INTRODUCCIÓN
El inicio de la pandemia de COVID-19 ha sido un evento abrupto y de preocupación mundial. Desde que la OMS declaró la infección por SARS-CoV2 como una pandemia en marzo 2020, todos los países del mundo han sufrido un gran aumento en la demanda de los servicios sanitarios y prestaciones de salud1.
La población de todos los países se ha visto expuesta a medidas de restricción de desplazamiento, trabajo, reuniones sociales, uso de mascarillas en lugares públicos y otras medidas locales. Todo ello ha significado una mayor carga psicológica en particular, estrés y ansiedad2.
Para el personal sanitario la situación ha sido más difícil aún. Una revisión sistemática que muestra estudios realizados en varios países de África3, muestra que el personal que se ha mantenido en primera línea sufre por el agotamiento, las decisiones difíciles de triaje que deben tomar, separación de sus familias, el estigma y el dolor de la pérdida de pacientes y colegas, además de su propio riesgo de infección.
Las experiencias de pandemias anteriores como la del SARS y H1N1 mostraron que los trabajadores de salud muestran rápidamente sentimientos de extrema vulnerabilidad, incertidumbre y amenaza para la vida, junto con síntomas somáticos y cognitivos de ansiedad4.
Durante el desarrollo de esta pandemia de COVID-19, en Inglaterra se realizó un estudio para medir el estrés de los trabajadores de salud a través de los instrumentos Patient Health Questionnaire (PHQ-9) depression assessment scale and the Perceived Stress Scale-4 (PSS-4). Los resultados de la aplicación de estos instrumentos muestran que los trabajadores presentan principalmente estrés, temor al contagio y más del 80 % siente que el sistema sanitario de su país los ha preparado sólo medianamente para enfrentar la pandemia5.
Latinoamérica enfrentó la pandemia con condiciones aún más desfavorables, con países con menores ingresos, alta migración y desigualdades que se han profundizado las diferencias sociales, laborales y de alimentación en la población6.
Así, los profesionales de salud latinoamericanos se han visto enfrentados a una difícil situación durante la pandemia, lo que supone una gran carga emocional. Existen varios estudios que describen los efectos emocionales del personal sanitario durante a pandemia. Algunos de estos sentimientos son la desesperanza, miedo, frustración y miedo a la estigmatización7.
La información obtenida en el presente estudio es novedosa por la carencia de investigaciones realizadas en el contexto de pandemia COVID-19. A partir de esto, se quiso determinar el nivel del estrés y ansiedad presentes en el profesional de salud7.
El objetivo fue evaluar el estrés en el profesional de salud durante la pandemia de covid-19, Paraguay.2020, identificar datos demográficos y laborales así como nivel de estrés y nivel de ansiedad en los participantes.
METODOLOGÍA
Se realizó un estudio observacional, descriptivo y transversal, entre los meses de mayo y setiembre del 2020, tiempo de la cuarentena obligatoria. La muestra estuvo constituida por 101 profesionales de salud. Se aplicó el formulario gratuito electrónico en Google Forms para realizar encuestas basadas en opinión. Se contactó con referentes que formaron parte de esta investigación y a través de las mismos se administró la aplicación del formulario. Se utilizó muestreo no probabilístico por conveniencia. Las cuestiones éticas fueron presentadas al inicio de la encuesta, se ha informado del carácter confidencial, anónimo y voluntario del cuestionario.
Para evaluar el estrés de los participantes, fue aplicado el cuestionario de problemas psicosomáticos, también denominado Test de estrés laboral8. Con diez ítems tipo Likert, en los que se puntúan las respuestas de la siguiente manera: Nunca = 1 punto, Rara vez = 2, Algunas veces= 3, Siempre= 4. La sumatoria establece la presencia de estrés laboral: 0-9 puntos= Sin síntomas de estrés, 10- 18 puntos= Sin síntomas de estrés, pero en fase de alarma, 19-27 puntos= Estrés leve, 28-36 puntos= Estrés moderado y 37-49 puntos = Estrés alto. Puntuación igual o superior a 19 indica presencia de estrés laboral.
Para evaluar el nivel de ansiedad, fue aplicada la Escala de trastorno de ansiedad9,10, utilizada para evaluar problemas o síntomas de ansiedad en contextos clínicos y en población general. De 15 preguntas tipo Likert, que se puntúa de la siguiente manera: Nunca = 1 punto, Rara vez = 2, Algunas veces= 3, Siempre= 4. La escala establece: 0-15 puntos, no existen síntomas, 16-30 puntos= Síntomas leves de ansiedad, 31-45 puntos= Síntomas de ansiedad moderados y 46-60 puntos= Síntomas de ansiedad severos.
RESULTADOS
Los resultados presentados en este trabajo corresponden a 101 profesionales de salud, datos obtenidos en hospitales de los Departamentos Central, Alto Paraná y Ciudad del Este.
En cuanto a la distribución porcentual de los participantes, según datos sociodemográficos, mayoritariamente fueron de sexo femenino con el 70,5% (72), de edades comprendidas de 19 a 60 años, cuya mayor proporción (34,1%) correspondió al grupo etario de 21 a 30 años; 52,3% de estado civil soltero, de nivel académico, 65,9% (29) universitario y 31,8 % (14) con postgrado.
Según datos laborales, el 43,2% (44) trabajaba en el área de urgencias y el 38,4% (39) en la consulta general. El 59% (60) era de profesión licenciado en enfermería y el 25% (26) estudiante. Con respecto al vínculo laboral, el 31,8% (32) respondió tener contrato por término indefinido y el 27,3% (12) contrato por término fijo. La antigüedad laboral de la mayoría de los encuestados fue de hasta 5 años (Figura 1).
El 47,7% presentó estrés leve y 36,4% se encontró en fase de alarma. Ningún participante se situó en el nivel de estrés alto (Figura 2).
Según los puntajes del test de trastorno de ansiedad, el 45,5% (46) presentó ansiedad moderada y el 36,4% (36) ansiedad leve.
DISCUSIÓN
Se realizó este trabajo a fin de recoger información sobre del nivel de estrés experimentado en tiempos de pandemia de COVID-19. Ésta sorprendió a la población mundial con una cruda realidad, la difusión a través de los noticieros de la aparición de un virus muy letal de la familia de coronavirus. Tiempo después es declarada la cuarentena total en nuestro país. Se vivieron momentos de gran incertidumbre, de ansiedad y las exigencias de la aplicación irrestricta de todas las medidas sanitarias, y ante una carencia casi total de equipos de protección individual en que se debatían los hospitales públicos y privados. Con este panorama descrito el profesional de salud se enfrentó a este gigante desconocido11.
El miedo es una reacción normal en situaciones de incertidumbre, requiere ser manejado comedidamente de manera a evitar causar molestias o daños a terceros12.
De igual modo, el estrés es una reacción fisiológica normal que se presenta ante condiciones difíciles que experimenta el organismo, pero en ocasiones puede ser beneficioso ya que prepara al organismo a enfrentarse a situaciones estresantes y salir airoso13.
El vínculo laboral puede representar de alguna manera un agente estresor dependiendo de la cantidad y tipo de vínculo. Al respecto, el 31,8 % cuenta con contrato por término indefinido y el 27,3% contrato por término fijo. La antigüedad laboral de la mayoría de los encuestados fue de hasta 5 años. Estos resultados coinciden con Campero et al. quienes en su investigación infirieron que la población encuestada es relativamente nueva, por lo que puede incidir la presencia de niveles bajos de ansiedad y estrés14.
En el ámbito de las profesiones sanitarias, la incidencia del estrés es grave porque no solo afecta al profesional que lo padece, sino también al enfermo que depende de sus cuidados. La evaluación de estrés laboral arrojó que el 47,7% presentó estrés leve y 36,4% no, sin embargo, se encuentra en fase de alarma. Ningún participante se situó en el nivel de estrés alto. Según algunos autores encontraron un nivel de estrés medio, seguido del nivel bajo y una minoría presentó un nivel alto de estrés, que difieren del realizado en Paraguay teniendo en cuenta que el mayor porcentaje presentó un estrés leve y no se registró nivel alto, sin embargo, se registró la presencia de una fase de alarma, este porcentaje señalado de estrés leve puede deberse a que la población estudiada estaba mayoritariamente conformada por adultos jóvenes que hayan podido asimilar mejor las situaciones generadoras de estrés16. En cuanto a la fortaleza del trabajo, se ha demostrado que ante una situación mundial de pandemia en este siglo, el profesional de salud ha reaccionado de acuerdo a su preparación académica profesional, se considera que la presencia del estrés en este tipo de situaciones es normal. Este trabajo puede ser tomado en consideración para que se apliquen nuevamente los mismos instrumentos en tiempo de post pandemia y en una población de profesionales de la salud más representativa, de manera a comparar resultados en pandemia y postpandemia e inferir. Con respecto al test de trastorno de ansiedad aplicado, los resultados revelaron que el 45,5 % presentó ansiedad moderada y el 36,4 %16 ansiedad leve.