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Anales de la Facultad de Ciencias Médicas (Asunción)

versão impressa ISSN 1816-8949

An. Fac. Cienc. Méd. (Asunción) v.43 n.1 Asunción jun. 2010

 

Editorial

 

El Proceso para la Acreditación de la Carrera de Medicina y Cirugía – FCM-UNA 2010-2011: Caminando con Ansiedad en busca de la Satisfacción

The Process for Accreditation of the Faculty of Medicine-National University of Asunción (FCM-UNA) 2010-2011: Walking with Anxiety searching  Satisfaction.

Prof. Dr. Jorge Tadeo Jiménez
Consejero Docente FCM-UNA

Prof. Dra. Bernardita Stark
Vice-Decana FCM-UNA


Este año iniciamos, de nuevo, el proceso que nos llevará a lo que pretendemos; la Acreditación de la Carrera de Medicina y por ende de nuestro compromiso fehaciente con la calidad. Y nunca mejor referido como un compromiso "Nuestro", porque ciertamente que "Todos" coincidimos en la búsqueda permanente de la excelencia en todo cuanto hacemos, en nuestra responsabilidad como formadores de médicos en la FCM-UNA y, al mismo tiempo, como docentes médicos en constante formación y abiertos a la evaluación de nuestro accionar. Como la Medicina misma, la formación en ella es el producto de un Continuum, de crearse y re-crearse de novo.

La educación médica está planteada como un proceso continuo, que se inicia con la formación de grado, cuyo propósito fundamental es formar un médico básico, que al egresar sea capaz de ejercer la Medicina en el nivel primario de atención y esté capacitado para continuar su formación y perfeccionamiento después de obtener el título de grado profesional. El amplio concepto de enseñar medicina comprende tres acciones básicas: establecer expectativas; proveer experiencia; evaluar resultados.

La calidad de la formación en Medicina depende de: el programa, la selección de postulantes, la solvencia y solidez científica de los académicos y docentes, la acreditación de los centros de formación, la armónica relación docente-asistencial, la disponibilidad y administración de cargos.

La responsabilidad  de la Universidad con el estudiantado, los egresados y el post-grado es ineludible,  facilitando la oportunidad, el espacio y el incentivo para la creación y la investigación y, de esta manera, intentar contribuir a la generación del conocimiento biomédico.

Precisamente, la acreditación como proceso o instrumento se refiere a certificación de calidad. Resulta de un acuerdo y compromiso de aceptación de sus resultados por parte de instituciones y naciones, y es conferida a carreras, cursos o programas que cumplen con estándares, siendo otorgada generalmente por tres a cinco años  Es una certificación del accionar como Unidad académica formadora, de médicos en nuestro caso, y es referida también, como reconocimiento del producto egresado de ella por sus pares nacionales, regionales e internacionales, lo que la convierte en una oportunidad para corregir rumbos. Todo  ello es así pues estamos actualmente siguiendo el modelo nacional establecido por la ANEAES (Agencia Nacional para la Evaluación y Acreditación de la Educación Superior) del Ministerio de Educación de nuestro país, proceso éste, hoy día, obligatorio y ya no experimental como fuera la Acreditación obtenida en el año 2006 durante la vigencia del MEXA (Mecanismo Experimental  de Acreditación del MERCOSUR) tras el proceso iniciado en 1999. Al mismo tiempo, estamos siendo parte del modelo ARCUSUR (Acreditación Regional de Carreras Universitarias del MercoSur). El proceso de auto-evaluación que empezara en agosto pasado culminará con la visita de pares evaluadores en mayo de 2011. Otras Unidades Académicas y Carreras de la UNA ya han sido acreditadas recientemente por idéntico mecanismo y proceso. Todo el proceso comprende el examen del curriculum, el equipo educador, estudiantes, los servicios donde se desarrollará la carrera o el curso (infraestructura y recursos). Con la intención de asegurar a estudiantes, a consumidores, proveedores de salud y nivel gubernamental que la carrera-curso se desarrollaría alcanzando estándares apropiados.

La enseñanza y certificación de competencias en Medicina, muy mentada en los últimos años, se la puede definir de varias maneras pero quizás mejor entendidas y  resumidas por la siguiente de R.M. Epstein y E.M. Hundert, como “El uso habitual y juicioso de la comunicación, conocimiento, habilidades técnicas, razonamiento clínico, emociones, valores y reflexión en la práctica diaria, para el beneficio de individuos y de la comunidad a la cual se sirve”. (JAMA 2002;287:226-235).

Pero la competencia es también un proceso en desarrollo, un hábito mental y de comportamiento, de sabiduría práctica, que se ganan mediante una práctica constante y reflexión sobre la experiencia.. Y mejor aún lo pone D.C. Leach cuando escribe que  “Competencia no es un logro u objetivo alcanzado, más bien un hábito a ser aprendido a lo largo de la vida” (JAMA 2002;287:243-244) igualmente se aplica a la competencia para enseñar. Tamaño desafío y tarea entonces es el enseñar medicina y evaluar (auto-evaluación) la capacidad formadora, siempre orientada a mejorar nuestro producto final; el joven médico egresado y ahora, la acreditación de la formación en el post-grado, en la cual estamos también iniciando el camino actualmente.

La evaluación entendida como Motor de la formación médica comprende a cada fase del desarrollo profesional, provee dirección y motivación para futuros aprendizajes; incluye conocimientos, habilidades y profesionalismo. Protege al público o sociedad manteniendo altos estándares profesionales y detecta estudiantes y médicos con insuficiente competencia. Selecciona entre los sujetos en entrenamiento a aquellos para entrenamiento más avanzado. La evaluación como elemento formativo provee de elementos precisos, confiables y puntuales para evaluar competencias   de médicos en entrenamiento y médicos en ejercicio, que sirvan de guía para futuros aprendizajes y promuevan reflexión y valores.

Como Comunidad Académica Formadora compuesta de docentes y estudiantes y todos los que llevamos adelante la tarea diaria,  que se identifican en su orgullo y renovado compromiso de pertenencia a la FCM-UNA, hagamos todos y cada uno Nuestro el desafío de alcanzar la acreditación, que por tradición y andadura nos corresponde, pero que elegimos ganárnosla, una vez más, como el resultado del esfuerzo y la apertura de todos.


This year we have initiated again the process that could lead us to the Accreditation of  the career of medicine of the Faculty of Medicine - UNA (Universidad Nacional de Asunción) and therefore a certification of our commitment with Quality. We can never emphasize enough saying “Our Commitment” because we all agree on aiming at Excellence as Teachers’ of Medicine, open to evaluation of our performing and actions, convinced that like Medicine itself, Teaching Medicine is the result of a Continuum process of creation and re-creation de novo.

Medical education is indeed a continuous process beginning with undergraduate formation of the medical student aiming at the graduation of a basic doctor or medic who at the end of this years will be able to practice medicine at first level of health system and, at the same time, capable to continue its formation and training.

The wide concept of Teaching Medicine comprises three basic actions towards the medical student: to set expectations, provide experience and, to evaluate results. The quality of medical training depends of:  the Currículum or Program, the accreditation of the medical education center, the scientific excellence of the academic and teachers, the candidates’ selection, the administration and positions’ availability and the harmonic teaching-assistance relationship.

The responsibility of the university with students, graduates and postgraduates is clear; to facilitate the opportunity, the space and the incentive for the investigation and, therefore to contribute to generate biomedical knowledge.

The Accreditation is a Certification of Quality, granted every three to five years and, usually conferred to a career, course or either a program which at the end of a long process of auto-evaluation and then an external peer evaluation has shown to fulfill with  standards of quality previously agreed by institutions and countries. It is indeed an opportunity for the medical school in our case, to make corrections regarding its commitment with  students, graduates and society. We are now following the national model for the accreditation set by the ANEAES (National Agency for Higher Education Accreditation) of the Ministry of Education of our country and, at the same time being part of the process for accreditation by the regional ARCUSUR (Regional Accreditation of Universitary Carrers of the South). The auto-evaluation process begun last August and will be finishing with the visit of external peer evaluators on May 2011. Our academic unit was already part of an accreditation process and had obtained successfully the certification in 2006, at that time as part of  an experimental mechanism called MEXA and implemented the region by then, now the process is no longer optional as it was in the previous one but mandatory.

Teaching medicine and being certified by competente is the challenge in recent years. Competence in Medicine could defined in many ways but perhaps better understood and summarized by quoting to RM Epstein and EM Hundert as “The habitual and judicious use of communication, knowledge, technical skills, clinical reasoning, emotions, values and reflection in daily practice in benefit of individuals and the community” (JAMA 2002;287:226-235). But, competence is also part of a process and a mental habit to develop and work for and is the result of a constant practice and by reflection on experience, DC Leach has clearly said “Competence in not a target to be achieved but a habit to be learned and developed throughout life” (JAMA 2002;287:243-244). All this is equally applied to teach medicine not only in derder graduate period but for postgraduate as well and, we must remember that our academic unit is also initiating the accreditation at the postgraduate level.

The evaluation is better understood as the engine of Medical Formation and comprises to each phase of professional development because provide a direction and motivation for future learning which include knowledge, skills and professionalism. It does protect public and society keeping high professional standards and could detect students and doctors with insufficient competence and through evaluation is possible to obtain a guide to future knowledge and an open reflection upon new values.

Our academic community of teachers, students and all who are involved on the daily task identified ourselves proudly of being part of the FCM-UNA, lets then all with renewed commitment to our institution embraced the challenge to obtain once again the Accreditation that for tradition and well doing we indeed deserve but we have chosen to earn it again as the result of the collective effort of all.

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