Introducción
En diciembre de 2019, se notificaron los primeros casos de una neumonía de origen desconocido en Wuhan China1 y que debido a su rápida expansión, llevó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a declarar la pandemia en marzo del 20202. Esta alerta de la OMS, determinó que a nivel global se tomen decisiones límites, para proteger el contagio con el virus SARSCoV2 causante de esta nueva enfermedad, al mayor número de personas; entre las medidas se ordenó el confinamiento, asilamiento social, trabajo remoto y educación virtual. Todos estos cambios generaron serias alteraciones en la vida de las personas y en su salud mental3 manifestándose con diversas patologías, como la ansiedad, depresión y estrés post traumático4.
En Perú, se declara el Estado de Emergencia Nacional y aislamiento social obligatorio a partir del 16 de marzo 2020, mediante decreto supremo N°008-2020-SA; estas medidas incluyeron la suspensión obligatoria de las actividades del sector educación5; por ende, desde ese momento las labores escolares y universitarias dejaron de ser presenciales y se dio inicio a la enseñanza virtual. El confinamiento domiciliario y la adaptación a una educación virtual universitaria, han expuesto a los estudiantes a cambios en sus hábitos y prácticas en el proceso de enseñanza aprendizaje6 y cambios en sus relaciones sociales e interpersonales7; afectando la salud mental8. Las medidas de mitigación de la Pandemia por COVID-19, han producido un impacto psicológico en la población universitaria9, muchos jóvenes lograron sobrellevar estas circunstancias de crisis sanitaria gracias a herramientas de resiliencia10, sin embargo, otros han sido afectados de estrés, depresión11, ideación suicida y bajo rendimiento académico12.
Por otro lado, la emergencia sanitaria, en Perú, ha postergado todas las actividades de enseñanza en los hospitales, así como los servicios de salud de atención primaria, afectando a los jóvenes universitarios de escuelas relacionadas a la salud. Por lo tanto, las características del confinamiento, así como la exposición a contagio personal, de familiares y amigos, podrían también tener un impacto a la salud mental de la población universitaria de escuelas relacionadas a la salud; de allí que el presente estudio, tuvo como objetivo determinar los niveles de depresión, ansiedad y estrés en estudiantes universitarios y su relación con variables sociodemográficas y las características del aislamiento social durante la Pandemia COVID-19.
Metodología
Estudio descriptivo, observacional, de corte transversal y cuantitativo. Se han considerado como variables de estudio depresión, ansiedad, estrés, variables sociodemográficas y variables relacionadas al COVID-19 y el aislamiento social. La población son estudiantes universitarios de ciencias de la salud de una universidad particular de la Región Sur del Perú, invitados a través de las redes sociales de estudiantes de estas facultades, quienes consintieron participar del estudio de manera libre, voluntaria y anónima. No se incluyeron egresados, ni estudiantes de postgrado. La descripción de los participantes se encuentra en la Tabla 1.
Procedimientos: Se tomaron datos relacionados a las características socio demográficas y académicas, cuestionario de características del aislamiento social y escala de depresión, ansiedad, estrés (DASS21). La escala DASS-21, se utiliza para evaluar la presencia e intensidad de depresión, ansiedad y estrés; se autoadministra y consta de 21 ítems relacionados a la presencia e intensidad de cada síntoma. Las respuestas se evalúan de 0 a 3 puntos mediante una escala de Likert y el resultado es independiente para cada sub-escalas que a la vez consta de siete ítems cada una, por lo que se puede obtener puntajes entre 0 y 21 puntos. Las subescalas miden por separado depresión, ansiedad y estrés tienen, por lo que el puntaje final de cada subescala es independiente13. Para la calificación se ha considerado los puntos de corte propuestos por polo14.
Toma de datos: Se hizo uso de las redes sociales (WhatsApp de alumnos, para dar a conocer el estudio e invitarlos a participar de manera voluntaria y confidencial). Se compartió el link en Google Forms, en el cual se incluyó el consentimiento informado, la ficha de características socio-demográficas y académicas, el cuestionario de variables relacionadas al COVID-19 y el aislamiento social y el test de depresión, ansiedad y estrés (DASS21).
Análisis estadístico
Los datos se digitalizaron en una base de datos del software Microsoft Excel (extensión .xlsx). Posteriormente, se importaron al software estadístico R y su entorno de programación RStudio. Se desarrollaron análisis descriptivos, considerando tablas de frecuencias para variables categóricas y estadísticos descriptivos (Media y Desviación Estándar) para las variables numéricas. Finalmente, para las comparaciones se utilizaron pruebas paramétricas (t de student para muestras independientes y ANOVA) y se presentaron los respectivos tamaños del efecto (d y η), considerando como criterios para la interpretación: 0,2 como efecto pequeño, 0,5 como efecto mediano y 0,8 como efecto grande.
Asuntos éticos
El proyecto de investigación, el consentimiento informado y los anexos, fueron sometidos al comité institucional de ética de Investigación de la Universidad Católica de Santa María y se obtuvo el dictamen favorable. Se guardó la confidencialidad de los datos sensibles de la población estudiada. Las personas que resultaron con diagnóstico positivo a alguna patología mental y que registraron su correo personal para conocer su diagnóstico, se les brindó la información para acudir a una atención especializada en psicología, previa autorización de los sujetos de estudio.
Resultados
Los resultados se presentan en el siguiente orden: primero, se muestran los niveles de depresión, ansiedad y estrés de los evaluados; segundo, se describen los resultados de las variables relacionadas con la COVID-19 y el aislamiento social; tercero, se presentan las comparaciones de la depresión, ansiedad y estrés según las variables sociodemográficas y relacionadas al COVID-19 y al aislamiento social. Participaron 818 estudiantes universitarios (M = 21,08 años; DE = 3,89 años) (Tabla 1).
Niveles de depresión, ansiedad y estrés
En cuanto a la descripción de los niveles de depresión, ansiedad y estrés de los participantes en el estudio, se observa que la mayoría de las participantes se encuentra en los niveles normal, medio y moderado en los niveles bajos de la depresión (76,17 %). Por otro lado, se observa que en la ansiedad los valores se encuentran más dispersos entre los niveles, destacando el nivel extremadamente severo (3 de cada 10 presentan nivel extremadamente severo de ansiedad). Y finalmente, se observa que más de la mitad de los participantes presentaron estrés se encuentra dentro de lo normal (47,56 %) (Tabla 2).
Variables relacionadas al Covid-19 y el aislamiento social
En cuanto a la descripción de las variables relacionadas con la COVID-19 y el aislamiento social de los participantes, se encontró: 1) 6 de cada 10 evaluados han estado en contacto con pacientes COVID-19 en sus familias; 2) la mitad de evaluados (aproximadamente) han tenido Covid-19; 3) 6 de cada 10 afirma que si puede vivir con todos sus familiares como en la época pre pandemia; 4) 6 de cada 10 ha dejado de visitar a sus familiares adultos mayores, 5) más de la mitad refiere no haber podido visitar a sus familias en busca de ayuda; 6) la mitad refiere que ha podido visitar a sus amigos al menos una vez al mes, 7) la mitad afirma que no ha podido tener actividades sociales con amigos; 8) la gran mayoría refiere que si asistirá a clases presenciales y por último, 9) 7 de cada 10 refiere que cumplió con el aislamiento social de manera parcial (Tabla 3).
Comparaciones de la depresión, ansiedad y estrés según las variables sociodemográficas
Se realizan las comparaciones de las variables depresión, ansiedad y estrés según las variables sociodemográficas. Cabe señalar que para el desarrollo de este análisis se retiraron los grupos con menos de 30 personas (Tabla 1) con la finalidad de reducir el sesgo presente en los grupos evaluados. Los resultados muestran los estadísticos descriptivos y los resultados de las pruebas de comparación. Se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos, pero los tamaños del efecto hallados fueron pequeños. En general, las personas de género femenino tuvieron mayores puntajes en promedio que las personas de género masculino en la depresión, ansiedad y estrés (p<0,05). Además, se encontró diferencias en el depresión y estrés según la edad, siendo las personas de más de 26 años, quienes tuvieron menores puntajes (Tabla 4).
Comparaciones de la depresión, ansiedad y estrés según las variables relacionadas al COVID-19 y el aislamiento social
Se presentan los estadísticos descriptivos y los tamaños del efecto de las comparaciones de la depresión, ansiedad y estrés según las variables relacionadas con la COVID-19 y el aislamiento social. En las comparaciones se observa que el haber tenido COVID-19 diferencia de manera significativa (en depresión, ansiedad y estrés) de aquellos que no la hayan tenido. De forma similar, en la pregunta sobre vivir con todos tus familiares tal como lo hacías antes de la pandemia, se encontraron diferencias significativas entre los grupos. Otra diferencia estadísticamente significativa se halló en las variables ansiedad y estrés sobre la visita a los abuelos o familiares adultos mayores. Finalmente, el haber estado en contacto con un familiar diagnosticado con COVID-19 presentan diferencias significativas en la ansiedad y estrés (p<0,05). Cabe señalar que las diferencias significativas encontradas en las comparaciones presentaron tamaños del efecto pequeños por lo que las interpretaciones deben desarrollarse de manera cuidadosa (Tabla 5).
Discusión
El presente estudio tuvo por objetivo determinar los niveles de depresión, ansiedad y estrés en estudiantes universitarios, y su relación con variables sociodemográficas relacionadas con el COVID-19 y el aislamiento social durante la pandemia. Los principales hallazgos fueron: una mayor prevalencia en niveles altos (severos y extremadamente severos) en la ansiedad, alcanzado casi a 4 de cada 10 de los evaluados; por otro lado, en depresión y el estrés, 2 de cada 10 de los evaluados, se encontraron en los niveles mencionados. En relación con las variables sociodemográficas, las relacionadas con el COVID-19 y aislamiento social, se hallaron diferencias estadísticamente significativas con el género (mujeres > varones), el haber tenido COVID-19 (Sí > No) y vivir con familiares como antes de la pandemia (Sí > No) obtuvieron en promedio mayores puntajes en depresión, ansiedad y estrés
En nuestro estudio, encontramos que en los niveles de depresión, ansiedad y estrés (al menos nivel moderado) fue del 46,46 %, 56,12 % y 37,54 %. que fueron mucho mayores que los reportados por Sandoval et al. (24,3 % 28,5% y 13,0 % respectivamente)15. Por otro lado, si se habla de presentar depresión, ansiedad y estrés (al menos nivel medio) se encontraron porcentajes de 61,62 %, 71,65 % y 52,45 % respectivamente, estos valores fueron parecidos (porcentajes mayores a 50 %) a los obtenidos por Hamaideh Shaher et al. (78,7 %, 67,9 % y 58,7 %)16 y Peréz-Peréz et al. (85,8 %, 84 % y 77,4 %)17.
En una revisión sistemática y metaanálisis realizado en China por Qingwen Jia y equipo, se analizaron 1316 estudios relacionados a salud mental de estudiantes universitarios durante la pandemia COVID-19, de los cuales se seleccionaron 41 en base a 36 608 estudiantes de medicina. La prevalencia de depresión combinada fue del 37,9 % (IC del 95 %: 30,7-45,4 %) y la prevalencia de ansiedad combinada fue del 33,7 % (IC del 95 %: 26,8-41,1 %)18. Mac-Ginty et al., 2021, realizaron un estudio que analizó el impacto de la pandemia por COVID-19 en la salud mental en 2,411 estudiantes del primer semestre de una universidad de Chile, de los cuales el 22,3 % correspondieron a estudiantes de carreras de la salud, 12,3 % de tecnología y 12,2 % de arquitectura y arte, mediante encuesta vía online; encontrándose que tres de cuatro estudiantes universitarios indicaron que el estado de ánimo en general fue afectado de forma negativa por la pandemia, mostrando mayor sintomatología de depresión y ansiedad; 77,7 % indicaron que su estado de ánimo empeoró durante la pandemia19. Otro estudio realizado en Estados Unidos por Wang et al., en el año 2020, en el que participaron 2031 estudiantes universitarios, identificaron que el 48,14 % tenía un nivel de depresión de moderada a grave, el 38,48 % tenía ansiedad de leve a grave y el 18,04 % tenía pensamientos suicidas en las dos semanas previas al procedimiento. El género y la calificación tuvieron un efecto significativo sobre el grado de depresión y ansiedad (p<0,001). La mayoría de los participantes (71,26 %) indicó que su nivel de estrés/ansiedad había aumentado durante la pandemia. Menos de la mitad (43,25 %) indicaron que fueron capaces de lidiar adecuadamente con las presiones de la situación actual20.
En el estudio, se incluyeron estudiantes universitarios del área de la salud, asumiendo que, bajo las condiciones de estudios virtuales y aislamiento social, los mismos, no han podido desarrollar con normalidad la parte práctica de sus cursos en laboratorios, anfiteatros, hospitales y centros de atención primaria, comprometiendo las competencias que se podrían haber logrado en estos espacios de contacto directo con los pacientes. Al respecto, no se han encontrado estudios en los que se incluyan estudiantes universitarios del área de salud; solamente evidenciamos, estudios llevados a cabo con estudiantes universitarios en general o por carreras específicas. Es el caso de la investigación llevada a cabo a cabo en Ayacucho en por Sandoval et al; se entrevistaron a 284 estudiantes de medicina, para determinar los niveles de depresión, estrés y ansiedad durante la pandemia por COVID-1915.
Diferencias entre hombres y mujeres: Se encontraron diferencias significativas en la depresión, ansiedad y estrés según el género. En general, las mujeres presentaron mayores puntuaciones en promedio al compararlos con los varones. Este resultado es similar a lo hallado por la revisión sistemática con metaanálisis de Wang et al.20, en el estudio de Zuñiga et al.21, Hermosa-Bosano et al.22) y en el estudio de Mac-Ginty et al., quienes concluyeron que el género femenino presentó mayor severidad en los síntomas de depresión y ansiedad19. Cabe señalar que las diferencias de género en los estudios revisados, en población universitaria, así como también en población general, se mantienen constantes en los estudios desarrollados. Estas diferencias posiblemente se puedan explicar por los roles sociales que asume la mujer, cargando mayor cantidad de tareas y responsabilidades, y menor tiempo para el descanso22.
Otro resultado interesante fue que las personas que han tenido COVID-19 presentan mayores niveles de depresión, ansiedad y estrés en comparación con los evaluados que no reportan no haberse contagiado. Este resultado va en concordancia con estudios previos que sugieren que los pacientes recuperados tienen riesgo de presentar problemas psicopatológicos23,24. Estas secuelas no solo comprenden problemas que afectan en la afectividad del sujeto, sino que también traen consecuencias en su salud en general, y que ha recibido el nombre de COVID-19 persistente25. A partir de los resultados obtenidos en el presente estudio, se realizaron comparaciones de la sintomatología de depresión, ansiedad y estrés con el aislamiento social por COVID-19, encontrándose que los estudiantes que presentaron mayor depresión, ansiedad y estrés fueron de género femenino y haber cumplido con aislamiento social total. Al respecto, en un estudio realizado en Chile para determinar los efectos del confinamiento en la salud mental de los estudiantes universitarios, se concluye que el confinamiento por el COVID-19, se relacionó con un gran deterioro de la salud de los estudiantes, afectando más a las mujeres y a estudiantes del primer año; por lo que recomienda una mayor inversión en actividades para mitigar el impacto a la salud mental debido al confinamiento26. Por último, es necesario recordar que los estudiantes universitarios de ciencias de la salud, al retornar progresivamente a las prácticas presenciales en los servicios de la salud, encontrarán persistencia de las brechas en el sistema de salud; situación considerada y estudiada por el equipo de investigación como factor de exposición a riesgos psicosociales27 y maltrato a los profesionales de la salud28, que podrían incrementar problemas a su salud mental29; por lo que urge tomar medidas de soporte a estos estudiantes universitarios.