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1. INTRODUCCIÓN
La sociedad actual es el producto directo de las revoluciones industriales y tecnológicas. La misma se ha desarrollado rápidamente y ha sufrido cambios importantes que en la actualidad suponen tanto garantías y seguridad como riesgos en diferentes ámbitos. Ese mismo progreso, “nos empujó en una secuencia vertiginosa de acontecimientos hasta el momento actual en el que la historia parece escribirse a diario con la extraordinaria profusión de eventos de enorme alcance que completan las páginas de cualquier periódico, en cualquier jornada”1.
Enfocándonos en la comunicación y la difusión de contenidos de forma masiva, el Internet ha revolucionado la forma en que el mundo se manifiesta, dando como resultado un aspecto interesante tal como el que menciona Pedro Rojo “por primera vez en la historia, la audiencia como masa de individuos amorfa tiene voz y rostro en los nuevos medios”2. Esto se da a partir de que los medios utilizados por el periodismo han adoptado nuevas formas de trasmitir información, fomentando una cultura basada en la integración de las redes sociales al trabajo periodístico3. Esto obliga cada vez más a los diferentes medios de comunicación a realizar una interacción constante con sus usuarios, consumidores o audiencia. Este mismo aspecto conduce a otra necesidad clave en este estudio: la producción acelerada de contenidos, en la que convergen diversos factores que poseen una importancia significativa, ya que éstos serán los que marquen la influencia, el prestigio y la credibilidad de los medios en cuestión4. Estos factores, - enfocándonos netamente de la línea del tema del presente estudio- se resumen en la obtención de primicias en tiempo récord y en la fiabilidad de las fuentes.
En la industria de los medios de comunicación masiva, la obtención de primicias confiables es un tema que se debe tratar con prudencia. “Las exclusivas son difíciles de conseguir y son las que dan prestigio al medio, por lo que resultan muy valoradas, ya que marcan la diferencia respecto a los competidores”5. Por lo tanto, la labor periodística se ve intensificada “a la hora de filtrar, jerarquizar y simplificar esa ingente cantidad de datos que circula por la red es más importante que nunca”3.
2. PROBLEMÁTICA
Desde finales del año 2019 y a lo largo de la redacción del presente estudio, el corrientemente denominado coronavirus ha representado el mayor porcentaje de atención en cuanto a la emisión y consulta de noticias e información general a nivel mundial, debido a la dura situación de pandemia por la que el mundo atraviesa y la cual generará graves consecuencias futuras en diferentes ámbitos.
La pandemia de la que se habla en líneas anteriores hace referencia a la tercera propagación documentada de un coronavirus animal a humanos6. Los coronavirus (CoV) constituyen un amplio grupo de virus que pueden causar diversas afecciones a una variedad de animales y al ser humano, tal como el resfriado común hasta el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV)7. “Se encuadran taxonómicamente en la subfamilia Coronavirinae dentro de la familia Coronaviridae (order Nidovirales); se designan bajo el término coronavirus todas las especies pertenecientes a los géneros Alphacoronavirus, Betacoronavirus, Gammacoronavirus y Deltacoronavirus”8. El SARS-CoV-2, o nuevo coronavirus, generó el brote de una importante enfermedad respiratoria aguda denominada actualmente como enfermedad de COVID-19. Ha sido detectada por primera vez en diciembre del 2019 en Wuhan, China9 y debido a su rápida propagación, a finales de enero ya habían sido confirmados casos masivos en diferentes partes del mundo, alcanzando a declarar la Organización Mundial de la Salud (OMS) como pandemia mundial el 11 de marzo del 2020. Y, ciñéndose a ello, los diferentes países del mundo se han visto en la tarea de realizar sus respectivas declaraciones de Estado de Emergencia y por ende la aplicación de rigurosas cuarentenas y cierres fronterizos.
El dato sobre el primer caso registrado en Paraguay ha sido informado el 7 de marzo del 2020. El Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS) ha indicado a través de diferentes medios, que el paciente, un paraguayo de 32 años de edad, ha importado desde Ecuador el virus10.
En Paraguay, los medios masivos de comunicación son los encargados de acercar datos considerados relevantes -en este punto se debe tener en cuenta que los medios venden su espacio, y la información podría ser relevante, real o falsa, dependiendo de diferentes factores. A decir de Javier Caballero “noticias, sentido común y verdad científica no siempre van de la mano”11- a la ciudadanía. Estos, a su vez, dependen de una infinidad de fuentes de información. En muchos casos, programas informativos de cualquier ámbito cuentan con sus propias cuentas en redes sociales o páginas web, donde se permite la difusión de información de manera ágil y disponible casi a cualquier persona que cuente con un acceso a internet; sin olvidar la posibilidad de interactuar en tiempo real con su público.
Esta posibilidad de ofrecer información que radique en una primicia, de forma fácil, rápida y accesible, supone una herramienta de doble filo, ya que existe la posibilidad tanto de difundir información no verificada, como el caer en el pecado de la producción de noticias inventadas. En este sentido, cabe diferenciar entre noticias inventadas y erróneas: la primera, “es una mentira y atenta contra la veracidad informativa (…) y puede surgir de la iniciativa del medio o de una fuente de información”5 con el fin de satisfacer la demanda de información existente. Esto acarrea demás que “ante la fuerte presión popular, cada una de estas noticas de encargo acaba convirtiéndose en fuente para otros medios”5. Ello conduce a la creación de las noticias erróneas, debido a que “se construye una cadena de noticias en la que cada eslabón depende del anterior. (…) y resulta muy difícil encontrar el acontecimiento principal que originó la primera noticia”5.
Sin embargo, es importante mencionar que todos los medios poseen la posibilidad de esclarecer tanto su intencionalidad como la misma noticia, a través de la creación de la fe de erratas para cada caso5.
Todo lo anterior solo refuerza la idea de que si bien, la trasmisión de información a través de las redes sociales y de la web en general, es un avance importante para la sociedad. Debido a la accesibilidad de la misma, la herramienta que llamamos Internet “ha hecho, en cierta manera, más transparentes las deficiencias de la profesión (limitada agenda propia, homogeneización de contenidos, ruedas de prensa sin preguntas, comparecencias políticas a través de pantallas de televisión, noticias que luego resultan ser falsas…)”3.
Sumado a todo ello, no se debe olvidar que la figura del periodista en el Paraguay, podría considerarse como la de un “líder de opinión”12, en el sentido de que puede llegar a afectar a las representaciones sociales, a través de su alcance “a un gran número de personas y por la posibilidad que tienen de dar a conocer opiniones respecto a los temas de interés”13. Aunque si bien, “en la actualidad el público está muy lejos de ser descrito como ‘una masa’ a la que se le puede inyectar cualquier tipo de información”14, es el público individualmente quien decide qué consumir, -dependiendo siempre de diferentes factores relativos de importancia para este hecho, tal como el nivel educativo y formativo, el acceso a la cultura y hasta el peso del pensamiento mágico religioso y mítico11-. Al abordar una noticia de importancia nacional o internacional, como es el caso del COVID-19, que interesa no solo a sujetos individuales, sino que afecta el entorno de todos los grupos sociales; los medios, al emitir constantemente un sinfín de información relacionada al tema, y al ser consultados masivamente, acaban inequívocamente por influenciar en la sociedad, sea de una u otra manera. “Esto indica que los medios influyen en las opiniones que después, al ser discutidas entre los sujetos, pueden llegar a ser representaciones sociales que emiten valoraciones y calificaciones acerca de un suceso”13,15. Es más, esto no solo influye en cuanto a las opiniones que la sociedad pueda modelar sobre un tema específico, sino, además, en algunos casos, puede conllevar a la realización de acciones que no siempre serán las correctas o que incluso puedan atentar contra la salud de individuos. Es aquí que entra en juego la importancia de la verificación de la información, la detección de bulos, la difusión de datos veraces y la necesidad de involucrar a los sujetos centrales que requiere el tema, como los investigadores científicos.
Teniendo en cuenta lo anterior, una de las principales dificultades actuales que se ve generada por el COVID-19 y de mayor repercusión en el mundo, debido a la situación de pandemia, es la trasmisión de información confiable a través de las redes sociales y los medios masivos de comunicación.
En el presente estudio, se enfoca en tres objetivos específicos:
a) La realización de un análisis de la situación de Paraguay en cuanto a la difusión de bulos a lo largo del primer mes de confinamiento realizado en el mundo;
b) Comparando como otros objetivos subsidiarios, la existencia de noticias elaboradas a partir de publicaciones científicas obtenidas de fuentes primarias;
c) Para finalmente realizar el análisis de la importancia de que la difusión de datos se realice a través -o con la participación- de los propios científicos paraguayos. Profesionales de las diferentes áreas involucradas que podrían motivar a través de ello a que la sociedad paraguaya aprenda a dar credibilidad y valor a la labor de investigación científica autóctona.
A modo de aclaración, para el presente estudio, un bulo consiste en una “noticia falsa propalada con algún fin”16. Conocido también como fake news.
3. METODOLOGÍA
El enfoque del estudio es netamente cualitativo17, teniendo en cuenta que se estudia el problema desde una dimensión interna y subjetiva, buscando profundizar los conocimientos sobre lo estudiado, sin intenciones de realizar mediciones sobre ello; y que a partir de los mismos se realizan algunas recomendaciones. En función a los objetivos que originan el estudio, el diseño corresponde al descriptivo17, ya que evalúa diversos aspectos del fenómeno estudiado, buscando dar una explicación al resultado hallado. Teniendo en cuenta que los datos periodísticos corresponden a publicaciones realizadas únicamente entre los meses de febrero y marzo, se considera que el estudio es de corte transversal17. Para el análisis se ha recurrido al método inductivo17 ya que se parte del registro particular de las características de las publicaciones consultadas, generando posteriormente un conocimiento desde una nueva perspectiva sobre la situación analizada. En cuanto al procedimiento, en un primer momento, se realizó la observación de la situación que generó el estado de pandemia en los países más afectados, consultando la información y noticias existentes al respecto, a modo de obtener una imagen panorámica de la situación. Posteriormente, enfocando el interés en un nivel nacional, se realizó una consulta y revisión documental a través de las diferentes publicaciones realizadas tanto por las autoridades oficiales de salud como por los principales medios periodísticos de Paraguay sobre el SARS-CoV-2 y por ende el COVID-19, indagando acerca de la existencia de bulos y la redacción de noticias basadas en fuentes de primera mano. En un tercer momento, enfocando en el modo de comunicación científica que se realiza a través del periodismo, se procedió a indagar sobre la participación de investigadores científicos y otros profesionales en la explicación de datos, métodos y procedimientos a tener en cuenta sobre el virus y su efecto en la sociedad.
4. RESULTADOS Y ANÁLISIS
4.1. Datos oficiales disponibles sobre el consumo de medios de comunicación en Paraguay
Para obtener un panorama más claro acerca del acceso a las tecnologías de la información y el uso de las mismas, se consideraron los datos publicados por el Ministerio de Tecnologías de la Información y la Comunicación del Paraguay, a través de un estudio con base en una muestra constituida por “900 casos que fueron distribuidos de manera proporcional entre los ciudadanos de entre 13 y 65 años residentes en Asunción, Gran Asunción y el interior del país”18, hasta el año 2018, el acceso a internet en las viviendas de la población paraguaya oscila alrededor del 50,5%. El 97,0% poseen aparatos celulares y el 93,7% cuenta con acceso a internet a través del aparato, ya sea por conexión Wifi o por datos móviles. De acuerdo al grado de confiabilidad en las diferentes informaciones encontradas en internet, el 39,2% considera poco confiable, frente a un 41,9% que considera que la información es confiable18.
En cuanto a los medios de comunicación preferidos para mantenerse informados, el 81,5% prefiere la televisión, el 56,9% las redes sociales, el 28,3% la radio, el 23,8% el diario online y el 16,4% el periódico impreso. Entre las redes sociales más utilizadas, figura en primer lugar el WhatsApp, con 69,6%; el Facebook, con 17,8%; Instagram, con 2,6%; YouTube, con 0,7%; Twitter, con 1,7%, entre otros18.
Respecto a los medios de comunicación preferidos para ser informados sobre las actualizaciones y novedades del Estado, los entrevistados refirieron la preferencia de la televisión en un 83,9%; las redes sociales en un 71,6%; la radio en un 42,3%; el periódico en un 36,6%18.
Entre los medios de comunicación preferidos para ser informados sobre las actualizaciones y novedades del Estado, distribuidos por: canales de tv: Telefuturo: 49,1%; SNT: 41,2%; Canales de cable: 7,2% y RPC: 5,9%. Por periódicos: ABC: 56,8%; Última Hora: 29,6%; Popular: 18,8%; La Nación: 4,7% y Crónica: 2,0%. Por radio: frecuencia FM: 88,7% y frecuencia AM: 12,3%. Por redes sociales: Facebook: 66,5%; WhatsApp: 36,2%; Twitter: 6,6%; Instagram: 4,5% y SnapChat: 0,0%18.
Según el uso de redes sociales para mantenerse informado acerca de las novedades del Estado: Facebook: 9,5%; Twitter: 2,5%; YouTube: 0,2%; otras: 0,7%; ninguna: 88,6%. (Ibídem). Así también, “existen dudas con respecto a la confiabilidad de la información existente en Internet. La proporción de gente que confía en ella es similar a la que no confía en la misma”18.
4.2. Las redes sociales como fuentes de bulos
El 20 de marzo del 2020, en consecuencia a diversos datos falsos generados por bulos referentes al coronavirus en diferentes países, la versión en español de la MIT Technology Review publicaba un artículo sobre las “estrategias para combatir la “infodemia” del COVID-19 en redes sociales”, indicando que “El aislamiento ha convertido a Facebook y Twitter en las principales fuentes de noticias sobre la pandemia de coronavirus pero, en ellas, la información real se mezcla con bulos cuyas consecuencias pueden ser mortales”19. Algunas consecuencias vistas a nivel mundial han sido tanto la compra exagerada de víveres ante el temor motivado por estos bulos a un desabastecimiento, así como la compra desmedida de papel higiénico, mascarillas, guantes, alcohol en gel y productos de limpieza. Donovan y Milutinovic indican que en su mayor parte, la difusión de los primeros bulos a nivel internacional se originó en publicaciones de páginas web y blogs denominados conspirativos o basados en la teoría de la conspiración, en los cuales, “contradicen o difieren de las explicaciones comúnmente aceptadas y en particular de las explicaciones basadas en las ciencias”20.
Considerando que en el diccionario de la Real Academia Española, no se contempla la palabra “conspiración” aplicada en el sentido en que se realiza en el presente estudio, se tendrá en cuenta la definición que engloba lo que explica Pérez-Hernáiz20 “definidas de manera mínima como la creencia en que los eventos son causados por agentes concretos e identificables que hábilmente esconden sus motivos y accionar” basado en Brotherton21, que además indica la falta de evidencia consistente que caracteriza a los datos que proporcionan estos tipos de argumentos “the claim is based on weak kinds of evidence, and is epistemically self-insulating against disconfirmation.”
Retomando lo anterior, un ejemplo claro de ello se ve representado en una idea que ha sido implantada y propagada por una gran parte de la sociedad mundial, la cual indicaba que el origen del virus se remonta a la creación del mismo en un laboratorio de Wuhan. Teoría que incluso ha sido diseminada por Donald Trump, presidente de Estados Unidos y al mismo tiempo desmentida por la Dirección de Inteligencia de su propio país22. Ejemplos como esto no hacen más que dejar en claro que muchas teorías de este tipo fluyen de forma internacional, afectando incluso a personalidades importantes como presidentes. Si este tipo de figuras de atención mundial se ve influenciada por ello y al mismo tiempo trasmite esa idea a un público tan amplio a través de la prensa, es de considerarse que ese acto cause efectos significativos en cuanto a una desinformación casi globalizada, especialmente si la noticia se disemina en forma de titulares amarillistas que lleguen al alcance del tipo de público que se limita a leer el titular y no la noticia completa.
Sin embargo, -retomando el aspecto inicial de la idea del estudio- teniendo en cuenta el hecho de que en Paraguay, el 93,7% de la población cuenta con acceso a internet a través del teléfono móvil, el 56,9% utiliza las redes sociales como principal medio para informarse; dentro de ello, el WhatsApp es la red social más consultada (69,6%) junto con el Facebook (17,8%); y que el mayor porcentaje de usuarios de internet (el 41,9%)18, considera que la información consultada a través de las redes es confiable, obtenemos los ingredientes principales para la creación de un estado similar a una psicosis en la sociedad que, para peor efecto, se encuentra viviendo un largo confinamiento. Aunque respecto a la confiabilidad, cabe destacar que al menos en las redes sociales es notable el aumento de publicaciones realizadas directamente por los profesionales de las diferentes áreas, instituciones educativas, centros de investigación y en especial de docentes, quienes ayudan a difundir información veraz y de primera mano, con el objetivo también de dar a conocer a la población los tipos de fuentes más confiables.
4.3. Paraguay: entre bulos, interpretaciones erróneas y neurosis
Entre las primeras noticias falsas con la temática del COVID-19 que circularon en Paraguay y que afectaron a gran parte de la población, aumentando el estado de ansiedad y el pánico, se puede mencionar a las relacionadas a supuestos pacientes portadores del virus, entierros masivos, métodos para evitar contraer la enfermedad, supuestas vacunas y curas, entre otras.
Una de las primeras noticias falsas diseminadas a mediados del mes de febrero del 2020 en el país, muestra un video de un paciente siendo trasladado en silla de ruedas (Figura 1). El texto del bulo indicaba que se trataba de un paciente de coronavirus en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (INERAM). La misma ha sido desmentida posteriormente por el Ministerio de Salud a través de su cuenta oficial de Twitter: “#ATENCIÓN | Ante la circulación de un material de un supuesto caso de #coronavirus en el INERAM el @msaludpy informa que el vídeo es de Honduras, el hecho corresponde a un caso ya descartado por autoridades locales de dicho país”23.
Posteriormente, a través del mismo medio, el Ministro de Salud solicita a la ciudadanía el manejo responsable de la información: Reiteró a la ciudadanía la importancia de manejar informaciones con base a perspectivas objetivas que parten desde el Ministerio de Salud y de la Organización Mundial de la Salud, haciendo alusión a los mensajes, vídeos y cadenas falsas que circulan de manera irresponsable por las redes sociales24.
En otra noticia similar, diseminada a principios de marzo del 2020, se indicaba, junto a una nota de audio y fotografías, que una supuesta paciente con COVID-19 era trasladada y escoltada a una ambulancia por personal médico vestido con trajes especiales (Figura 2):
Figura 2: Imagen relacionada al bulo sobre traslado de paciente con COVID-19 en Hospital de Calle’i25.
La imagen sirvió de apoyo en la activación de un envío masivo de alertas referentes al virus a través de las redes sociales, por lo que una vez más, autoridades del Ministerio de Salud y del hospital en cuestión (Hospital de Calle’i, San Lorenzo) se vieron en la tarea de desmentir los datos26 a través de diferentes medios.
A mediados de marzo del mismo año, se ha dispersado por redes sociales la noticia falsa de que se realizaron entierros masivos en el Cementerio de Luque. Dicho bulo iba acompañado de unas fotografías que mostraban la preparación de fosas con retroexcavadoras en dicho lugar; sin embargo, posteriormente autoridades de la Municipalidad de Luque han desmentido “la versión de que se hayan producido entierros masivos de presuntos fallecidos por coronavirus, en el cementerio local”27.
Otro dato relacionado que se ha propagado rápidamente por las redes surgió posteriormente, en esta ocasión, el entierro de un caso de fallecimiento por coronavirus (que en ese momento aún no había sido confirmado según las notas periodísticas).“Coincidentemente, minutos después, en la 730 AM, el doctor Carlos Portillo director de Servicios del Ministerio de Salud Pública, hacía comentarios que sugirieron se podría haber tratado del presunto segundo fallecido por Covid-19, cuya confirmación laboratorial falta, aunque el óbito se dio por cuadro respiratorio agudo”28.
Las fotografías de una ambulancia solitaria aguardando el entierro, junto con una retroexcavadora que había hecho más de una fosa en el mismo terreno29 motivaron tanto la curiosidad como el pánico de la población adyacente, produciendo que vecinos hayan solicitado inmediatamente explicaciones al intendente, vía redes sociales (Figura 3).
Este caso es un claro ejemplo de interpretaciones apresuradas que pueden ser erróneas, que, al publicarse en redes sociales como opiniones, desatan posteriormente la neurosis en la sociedad que se encuentra especialmente vulnerable debido a dos factores: la falta de conocimientos para la realización de una comprobación de fuentes fidedignas y la posible sensibilidad o el temor respecto al tema, debido a la cuarentena que se encontraban cumpliendo.
Otras noticias falsas estaban relacionadas al consumo de ciertos alimentos (ajo, limón, remolacha y otros), los cuales, según indicaban los bulos, prevenían la enfermedad, o dependiendo de la forma en que se consuma (en infusión como es el caso del té verde o el agua caliente) evitaban el ingreso del virus a los pulmones, haciendo que éste se dirija al estómago para ser posteriormente eliminado por los ácidos estomacales. Datos que, ante un simple análisis, no tenían sentido, pero que sin embargo fueron reenviados en cadena.
Otras, incluso pudieron haber atentado contra la vida de personas, ya que estaban relacionadas al consumo de ciertos medicamentos a modo de prevenir el virus: “circuló una imagen que afirmaba que las vacunas contra la neumonía prevenían el coronavirus. Una cadena de WhatsApp contaba la historia de un médico chino que creó una mezcla capaz de curar la enfermedad; todo falso”30. En relación a éste último dato, se detuvo incluso a personas que obtuvieron beneficios económicos aprovechándose no solo de la ignorancia de las personas, sino de la desesperación generalizada: “Dos mujeres de nacionalidad brasileña fueron detenidas luego de ser sorprendidas ofreciendo vacunas y tratamiento contra el coronavirus. Decían que eran profesionales de la salud y ofrecían medicación para supuestamente fortalecer el sistema inmunológico y evitar la transmisión del COVID-19”31.
No solo las noticias falsas han sido desmentidas en diferentes medios a medida que su circulación alcanzaba el conocimiento de las autoridades, sino que en medios radiales, televisivos y por sobre todo en las redes sociales, también se ha instado diariamente a la población a que no caiga en engaños y a que se mantenga la calma ante todo. “No caiga en fake news: El Ministerio de Salud Pública (MSPyBS) recuerda que es la única entidad responsable de emitir noticias y actualizaciones sobre el covid-19 e insta a la ciudadanía a no caer en bulos y mentiras sobre el virus para la evitar psicosis ciudadana”32.
Cabe destacar que la mayoría de las noticias falsas, casi igual de pronto como se diseminaron, han sido eliminadas tras las advertencias del Ministerio Público de investigar y procesar las noticias falsas como delitos informáticos.
Así también, diferentes medios periodísticos han aportado sustancialmente en cuanto a la enseñanza de los aspectos a tener en cuenta por la sociedad para divisar crímenes informáticos como el phishing, los bulos, estafas, amenazas, entre otros.
El phishing se trata de un tipo de malware oculto detrás de hipervínculos u archivos que parecen provenir de fuentes legítimas33. Se utiliza a modo de obtener acceso a información confidencial, persuadiendo a los usuarios para que proporcionen diferentes tipos de datos personales34. Es el método de ataque más común utilizado por los hackers en la actualidad33.
Así, el material se puede consultar a través de las páginas web de canales de televisión y redes sociales de diferentes medios, ya sea a través de videos “La Policía Nacional alertó sobre los cibercrímenes en tiempos de cuarentena en nuestro país. Delincuentes roban datos informáticos para sustraer dinero de cuentas bancarias”35, “el Dr. y representante, Roberto Escoto, de la OMS nos aclaró algunas dudas. Destacó que en los últimos meses se ha visto una cantidad impresionante de información falsa, por eso llamó a las personas a seguir los canales oficiales para estar al tanto de lo que ocurre en el país y en el mundo con esta pandemia”36.
O incluso a través imágenes explicativas y listas de procedimientos publicadas desde cuentas institucionales (Figura 4):
Figura 4: Publicación en Twitter de la Universidad Nacional de Asunción en referencia a la búsqueda de datos confiables y otros aspectos37.
4.4. Noticias basadas en fuentes científicas primarias
Se puede observar que, en los principales noticieros y periódicos del país, la mayor parte de las noticias relacionadas al SARS-CoV-19 y a la enfermedad COVID-19, son transcripciones o están basadas en otras noticias de la prensa internacional; es decir, en fuentes secundarias antes que en fuentes primarias. Si bien, señalan las fuentes, es importante mencionar que, en su mayoría, éstas no son de primera mano.
Como podemos analizar la siguiente publicación titulada “Algunos pacientes sanados de coronavirus pierden hasta el 30% de su capacidad pulmonar. Así lo señaló Owen Tsang Tak-yin, director médico del Centro de Enfermedades Infecciosas en el Hospital Princesa Margarita de Kwai Chung, en Hong Honk, donde se han percatado que los pacientes han perdido entre el 20 y 30% de la capacidad pulmonar, según señala Business Insider”38.
En el ejemplo anterior, el dato de la fuente se halla incluido al texto y proporciona un enlace directo a la noticia original titulada “Some people who recover from the coronavirus might be left with '20 to 30%' less lung function, and gasping for breath when they walk quickly, Hong Kong doctors said”39 y publicada tres días antes. La publicación de Business Insider a su vez, está basada en una noticia del periódico South China Morning Post “Coronavirus: some recovered patients may have reduced lung function and are left gasping for air while walking briskly, Hong Kong doctors find”40 y a partir de otras publicaciones del mismo periódico y divulgaciones de la prensa asociada, que a su vez se basan en la consulta de diversas fuentes primarias, tales como los artículos “Chest Imaging Appearance of COVID-19 Infection”41 y “CT Imaging of the 2019 Novel Coronavirus (2019-nCoV) Pneumonia”42, entre otros.
En otro ejemplo, C9N, publica “Personas con sangre tipo A tendrían mayor probabilidad de contagiarse de coronavirus: Los expertos analizaron muestras de 2.173 personas que habían sido diagnosticadas con el virus, más otras 206 que habían fallecido en China y encontraron resultados que les llamó la atención. De los fallecidos, el 41% tenían sangre tipo A. Un dato no menor, ya que el 34% de los habitantes de Wuhan tiene este tipo de sangre, según señala la Prensa Local”43.
En esta noticia, al igual que en la anterior, se realiza una publicación basada en otra fuente que publicaba tres días antes: “People with blood type A may be more vulnerable to coronavirus, China study finds”44, donde indicaban datos sobre el COVID-19:“Medical researchers in China took blood group patterns of more than 2,000 patients infected with the virus in Wuhan and Shenzhen and compared them to local healthy populations. They found that blood type A patients showed a higher rate of infection and they tended to develop more severe symptoms”44.
Basados a su vez en el pre-print1 45 de un estudio chino sobre el COVID-19, donde se analizan observaciones basadas en la posible susceptibilidad del tipo de sangre A para contraer el virus. Sin embargo, indican que estos datos no son concluyentes “This speculation will need direct studies to prove. There may also be other mechanisms underlying the ABO blood group-differentiated susceptibility for COVID-19 that require further studies to elucidate”45, ya que el estudio aún no ha sido revisado y además se ha aplicado a una muestra muy pequeña de pacientes, por lo que no es considerada representativa, entre otros aspectos. Por lo tanto, recomiendan que el mismo no debe ser utilizado para guiar la práctica clínica.
De esta forma, se puede notar la cadena previa existente a las publicaciones de la prensa nacional que se consume día a día en el país. Es importante resaltar que la intención del presente artículo no se centra en poner al tanto de las fuentes utilizadas o de realizar una crítica a la labor periodística del país, sino demostrar la escasa existencia de artículos periodísticos elaborados directamente y con base en fuentes primarias -como los artículos científicos- por los periodistas paraguayos al momento de publicar datos en notas o columnas. Que estarán presentes en apartados que no estén ubicadas en las secciones especializadas de ciencia y tecnología únicamente, sino en secciones de interés general, debido a la importancia del tema en el momento de su publicación. Esta cuestión podría deberse a diversos factores, tales como la necesidad de contar con más periodistas científicos en el país, el tiempo que toma elaborar un artículo periodístico de este tipo, el tiempo con el que cuenta el redactor para realizar su envío, la necesidad urgente de publicar información, atendiendo a las demandas de consumo digital y a las exigencias de las editoriales o de la misma prensa; la posible necesidad de un acceso a la información científica más eficiente y libre en el país, las barreras idiomáticas, entre otros.
Ante este tipo de situación, que supone una problemática común en el periodismo internacional, especialmente en situaciones como la que envuelve la actual pandemia de COVID-19, la Dra. María Ruiz, indica que “La estrategia basada en la recogida de la información médica de los artículos publicados en revistas especializadas parece ser la de mayor fiabilidad, ya que, en principio, son trabajos que han obtenido la confianza de la comunidad científica”46. Entre tanto, hace mención de un aspecto puntual y muy importante que tiene relación con el siguiente apartado del presente estudio: explica que para que se realice una correcta divulgación de datos científicos a través del periodismo, es importante que el redactor cuente con un conocimiento de los términos y conceptos que envuelven el tema. Para ello, es crucial que se consulten otras fuentes y se aclaren dudas antes de realizar su redacción, a modo de evitar caer en errores que pueden causar graves interpretaciones sobre el tema: “A veces, un traslado descontextualizado de términos y conceptos científicos a la información periodística, puede dar lugar a errores y explicaciones que carecen de sentido para un público que está fuera del ámbito de la ciencia y la tecnología”(46). Así también, recomienda que se “mantenga contacto con los investigadores para que le ayuden a contextualizar el proceso y los resultados de la investigación”46, aspecto que se ha visto en incremento especialmente en la televisión paraguaya, justamente en el contexto de las noticias relacionadas al COVID-19 en el corriente año. En este sentido, se nota la profunda importancia que posee la realización de un trabajo colaborativo entre investigadores y científicos del área con los periodistas.
4.5. La participación de investigadores nacionales y profesionales del área de salud en la difusión de la información
Desde la aparición del COVID-19 y sino hasta su declaración de pandemia en una rueda de prensa convocada por el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus47, en Paraguay se ha visto un incremento exponencial de las noticias relacionadas al tema, en las cuales se ha hecho participe a los principales expertos e investigadores del área de la salud y de humanidades, quienes han servido de guías y como principales fuentes para la explicación de los hechos y datos relacionados al virus, los métodos de prevención, factores psicológicos sobre el confinamiento y los últimos descubrimientos que van surgiendo sobre el virus.
Entre las noticias y entrevistas que han salido al aire durante el mes de marzo, donde se ha visto la participación de diferentes profesionales48,49 que explicaron acerca de los factores epidemiológicos que se consideran para la realización del test, orientaron sobre los procedimientos que se realizan en cuanto a análisis clínicos, la importancia de evitar la saturación de los servicios de salud, cómo reconocer si los síntomas corresponden con el COVID-19 o con otras afecciones y los criterios de gravedad a tener en cuenta. En los mismos, además de tomar como primera fuente a la Sociedad Paraguaya de Infectología y al Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, se hace referencia a la importancia de que la población se mantenga actualizada a través de las entidades citadas y no considere otras fuentes no oficiales.
Así también, la presidente de la Sociedad Paraguaya de Infectología, la Dra. Elena Candia, ha participado en diferentes entrevistas y trasmisiones en directo50,51, brindando información acerca del COVID-19, sus modos de trasmisión, las características del virus, sus síntomas cardinales, el consumo equivocado de medicamentos, entre otros. Cabe destacar que la misma hace referencias puntuales y menciona estudios existentes sobre el COVID-19 y la constante actualización de información al respecto en el área de las publicaciones científicas. Hace también énfasis respecto a las noticias falsas proliferadas en redes sociales, desmintiendo varias de ellas.
Un aspecto interesante es que, durante las entrevistas, los periodistas solicitan a los profesionales que expliquen en directo a la sociedad la importancia de aspectos básicos como la higiene de manos, los cuidados al salir del hogar y al regresar, entre otros. Esta acción responde a la importancia que se empieza a dar desde el periodismo a los sujetos principales o protagonistas que envuelve la situación actual ante la sociedad, mientras que, en ocasiones anteriores a la pandemia, en la mayoría de los casos, eran los periodistas (no necesariamente científicos o especializados) quienes se encargaban de dar estas instrucciones, datos o referencias, ejerciendo ciertamente la conocida influencia que poseen los medios ante la sociedad.
Por otra parte, diferentes canales52,53 también han acudido a profesionales del área de psicología, para ayudar a explicar cómo afrontar las informaciones y sobreinformaciones existentes en redes sociales y que pueden afectar a la población, generando sentimientos de pánico y ansiedad, especialmente a los que se encuentran realizando cuarentena. Así también se ofrece información acerca de las actividades que se pueden realizar durante el confinamiento para evitar malestares en la salud mental. Nuevamente se hace énfasis a la atención en cuanto al acceso y diseminación de bulos o noticias falsas, indicando la importancia de consultar fuentes oficiales para confirmar datos.
También los medios de noticia han hecho eco de las actividades que los investigadores del país han convocado y realizado en el marco de la lucha contra el virus: “Un centenar de investigadores y miembros del Conacyt se reunieron virtualmente este martes 17 para analizar la situación del COVID-19 en Paraguay y proponer acciones concretas contra la pandemia”54.
Observamos que, debido a la situación del momento, cuando existe una infinidad de información y desinformación sobre el virus y su enfermedad, los medios han recurrido al área científica y aumentado así la importancia concedida a los investigadores científicos como los sujetos fundamentales en cuanto a competencia para la explicación del tema.
Como dato complementario, cabe destacar que a finales del mes de abril, desde el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología del Paraguay, se ha informado y promocionado una serie de videoconferencias de acceso gratuito organizadas por el CONACYT, la Sociedad Científica del Paraguay y otros, y realizadas por diferentes científicos nacionales y extranjeros, donde explicarían aspectos centrales referentes al coronavirus: “Serie de videoconferencias ‘Explicado por científicos: Avances de la ciencia - COVID-19’ (…) expertos de Paraguay, Argentina y España hablarán sobre epidemiología en el contexto de la pandemia”55.
En este sentido, se puede observar que efectivamente, la labor de los científicos y profesionales de todas las áreas de la ciencia, “ya no acaba con el paper o artículo científico”56, sino que cada vez toman mayor notoriedad como figura confiable ante la sociedad, como sucede en el caso de Paraguay. La pandemia de COVID-19 ha representado para la ciencia en Paraguay una nueva oportunidad de exponer el trabajo que se realiza en los diferentes centros de investigación, especialmente en lo que refiere al área de la salud. También se ha dado a conocer a la sociedad la importancia de la inversión en salud y ciencia en el país, sin olvidar la necesidad de una Ley de Ciencia. Así también, en contrapartida, ha dejado entrever los problemas y necesidades existentes en materia de periodismo científico, como cierto desinterés por parte de los medios de comunicación y una falta de cooperación más fluida entre la comunidad científica y estos.
5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
A través de los análisis realizados, aprovechando la situación que se apodera del planeta en esta etapa de pandemia, se pudo observar un importante movimiento de información, dejando entrever la rapidez y la facilidad con que contamos actualmente para diseminar cualquier tipo de información y que esta, en cuestión de horas, logre un alcance mundial. Lamentablemente, las mismas herramientas que hoy nos permiten alcanzar estas posibilidades casi inimaginables hace tan solo 50 años, también generan el uso inadecuado o malintencionado de los mismos recursos. Una prueba de ello son los bulos y las noticias de contenido falso que se han dispersado de forma exponencial desde la irrupción del virus SARS-CoV-2 en los diferentes países a través de las redes sociales; por lo que se analizó como primer objetivo específico del presente estudio, el aspecto que envuelve a la diseminación de bulos, interpretaciones erróneas y neurosis social, determinando que en Paraguay, la misma sociedad ha generado no solo bulos, sino la trasmisión de información falsa que ha contribuido a que una gran parte de la colectividad nacional caiga en un estado de neurosis, provocando todo tipo de acciones, tales como las compras compulsivas, discriminaciones hacia sujetos de otras nacionalidades, xenofobia, incitación a actos vandálicos, consumo inadecuado de medicamentos, prácticas inusuales y poco recomendables de cuidado sanitario, entre otros. Cabe resaltar que las autoridades competentes, en vista de la extraordinaria cantidad de bulos, ha afrontado la situación y dado paso a la refutación de los datos, valiéndose de los diferentes medios de comunicación a modo de alcanzar el dato a toda la sociedad e indicando la importancia dirigirse a fuentes oficiales y examinar cuidadosamente las informaciones consultadas.
Sin embargo, a través del análisis realizado, se observó la necesidad de contar en el país con una capacitación social general que implique el entrenamiento de las personas en aspectos relativos a la confirmación de la información antes de compartirla, la detección eficaz de bulos, entre otros. Si bien, a través de los medios masivos de comunicación y de las autoridades oficiales, se ha insistido en comunicar a la sociedad acerca de la prudencia con que se debe proceder sobre las informaciones diseminadas a través de las redes sociales; no se ha optado por ofrecer, en los horarios centrales, -aprovechando el consumo masivo de noticieros- una guía eficaz para evitar todo lo mencionado anteriormente.
En consecuencia con este tipo de información de rápida propagación, se ha visto en otros países, como España, la creación de una base de datos destinada a los bulos, denominada “Maldito Bulo”57, donde se realiza un tipo de periodismo especial, destinado a reunir información falsa acerca de diferentes temas como ciencia, tecnología, explicaciones, datos, entre otros. En su web, ya se hallan registrados más de 420 bulos. En la misma se ofrece acceso y consulta acerca de las desinformaciones existentes sobre el coronavirus, además de ofrecer la posibilidad colaborar con la página, realizando aportes que tal vez no se hallen en la misma. Tal vez esta no sea una solución definitiva, pero contribuye de gran manera en la lucha contra la información falsa, por lo que se considera una un recurso interesante que podría servir de ejemplo para Paraguay.
Otra herramienta útil sería la implementación de un centro de recursos para periodistas, donde toda la sociedad pueda acceder y estar informada de forma actualizada acerca de las últimas noticias sobre un tema específico de gran importancia, como es el caso del Centro de Recursos de Coronavirus para Periodistas que ha puesto a disposición la Comunidad de Madrid58 en España, donde no solo se puede encontrar noticias, sino también recursos como información para empresas, dispensación de medicamentos a domicilio, videotecas, comunicados oficiales, entre otros.
Sin embargo, en referencia la publicación de noticias falsas, existe una cuestión importante aún por analizar en profundidad: ¿qué sucede cuando la información errónea o falsa es publicada a través de medios oficiales como instituciones rectoras en campo sanitario como la OMS o el MSPyBS? Este análisis es importante que se realice a lo largo de la evolución de la pandemia del SARS-CoV-2, teniendo en cuenta que así como la publicación de la información digital se realiza de forma increíblemente ágil, de la misma manera, en la mayoría de los casos, son eliminados al cabo de horas o incluso minutos, y no dejan rastro de ello, dificultando la obtención de pruebas o material que demuestre la existencia de dicha publicación y permita realizar un rastreo para conocer las fuentes reales de donde se originaron.
Por otra parte, en el análisis del segundo objetivo específico, donde se examinan las noticias basadas en fuentes científicas primarias, encuadradas siempre en la temática del coronavirus, redactadas en los principales medios, se pudo visualizar la inexistencia de una labor propia del periodismo especializado o periodismo científico en el marco del desarrollo de noticias referentes al virus causante de la actual pandemia -al menos durante las fechas estudiadas-; donde la información utilizada para la redacción, por lo general proviene de una fuente de primera mano, como artículos científicos recientes o entrevistas con investigadores especialistas, entre otros.
Las noticias y publicaciones analizadas correspondían a las de mayor facilidad de acceso a través de la web. En las mismas, se constató la referencia realizada a fuentes secundarias consistentes en publicaciones periodísticas extranjeras basadas en otras publicaciones periodísticas o en redacciones con fuentes primarias, generando una cadena de fuentes y de citas exactas de las mismas. De esta forma, se observó la realización de transcripciones directas, traducciones e incluso combinaciones de diferentes fuentes con una muy baja composición propia.
Teniendo en cuenta que “con la divulgación de la ciencia no solo se busca dar datos, presentar hechos y dar información, sino también dar las pautas necesarias para comparar, confrontar y valorar conocimientos, reconstruir la información y evaluar las conclusiones”59, se puede comprender que a través de esas publicaciones, se podría iniciar una mejora importante en la sociedad, en lo referente a la detección de información falsa considerada en los párrafos anteriores, ya que “la ciencia transmite y fomenta el pensamiento crítico, la racionalidad y el valor de la argumentación sólida basada en datos, herramientas indispensables para combatir posverdades y credulidades que enturbian nuestro tiempo”56.
De esta forma, evitando el sensacionalismo o la distorsión del significado de la información científica, “se contribuirá a que la divulgación cumpla más eficazmente su objetivo de acercamiento entre el mundo científico y el resto de la sociedad que, en modo alguno está al margen de la actividad científica pues sustenta su desarrollo”46 y se lograría una participación activa del lector en el universo científico.
Sin embargo, para que todo ello sea posible, es necesario que se ponga en conocimiento de las autoridades acerca de los problemas que parten desde la formación del periodista y el periodista especializado, tales como las capacitaciones constantes en temáticas específicas, el acceso a las fuentes primarias, el entrenamiento en cuanto al conocimiento y la utilización del vocabulario adecuado tanto para comprender lo que lee como para poder trasmitir de forma sencilla y comprensible su mensaje. Y como aspecto global, el “sensibilizar a los medios para que cada uno de ellos cuente por lo menos con un periodista capaz de seguir la actualidad científica y tecnológica”60.
Este aspecto, considerando la importancia del rol que cumplen en los medios periodísticos del país, deja entrever la necesidad imperiosa de contar con un mayor número de periodistas especializados, que contribuyan a la divulgación eficaz de la ciencia, dirigida al fortalecimiento de la integración del conocimiento científico con la cultura. Esto último confiere además no solo la importancia de ampliar las ofertas universitarias para la formación en este campo, sino de mejorar la calidad de la educación ya existente en el área.
En referencia al tercer objetivo del estudio, sobre la participación de los investigadores científicos y de los especialistas de las diferentes áreas involucradas, al momento de ofrecer información específica referente al virus a través de los medios de comunicación, se determinó que debido a la gran presencia de información técnica especializada y tal vez a la dificultad que genera a los periodistas al momento de estudiar los datos con tan corto tiempo disponible para poder comunicarlos a la sociedad, se observó una considerable participación de los expertos. Lo que ayuda a dar mayor visibilidad a la labor del investigador científico y a demostrar la importancia de implementar mejoras y mayor inversión en las áreas de acceso y divulgación de la información científica, educación superior e investigación en el país. Se ha dado incluso el caso de convocatorias de postulaciones para la financiación de proyectos por parte del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, así como llamados a la colaboración por parte de la sociedad científica, a modo de reunir a expertos en la lucha contra la pandemia.
