INTRODUCCIÓN
La presencia de cuerpo extraño en cavidad nasal u ótica es un problema muy frecuente en la población pediátrica, en todos los niveles socioeconómicos, incluso en países desarrollados de Europa, hasta el 2 % de la población pediátrica acude a consulta por esta causa1. Un cuerpo extraño en fosa nasal puede producir secuelas desde sobreinfección hasta paso a vías respiratorias bajas o constituir una verdadera urgencia2, en cuanto a los que se encuentran en el conducto auditivo, otitis externa crónica, perforación timpánica, entre otras complicaciones3.
No existe estadísticas en nuestro medio sobre la prevalencia de este fenómeno, pero no hay ninguna duda de que es un frecuente motivo de interconsultas del servicio de pediatría al otorrinolaringólogo; hasta el 50 % de las consultas pediátricas se relacionan a presencia de cuerpos extraños en cavidades y es un verdadero desafío para los profesionales el cómo encarar a dicha situación, debido a las múltiples presentaciones, distintos objetos, tiempo de evolución, posibilidad de complicaciones, y de la poca colaboración de los pacientes pediátricos en general4. Estratificar por rango etario nos ayudaría a definir cuáles son las medidas de precaución más apropiadas para estos eventos en las distintas poblaciones. El objetivo de este trabajo es dar a conocer la diferencia de media de edades entre pacientes con cuerpo extraño (CE) ótico y nasal en el Hospital de Clínicas en el año 20195.
METODOLOGÍA
El diseño de estudio fue descriptivo de corte transversal y temporalmente retrospectivo con muestreo probabilístico aleatorio simple. La población enfocada constituida por pacientes pediátricos con antecedentes de introducción de cuerpo extraño en cavidad nasal y conducto auditivo externo. Habiendo accedido a pacientes pediátricos con antecedentes de introducción de cuerpo extraño en cavidad nasal y conducto auditivo externo, que han acudido a la Urgencia Pediátrica del Hospital de Clínicas, San Lorenzo, en el periodo Enero 2018-Marzo 2019.
En cuanto a criterios de inclusión hemos tenido en consideración pacientes con cuerpo extraño nasal u ótico de 0 a 18 años, que habían recurrido al servicio de urgencias pediátricas. Habiéndose excluido a los pacientes con fichas incompletas o mal redactadas. En cuanto al tamaño muestral, se ha realizado un pre test en el cual se determinó que en una semana el 30 % de las interconsultas a pediatría, a otorrinolaringología, constituían pacientes con diagnósticos. Según el cálculo de tamaño muestral se ha obtenido una “n” mínima de 164 pacientes3, utilizándose un intervalo de confianza del 95 %. Las variables estudiadas fueron sexo (hombre o mujer), procedencia, localización del cuerpo extraño (fosa nasal derecha, fosa nasal izquierda, ambas fosas nasales, oído derecho, oído izquierdo, ambos oídos), método de extracción en nariz (cureta, aspirado, no se ha constatado), método de extracción en oídos (lavados, hartman, aspirado, cureta de oído, no se ha constatado), tipo de cuerpo extraño extraído, internación (si o no), complicación en cuerpos extraños en fosas nasales (fetidez y rinorrea purulenta, epistaxis, fiebre, ninguna), complicaciones en cuerpos extraños en oídos (dolor, sangrado, pus, fiebre, ninguna), tratamiento posterior a extracción, edad (en años cumplidos), tiempo de evolución (en días)
Los datos han sido analizados de la siguiente manera, se han recolectado utilizando las fichas del servicio de urgencias pediátricas del Hospital de Clínicas, habiéndose almacenados en Excel 2010 y analizados con el sistema Epi-Info versión 7.2.2.6. Se procesaron los datos mencionados con medidas de tendencia central para las variables cualitativas, y prueba de t de Student para los análisis de datos. Desde el punto de vista ético, este estudio no ha representado riesgo para la integridad física y psíquica del paciente. Los datos que se han recabado de las fichas no incluyeron datos que hayan podido descubrir la identidad del paciente. Se ha respetado el principio de: Beneficencia: En caso de resultados de alarma se ha proporcionado información al sujeto, para acudir a ayuda profesional. No maleficencia: Los datos obtenidos en esta encuesta no han sido utilizados para otros fines ajenos a la investigación en este estudio y presentación de casos. Justicia: Todos los pacientes han tenido la misma oportunidad de participar en la encuesta. Autonomía: Cualquiera de los participantes podía haberse negado a participar del estudio sin haber existido coacción para lo contrario.
RESULTADOS
Se analizaron 182 fichas de interconsultas de pacientes pediátricos con diagnóstico de cuerpo extraño en oído (CIE10: T16) y en fosa nasal (T171). En cuanto a la distribución por sexo el 48 % fue femenino, y el 52 % masculino. La media de edades es 4,22 años con un desvío estándar de ± 2,83 años. La diferencia de las medias de los grupos de pacientes con cuerpo extraño en fosa nasal y conducto auditivo externo, según prueba t para dos muestras suponiendo varianzas desiguales, se detalla en la Tabla 1, con diferencias significativas entre las medias de edades, siendo mayor para el grupo con cuerpo extraño en conducto auditivo externo (p<0,05).
El 58,79 % de los pacientes presentó diagnóstico de cuerpo extraño en fosa nasal, de los cuales 51,4 % estaban en la fosa nasal derecha y el 46,72 % en la izquierda, en 1,86 % se encontraba en ambas fosas nasales. El método de extracción fue en el 88 % de los casos con cureta, en el 10 % no se constata y en el 2 % aspirado. El 41,2 % se encontraba en el conducto auditivo, de estos 56 % estaban en derecho, 38,67 % estaban en el izquierdo, y el 5,3 % en ambos oídos. El método de extracción fue en el 56 % de los casos lavado, 25 % Hartman, 7 % aspirado, 7 % no se constata y el 5 % cureta de oído.
En cuanto a los cuerpos extraños que más se extrajeron fueron piezas de bisutería en el 21,42 %, semillas en el 19,23 %, insectos en el 8,24 % y papel en el 7,14 %. En total el 53,5 % de los cuerpos extraños hallados eran orgánicos y el 46,5 % de los objetos eran inorgánicos. El tiempo de evolución en promedio fue de 2,32 días, con un rango de media hora a 90 días siendo para cuerpos extraños en fosa nasal de 3,25 días y 1,25 días para los que se encontraban en oído. En el 13,18 % de los pacientes no saben precisar el tiempo de evolución.
En el 87,9 % de los pacientes se tenía antecedentes de autointroducción del cuerpo extraño. En 165 (90,65 %) de los casos se constató un solo objeto, en 6 casos (3,29 %) se encontró más de un objeto, en 11 casos (6,04 %) no se encontró ningún cuerpo extraño. En 2 pacientes (1,09 %) se requirió internación debido a la dificultad para la extracción del cuerpo extraño. En la Tabla 2 se pueden ver las complicaciones más frecuentes.
El tratamiento más usado posterior a la extracción de cuerpo extraño en conducto auditivo fue antibióticos tópicos (52 %) y; antibióticos por vía oral combinados con lavados nasales (28,97 %) para los hallados en fosa nasal.
DISCUSIÓN
En nuestra experiencia, los cuerpos extraños en oído y nariz suponen un motivo de consulta frecuente en los servicios de urgencias de pediatría, así como de interconsultas con otorrinolaringología de nuestro hospital, como también se informa en un estudio del departamento de ORL del Queen Elizabeth University Hospital, Glasgow, UK3. El sitio más frecuente de alojamiento de cuerpo extraño en población pediátrica en un estudio realizado en la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas, Cuba fue el oído y en segundo lugar la cavidad nasal, sin embargo, en nuestro estudio el sitio más frecuente fue la fosa nasal6,7.
Los cuerpos extraños en cavidades nasales, tienen el agregado de que pueden producir infección local en el sitio, como además ser aspirados hacia vías respiratorias bajas, y causar incluso hasta el 7 % de mortalidad, situación que en nuestro estudio no se dio como complicación8.
Las guías consultadas sugieren que estos pacientes sean derivados a los servicios de otorrinolaringología en casos de imposibilitarse la extracción o antecedentes de otorrea u otorralgia, y atresia de coanas, epistaxis importante o neoformación en fosa nasal, sin embargo, en nuestro hospital, ante el mero antecedente de presencia del cuerpo extraño en cavidad nasal o conducto auditivo es motivo de interconsulta al servicio de otorrinolaringología9-11.
La guía de manejo de cuerpos extraños en oído y nariz del Hospital Son Dureta de Mallorca, refiere que los niños a partir de los 5 años distinguen que es bueno o malo para ellos mismos, disminuyendo las autointroducciones y se producen estos eventos, más bien accidentalmente; sin embargo, en nuestra experiencia, la edad promedio de introducción de CE en CAE era mayor a 5 años4,9,10.
En cuanto a la extracción de CE de fosas nasales, utilizamos lo recomendado en dicha guía (gancho de punta roma, en nuestro caso, artesanal, utilizamos el mango del espejo laríngeo) en la mayor cantidad de los casos, sin embargo, en oído, los métodos utilizados fueron más variados, siendo de más frecuencia el lavado. Los cuerpos extraños extraídos en su mayoría resultaron de origen orgánico (poco más de la mitad), en otros estudios se han reportan hasta el 91 % orgánicos10,12,13.
La prevalencia de complicaciones fue baja, siendo solo del casi el 30 % en fosa nasal y 22,33 % en conducto auditivo, y ninguna de ellas de gravedad, coincidentemente con el estudio antes mencionado de Cuba, la Matanza, en el cual solo el 86 % no ha presentado algún tipo de complicación6,14-19.
En nuestro estudio concluimos que existe una diferencia significativa, entre las medias de edades de pacientes con cuerpo extraño en cavidad nasal y conducto auditivo, resultando significativamente mayor para los que presentaban en oído, consideramos un dato de alto valor a la hora de definir qué medidas tomar para prevención y posteriormente tratamiento ante dicha situación, puesto que la colaboración y fuerza difiere según el grupo etario y las medidas de contención a las que se recurren son diferentes, y la manipulación sin una correcta técnica puede llevar a severas consecuencias11,17,18.