INTRODUCCIÓN
La salud mental y el bienestar psicológico influyen en el funcionamiento del ser humano, incluyendo el desarrollo personal, familiar, social, académico, entre otros. La salud mental es un estado de bienestar que permite a la persona desarrollar sus habilidades, enfrentar el estrés cotidiano, trabajar efectivamente y contribuir a su comunidad1.
Los problemas de salud mental a nivel universitario son muy frecuentes. Existe amplia evidencia sobre la prevalencia de psicopatologías en los estudiantes universitarios2-8 que influyen en la percepción de la calidad de vida2, en el rendimiento académico e incluso en la deserción universitaria9. Varios estudios5,8,10-12 han evidenciado un aumento de la frecuencia de síntomas de diversos trastornos mentales con la pandemia del COVID-19.
Algunos autores13-15 enfatizan la necesidad de prestar especial atención a la dimensión psicológica de los estudiantes para que puedan hacer frente a las demandas de diversos contextos durante esta etapa y lograr el éxito académico. Además, sugieren no limitar recursos para esta finalidad, así como atender a la diversidad y al cambio constante, a través de evaluaciones periódicas de las necesidades emocionales16.
Véliz Burgos17 señala que toda la comunidad universitaria debe involucrarse en la atención de la salud mental, para lo cual Ahuanari et al.6 destacan que el diagnóstico del bienestar psicológico en estudiantes universitarios permite una mayor percepción y conciencia de sus necesidades para incorporar procesos de apoyo.
No hay suficiente evidencia sobre el estado de salud mental y bienestar de los estudiantes universitarios de las carreras de humanidades con miras a fortalecer el estamento estudiantil. El objetivo del estudio fue caracterizar el estado de salud mental y el nivel de bienestar psicológico de los estudiantes de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional del Este (FAFI-UNE). Los conocimientos que aportan este estudio podrían servir de base para una gestión de calidad del bienestar estudiantil en la que se ejecuten acciones cohesionadas para la formación integral en igualdad de oportunidades.
METODOLOGÍA
Diseño y población de estudio
Es un estudio descriptivo-correlacional de corte trasversal realizado en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional del Este (FAFI-UNE) en Alto Paraná, Paraguay, zona de la triple frontera con Brasil y Argentina. La FAFI-UNE se inició en 1985 como filial de la Universidad Nacional de Asunción, y actualmente cuenta con siete carreras: Ciencias de la Educación, Ciencias de la Comunicación, Psicología, Letras, Historia, Filosofía, y Matemática.
La población foco fue los 1525 estudiantes del primer al último curso de todas las carreras de la sede central. Los criterios de inclusión fueron: a) ser estudiante de la FAFI-UNE; b) estar participando de las clases de marzo a mayo de 2021, c) aceptar participar en el estudio.
La selección de la muestra fue por conveniencia, todos los estudiantes tuvieron acceso a los cuestionarios. La muestra quedó conformada por 266, correspondiente al 17,44% de la población. 40,98% de la muestra fueron de las carreras de Psicología (109), 27,44% de Ciencias de la Educación (73), 22,56% de Matemáticas (60) y 9,02% de las otras carreras (24).
Técnica e instrumentos de recolección de los datos
Los datos se recogieron a través de un cuestionario online enviado a través de la Coordinación Académica de la FAFI-UNE (habilitado de marzo a mayo de 2021), el primer ítem fue de consentimiento informado, seguido de ítems relacionados a características sociodemográficas y académicas. Además, se incluyeron las dos pruebas estandarizadas para medir las variables Salud Mental y Bienestar Psicológico auto percibidos que utilizan una escala de tipo Likert.
El Cuestionario de Salud General de Goldberg-12 en su versión unidimensional consta de 12 ítems, cada uno con 4 opciones (0 a 3), si el puntaje es igual o mayor a 12, la persona podría estar sufriendo algún trastorno mental, pudiendo identificar así la población clínica y no clínica18-20.
Para valorar el nivel de bienestar psicológico subjetivo se utilizó la Escala de Bienestar Psicológico Subjetivo, versión adultos21,22, cuyo puntaje directo se transforma en percentil (P) y es interpretado en la curva normal con las clasificaciones de deficiente (P5), inferior al término medio (P25), término medio (P50), superior al término medio (P75) y superior (P95).
Análisis de los datos
Los datos se analizaron con el programa GNU PSPP utilizando la estadística descriptiva. Las variables cualitativas se expresaron en forma de frecuencia absoluta y relativa porcentual. Para establecer la coherencia interna de los datos en la población de estudio, se obtuvo el coeficiente alfa de Cronbach del Cuestionario de Salud General de Goldberg, GHQ-12 (α=0,90) y de la Escala de Bienestar Psicológico, BIEPS-A (α=0,80), ambos valores muestran que los instrumentos utilizados son confiables. No obstante, en las subescalas del BIEPS-A de autonomía (α=0,5), vínculos psicosociales (α=0,6), aceptación de sí mismos y control de situaciones (α=0,5) y de Proyectos (α=0,7), como los valores del alfa de Cronbach no fueron altos, siguiendo las sugerencias de Casullo y Castro (21), se opta por no realizar el análisis cuantitativo de las mismas en este estudio.
Aspectos éticos
Se obtuvo la autorización de la institución educativa y el apoyo para la distribución del enlace del cuestionario a los estudiantes a través de la Coordinación Académica de la FAFI-UNE. Los estudiantes recibieron información sobre el estudio, sobre la confidencialidad y también el contacto de la investigadora en caso de que requieran y el primer ítem fue de consentimiento informado donde manifestaron que comprendieron la información y que aceptaban participar voluntariamente.
RESULTADOS
Se incluyeron en el estudio 266 estudiantes entre 18 y 48 años (mediana=21, amplitud intercuartílica=6), prevalece el género femenino (84%), estado civil soltero (76,3%) y sin hijos (75,6%). La mayoría trabaja además de estudiar (62%), el 47,7% e con dependencia económica y 42% tiene dependientes. Además, el 12% de los estudiantes refiere alguna discapacidad y 5% sigue tratamiento psicológico ni psicofarmacológico (Tabla 1).
Características sociodemográficas | Frecuencia | Porcentaje |
---|---|---|
Edad | ||
18 - 25 | 189 | 72,4 |
26 - 33 | 51 | 19,5 |
≥34 | 21 | 8,1 |
Sexo | ||
Femenino | 223 | 83,8 |
Masculino | 43 | 16,2 |
Estado civil | ||
Soltero | 204 | 76,7 |
Casado/concubinato | 62 | 43,5 |
Hijos | ||
Sin hijos | 201 | 75,6 |
Con hijos | 65 | 24,4 |
Ocupación | ||
Estudia y trabaja (remunerado) | 165 | 62 |
Estudia y otras labores no remuneradas | 69 | 25,9 |
Estudia | 32 | 12 |
Dependencia económica | ||
Independiente | 139 | 52,3 |
Depende económicamente (padres y/o pareja) | 127 | 48 |
Dependientes económicos | ||
Con dependientes | 112 | 42,1 |
Sin dependientes | 154 | 57,9 |
Discapacidad | ||
Presenta | 6 | 10,2 |
No presenta | 233 | 87,6 |
No sabe | 27 | 10,2 |
Sigue tratamiento psiquiátrico y/o psicológico | ||
Si | 14 | 5,3 |
No | 252 | 94,7 |
Hubo mayor participación de las carreras de Psicología (40,9%), Ciencias de la Educación (27,44%) y Matemática (22,56%), segundo curso (59,1%). El promedio académico más frecuente informado por los alumnos fue 4 (53%), la categoría de estudiantes de “alumno regular” (85%) y, sin ayuda económica institucional (76%). Tabla 2.
Características Académicas | Frecuencia | Porcentaje |
---|---|---|
Carrera | ||
Psicología | 109 | 40,9 |
Ciencias de la Educación | 73 | 27,4 |
Matemática | 60 | 22,6 |
Letras | 11 | 4,1 |
Historia | 10 | 3,8 |
Ciencias de la Comunicación | 2 | 0,8 |
Filosofía | 1 | 0,4 |
Curso | ||
Primero | 7 | 2,6 |
Segundo | 157 | 59,1 |
Tercero | 47 | 17,7 |
Cuarto | 52 | 19,5 |
Pasantía | 3 | 1,1 |
Ayuda económica institucional | ||
Con ayuda | 61 | 23,0 |
Ninguna | 203 | 76,2 |
No responde | 2 | 0,8 |
Promedio declarado | ||
2 (60 a 69%) | 13 | 4,9 |
3 (70 a 80%) | 82 | 30,8 |
4 (81 a 93%) | 141 | 53,0 |
5 (94 a 100%) | 6 | 2,3 |
No responde | 24 | 9,0 |
Categoría de alumno | ||
Regular | 227 | 85,3 |
Condicional | 39 | 14,7 |
Auto percepción la salud mental
El 65% de los estudiantes presentó una puntuación en el cuestionario GHQ-12 de ≥12, que se interpreta como “presencia” de posibles trastornos relacionado a la salud mental. Ver Figura 1.
Los indicadores de trastornos mentales prevalecientes fueron: disminución del sentimiento de utilidad (60,1%); tensión y agobio (56,8%); menor capacidad de disfrute cotidiano (56,7%), como muestra la Tabla 3.
Indicador | Frecuencia | Porcentaje |
---|---|---|
Concentración | 134 | 50,4 |
Pérdida de sueño | 138 | 51,9 |
Ser útil | 160 | 60,1 |
Tomar decisiones | 197 | 74,1 |
Tensión | 151 | 56,8 |
Vencer dificultades | 172 | 64,6 |
Disfrutar la vida | 151 | 56,7 |
Afrontar problemas | 192 | 72,2 |
Sentirse triste | 144 | 54,1 |
Pérdida de confianza | 189 | 71 |
No valer nada | 212 | 79,7 |
Ser feliz | 211 | 79,3 |
Nivel de bienestar psicológico subjetivo
El 65% de los estudiantes presentó bienestar psicológico por debajo del p25. Figura 2
Se encontró una asociación altamente significativa (p<0,001) entre el bienestar psicológico y trastornos mentales, el 77,9% de los estudiantes que obtuvieron puntajes correspondientes a presencia de trastornos mentales presentaron niveles bajos de bienestar psicológico (≤ P25) comparado al 39,3% de los que no lo tuvieron. Tabla 4
DISCUSIÓN
Este estudio caracteriza el estado de salud mental y el nivel de bienestar psicológico del Estamento Estudiantil de la Facultad de Filosofía de la UNE. Más de la mitad de los estudiantes podrían estar sufriendo un trastorno mental y presentar bajos niveles del bienestar psicológico. Este hallazgo advierte sobre la importancia del bienestar estudiantil e invita a debatir sobre la necesidad de una atención especial y la pertinencia de programas que garanticen la formación integral y una trayectoria exitosa del estudiante por la universidad, como indican diversos autores6,16,23-25. También advierten que, a mayor dificultad psicológica del estudiante, mayor es el riesgo durante la carrera15 y la intervención debe ser transversal, vinculada a toda la comunidad universitaria6,17,26.
Es bastante probable que un gran porcentaje de estos estudiantes tengan baja conciencia de su estado emocional o bien no consideren los problemas de salud mental como una discapacidad, lo que requerirá una mayor investigación, ya que es fundamental para buscar ayuda y acceder a tratamientos.
En cuanto a la presencia de sintomatología de trastornos mentales en 65 de los estudiantes universitarios de la FAFI-UNE, guarda similitud con los resultados alarmantes de la prevalencia de ansiedad (87,15), depresión (66,88) y ambos síntomas (64,34) de un estudio realizado con estudiantes de medicina de Latinoamérica durante la pandemia de COVID-195, de forma similar, otros autores27 encontraron en una universidad pública que 61,4 de estudiantes de medicina con síntomas de depresión y 67,7 de ansiedad, también Silva Jara et al.28 que el 65,4 de estudiantes de dos universidades privadas tienen predisposición de desarrollar ansiedad y 31,6 depresión. Aunque los hallazgos fueron mayores, en estudios previos a la crisis sanitaria también se evidenció problemas de salud mental en estudiantes universitarios de medicina (28,2) en una universidad pública paraguaya2, 31 de estudiantes en otra universidad privada presentó síntomas de trastornos del ánimo4. Resultados similares Ahuanari et al.6 reportaron que estudiantes colombianos demuestran elevados niveles de ansiedad y un afrontamiento débil y, en otro estudio realizado en México se evidenció un 43 de alumnos con grados altos y muy altos de salud mental deficitaria7. El resultado se ajusta a la evidencia que la cuarentena ha empeorado la sintomatología de trastornos mentales preexistente8.
Asimismo, con respecto a al bienestar psicológico de los estudiantes universitarios de la FAFI-UNE, se puntualiza que el nivel de bienestar psicológico predominante es bajo, ya que el 65 de los estudiantes muestra un nivel de bienestar psicológico correspondiente al rango percentil 5 y 25, déficit e interior al término medio, respectivamente. Este resultado guarda similitud con los resultados de la variable salud mental y se aproxima a los hallazgos del estudio con estudiantes de medicina, donde se demostró que la salud mental influye en la percepción de la calidad de vida en los estudiantes2.
La alta prevalencia de indicadores de trastornos mentales presentes y bajos niveles de bienestar psicológico en los estudiantes, es un factor de riesgo significativo y es una necesidad considerarlo para fortalecer la gestión universitaria en esta unidad académica1,16,23,29.
Al analizar la asociación entre indicadores de trastornos mentales y el bienestar psicológico en estudiantes universitarios se observa una asociación altamente significativa en concordancia con otros estudios que muestran evidencia de que la satisfacción con la vida o bienestar psicológico influye en la presencia de trastornos mentales30-31 y viceversa30. En concordancia, Eidman et al.32 concluyen que la presencia de síntomas de ansiedad, depresión e intolerancia a la incertidumbre en la pandemia predicen de forma negativa el completo estado de salud mental. Otro estudio también observa esa relación significativa, ya que los resultados mostraron bajos indicadores de trastorno de ansiedad generalizada como predictor para el bienestar psicológico33. También correlacionaron negativamente la ansiedad y el bienestar psicológico34. Los hallazgos de un estudio chileno ponen de manifiesto que intervenir en la promoción y mejora del bienestar psicológico puede influir positivamente en la prevención de la sintomatología depresiva en universitarios35.
Los resultados obtenidos al describir la salud mental de los estudiantes universitarios brindan un panorama desfavorable, ya que es muy alta la frecuencia de los indicadores de trastornos relacionados a la salud mental presentes y esto puede tener efectos negativos en su desarrollo personal, social y académico, con impacto en su futuro profesional.
Se justifica la atención prioritaria del bienestar estudiantil dentro de la gestión universitaria ya que numerosos estudios evidencian esta realidad y la necesidad de garantizar la calidad del acceso, permanencia y egreso exitoso de los estudiantes universitarios, para asegurar sus derechos y reafirmar el compromiso universitario con el desarrollo social.
Los resultados del estudio despiertan varias interrogantes que pueden ser abordadas en estudios posteriores como la relación existe entre las variables y el rendimiento académico, qué otros factores pueden explicar la prevalencia de las variables estudiadas en los estudiantes como el perfil docente, la dedicación exclusiva al estudio, la virtualidad, situación económica u otros determinantes sociales. Asimismo, sería un gran aporte que estudios futuros sobre la efectividad de intervenciones grupales enfocadas en la promoción de la salud mental, entrenando a estudiantes en habilidades de regulación emocional, efectividad interpersonal, tolerancia al malestar y conciencia plena, de modo a aumentar conductas habilidosas para hacer frente a las múltiples demandas que encuentran en su vida y lograr sus objetivos.
Se sugiere para fortalecer la gestión universitaria basada en una formación integral, prestar especial atención a la salud mental de los estudiantes y diseñar de acciones colaborativas e innovadoras tendientes a: la promoción de la salud mental del estamento estudiantil a través de varios medios, que incluya la producción y trasmisión de conocimiento científico, concienciación sobre la importancia de la salud mental y bienestar de los estudiantes, psicoeducación sobre trastornos mentales; establecer un programa de seguimiento eficaz a estudiantes que incluya intervenciones grupales (basadas en la evidencia) con mayor alcance y optimización de recursos humanos y tiempo, además, un sistema de evaluación y monitoreo permanente de la salud mental con instrumentos validados; evaluación y ampliación del enfoque de ayuda al estudiante, a uno más integral, que no se limite al tipo asistencialista.
Estas acciones además de resguardar el paso de los estudiantes por la universidad ayudarán a desarrollar un sentido de pertenencia que afirmará la vinculación de los futuros egresados con la universidad, fortaleciendo así, a largo plazo, un estamento clave para los procesos de mejora de la educación superior y fortalecimiento de la responsabilidad social de la universidad.