INTRODUCCIÓN

La educación debe centrarse en la formación de personas incluyendo la esfera afectiva y cognitiva, de manera que debe prepararlos para la vida, proporcionándoles las herramientas necesarias que les permitan aprender, pensar, sentir, actuar y poder desarrollarse como seres humanos integrales (^{Sánchez y Pérez, 2017}).

Desde esta perspectiva, ^{Tejido de Suñer (2006}), afirma que la educación es un proceso centrado en el perfeccionamiento del individuo, puesto que involucra conocimientos, aptitudes y valores vinculados a su formación integral y al desarrollo de su aprendizaje. De manera que ^{Sánchez (2014}), declara que es fundamental entender la esencia de las personas de forma integral.

En este sentido, se torna esencial apoyar a las personas durante su proceso de formación y proporcionarles las herramientas necesarias que les permitan desarrollar sus potencialidades y visualizarse como seres humanos con talentos por desarrollar. Es por ello que ^{Stramiello (2006}), afirma que es fundamental educar en lo humano, tomando en cuenta la parte afectiva de los seres humanos, buscando afianzar los lazos y vínculos entre las personas, haciéndose necesario educar en la esperanza, en la identidad, en el afianzamiento de los lazos sociales, en la responsabilidad y en los valores trascendentes, ya que de esta forma las personas lograrán encontrar un sentido en la vida, el cual según ^{Avellar, Veloso, Salvino y Bandeira (2017}), cambia de un momento a otro, por lo que las personas deben tener claridad en cuál es el sentido en sus vidas, es decir, que es aquello que los impulsa a vivir para continuar avanzando hacia adelante.

En concordancia ^{González (2005}), manifiesta que el sentido en la vida se encuentra en un constante cambio y puede ser descubierto de tres maneras distintas, siendo estas las siguientes: a través de la realización de una acción para lograr algo; cuando se tiene algún principio, se siente por algo o por alguien; y mediante el sufrimiento ante una situación a veces inevitable, sin embargo, lo que importa en este caso es la actitud que la persona asuma para hacerle frente a dicha condición.

A este respecto ^{Flores (2009}), señala que el sentido de vida puede cambiar, más nunca faltar, debido a que la vida es valiosa por sí misma, puesto que existen razones y motivos que impulsan a las personas para continuar viviendo y es precisamente esto, lo que le proporciona sentido a la existencia humana. De manera que ^{Kashdan y McKninght (2009}), argumentan que las personas que manifiestan haber encontrado un sentido en sus vidas, son capaces de establecer metas claras en función de sus valores.

Asimismo, ^{Castillo (2018}), afirma que el sentido de vida es precisamente un motivo que impulsa a las personas al establecimiento de metas concretas en función de sus potencialidades y al mismo tiempo al desarrollo de acciones específicas centradas en la consecución de las mismas.

En esta misma línea ^{García, Gallego y Pérez (2009}), argumentan que el sentido de vida se encuentra asociado positivamente al cumplimiento de las metas que las personas han establecido previamente, así como a una visión positiva de la vida y del futuro mismo, ya que es a través del sentido que los seres humanos logran tal y como afirma ^{Frankl (2004}), direccionar su vida y luchar por aquello que se proponen, teniendo en consideración que los valores según ^{Moreno y Mitrece (1996}), son prioridades significativas en la vida de las personas, puesto que reflejan su mundo interno y al mismo tiempo direccionan sus conductas. Por lo que se puede señalar que los valores y el sentido son conceptos relacionados entre sí, ya que es precisamente a través de los valores que se hace posible que una persona encuentre un sentido, mismo que favorece el desarrollo de las metas en la vida.

Por lo tanto, es posible afirmar que la escuela debe centrar sus esfuerzos en apoyar a los estudiantes para que aprendan a establecer metas claras, medibles y alcanzables, por lo que se hace necesario que tengan un motivo y/o razón para continuar estudiando y así poder vislumbrar sus estudios como algo valioso y donde la realización tanto de sus actividades escolares como personales adquiera relevancia, ya que es fundamental encontrar un equilibrio entre la esfera académica y personal.

Ante esto ^{Rojas (2004}), señala que es tarea fundamental de la educación apoyar a los alumnos en la identificación de sus fortalezas, puesto que de acuerdo con ^{Velasco (2004}), los estudiantes son atraídos por sus propios valores, metas, significados y con la posibilidad de reconocer los recursos que le ayuden a encaminarse hacia los valores que les interesen. De tal manera que la educación debe darse a la tarea de favorecer el desarrollo del potencial humano de los estudiantes, apoyando su autodescubrimiento para que puedan reconocerse como personas valiosas, capaces de lograr aquello que se propongan.

Lo anterior, permite comprender la importancia del sentido de vida como un aspecto clave en el proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que estudios realizados con jóvenes de bachillerato, muestran de acuerdo con ^{Mijares (2014}), que el fortalecimiento del sentido de vida resulta ser una herramienta que puede ser empleada como parte de la orientación vocacional para apoyar a los educandos en la toma de decisiones vocacionales y en el establecimiento de metas que le proporcionen dirección a sus vidas.

En esta misma línea ^{Castillo (2018}), realizó un diagnóstico sobre sentido de vida con jóvenes de bachillerato, donde encontró que más del 50% presentaba incertidumbre y vacío existencial respectivamente, por lo que desarrolló una propuesta de intervención que favoreciera el trabajo con los estudiantes y a partir de ello enseñarlos a establecer metas que orienten su vida con sentido. Ya que ^{Moreno y Rodríguez (2010}), consideran que el bienestar personal de los estudiantes se encuentra vinculado al logro de planes personales y objetivos vitales asociados a su vez con el sentido de vida.

De ahí la importancia, que tiene el hecho de que los educandos logren encontrar un significado en sus vidas, para poder lograr un equilibrio entre su vida personal y académica, puesto que como afirma ^{Díaz (2008}), los jóvenes que permanecen en el colegio, es porque han logrado encontrar en sus vidas un equilibrio entre los factores académicos, motivacionales e interrelacionales de la institución.

De manera que, si un alumno logra comprender cada uno de los aspectos de la institución, sentirse parte de ella, desarrollar sus potencialidades y encontrar un significado en las actividades que realiza, podrá permanecer en el colegio y transitar en el mismo, ya que será capaz de adaptarse y establecer metas conforme a sus capacidades y valores, mismas que le den sentido y orientación a su vida.

Por lo tanto, se torna esencial que las instituciones educativas asuman el reto de apoyar a los estudiantes para que logren encontrar aquello que proporciona sentido a sus vidas y así establecer metas académicas, ocupacionales y personales basadas en sus potencialidades y las cuales le proporcionen dirección a sus vidas, de manera que comprendan la importancia de desarrollar acciones concretas que les permitan trabajar arduamente en el cumplimiento de las mismas, de lo contrario, los educandos se encontraran a la deriva, es decir, sin dirección y sin saber hacía donde guiar sus vidas.

Es por ello, que tomando en consideración la importancia que tiene que los estudiantes establezcan metas con sentido para direccionar sus vidas, el presente estudio, tiene como objetivo identificar las metas académicas, ocupacionales y personales a corto y largo plazo que le dan sentido a la vida de los estudiantes de bachillerato y que al mismo tiempo les permita direccionar sus vidas y centrar sus esfuerzos en el logro de las mismas, ya que como afirma ^{Grondin (2012}), el sentido de vida es la capacidad que tienen las personas para encender sus sentidos al sentido de las cosas. Siendo en este caso, las metas las que les permitan encender sus sentidos para trabajar en función de ellas y apoyen su formación. De manera que, a través de este estudio, la institución educativa contará con información que le permitirá desarrollar estrategias para apoyar a sus estudiantes en el establecimiento y consecución de sus metas.

METODOLOGÍA

En este estudio, se empleó un enfoque metodológico cuantitativo, con un tipo de estudio descriptivo y un diseño no experimental tipo encuesta. La información fue recolectada en un solo momento, la misma fue analizada posteriormente y con base en los resultados fue posible describir las metas académicas, ocupacionales y personales que le daban sentido a la vida de los estudiantes que se encontraban inscritos en el primer semestre de un bachillerato público en el estado de Yucatán. La muestra estuvo conformada por 158 estudiantes y se utilizó un muestreo no probabilístico por conveniencia de sujetos voluntarios, quienes decidieron participar en el estudio de manera libre y voluntaria. Asimismo, se establecieron como criterios de exclusión que los participantes debían ser estudiantes de nuevo ingreso inscritos a un bachillerato público estatal ubicado en Yucatán y debían ser sujetos que decidieran participar de manera libre y voluntaria en el estudio.

RESULTADOS

En la tabla 1, se puede observar que las metas relacionadas con el desarrollo académico que le dan sentido a la vida tanto de los hombres como de las mujeres se relacionan con concluir la preparatoria y seguidamente ingresar a la universidad, lo que indica que los estudiantes tienen claridad en terminar sus estudios de preparatoria para tener la oportunidad de continuar con su preparación académica en la universidad, vislumbrando la realización de la misma a corto plazo, es decir en cinco años aproximadamente.

En la tabla 2, referente a las metas de los estudiantes a corto plazo (cinco años), en el aspecto ocupacional, se encontró que un mayor número de mujeres vislumbraba como una de sus metas ocupacionales tener un trabajo a diferencia de los hombres, donde solamente tres de ellos enfocaba sus metas en tener un empleo.

En la tabla 3, se puede notar que en referencia a las metas a corto plazo centradas en el aspecto de desarrollo personal, se encontraron diferencias entre ambos sexos, puesto que las mujeres contemplaban como una de las metas principales el hecho de poder viajar y en segundo lugar el poder actuar conforme a los valores, a diferencia de los hombres que en primera instancia se interesaban en su bienestar físico y en segundo instancia se centraban en establecer metas relacionadas con adquirir bienes materiales. Por lo tanto, se puede observar que los estudiantes tienen claridad en el establecimiento de metas a nivel personal, mismas que representan para ellos aspectos relevantes que le dan sentido a sus vidas.

En la tabla 4, referente a las metas a largo plazo, es decir, en 10 años, en el aspecto de desarrollo académico que dan sentido a la vida de los estudiantes de nuevo ingreso al bachillerato, se puede mencionar que tanto los hombres como las mujeres enfocan sus metas en terminar la carrera, poder recibir un título profesional y graduarse, así como posteriormente realizar estudios de posgrado. Desde esta perspectiva, es posible señalar que los estudiantes han realizado un análisis de sus propias vidas y han descubierto en sus estudios una razón que le proporciona un sentido a sus vidas, por lo que se sienten motivados y han logrado proyectar como metas a largo plazo el poder concluir con su carrera universitaria, para posteriormente poder trabajar, lo cual se relaciona con sus metas de desarrollo ocupacional a largo plazo.

En la tabla 5, que se centra en las metas que dan sentido a la vida de los estudiantes a largo plazo en el aspecto de desarrollo ocupacional, se puede observar que tanto los hombres como las mujeres tienen como meta en común la incorporación a un trabajo, puesto que consideran que les permitirá solventar otras áreas de su vida, como apoyar a sus familias, entre otros aspectos que han proyectado como parte de sus metas de desarrollo personal.

En la tabla 6, se puede notar que las metas a largo plazo de los estudiantes de nuevo ingreso al bachillerato, referentes a aspectos de desarrollo personal, se encontró que no existen diferencia en cuanto a las metas que refieren tanto los hombres como las mujeres, puesto que ambos sexos coinciden en que una de sus metas centrales es formar una familia, adquirir bienes y viajar, lo que indica que los estudiantes vislumbran estas meta como parte de su sentido de vida. Por otro lado, se encontró que un menor número de educandos enfoca sus metas en ayudar a otras personas, sin embargo, es importante señalar que debido a la edad que poseen los estudiantes, resulta interesante que contemplen como sus metas el ayudar a los demás.

DISCUSIÓN

Los resultados encontrados en este estudio a partir del análisis de las metas a corto plazo (cinco años) en los aspectos académicos que le dan sentido a la vida de los estudiantes, mostraron que existen coincidencias en el establecimiento de metas tanto de hombres como de mujeres, las cuales hacen referencia a concluir el bachillerato e ingresar a la universidad, mientras que en relación con las metas ocupacionales, se encontró que la mayoría de las mujeres refería metas como la búsqueda de un empleo, sin embargo, en los aspectos de desarrollo personal, ambos sexos diferían en el establecimiento de metas, puesto que los hombres se enfocan en metas relacionadas con su bienestar físico y la adquisición de bienes materiales y las mujeres en metas como viajar y actuar conforme a sus valores.

A partir de los resultados, se puede mencionar que los estudiantes tienen claridad en el establecimiento de sus metas en los diferentes aspectos de su vida, puesto que han logrado reconocer que es aquello que les proporciona un sentido, lo cual se relaciona con la afirmación de ^{Damon (2009}), quien asegura que cuando los jóvenes han descubierto un sentido en sus vidas, son capaces de vislumbrar el significado de cada tarea escolar que realizan, asimismo ^{Mason y Nel (2011}), señalan que los seres humanos que han encontrado un sentido, son quienes tratan de alcanzar sus metas, razón por la cual, el tener una carrera es visto por los estudiantes como un medio para poder encontrar un empleo; ya que ^{Frankl (1996}), afirma que al ser el trabajo una actividad donde las personas concentran la mayor parte de su tiempo y logran afianzar la identidad, este ha sido considerado como otra de las formas para encontrar el sentido, de manera que cuando los jóvenes conectan con ese sentido, son capaces de establecer metas a corto plazo en los diferentes aspectos de su vida y desarrollar acciones para el cumplimiento de las mismas, puesto que ^{Milano (2011}), declara que el sentido de la vida puede ser vislumbrado por los seres humanos como una dirección que marca su camino personal al mismo tiempo que representa una fuerza o energía motivadora en sus vidas.

Mientras que en relación con el análisis de las metas a largo plazo (10 años), los resultados mostraron que tanto los hombres como las mujeres coincidían en establecer metas como terminar la carrera (desarrollo académico), trabajar (desarrollo ocupacional), formar una familia, adquirir bienes y viajar (desarrollo personal). Estos resultados indicaron que los estudiantes son capaces de proyectar sus metas a futuro y tienen claridad en que cada meta que consigan representa un aspecto clave hacia la consecución de la siguiente meta, es por ello, que tanto los hombres como las mujeres centran su atención en la conclusión de una carrera, lo cual se relaciona con las afirmaciones de ^{Adams (2012}), quien señala que las personas encuentran en su profesión un sentido que funge como orientación hacia la realización de un trabajo significativo y enriquecedor a nivel personal y social. Al mismo tiempo que Freire (2002) y Martínez (2005), citado en ^{Martínez y Jaimes (2012}), manifiestan que otra de las áreas donde los seres humanos logran encontrar sentido es precisamente en el trabajo, puesto que es un aspecto en la que toda persona debe desenvolverse a lo largo de su vida, por lo cual, le invierte un mayor tiempo, lo que trae consigo la realización personal y el desarrollo de otras áreas importantes en la vida, favoreciendo una mejor calidad de vida, la educación de los hijos, la manutención de un hogar, entre otros, de tal manera, que representa un camino hacia el sentido, mismo que se relaciona con el valor de la creación, el cual de acuerdo con ^{Noblejas (2000}), es un valor en donde los individuos tiene la oportunidad de aportar al mundo algo a partir del trabajo. Por lo tanto, aquellos seres humanos que han encontrado un sentido en sus vidas son de acuerdo con ^{Frankl (2006}), capaces de vivir para algo más que únicamente para sus propios intereses, a lo que ^{Fabry (2009}), afirma que cuando las personas procuran el bienestar de los demás, están vivenciando la autotrascendencia, misma que resulta ser la condición más difícil de alcanzar puesto que implica renunciar al egocentrismo.

En este sentido, los resultados permitieron comprender que los estudiantes tienen claridad en las metas que quieren lograr tanto a corto como a largo plazo, ya que cada una de ellas representa un motor en sus vidas, es decir, que han encontrado en estos momento de su vida un sentido que los impulsa para continuar luchando, al mismo tiempo que son conscientes de que cada aspecto de su vida es importante para mantener un sano equilibrio en la vida, por lo que lograron establecer metas en los aspectos tanto académicos, como ocupacionales y personales, haciéndose evidente en el análisis de los resultados que los estudiantes lograron encontrar relación entre una meta y otra en cada aspecto.

Cabe mencionar que como parte de estos resultados, también se encontró que un menor número de educandos ha centrado su interés en el hecho de fundar asociaciones que les permitan ayudar a otras personas, lo cual representa un aspecto importante, debido a que a esta edad, los jóvenes generalmente se encuentran centrados en ellos mismos y el hecho de preocuparse por el bienestar de los demás hace alusión a estudiantes que presentan la capacidad para autotrascender y dejar una huella positiva en la vida de las personas, lo que también resulta ser un indicador del tipo de profesional en el que se convertirán, al enfocar su atención en apoyar a los demás y velar por su bienestar, dejando a un lado su egoísmo y una existencia centrada en sí mismo.

Por otro lado, los resultados reflejan que los estudiantes también manifestaron interés en conseguir un empleo y trabajar, sin embargo, una minoría vislumbró la posibilidad de realizar emprendimientos laborales, mismos que les permitan generar ingresos, lo cual se torna un área de oportunidad que las instituciones educativas deben atender, a través del establecimiento de acciones enfocadas en motivar a los estudiantes, apoyar las ideas innovadoras y proyectos de emprendimiento que generen, ya que en la actualidad representan nuevos modelos y esquemas laborales y aunado a lo anterior, se hace posible el desarrollo de empresas, que contribuirán en la generación de nuevas fuentes de empleo, recursos económicos y fortalecimiento del capital humano.

Desde esta perspectiva, la escuela debe promover el desarrollo de los talentos y capacidades de los educandos para motivarlos en el emprendimiento de ideas innovadoras que les permitan contribuir a su independencia económica, generar sus propios negocios y recursos económicos para convertirse en empleadores creativos que atiendan las necesidades que se presentan y proporcionar servicios útiles a la sociedad, donde además de beneficiar con sus ideas a otras personas al proporcionarles empleo, servicios o atención, también ellos mismos se ven beneficiados, por lo cual, se hace énfasis en la necesidad de que la escuela modifique sus esquemas y se centre en proporcionar una educación con sentido a los estudiantes con el propósito de apoyarlos a encontrar un significado en sus vidas para atreverse a innovar y emprender nuevos proyectos para poder vivir plenamente el sentido en cada momento de sus vidas.

De ahí el hecho de que los resultados del presente estudio, alienten a las instituciones a enfocar sus esfuerzos en desarrollar estrategias que le permitan educar con sentido a los jóvenes, apoyándolos para conectar con sus recursos, desarrollar su máximo potencial, aprender a tomar decisiones responsables y preocuparse por el bienestar de los demás, con el propósito de que aprendan a establecer metas y equilibrio en su vidas para que sean capaces de aprender a sobreponerse a los obstáculos, vencer sus miedos y luchar por el cumplimiento de cada una de sus metas, a través del desarrollo de acciones y compromisos claros y concretos.