Desde el estallido de la pandemia de COVID-19, hace más de un año, se ha planteado un debate sobre la forma en que los médicos psiquiatras deberían realizar sus intervenciones terapéuticas en el contexto de la emergencia y en el futuro^1,2. Los principales expertos han considerado diferentes escenarios con el fin de implementar nuevas estrategias para proporcionar servicios médicos a los pacientes en el curso de la pandemia³. La Telepsiquiatría se ha propuesto como un enfoque seguro para los pacientes, ya que evita una exposición directa y posibles infecciones entre los pacientes y los profesionales sanitarios.

En Paraguay, como en el resto del mundo, el gobierno dictó políticas de distanciamiento social y restricciones en las primeras etapas de la pandemia para contrastar la propagación de las infecciones⁴. Esto llevó a cambios en la distribución de los recursos para los proveedores de servicios médicos, así como a la prohibición de las entrevistas clínicas y el examen de los pacientes en Psiquiatría, con la excepción de las emergencias. En San Lorenzo, Paraguay, el Hospital de Clínicas forma parte de la Universidad Nacional de Asunción e imparte un Programa de Formación en Psiquiatría a trece residentes en Psiquiatría Clínica y a dos residentes en Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia cada año. Las restricciones han limitado cualquier entrenamiento en habilidades de entrevista, así como la prescripción médica. Se consideró la posibilidad de utilizar la Telepsiquiatría a pesar de los numerosos retos que implicaba. Un proyecto basado en la implementación de consultas de Telepsiquiatría, realizado por profesores y médicos residentes, fue presentado al Consejo Directivo de nuestra Facultad de Ciencias Médicas y recibió una rápida aprobación debido a la situación de emergencia en el país. Además, se compartieron y desarrollaron experiencias de implementación con colegas de Brasil e Italia, que informaron de prácticas similares en esta área.

Entre las limitaciones de este programa se encuentran: 1) La falta de estándares tecnológicos, incluyendo hardware y software apropiados; 2) Una serie de disparidades en el acceso a servicios de Internet de alta calidad en todo el país; 3) La falta de conocimiento sobre el impacto en los pacientes y su respuesta; y, 4) La falta de estrategias apropiadas y seguras para proporcionar recetas a los pacientes en zonas remotas del país. Se han realizado importantes esfuerzos para recaudar fondos con el fin de proporcionar nuevos ordenadores a los servicios médicos y se ha registrado un aumento de las videollamadas con los pacientes. Los nuevos recursos incluían fondos científicos nacionales, fondos institucionales e incluso contribuciones individuales. Se han probado diferentes aplicaciones de video-reuniones por parte de nuestro personal médico y se ha considerado que Google Meet® es de fácil acceso para los habitantes de Paraguay, por lo que se ha convertido en nuestro estándar.

Se ha realizado una campaña informativa promovida por el Departamento de Comunicación Institucional de la Facultad para dar instrucciones a los pacientes sobre cómo acceder a los servicios online, llegando a amplios sectores de la población. El acceso a Internet por parte del paciente y las recetas en línea siguen siendo cuestiones importantes que hay que abordar. En cuanto a estas últimas, se ha llegado a un acuerdo con la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social para facilitar el acceso a los medicamentos. El acceso a Internet es un problema nacional que requeriría una inversión específica por parte del gobierno y del sector privado para garantizar mejores servicios de Internet en todo el país.

Los médicos residentes de Psiquiatría respondieron positivamente al programa y reconocieron los beneficios para los pacientes. Participaron en el diseño de estas estrategias y proporcionaron información a los profesores sobre cómo mejorar este enfoque. Además, estas estrategias permitieron abordar cuestiones relacionadas con la pandemia de COVID-19 y gestionar el acceso de partes de la población paraguaya que informaron de dificultades antes de la epidemia. Los pacientes de los diecisiete departamentos de nuestro país, más la capital, han podido acceder a servicios de Psiquiatría Clínica, Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia y Telepsicología, que se han prestado con facilidad. Además, se ofrece un programa de asistencia para los profesionales de la salud en primera línea contra el COVID-19, debido a la creciente cantidad de problemas de salud mental en esta población, teniendo en cuenta su carga de trabajo y la falta de recursos para tratar a los pacientes.

Con estas medidas, nuestra Cátedra de Psiquiatría reportó un cierto nivel de “normalidad” en la prestación de servicios, con estándares similares a los registrados antes de esta pandemia. Los médicos residentes de Psiquiatría alcanzaron sus propias competencias y habilidades y fueron formados adecuadamente en la práctica actual y futura de la Telepsiquiatría. Hemos observado una aceptación positiva de la Telepsiquiatría y satisfacción entre los pacientes y el personal médico. Aunque esta estrategia no es nueva⁵, las necesidades emergentes relacionadas con esta pandemia llevaron al rápido empleo de la Telepsiquiatría como recurso cotidiano, al menos en Paraguay. Es bien sabido que incluso después de la pandemia, los programas de Telepsiquiatría serán útiles para la práctica clínica, así como para la formación de los médicos residentes.