INTRODUCCIÓN
Con el desarrollo social, la educación y la redistribución de las riquezas, y con la mejora de los cuidados médicos, se ha notado una variación en las causas de muerte, pero no en la muerte1, lo cual indica que llegará el momento en que todos se encuentren cara a cara con la muerte, porque ningún avance ha sido lo suficientemente efectivo para evitar la muerte2.
La medicina, a pesar de su progreso científico, continúa siendo una labor que no puede garantizar los resultados finales de la vida3, el objetivo médico a través de los años de acuerdo a la circunstancia ha cambiado su perspectiva de evitar, curar y aliviar a ayudar a morir con dignidad. Esto es un aspecto que obliga a considerar la exigencia de las limitaciones del esfuerzo diagnóstico y terapéutico, incluso la eutanasia1. Se debe tomar en cuenta que aceptar la muerte como un hecho vital no es un fracaso, sin embargo, sí lo es aferrarse a prolongar la vida a toda costa; ayudar a morir en paz es tan importante como curar y cuidar4. Cuando un paciente se halla en el período final de su vida, la prioridad médica no debería ser únicamente la conservación de la vida, sino preservar la calidad de esa vida que aún le queda5.
La eutanasia, etimológicamente, significa buena muerte, es decir, una manera ideal de morir, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como la acción deliberada que realiza una persona con la intención de provocar la muerte sin dolor, a otro sujeto, o no prevenir la muerte por causa natural, en caso de enfermedad terminal o coma irreversible, este acto médico requiere, entonces, tres elementos imprescindibles: la petición expresa del enfermo, padecimiento físico o psíquico insoportable para el mismo, y una condición clínica terminal6,7.
Tradicionalmente, la nomenclatura internacional ha dividido el concepto de Eutanasia en activa y pasiva7: la primera se refiere a la práctica de una acción médica con la que se acelera la muerte del paciente o se finaliza su vida, principalmente mediante fármacos que sedan y posteriormente generen un paro cardiorrespiratorio. Por otro lado, en la eutanasia pasiva no se induce la muerte, si no que se dejan de aplicar los tratamientos, medicamentos u operaciones que prolonguen la vida del paciente, como un respirador artificial o una sonda con alimentación parenteral. Asimismo, ambas clasificaciones pueden volver a dividirse en eutanasia voluntaria o involuntaria, caracterizándose la voluntaria por la solicitud por parte del paciente o un familiar, dependiendo de la ley de cada país en el que sea practicado este procedimiento, contrario a la involuntaria, donde el paciente no está en capacidades físicas o mentales de manifestar el deseo que la eutanasia sea aplicada, pero que previamente la solicitó, o puede presentarse también cuando un comité médico es el que toma la decisión de ejecutarla sin conocer cuál era la voluntad del paciente8.
En la actualidad, en cuatro países del mundo (Holanda, Bélgica, Luxemburgo, y Colombia) la eutanasia activa es legal, por otro lado hay numerosos países que permiten formalmente la eutanasia pasiva a través de sus regulaciones en diferentes formas (Canadá, España, Inglaterra, India, entre otros)7.
Se debe tener en cuenta que la muerte es una etapa de la vida, por lo tanto desear tener una buena muerte es una legítima aspiración de muchos seres humanos, es por ello, que los profesionales de la salud están obligados a ayudar a sus enfermos a que puedan tener una muerte digna, cuando no se ha conseguido prevenir ni curar su enfermedad9, lo cual sugiere una carga moral, psicológica y emocional para estos profesionales10 por lo que se debería pensar si los médicos comprenden cómo actuar y si están preparados para atender las situaciones y decisiones al final de la vida de sus pacientes9,2.
La capacitación profesional y la filosofía asistencial que han adquirido todos los profesionales del área de la salud incorporan la muerte como un fracaso, no incluyéndose en el período de formación de pre y postgrado, ni en los libros de texto, los argumentos docentes que los preparen para la hora de enfrentarse al tratamiento de los últimos momentos de la vida2.
Si bien, en la actualidad la investigación sobre este tema es amplia, y seguirá constituyendo un tema importante de investigación, puesto que representa uno de los dilemas éticos de la actualidad11.
Por todo lo anterior, se ha planteado como objetivo determinar el conocimiento y la percepción de la eutanasia en los estudiantes de medicina de diecisiete países de Latinoamérica durante el 2017.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional, descriptivo de corte transversal, con componente analítico y con muestreo no probabilístico por conveniencia en estudiantes de medicina de Latinoamérica, durante los meses de agosto a septiembre de 2017.
Fueron incluidos 3924 estudiantes de la carrera de medicina de primero a octavo año pertenecientes a distintas universidades de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, Hondura, México, Panamá, Paraguay, Nicaragua, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, que accedieron a participar al estudio, otorgando su consentimiento informado.
A todos los participantes del estudio se les informó cuales eran los objetivos del estudio y aquellos que estuvieron de acuerdo, procedieron al llenado del cuestionario electrónico mediante Google Doc©. Dicho cuestionario se publicó en redes sociales (Facebook©, Twitter© e Instagram©), se envió por aplicación telefónica de mensajería instantánea (WhatsApp©) y a correos electrónicos.
Se diseñó un cuestionario, que contenía 35 preguntas, divididas en cuatro secciones: epidemiologia, preguntas generales, conocimientos y percepción. Se incluyeron cinco preguntas que determinaron las características epidemiológicas, siete preguntas generales que permiten discernir ciertas influencias durante la vida del estudiante que pueden afectar en el desarrollo del cuestionario al momento de responder, cinco preguntas de conocimiento que miden los niveles del estudiantes con respecto a la eutanasia y lo referente a la misma, en donde si el estudiante no tiene conocimientos de eutanasia el cuestionario se termina automáticamente, por último se incluyeron 18 preguntas que miden la percepción del estudiante ante la eutanasia.
Para la validación del instrumento, éste se envió a dos especialistas en bioética y se realizó un estudio piloto en 40 estudiantes de medicina de la Universidad de Carabobo Sede Aragua y la Universidad Nacional de Caaguazú, los cuales fueron excluidos de la muestra final, donde se realizó la evaluación y ajuste de cada uno de los constructos.
Para determinar el conocimiento se consideraron tres preguntas respondidas correctamente, mientras que para determinar la percepción se evaluó mediante una escala de tipo Likert donde se consideraron los ítems respondidos como Totalmente de acuerdo y de acuerdo como A favor, lo respondido con Indeciso/dudoso como neutral y los respondidos con En desacuerdo y Totalmente en desacuerdo como En contra.
Toda la información recogida por los investigadores fue tratada con confidencialidad, igualdad y justicia.
Todos los datos proveídos por los cuestionarios fueron cargados en Microsoft Office Excel 2013®, y luego del control de calidad fueron exportados para su análisis en Stata 14.0®. Los datos se expresan en medidas de tendencia central, dispersión y proporciones. Para el análisis de confiabilidad se obtuvo el coeficiente de alfa de Cronbach (valor mayor de 0,7 define una confiabilidad aceptable), para la comparación de los grupos y se consideró una p<0,05 como significativa.
RESULTADOS
Durante los meses de agosto a septiembre del 2017 fueron incluidos un total de 3924 estudiantes de medicina, estando el 63,91 (2507) en un rango etario de 20 a 24 años de edad, el 69,05% (2709) del sexo femenino. El 56.49% (2,216) de los participantes fueron de Venezuela, el 9,89%(388) de Chile y el 7,24(284) de Argentina. La mayor participación de los encuestados fue de aquellos que se encontraban en los primeros años de la carrera, 3er. año con 22.43% (880) y 2do.año con 21.92% (860), a su vez el 93,40% (3664) eran solteros y el 51,24% (2011) eran católicos (Tabla 1).
Tabla 1: Distribución de los estudiantes de medicina de 17 países latinoamericanos de acuerdo a las características generales, 2017

Del total de encuestados, el 93,91% (3684) afirmó que si poseían los conocimientos adecuados sobre eutanasia mientras que el 6,09% (239) no tenía conocimientos sobre el tema. En la escala estructurada para determinar la percepción de la eutanasia, se logró observar que el 70,97%(2784) se encontraba a favor y el 22,94%(900) se encontraba en contra (Tabla 2).
Tabla 2: Distribución de los estudiantes de medicina de 17 países latinoamericanos de acuerdo al conocimiento y la percepción general sobre eutanasia, 2017

Los aspectos determinantes sobre como los estudiantes percibían la eutanasia se basaban en que el 53,09% (1919) estaba en desacuerdo con que es un homicidio, el 45,30% (1669) en desacuerdo con que es un pecado, el 53,80% (1982) en desacuerdo con que es inmoral y el 42,26% (1557) estaba de acuerdo con que es una muerte digna (Tabla 3).
Tabla 3: Distribución de los estudiantes de medicina de 17 países latinoamericanos de acuerdo a los aspectos determinantes sobre la percepción de la eutanasia, 2017

El 53,49% (115) de los estudiantes con un rango etario de 20 a 24 años desconocía la eutanasia (p=0,000), el 66,98% (144) del sexo femenino desconocía (p=0,539) así como el 34,88% (75) de los que estaban cursando el 4to. año (p=0,000) (Tabla 4). Respecto a la percepción sobre la eutanasia, el 65,95% (1836) de los estudiantes con un rango etario de 20 a 24 años estaba a favor (p=0,000), el 64% (576) de los de sexo femenino estaban en contra (p=0,000), mientras que el 25,33% (228) de los de 3er. año estaban en contra (p=0,000) (Tabla 5).
Tabla 4: Comparación del conocimiento sobre eutanasia y las características generales de los estudiantes de medicina de 17 países latinoamericanos, 2017

Tabla 5: Comparación de la percepción sobre eutanasia y las características generales de los estudiantes de medicina de 17 países latinoamericanos, 2017

DISCUSIÓN
El conflicto moral sobre el tema de la eutanasia siempre existirá, por lo que en varios países del mundo se desarrollan iniciativas de regulación del derecho a decidir al final de la vida, teniendo en cuenta que es posible comenzar por una ética mínima que logre optimizar la atención al final de la vida, evitando situaciones de incertidumbre que pueden vivir los pacientes y sus familiares, e incluso el personal médico (12. En la actualidad escuchar la palabra eutanasia confiere un fuerte componente emocional, debido a los múltiples sentidos en los que es utilizada, teniendo una connotación negativa por la carga emotiva. Se tiende a utilizar neologismos como distanasia, ortotanasia o cacotanasia, también se adjetiva en directa-indirecta, voluntaria-involuntaria o activa-pasiva; esto lleva a incrementar la confusión terminológica debido a distintas palabras y oraciones que llevan al mismo sentido que es “el buen morir” que es lo que se refiere etimológicamente la eutanasia13.
Este trabajo logro demostrar que los estudiantes de medicina poseen conocimientos adecuados en eutanasia y están a favor de la misma lo cual no es ningún riesgo para la sociedad actual ya que en Holanda, país que posee leyes que aprueban la eutanasia, se han realizado investigaciones entre 1990 y 2010, en donde lograron determinar la estabilidad en el perfil de los pacientes que solicitan la eutanasia, pero no demostraron un incremento significativo en el número de casos solo por ser legal14.
Estos resultados muestran similitud con estudios realizados en Perú15 y Venezuela16, pero contrastan con otros realizados en México17 y Alemania18, donde el porcentaje a favor de la eutanasia es menor, en la población general, aunque en estos últimos años se ha producido un aumento en el apoyo a la eutanasia11, esta diferencia se podría deber a que se considera un hecho punible en dichos países, además en México la alta proporción de religiosidad.
En el estudio se puede apreciar además los de sexo masculino se encuentran mayoritariamente a favor, así como los de mayor edad y con más años de estudio, siendo esta diferencia estadísticamente significativa.
El desconocimiento, la falta de autoeducación, los mitos, las actitudes negativas, las leyes incompletas y los obstáculos religiosos son algunos de los impedimentos que hacen que la eutanasia se perciba como un resultado desfavorable. Se debe romper el paradigma y aún más en Latinoamérica.
Es importante para autoridades públicas, maestros, profesionales y estudiantes de las ramas de la salud tomar en cuenta los resultados de este estudio para concientizar y buscar estrategias que soluciones este dilema socio cultural y de formación profesional.
Es crucial el rol que los profesores pueden tener en los estudiantes de medicina tanto en promover las investigaciones en temas de bioética y específicamente en eutanasia19 o simplemente llevar a que el estudiante emprenda un razonamiento lógico sobre la eutanasia. Se deben realizar debates y mesas de trabajo que favorezcan el entendimiento en los estudiantes y profesionales de la salud que lleven a una mejor comprensión del paciente que adolece gravemente, por lo que se puede cambiar el mundo desde la formación educativa en ciencias de la salud.
Es difícil evaluar una práctica que es prohibida en el entorno, por lo que las preguntas realizadas no condicionaban la práctica de la eutanasia en un marco legal, lo que trae a discusión si la práctica fuese permitida sería una gran cantidad de futuros médicos quienes podrían practicarla adecuadamente con sus pacientes.
Las limitaciones el estudio se centra en el muestreo, siendo un muestreo no probabilístico presenta limitaciones en la validez externa, no pudiendo generalizarse los resultados de este estudio además de que no se pudo acceder a la totalidad de los países latinoamericanos.
En conclusión, una importante proporción de los estudiantes tiene conocimiento sobre la eutanasia y la percepción es a favor en su mayoría, asimismo existe una asociación estadísticamente significativa entre el conocimiento, la edad y los años de estudio, a su vez la percepción con la edad, el sexo y los años de estudio, por lo que es necesario conducir nuevos estudios que conformen grupos interdisciplinarios para iniciar el dialogo sobre la eutanasia en todos los países.