La litiasis renal es una patología que se caracteriza por la formación, agregación y retención de cristales en las vías urinarias. Su etiología es compleja ya que la misma puede ser el resultado de la interacción de múltiples factores tanto endógeno, metabólico como ambiental. La elevada tasa de recurrencia de la formación de cálculos puede superar el 40% en un periodo de 5 años tras el primer episodio y puede conllevar consecuencias graves para el funcionamiento renal con su consiguiente impacto en la calidad de vida del paciente1,2.
La evaluación del paciente litiásico requiere de varias etapas, incluyendo la evaluación clínica, estudios de imágenes, estudios laboratoriales específicos, que en conjunto permitan identificar el origen de la patología. La identificación precisa de las causas que originaron la formación del cálculo urinario es esencial para la elección de medidas terapéuticas apropiadas y específicas para cada paciente1.
El laboratorio clínico brinda información relevante en la investigación etiológica permitiendo el análisis de la composición del cálculo, el análisis de las concentraciones de compuestos promotores e inhibidores de la cristalización y conocido como perfil metabólico, además del análisis integrado de estas concentraciones mediante el uso de software específicos que permiten identificar índices de saturación urinaria en un momento específico. En el seguimiento del paciente mediante estudios seriados de cristaluria, realizados según protocolos internacionales con una frecuencia de al menos 3 al año, permite evaluar la eficacia de las medidas terapéuticas de forma temprana3-5.
El análisis del cálculo empleando métodos físicos combinados y empleando la clasificación morfológica descrita por Daudon y colaboradores, ha sido implementada en el país desde el año 20076. Este tipo de metodología presenta múltiples ventajas respecto al análisis químico convencional, que incluye la sensibilidad suficiente para detección de elementos traza, el estudio del cálculo por estratos identificando la cronología de formación del mismo, la capacidad de identificación de formas cristalinas incluso en mezclas complejas, así como la identificación de compuestos como Xantina, fármacos y otros. Estas características permiten el reconocimiento de factores etiológicos durante la formación de los cálculos. Varios estudios realizados señalan que en concordancia con países occidentales la litiasis oxalocálcica es la más frecuente en el Paraguay, mientras que por otra parte aquellos cálculos voluminosos y que requieren intervenciones urológicas invasivas para su remoción se suman los factores infecciosos que desencadenan las litiasis por carbapatita y estruvita7-10.
La evaluación metabólica es útil para la detección de concentraciones elevadas de promotores de cristalización o bien el déficit de inhibidores de cristalización presentes en el momento del análisis11. Los analitos incluidos pueden variar ampliamente según protocolos empleados. Diversos artículos con datos nacionales muestran de forma llamativa a la hipocitraturia como uno de los factores más frecuentes tanto en adultos como en niños, seguida de la hipercalciuria, así como también un volumen de diuresis insuficiente que conlleva a fenómenos de concentración es también un hecho destacable12-14. La interpretación de estos valores de forma individual resulta un proceso complejo. La incorporación de herramientas informáticas para el análisis integrado de los datos del perfil metabólico y la generación de verdaderos índices de riesgo de cristalización es un avance importante. Estas herramientas han sido empleadas en el país tanto para una evaluación de base pre tratamiento, así como en la fase post tratamiento, mostrando diferencias significativas en el volumen de diuresis de los pacientes post tratamiento, así como una disminución significativa del riesgo de cristalización de ácido úrico tras 6 meses de seguimiento15.
El empleo de la cristaluria como marcador del riesgo de cristalización y herramienta de seguimiento del paciente litiásico es recomendada internacionalmente debido a la simplicidad de la técnica y la utilidad de la misma para prever riesgos de recidiva5. Este marcador se ha empleado de forma usual en el seguimiento de pacientes litiásicos pediátricos, con una disminución marcada en la presencia de cristales en la fase de tratamiento, mostrando la eficacia de las medidas terapéuticas. Por otra parte ha demostrado ser crucial en el seguimiento de un caso de litiasis genética por cistinuria empleando el parámetro de volumen cristalino global y ha permitido la identificación precisa de cristales cuya morfología inusual y que se encontraban asociados a fármacos, más específicamente a antibióticos16-18.
La incorporación de las técnicas especializadas en el área de la bioquímica de la litiasis renal hacen posible que aquellos pacientes afectados por esta patología puedan tener acceso a las herramientas necesarias para la elección de medidas terapéuticas específicas y por tanto reduzcan el riesgo de recidivas de forma tangible, con la mejoría en las condiciones de calidad de vida. Sin embargo, a pesar del esfuerzo realizado hasta el momento, es importante resaltar que este tipo de emprendimiento requiere de mayores inversiones a nivel público que permitan el acceso a un número mayor de pacientes a esta posibilidad diagnóstica.