36.8% para los que refirieron riesgo moderado y alcanzó el 57.3% para los que tienen alto riesgo de exposición. El 37.2% de los funcionarios de salud contratados temporalmente llegaron a completar todas las dosis, en menor proporción que los funcionarios con contrato de tipo permanente con un 54%.
Según antigüedad en el hospital, los de menos de 5 años de servicio tuvieron solo el 39% con esquema completo, los de 5 a 10 años el 59.5% y los de más de 10 años de antigüedad el 49.6%. (Tabla 1).
DISCUSION
Este estudio fue realizado en los hospitales generales con más camas del área metropolitana de Asunción y del país. Creemos que la prevalencia de vacunación completa encontrada no es óptima (48.2%) y puede ser un reflejo de la situación en el resto de los servicios de salud del país, o tal vez lo está sobreestimando y el problema de la cobertura vacunal para el VHB es peor en otros servicios de menor complejidad, ya a que se espera mayor vacunación ante mayor descripción de riesgo biológico.
Una investigación similar fue realizada tomando como población a los médicos residentes del Hospital Central del IPS en el año 2013, en la cual se constató un 50% de vacunación completa de 3 dosis, similar a lo encontrado en el presente trabajo 15. Es el único estudio encontrado a nivel nacional que muestre este tipo de información.
Como se observa en la Tabla 2, la incidencia de infección por VHB en trabajadores de salud ha disminuido en Estados Unidos y otras partes del mundo. Al parecer, esta disminución se debería a la mejora de las medidas de control y a la disponibilidad de la vacuna anti Hepatitis B, responsable directa de los efectos favorables notados a pesar de la persistir la exposición al VHB 16.
Dentro de las instituciones de salud, la manipulación de materiales biológicos constituye un factor importante de riesgo para el personal que interviene, nuestra población este valor correspondió al 56%, este grupo es el que debería tener tasas de vacunación superiores al 90% 17,18. Existe evidencia epidemiológica en Canadá, Japón y Estados Unidos de que la preocupación principal respecto a los desechos infecciosos de los hospitales es la transmisión del VIH y, con mayor frecuencia, de los virus de las hepatitis B y C. El grupo más expuesto a este riesgo son especialmente las enfermeras y el personal de limpieza, seguido de los trabajadores que manipulan los desechos fuera del hospital 19. Este estudio no exploró a este tipo de personal sanitario.
El estudio presenta diversas limitaciones. Principalmente hubo dificultades en la recopilación de datos por desinterés en participar del estudio por parte de quienes deberían ser referentes de los hospitales. Además, no se pudo evitar el sesgo de memoria a la hora de referir historia vacunal y nadie porta (o conserva) su carnet de vacunación. No existe registro de vacunación del PS dentro de estos hospitales, actividad que, tanto un equipo de control de infecciones intrahospitalarias o un departamento de salud laboral, deberían realizar de manera rutinaria.
Es preciso tener un plan de inmunizaciones obligatorias para todo personal de salud (sea o no profesional de blanco) que trabaje principalmente en servicios de salud 20. Se debe priorizar según la exposición a un riesgo biológico mayor a menor 21. Para ello un Departamento de Salud Laboral debe trabajar con el área Control de Infecciones en cada hospital, a fin de velar por la salud del recurso humano que cuida la salud de otros. Esto ayuda no solo al PS, sino que también mejora la calidad de atención a los pacientes. Realizar trabajos como este periódicamente y llevar un registro de la vacunación del PS, servirá para poder tomar medidas preventivas contra enfermedades infectocontagiosas con algo tan práctico y barato como las vacunas.
Contribución de los autores:
- Dr. Fernando Barrios González: concepción del estudio, recolección, análisis e interpretación
de datos, redacción del artículo.
- Prof. Dra. Gilda Benítez Rolandi: tutoría de investigación, revisión del artículo.
- Prof. Dr. Víctor Guillermo Sequera: tabulación de datos, redacción y revisión del artículo.
Conflicto de intereses: Los autores declaran no tener conflicto de intereses, en relación a este artículo.
Fuente de Financiación: No existe fuente de financiación externa.