INTRODUCCIÓN
Desde el punto de vista filogenético, la postura corporal humana sufrió una transición de la cuadrúpeda a la bípeda, lo que conllevo a la adquisición de nuevas demandas mecánicas y de interacción con el entorno.
La postura corporal equilibrada es la alineación del cuerpo, resultado de una eficiencia tanto fisiológica como biomecánica, reduciendo el estrés y las sobrecargas, ejercidas sobre el sistema por el efecto de la gravedad1. Desde la estática, la postura es vista como la posición relativa del cuerpo o parte de este en el espacio que va ocupando en relación con la gravedad, utilizando el centro de gravedad y su eje para definir la postura, su línea coincide, en el plano frontal, con la línea media del cuerpo; y en el plano sagital, pasa por delante de la articulación tibioastragalina, la articulación del hombro y por último a través del lóbulo de la oreja.
Desde la dinámica, la postura se corresponde a un control minucioso de la actividad neuromuscular que debe mantener la coordinación de varios elementos2.
La columna vertebral es el eje de la postura, esta que adopta una posición de flexión en la vida uterina, se va modificando paulatinamente a medida que el ser humano se desarrolla y va adentrando a su entorno1. El desarrollo de nuevas tecnologías, el uso diario de computadoras y teléfonos móviles normalmente propician que la persona adopte una mala postura3. La cabeza contribuye a mantener la postura corporal por medio de una serie de mecanismos neuromusculares.
Para Capurso et. al.4 en sus pacientes de estudio que la postura de la cabeza y el cuello hacia adelante fue la alteración postural más común.
La posición adelantada de la cabeza y el cuello, también llamada antepulsión cefálica, es considerada una para función que produce una serie de alteraciones biomecánicas, los cuales son lesivas para los tejidos de la cabeza. Kendall et. al. (2005) propone una evaluación postural estática siguiendo una línea de plomada para detectar patrones desproporcionados5 (Figura 1).
Las articulaciones, músculos, ligamentos y nervios del cuello mediante la inflamación, generan dolor excesivo, pérdida de movilidad, dolor de cabeza, mareos, vértigo, dolor posturas incorrectas, las tensiones tanto musculares como nerviosas pueden causar daños en los brazos y hormigueos en las manos; todos estos están relacionados a las personas con dolor cervical6.
La posición adelantada de la cabeza puede ser vista de forma constante en estudiantes, manteniendo la posición por un tiempo bastante prolongado7. La adopción de esta postura se observó al momento de la lectura tanto de libros como de aparatos electrónicos, los cuales son utilizados de apoyo pedagógico.
Los estudiantes generalmente adoptan una posición sedente para sus diferentes ocupaciones como es al escribir, estudiar, estar frente a un computador, o a la hora del uso de los teléfonos móviles. Todos ellos están predispuestos a padecer una alteración postural debido a que en un 60% al 80% del día acarrea un incorrecto hábito de la postura7.
MATERIALES Y MÉTODOS
Estudio observacional, transversal, analítico. El tamaño de la muestra fue de 118 estudiantes del primer al quinto semestre que accedieron a participar del estudio. El período de estudio comprendió desde 22 de abril al 10 de mayo del 2019 y fue llevado a cabo en las instalaciones de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción. El estudio se basó en una encuesta para recabar datos sobre las variables estudiadas con una evaluación kinesiológica, la técnica evaluativa postural de Kendall para dar el diagnóstico de antepulsión cefálica. Dicha técnica se realizó analizando una foto de perfil del estudiante por medio de puntos en referencias anatómicas (conducto auditivo externo y acromion) fijadas por Kendall5, de las cuales luego se obtiene un ángulo que nos indica el grado de antepulsión. Se tomó como referencia un ángulo mayor a 8° para dar el diagnóstico de antepulsión cefálica, los ángulos se obtuvieron mediante un procesamiento de las imágenes en programas de edición fotográfica digital. Para el análisis estadístico descriptivo se utilizaron medias, desviación estándar, las frecuencias y porcentajes. Para el estudio de asociación entre la presencia de antepulsión cefálica y los factores asociados se utilizó el test de X2 y el OR con su IC respectivo. Se consideró como una p estadísticamente significativa a valores menores a 0,05.
RESULTADOS
Se incluyeron 118 estudiantes del primer al quinto semestre de la carrera de Medicina y Cirugía de la Universidad Nacional de Asunción, Paraguay que quisieron participar. El valor de la media de la edad fue de 21,25 (±1,40 años). El 55% de los individuos encuestados fue de género masculino y el 45% de género femenino.
Al realizar la técnica evaluativa postural de Kendall, se constató que el 78% (92/118) de los estudiantes presenta antepulsión cefálica (Gráfico 1). De los cuales 44,9% (53/118) correspondían al género masculino (Gráfico 2).
Con respecto a las horas de estudio, los encuestados se dividieron en 5 grupos según las horas que estudiaban: menos de 2hs, entre 2 y 3hs, entre 3 y 4hs, entre 4 y 5hs, y más de 5hs. Del total de estudiantes, el 30,5% (36/118) refirió dedicar 3 a 4hs de estudio (Gráfico 3).
En el análisis de los factores asociados a la antepulsión cefálica se observó una asociación estadísticamente significativa entre la presencia de antepulsión cefálica y el tiempo aproximado de estudio (p=0,001), (Tabla 1). No se encontró relación estadísticamente significativa entre la antepulsión cefálica y el sexo
(p=0,3).
En el análisis de los síntomas asociados a la antepulsión cefálica no se encontró una relación estadísticamente significativa entre la antepulsión cefálica y dolor en las manos (valor de P=0,486), dolor de cuello (p=0,797), dolor en los codos (p=0,834), dolor de hombros (p=0,762), dolor de cabeza (p=0,648), dolor de espalda (p=0,677). Tampoco se observó una asociación estadísticamente significativa entre la antepulsión cefálica y las parestesias en brazos, antebrazos y en las manos (p=0,478), (p=0,428) y (p=0,176) respectivamente.
DISCUSIÓN
Teniendo en cuenta los datos obtenidos en esta investigación, este estudio demuestra que existe una alta frecuencia de antepulsión cefálica en estudiantes universitarios, un fenómeno al que debemos prestar especial atención, puesto que la postura adoptada por las personas al estudiar o trabajar, y el tiempo que emplean en dicha posición pueden acarrear síntomas que afecten el estilo de vida de los estudiantes.
Las horas de estudio constituyen un factor que predispone la aparición de este fenómeno1. La técnica de evaluación postural de Kendalls5 permite evaluar las alteraciones en el plano frontal que puede utilizarse para poder medir las variaciones por medio del trazado de ángulos con respecto a referencias anatómicas del paciente, método que es utilizado en numerosos artículos de la bibliografía consultada.
La antepulsión cefálica y la inclinación del cuello tienen relación con la postura prolongada en un solo lugar sin mucho movimiento6. El sexo no constituye un factor determinante en el nivel de antepulsión cefálica, si bien el sexo masculino es el que más lo manifiesta8, la literatura revisada no presenta una relación significativa entre los sexos y la prevalencia de antepulsión cefálica, en el presente trabajo no se constata una relación significativa entre ellos.
La antepulsión cefálica registrada en este trabajo está relacionada con estudiar por más de 3 horas que invierten los estudiantes, la postura que adoptan al realizar tal actividad potencia la inclinación del cuello, lo descrito se condice con los resultados obtenidos por Ariens et. Al9. El mencionado estudio, prospectivo, con una muestra de 1334 empleados observó que existía una relación entre el tiempo que la persona invierte sentada en una misma posición y la aparición del dolor de cuello, de acuerdo con los resultados de nuestro estudio no se encontró una relación significativa entre el grado de antepulsión cefálica y la aparición de dolores de cuello asociados.
A través de este estudio se pretendía hallar síntomas que pudiesen estar asociados con la antepulsión cefálica, un estudio hecho por Ruivo et. al. refleja que el dolor más común asociado a la antepulsión cefálica es el dolor de cuello10. La literatura no muestra asociación entre la antepulsión cefálica y la manifestación de otros dolores, mientras que en nuestro trabajo ninguno de los síntomas analizados muestra significancia dentro del estudio.
El método de evaluación postural que fue utilizado se condice con otros trabajos en donde es necesaria una medición de ángulos corporales por medio de referencias anatómicas11. Entre las limitaciones de este estudio podemos citar el bajo número de la muestra, además de otros factores que no fueron considerados en el estudio que pueden haber influido en los resultados obtenidos; entre estos se encuentran la utilización del celular para juegos y ocio12, peso e índice de masa de los participantes13, uso de computadoras14, entre otras actividades que también implican adoptar una mala postura.
En conclusión, resulta importante investigar más a fondo sobre la relación de la postura en estudiantes con la antepulsión cefálica, sobre todo por el impacto que puede representar para la calidad de vida de los estudiantes universitarios15, un estudio con una muestra mayor y con más factores relacionados a la mala postura resultaría adecuado para una mejor comprensión de los fenómenos encontrados en este trabajo.