La Comisión Lancet se puso como meta evaluar “independientemente” lo que se hizo en la gestión de la pandemia. Inició sus trabajos en julio de 2020 y luego de dos años, 28 de las principales personas expertas en políticas públicas, gobernanza internacional, epidemiología, vacunación, economía, finanzas internacionales, sostenibilidad y salud mental, y de consultas con más de 100 colaboradores en sus 12 grupos de trabajo mundiales, lanzó recientemente en setiembre el informe con sus reclamos1. Liderados por Jeffrey Sachs, profesor de la Universidad de Columbia, quien en el lanzamiento del informe expresó: “El asombroso coste humano de los dos primeros años de la pandemia es una tragedia profunda y un fracaso social masivo en múltiples niveles”. También indicó: “Debemos afrontar verdades duras: demasiados gobiernos no se han adherido a las normas básicas de racionalidad institucional y transparencia; demasiadas personas han protestado contra las precauciones básicas de salud pública, a menudo influenciadas por información errónea; y demasiadas naciones no han logrado promover la colaboración global para controlar la pandemia”.
El trabajo publicado tiene 3 secciones bien diferenciadas:
La sección 1 proporciona un marco conceptual para comprender las pandemias: los pilares del éxito en la lucha contra una enfermedad infecciosa emergente (prevención, contención, servicios de salud, equidad e innovación y desarrollo); la confianza y solidaridad social compactadas en un concepto que lo denominan "prosociabilidad"; así también cómo fueron las respuestas rápidas de los gobiernos; y las distintas estrategias que desplegaron los países y las regiones contra el COVID19.
La sección 2 proporciona una descripción cronológica de la pandemia y los hechos más relevantes. Empezando por la descripción molecular del SARS-Cov2 y sus “puntos débiles” para promotores de mutación, abordando las probabilidades de posibles orígenes del virus. Discutiendo a profundidad también los límites de la manipulación genética. No obstante, este informe recomienda intensificar la exploración sobre los orígenes de la pandemia.
La sección 3 presenta las recomendaciones sobre la política, particularmente en torno a la cooperación multilateral centrada en la OMS para abordar las crisis de salud mundiales. Se destaca el abordaje sobre las inversiones en la preparación para futuras pandemias a través de sistemas de salud más sólidos, se discute la bien citada resiliencia de los sistemas y la cooperación financiera y tecnológica internacional, principalmente con y entre las regiones con menos ingresos2.
El informe cita algunos ejemplos positivos de cooperación internacional, incluidas las asociaciones público-privadas para desarrollar vacunas en un tiempo récord pero destaca las desigualdades generadas o más bien profundizadas por la pandemia entre países ricos y pobres, también hacia el interior de los países y ciudades. El mundo ya tenía una tendencia de aumento en las desigualdades, pero la pandemia los ahonda, agregando polarización política e ideológica en un océano de fakenews, infodemia e “infoxicación” masiva. Las desigualdades en las tasas de vacunación son extremas, con tres de cada cuatro personas completamente vacunadas en países de altos ingresos, pero solo una de cada siete en los países de bajos ingresos. Nuestro país reproduce internamente esto, con mejores coberturas a nivel de las urbes o en las zonas con más ingresos, pero muy malas en los distritos más pobres.
Entre las recomendaciones claves de la comisión, se destacan:
- El esfuerzo que hay que hacer por el fortalecimiento de los sistemas nacionales de salud, la adopción de planes nacionales de preparación para pandemias y una cobertura de salud universal más amplia; y
- Desarrollar un multilateralismo fortalecido que se centre en una OMS reformada y reforzada, que integre la respuesta mundial a los riesgos de una pandemia futura con acciones para abordar la crisis climática y los retrocesos que se darán o se irán dando para el desarrollo sostenible3.
Siguiendo con las declaraciones de Sachs: “Ahora es el momento de tomar medidas colectivas que promuevan la Salud Pública y el desarrollo sostenible para poner fin a la pandemia, abordar las desigualdades en salud a nivel mundial, proteger al mundo contra futuras pandemias, identificar los orígenes de esta pandemia y desarrollar la capacidad de aguante y resistencia [resiliencia] de las comunidades de todo el mundo”.
Luego de la publicación del informe, la OMS no se ha quedado callada y ha respondido a las críticas de The Lancet con un pequeño reporte o unas líneas a través de su perfil de Twitter que decía: "La OMS acoge con beneplácito las recomendaciones generales del informe de la Comisión The Lancet sobre las lecciones aprendidas de la pandemia de Covid-19. Las recomendaciones se alinean con nuestro compromiso con una mayor preparación, prevención y respuesta ante pandemias a nivel mundial, regional y nacional". Pero criticaba también diciendo: "Al mismo tiempo, hay varias omisiones y malas interpretaciones clave en el informe, sobre todo con respecto a la emergencia de salud pública de importancia internacional y la velocidad de alcance de las acciones de la OMS"4.
Las evaluaciones a la gestión de la pandemia vienen después de más de dos años de su inicio y aun no viendo su fin. Llama la atención del informe de la Comisión, la poca crítica a la gestión de la pandemia, desde sus mismos inicios hasta cómo la sigue gestionando hoy el gobierno de China Continental. Por suerte no es el único grupo de “expertos” que está tratando de ordenar en términos narrativos lo que fue esta gran crisis de la humanidad.
¿Y por casa cómo andamos?