INTRODUCCIÓN
La tasa metabólica basal (TMB) representa la cantidad más baja de energía requerida para la supervivencia realizando las funciones primarias del organismo 1. El principal órgano responsable de la regulación del metabolismo es el hipotálamo, el cual influye sobre el metabolismo basal mediante actividades como el control de la actividad del sistema nervioso autónomo, regulación de la temperatura así como de los sentimientos de enojo y agresividad 2, regulación de la ingesta de alimentos por medio de los centros de hambre en función de la cantidad de alimentos consumidas y de las hormonas grelina y leptina 3; y los centros de la sed, en función de las variaciones de la presión osmótica extracelular 4. La TMB es directamente proporcional a la masa magra, la cual es la cantidad de masa corporal libre de tejido adiposo 14, en consecuencia, mientras mayor sea la masa magra, mayor será la TMB 5. La TMB puede verse afectada por condiciones patológicas agudas y crónicas, alteraciones hormonales, situaciones estresantes, entre otros 6. Una de las consecuencias de una baja TMB es el sobrepeso u obesidad, el cual es un problema de salud pública internacional, afectando aproximadamente al 40% de la población mundial 7. En el Perú, la prevalencia de sobrepeso y obesidad (por tanto, la afectación del metabolismo basal) alcanza a casi el 50% de la población 8.
La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad crónica caracterizada por el aumento de la presión en los vasos sanguíneos sistémicos 9. Generalmente asintomática, es un factor de riesgo para el desarrollo de vasculopatías con alta morbimortalidad como el accidente cerebrovascular isquémico y hemorrágico, coronariopatías, insuficiencia cardiaca, trastornos de la conducción eléctrica cardiaca, vasculopatía ocular, renal, demencia vascular 10, siendo una de las principales causas de morbimortalidad a nivel mundial 11. Se divide en primaria y secundaria siendo la primaria alrededor del 90% a 95% de los casos 12, asociada principalmente a alteraciones intrínsecas a nivel genético, estilos de vida y hábitos alimenticios perjudiciales como el sedentarismo, dietas ricas en carbohidratos y grasas 13, tabaquismo y alcoholismo 14. La HTA secundaria se asocia a causas claramente identificables como las nefropatías agudas y crónicas, endocrinopatías, así como al uso de anticonceptivos 15. Afecta a alrededor de 1000 millones de personas, alrededor del 22% de la población mundial aproximadamente 16, siendo ligeramente más frecuente en el sexo masculino, en bajos niveles socioeconómicos, e incrementándose con la edad 17. En el Perú la prevalencia de HTA se ha estimado en alrededor del 20,60% en el año 2018 de los cuales solo el 5,60% tuvieron un control adecuado de la enfermedad, incrementándose esta prevalencia a 22,10% en el año 2022 18.
Debido a los efectos sistémicos inmediatos, a corto y largo plazo de la HTA sobre la salud, y a que las alteraciones del metabolismo basal inciden sobre el aumento del tejido adiposo y reducción del tejido magro, con el incremento del riesgo de sobrepeso y obesidad, es necesario analizar la posible relación entre ambos fenómenos. En ese sentido, la investigación de esta asociación ha sido poco explorada en estudios internacionales, del cual el más notorio fue el desarrollado por Luke A et al19 en el año 2004, el cual fue enfocado en poblaciones estadounidenses, países africanos y asiáticos, en el cual afirmó que la TMB se correlaciona positivamente con la presión arterial. Esto podría replantearse y tener diferentes resultados en poblaciones sudamericanas, concretamente en el Perú, cuya población tiene características antropométricas y estilos de vidas diferentes a la de países de este y otros continentes. Por ello, el objetivo de esta investigación fue analizar la correlación y variaciones en los niveles de la TMB con la presión arterial en adultos normotensos e hipertensos de la población peruana. Los resultados permitirán conocer los cambios en la relación entra la TMB y la presión arterial, lo cual podrá ser un antecedente para estudios orientados a explorar la perspectiva terapéutica farmacológica, nutricional y conductual ante trastornos en los que intervendrían conjuntamente alteraciones del metabolismo energético y la presión sistémica. Asimismo, se determinará el grado en que la presión arterial sistémica afecta al metabolismo energético en hombres y mujeres, y si esta relación es similar o difiere en función del sexo.
METODOLOGÍA
Diseño y población de estudios
Se realizó un estudio observacional, retrospectivo, analítico y transversal. El componente analítico fue a que se buscó una hipotética relación entre las variables estudiadas. El estudio se realizó según los datos de la encuesta nacional de la encuesta demográfica y de salud familiar peruana (ENDES-2022). La ENDES es una encuesta poblacional de muestreo complejo, probabilístico, bietápico e independiente 20. La población seleccionada para el desarrollo de este estudio estuvo conformada por adultos que tuvieron los criterios de inclusión: ser mayor de 18 años que se hayan realizado las mediciones de presión arterial sistólica, diastólica, peso, talla y perímetro abdominal. No se consideró a los adultos con diagnóstico de diabetes mellitus debido a que esta enfermedad implica alteraciones del metabolismo de la glucosa y otras macromoléculas. Asimismo, al ser un estudio proveniente de una fuente secundaria, no hubo otro criterio de exclusión. El muestreo para esta investigación fue no probabilístico e intencional debido a que se contó con el total de la población registrada en la base de datos secundaria, por lo que no se precisó del desarrollo de procedimientos de selección de muestra y, por tanto, la muestra de estudio fue el total de la población objetivo siendo el total de población de 18.032 mujeres y 13.646 hombres mayores de 18 años.
Variables y mediciones
Las variables fueron: sexo, presión arterial sistólica y diastólica, la cual, según la ficha técnica de la ENDES, fue tomada 2 veces, con un intervalo de 10 minutos entre ambas, siendo considerado para esta investigación la segunda toma de presión arterial. La TMB fue definida como la cantidad mínima de energía que requiere el cuerpo para realizar las funciones orgánicas más básicas; su medición se realizó en base a la fórmula de Harris Benedict que fue descrita en 1919, y posteriormente revisada por Mifflin y St Jeor en la década de 1990, la cual fue, en hombres, el peso (en kilos) multiplicado por 10, simado a la altura (en centímetros) multiplicado por 6,25 y restado con la edad (en años) multiplicado por 5, y luego sumando más 5 mientras que en mujeres fue el peso multiplicado por 10, sumado a la altura, multiplicado por 6,25 y restado con la edad, multiplicado por 5, y luego restado menos 161 21. La introducción de los calculas de la TMB fue realizada por medio del software SPSS Statistics 25™. Los resultados fueron dicotomizados en dos variables con el fin de realizar la estimación del riesgo: Hipertensión (si/no), TMB bajo (si/no) acorde a los valores en hombres (1600-1800 calorías/día) y mujeres (1300-1500 calorías/día) 22. Asimismo, para la realización del modelo de regresión logística binaria, se incluyó en el modelo las variables que también estuvieron incluidas en la ENDES-2022, como el consumo de alcohol y el nivel educativo, con el fin de obtener un modelo sólido que permita conseguir un Odds Ratio ajustado, por lo cual estas variables no fueron exploradas por no ser objetivo de esta investigación.
Análisis estadístico
Se utilizaron tablas para la estadística descriptiva, obteniendo frecuencias y porcentajes. Se utilizó la prueba chi-cuadrado de Pearson para evaluar la asociación estadística, así como la prueba t de Student para muestras independientes. Para la estadística analítica se utilizó la prueba de razón de prevalencias (Odds Ratio) crudo. Posteriormente se utilizó el modelo de regresión logística binaria usando el método de Wald así como el exponencial de B, que representa la razón de probabilidades, permitiendo un análisis multivariado con un Odds Ratio ajustado valorando otras variables como el sexo, la edad, el nivel educativo y el consumo de bebidas alcohólicos, con el fin de obtener mayor precisión estadística para disminuir el sesgo por factores de confusión. Los hallazgos se midieron con un valor de p significativo menor del 0,05 con un intervalo de confianza al 95%
Consideraciones éticas
La base de datos abiertos de libre acceso no incluyó datos personales, provino de una fuente secundaria (https://www.datosabiertos.gob.pe/) proveniente de un organismo estatal (Instituto Nacional de Estadística e Informática), por lo que no hubo ningún dato que permitiera conocer la identidad de la unidad de análisis (los participantes de la encuesta), por lo que no se precisó de la autorización de un comité de ética.
RESULTADOS
Se incluyeron 31.678 sujetos. Se observó que las mujeres con presión sistólica elevada tuvieron una TMB de 1130 kJ mientras que en las mujeres con presión sistólica normal la TMB fue mayor (1246 kJ) mientras que no hubo un margen de diferencia significativo de TMB entre las presiones diastólicas elevada y normal siendo ligeramente mayor en mujeres con presión diastólica elevada (1264 kJ). En hombres la TMB fue ligeramente mayor en los grupos con presión sistólica y diastólica elevada (tabla 1)
Mujeres (n 18.032) | PA elevada | PA normal |
---|---|---|
TMB en presión sistólica | 1130 kJ | 1246 kJ |
TMB en presión diastólica | 1264 kJ | 1229kJ |
Hombres (n 13.646) | PA elevada | PA normal |
TMB en presión sistólica | 1563 kJ | 1535 kJ |
TMB en presión diastólica | 1574 kJ | 1523 kJ |
TMB: tasa metabólica basal; PA: presión arterial; kJ: kilocalorías
Las mujeres con TMB baja tuvieron hipertensión con mayor frecuencia que las mujeres con TMB normal, siendo una relación estadísticamente significativa donde presentar una TMB baja represento un aumento de la probabilidad de presión arterial alta respecto a mujeres con TMB normal. En hombres, la hipertensión se presentó con mayor frecuencia en quienes tuvieron una TMB normal, siendo la TMB baja un factor protector para tener HTA (tabla 2).
Mujeres | Hipertensas | Normotensas | Total | OR (IC 95%) | p |
---|---|---|---|---|---|
TMB baja | 1492 (12,60%) | 10386 (87,40%) | 11878 (100%) | 1,5 (1,3-1,6) | <0,001 |
TMB normal | 529 (8,60%) | 5625 (91,40%) | 6154 (100%) | ||
Total | 2021 (11,20%) | 16011 (88,80%) | 18032 (100%) | ||
Hombres | Hipertensos | Normotensos | Total | OR (IC 95%) | p |
TMB baja | 2051 (23,60%) | 6647 (76,40%) | 8698 (100%) | 0,6 (0,6-0,7) | <0,001 |
TMB normal | 1589 (32,10%) | 3359 (67,90%) | 4948 (100%) | ||
Total | 3640 (26,70%) | 10006 (73,30%) | 13646 (100%) |
El exponencial de B corresponde al Odds Ratio ajustado, donde se contrastó la TMB junto a variables que estuvieron disponibles en el registro de la ENDES, como la edad, nivel de educación y consumo de bebidas alcohólicas, para determinar la relación y probabilidad de tener presión arterial elevada. Se halló que las mujeres con alteraciones de la TMB tuvieron una probabilidad 2,237 veces mayor de tener hipertensión mientras que en los hombres tener una baja TMB representó una menor probabilidad para desarrollar HTA (OR: 0,477) (tabla 3).
Mujeres | B | Wald | p | Exp (B) | IC 95% |
---|---|---|---|---|---|
Edad | -0,039 | 866,803 | <0,001 | 0,962 | 0,959-0,964 |
Educación | -0,102 | 5,793 | 0,016 | 0,903 | 0,831-0,981 |
TMB baja/normal | 0,805 | 367,001 | <0,001 | 2,237 | 2,060-2,429 |
Hombres | B | Wald | p | Exp (B) | IC 95% |
Edad | -0,029 | 563,658 | <0,001 | 0,971 | 0,968-0,973 |
Educación | -0,230 | 31,502 | <0,001 | 0,794 | 0,732-0,861 |
Consume alcohol | 0,480 | 21,111 | <0,001 | 1,617 | 1,317-1,984 |
TMB baja/normal | -0,740 | 327,008 | <0,001 | 0,477 | 0,440-0,517 |
TMB: tasa metabólica basal; Exp(B)=Odds Ratio; IC: Intervalo de confianza
Se encontró que, en adultos hipertensos, la presión sistólica y la TMB se correlacionaron baja y negativamente, mientras que la presión diastólica se correlacionó de forma moderada y negativa en mujeres y de forma baja y positiva en hombres. En adultos normotensos, la correlación entre presión sistólica y TMB fue muy baja en mujeres, mientras que en hombres fue baja y positiva. Asimismo, la correlación entre presión diastólica y TMB fue baja y positiva en ambos sexos (tabla 4).
DISCUSIÓN
Se observó que las mujeres con TMB baja presentaron a su vez HTA con mayor frecuencia que las mujeres con TMB normal, incrementándose la probabilidad de presentar este fenómeno como se pudo apreciar en los Odds Ratio crudo y ajustado por regresión logística binaria, así como un promedio de PA sistólica con una diferencia de 100 kilocalorías menos respecto a la TMB de mujeres con PA sistólica normal. La explicación de estos resultados puede conjeturarse a partir del efecto de los estrógenos sobre el gasto energético; experimentos en roedores ovariectomizados mostraron una reducción de la TMB con un incremento de la adiposidad y del riesgo cardiovascular, la cual se restauró con tratamiento estrogénico 23. A su vez, Melanson EL et al24, en un estudio prospectivo cuyo objetivo fue determinar la regulación del gasto energético por estradiol en mujeres premenopáusicas, encontró que la supresión de hormonas sexuales mediante agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina se relacionó con la disminución del metabolismo basal.
Asimismo, estudios prospectivos en mujeres mostraron que la actividad física y alimentación influyen en la TMB al aumentar la masa magra muscular 25. Sin embargo, es posible que la baja TMB baja en mujeres hipertensas sea una conjunción de factores ambientales, de estilo de vida y fisiológicos, como los asociados a la homeostasis hormonal de hormonas tiroideas, catecolaminas, corticoides, y principalmente por estrógenos, cuya disminución, causa la pérdida de su función protectora cardiocirculatoria.
Por el contrario, en hombres, no hubo diferencias extensas en el promedio de TMB en normo e hipertensos, y sobre todo, la frecuencia de hipertensión fue mayor en el grupo con TMB normal. En ese sentido, una baja TMB se asoció a normo-tensión arterial, lo que difiere de la conocida relación inversa entre ejercicio y presión arterial donde se postula que conservar o mejorar la TMB mediante actividad física y alimentación disminuye la presión arterial 26. A su vez, esto coincide con Snodgrass JJ et al27) quien, en un estudio cuyo objetivo fue determinar la influencia de la TMB en la presión arterial entre los indígenas siberianos, encontró que la TMB se asoció a una mayor presión arterial sistólica y presión de pulso. En ese sentido, y afín a la conclusión del estudio previamente citado que apela a características endógenas y ambientales en la población siberiana; es posible que en la población peruana, de características biológicas, socioeconómicas y ambientales altamente heterogéneas, la actividad física y la alimentación no sean los únicos factores determinantes que influyan en la relación entre TMB y presión arterial, especialmente en el sexo masculino, en especial debido a que la población peruana posee características antropométricas particulares como por ejemplo una talla promedio de las más bajas a nivel mundial con un importante componente genético 28, por lo que son necesarios estudios de la TMB y parámetros antropométricos basados en las características socioeconómicas, sociodemográficas y socioculturales que permitan comprender mejor la regulación de la TMB en la evolución de la presión arterial en esta población ya que el gasto de energía , además del sexo masculino o femenino, está altamente relacionado con el tamaño del cuerpo 29.
Asimismo, en el análisis de correlación de Spearman se observó que, tanto en hombres como mujeres hipertensas, la correlación TMB-PA sistólica fue baja y negativa, mientras que en normotensos fue positiva. Asimismo, la correlación TMB-PA diastólica fue baja y positiva en ambos sexos normo e hipertensos. Este resultado coincide parcialmente con la hipótesis propuesta inicialmente por Luke, quien, en un estudio sobre la asociación entre la presión arterial y el gasto energético en reposo independiente del tamaño corporal en una población de adultos de Illinois, Estados unidos, afirmó que la TMB se correlaciona positivamente con la presión arterial, lo que también fue afirmado por Ali N et al30) en un estudio sobre la prevalencia de hipertensión e influencia de la TMB en la presión arterial entre estudiantes adultos en Bangladesh. La principal diferencia de los estudios citados con la presente investigación fue que se ha propuesto evaluar la correlación TMB-PA en adultos normotensos e hipertensos, cumpliéndose lo afirmado en investigaciones previas en el caso de adultos normotensos, pero difiriendo cuando se analizó la correlación en el contexto de HTA.
Asimismo, si bien la correlación entre las variables fue baja, es preciso considerar que la misma fue suficientemente relevante debido a que se estudió a un gran grupo poblacional (superior a 30.000 personas) y a que las variables estudiadas (presión arterial y TMB) son clínicamente relevantes debido a la proximidad fisiológica explicada anteriormente. Todo esto justificó el estudio de esta relación en beneficio del porcentaje de pacientes potencialmente afectados. Haciendo un paralelismo, son justificables los estudios e intervenciones en sustancias químicas correlacionadas de forma baja con el desarrollo de ciertos tipos de cáncer, o alimentos o hábitos que se correlacionen de forma baja con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares en el caso de que los resultados se hayan encontrado en grandes grupos muestrales.
En ese sentido, los mecanismos subyacentes propuestos a la correlación positiva entre TMB y PA en adultos sin hipertensión, estarían relacionados a la demanda energética por el incremento del tono simpático y el intercambio iónico transmembrana como afirmo Luke, sin embargo, la correlación negativa entre TMB y PA sistólica en sujetos hipertensos, principalmente mujeres, implicaría que el incremento de la presión sistémica durante la contracción cardiaca influirá negativamente sobre la actividad metabólica y posiblemente sobre la masa magra a través de alteraciones hemodinámicas que disminuirían la nutrición (y por tanto el desarrollo) de tejidos no grasos como músculos y vísceras, mientras se incrementa el tejido adiposo abdominal el cual, por medio de la liberación de citosinas inflamatorias y hormonas, contribuiría al incremento del daño endotelial vascular. Es necesario considerar que la correlación negativa en la PA sistólica y positiva entre la PA diastólica con la TMB podría señalar una regulación anormal en la perfusión orgánica por parte de las arterias sistémicas durante la fase de contracción y relajación cardiaca.
Las limitaciones del estudio estuvieron relacionadas a la ausencia de aleatorización en la selección de la muestra ya que se realizó un muestreo intencional de los datos de la ENDES-2022 que es una fuente secundaria. Sin embargo, se seleccionó toda la población disponible que cumplió los criterios de inclusión para el estudio y, debido a las características y el tamaño del muestreo de la ENDES-2022, los resultados pueden ser extrapolables a la población peruana. Sin embargo, ello también impidió la inclusión en el modelo de regresión logística binaria de más variables que pudieran haber sido factores de confusión como la presencia de dislipidemias, sedentarismo, niveles de glucemia basal, hemoglobina glucosilada, presencia de otras comorbilidades, entre otros. Otra limitación fue el método de obtención de TMB, ya que, si bien existen métodos con mayor precisión como la calorimetría, su aplicación a un número tan amplio de población y muestra sería inviable a corto y mediano plazo, al requerir que las condiciones de medición sean más estrictas referentes al ayuno y reposo prolongado, así como la disponibilidad logística y económica del dispositivo de medición (calorímetro) 31) y la capacitación del personal que realizaría la medición en todo el país, por lo que el uso de la ecuación de Harris Benedict revisada por Mifflin y St Jeor es un recurso de mayor factibilidad para el cribado de TMB siendo recomendado por el ministerio de salud peruano para evaluaciones nutricionales (https://alimentacionsaludable.ins.gob.pe/node/1273).
En conclusión, la TNB baja se asocia a hipertensión en mujeres, mientras que en hombres está asociada a una tasa metabólica normal. Asimismo, la TMB se correlaciona negativamente con la presión arterial en hipertensos y positivamente en normotensos de la población peruana. Los hallazgos implican que las condiciones de consumo metabólico pueden verse influidas por la presión de los vasos sanguíneos sistémicos y que estos eventos afectan de forma diferente a hombres y mujeres. Se sugieren estudios cuyo diseño metodológico permitan confirmar el marco conceptual relacionado a la relación fisiopatológica de las alteraciones de la presión arterial y el metabolismo basal según las características genéticas, biológicas y ambientales de la población peruana. Ello también implica que médicos endocrinólogos, cardiólogos, internistas, de medicina física y rehabilitación y de atención primaria, así como nutricionistas contemplen la posibilidad de replantear el manejo de los objetivos calóricos nutricionales, actividad física y de presión arterial, ajustados a las características antropométricas de adultos peruanos.