INTRODUCCIÓN
La violencia laboral hacia el personal de salud es un problema a nivel mundial, la discriminación y las agresiones físicas, verbales y psicológicas al personal de salud aumentaron con la pandemia de COVID-19 (1,2). El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informó que durante los primeros 6 meses de la pandemia se registraron 611 incidentes de agresiones físicas o verbales, amenazas o discriminación relacionadas con COVID-19 hacia los trabajadores de la salud en más de 40 países(3). Según un reporte de la OMS la naturaleza de los ataques a la atención de la salud relacionados con la COVID-19 varía mucho según los contextos, desde el uso de violencia contra las instalaciones de salud hasta la estigmatización de los trabajadores de la salud(4). Las evidencias demuestran que las salas de emergencias son uno de los principales servicios en donde se generan la mayoría de actos violentos(5).
El personal sanitario ha tenido que pasar por presión psicológica, carga laboral excesiva, mediatización, aspectos judiciales, desprotección, falta de descanso, nuevos roles, discriminación y agresiones causando todo eso alteraciones emocionales y mentales(6,7). Estas agresiones están relacionadas con el temor de los pacientes, especialmente si van a ser sometidos a procedimientos intrusivos o dolorosos, o también cuando el paciente o sus familiares perciben una falta de empatía de su médico tratante. También se atribuyen a la disminución de los niveles de personal, los cambios en la población de pacientes y las restricciones de visitantes(8,9). El miedo, la desesperación y la situación de colapso de los hospitales han hecho que se viva un ambiente de tensión en todo el mundo, ya que incluso los países de primer mundo se han visto sobrepasados con la pandemia del COVID-19.
La situación en Paraguay no ha sido diferente, sobre todo en sectores como urgencias o del área respiratoria. Se registraron casos de agresiones físicas a personal de salud en distintos hospitales públicos del país. El estudio tuvo como objetivo identificar la violencia sufrida por el personal de enfermería durante la pandemia del COVID-19 en un hospital público de Paraguay en el año 2021. El estudio es de especial importancia debido a que existen pocos estudios publicados sobre el tema, especialmente en países latinoamericanos y es el primero en Paraguay.
SUJETOS Y MÉTODO
Se realizó un estudio observacional-descriptivo de corte transversal. La investigación se realizó en el Hospital Regional de Coronel Oviedo, el cual es el Hospital de Referencia Departamental. El estudio se realizó durante la pandemia del COVID-19 entre mayo y agosto del año 2021 durante la segunda ola de contagios de COVID-19 en Paraguay.
La población de estudio correspondió a la totalidad de los 219 trabajadores de Salud que se desempeñan en las áreas asistenciales del Hospital Regional. El tipo de muestreo para los trabajadores de enfermería que se utilizo fue el probabilístico aleatorio simple estratificado por área asistencial, con nivel de confianza del 95%, 50% de proporción esperada y 5% de error: arrojando un total de 161 trabajadores de enfermería como mínimo para ser abordados. Se incluyó al personal de Enfermería de las distintas áreas, de sexo masculino y femenino sin límite de edad. Se excluyó al personal que se no deseaba participar del estudio.
Se midió la situación de violencia sufrida por el personal de Salud durante la pandemia del COVID-19. Se utilizó como instrumento un cuestionario para identificar situaciones de violencia laboral en personal de enfermería. Se utilizó como referencia el instrumento diseñado por Paravic(5), el cual ha sido validado a través de varios estudios de la misma investigadora en colaboración con otros profesionales. Dicho instrumento fue modificado para cumplir con los objetivos de la investigación. Las encuestas y entrevistas se aplicaron en el lugar de trabajo. Los datos recolectados fueron insertados en una planilla tipo Excel, elaborado y codificado previamente, luego se procedió a la carga y realizado el control de calidad de la base, se insertó en el programa estadístico Stata 17.0 mediante el cual se analizaron los datos. Los resultados fueron representados en tablas (Tabla 1, 2 y 3), se realizaron pruebas de asociación con el test chi2 y Odds Ratio para medir la fuerza de asociación.
Los principios éticos se tuvieron en cuenta para esta investigación. Se respetó el Principio de autonomía debido a que el profesional podía rechazar participar del estudio o retirarse del mismo cuando lo quisiese. El presente trabajo de investigación no causó ningún daño a los sujetos de estudio, los datos e informaciones que fueron utilizados con fines científicos y académicos, en todo momento se respetó el criterio de participación, de forma equitativa sin ningún tipo de discriminación hacia los sujetos de estudio. Los datos fueron manejados de manera confidencial. El protocolo de investigación fue aprobado por el núcleo de investigación de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional de Caaguazú.
RESULTADOS
Participaron del estudio 161 profesionales del personal de enfermería del Hospital Regional de Coronel Oviedo. El 50.3% tenía más de 35 años, el 79.4% fue del sexo femenino, mientras que el 78.3% de los enfermeros fue de nivel educativo universitario. El 55.9% estaba soltero/a. El 30.4% tenía una antigüedad laboral de tres años o menos mientras que el 30.4% pertenecía al área de urgencias.
n | |
---|---|
Edad | 36 (30-41) |
35 o menos | 80 (49.7) |
mayor a 35 años | 81 (50.3) |
Sexo | |
Femenino | 127 (79.4) |
Masculino | 33 (20.6) |
Nivel educativo | |
Técnico | 35 (21.7) |
Universitaria | 126 (78.3) |
Estadocivil | |
Soltero | 89 (55.9) |
En pareja | 70 (44.1) |
Antigüedad laboral | |
Tres años o menos | 49 (30.4) |
tres a cinco años | 36 (22.4) |
Entre cinco a 10 años | 43 (26.7) |
Entre 5 a 100 años | 33 (20.5) |
Area | |
Urgencias | 49 (30.4) |
Unidad de Terapia Intensiva | 30 (18.6) |
Consultorio | 36 (22.4) |
Cirugia e Internados | 30 (18.6) |
Maternidad y Ginecoobstetricia | 16 (9.9) |
El 55.9% observó violencia en su lugar de trabajo, siendo en un 79.3% agresiones verbales. El tipo de violencia más frecuente fue el psicológico (79.1%), siendo en su mayoría los usuarios los que realizaban las agresiones (46.6%). El 40.9% cree que la violencia sufrida se debía en su mayoría al estrés laboral sufrido por la pandemia, mientras que un 19.3% podrían deberse a sentimientos de impotencia. El 18.6% manifestó haber sufrido alguna violencia física, de ellos el 36.7% fueron golpes, patadas o rasguños. El 67.7% observó algún tipo de violencia psicológica mientras que un 55.9% la sufrió. El 23% observó alguna violencia del tipo sexual, mientras que el 51,5% la sufrió. El lugar donde ocurrían las conductas violentas con más frecuencia eran en los pasillos (55.4%), mientras que en el 73.9% percibían que el sector más vulnerable era donde había atención al público. El 50.6% evitó realizar alguna acción respecto a la conducta violenta mientras que el 51.5% siente que lo afectó emocionalmente.
n (%) | |
---|---|
Violencia en el lugar de trabajo | |
Si | 90 (55.9) |
No | 71 (44.1) |
Tipos de violencia | |
Golpes | 17 (11.3) |
Agresiones verbales. | 119 (79.3) |
Hostigamiento y Persecución | 9 (6.0) |
Denigración | 3 (2.0) |
Insinuaciones de carácter sexual | 2 (1.3) |
Tipo de violencia más frecuente | |
Física | 2 (1.2) |
Psicológica | 128 (79.1) |
Sexual | 1 (0.6) |
Principal agente agresor | |
Medico | 49 (30.4) |
Enfermera | 13 (8.1) |
Usuarios | 75 (46.6) |
Otros profesionales o administrativos | 24 (14.9) |
Percepción de situaciones que motivan la violencia | |
Estrés laboral. | 66 (40.9) |
Problemas familiares. | 26 (16.2) |
Sentimientos de impotencia. | 31 (19.3) |
Abuso de poder. | 20 (12.4) |
Otros | 18 (11.2) |
Violencia de tipo físico | |
Si | 30 (18.6) |
No | 131 (81.4) |
Tipo de violencia física | |
Golpes, patadas y rasguños | 11 (36.7) |
Otros | 19 (63.3) |
Ha observado violencia psicológica | |
Tono de voz alto. | 70 (43.5) |
Llamado de atención en público o desautorización | 20 (12.4) |
Denigración y Discriminación | 19 (11.8) |
Ninguno | 52 (32.3) |
Ha sufrido violencia psicológica | |
Tono de voz alto. | 54 (33.5) |
Llamado de atención en público y desautorización | 18 (11.2) |
Denigración y Discriminación | 18 (11.2) |
Ninguno | 71 (44.1) |
Ha observado violencia sexual | |
Insinuaciones y piropos ofensivos | 36 (22.4) |
Acoso físico | 1 (0.6) |
Ninguno | 124 (77.0) |
Ha sufrido violencia sexual | |
Insinuaciones y piropos ofensivos | 80 (49.7) |
Acoso físico | 3 (1.9) |
Ninguno | 78 (48.5) |
Lugar donde se presentan las conductas violentas | |
En la clínica | 51 (32.1) |
Pasillos | 88 (55.4) |
Oficina u otros | 10 (6.3) |
Otros | 10 (6.3) |
Situaciones que lo hacen más vulnerable a la violencia | |
Atención de público | 119 (73.9) |
Supervisiones del jefe | 9 (5.6) |
Interacción con pares | 17 (10.6) |
Interacción con superiores | 12 (7.5) |
Manera de afrontar los episodios de violencia sufridos | |
Negocia para solucionar el problema | 61 (38.1) |
Acepta pasivamente | 15 (9.4) |
Se defiende violentamente | 3 (1.9) |
Evita cualquier tipo de acción | 81 (50.6) |
Manera que afecta su vida personal y familiar | |
Emocionalmente | 83 (51.5) |
Psicologicamente | 55 (34.2) |
No afecta | 23 (14.3) |
La violencia física ocurrió mayormente en mujeres OR=4.38 (0.98 - 19.4) y en aquellos con antigüedad laboral entre cinco a 10 años OR=3.40 (1.08 - 10.65) o mayor a 10 años OR=3.3 (0.99 - 10.96). La violencia psicológica ocurrió mayormente en los enfermeros con nivel educativo universitario OR=1.54 (1.18 - 2.01), aquellos en pareja OR=1.38 (1.00 - 1.91) y con una antigüedad de cinco a 10 años OR=2.29 (0.98 - 5.32) o más de 10 años OR=3.27 (1.26 - 8.46). La violencia sexual ocurrió mayormente en aquellos con antigüedad laboral entre cinco a 10 años OR=4.27 (1.78 - 10.23) o más de 10 años OR=2.79 (1.12 - 6.97), entre los que se encontraban en urgencias OR=3.56 (1.37 - 9.23) o el área de maternidad y obstetricia OR=3.8 (1.04 - 13.83).
violencia física | p | OR | violencia psicologica | p | OR | violencia sexual | p | OR | |
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Edad | |||||||||
35 años o menos | 16 (20.0) | 0.658 | - | 46 (57.5) | 0.685 | - | 37 (46.3) | 0.181 | - |
mayor a 35 años | 14 (17.3) | - | 44 (54.3) | - | 46 (56.8) | - | |||
Sexo | |||||||||
Femenino | 28 (22.1) | 0.036 | 4.38 (0.98-19.4) | 75 (59.1) | 0.087 | - | 66 (51.9) | 0.963 | - |
Masculino | 2 (6.06) | ref. | 14 (42.4) | - | 17 (51.5) | - | |||
Nivel educativo | |||||||||
Técnico | 4 (11.4) | 0.216 | - | 11 (31.4) | 0.001 | ref | 22 (62.9) | 0.131 | - |
Universitaria | 26 (20.6) | - | 79 (62.7) | 1.54 (1.18-2.01) | 61 (48.4) | - | |||
Estadocivil | |||||||||
Soltero | 12 (13.5) | 0.123 | - | 43 (48.3) | 0.044 | ref | 44 (49.4) | 0.544 | - |
En pareja | 16 (22.9) | - | 45 (64.3) | 1.38 (1.00-1.91) | 38 (54.3) | - | |||
Antigüedad laboral | |||||||||
Tres años o menos | 5 (10.2) | 0.051 | ref. | 22 (44.9) | 0.022 | ref | 16 (32.7) | 0.008 | ref |
tres a cinco años | 4 (11.1) | ref. | 16 (44.4) | ref | 19 (53.8) | ref | |||
Entre cinco a 10 años | 12 (27.9) | 3.40 (1.08-10.65) | 28 (65.1) | 2.29 (0.98-5.32) | 29 (67.4) | 4.27 (1.78 -10.23) | |||
Entre 5 a 100 años | 9 (27.3) | 3.3 (0.99-10.96) | 24 (72.7) | 3.27 (1.26-8.46) | 19 (57.6) | 2.79 (1.12-6.97) | |||
Area | |||||||||
Urgencias | 11 (22.5) | 0.676 | - | 32 (65.3) | 0.083 | - | 33 (67.4) | 0.019 | 3.56 (1.37-9.23) |
Unidad de Terapia Intensiva | 5 (16.7) | - | 14 (46.7) | - | 12 (40.0) | ref | |||
Consultorio | 8 (22.2) | - | 20 (55.6) | - | 16 (44.4) | ref | |||
Cirugia e Internados | 3 (10.0) | - | 12 (40.0) | - | 11 (36.7) | ref | |||
Maternidad y Ginecoobstetricia | 3 (18.8) | - | 12 (75.0) | - | 11 (68.8) | 3.8 (1.04-13.83) |
DISCUSIÓN
Los resultados del estudio evidencian la violencia sufrida por el personal de enfermería durante la pandemia del COVID-19. El tipo de violencia más frecuenta fue la psicológica, en el que debido a las altas tensiones por la saturación de los servicios los usuarios eran los que más ejercían violencia. Este tipo de violencias se vivió en todo el mundo hacia el personal sanitario.
En un estudio realizado en China se incluyeron un total de 10.516 participantes. La prevalencia de violencia general fue del 18,5 %(10). En un estudio realizado en personal de enfermería de México, Argentina, Colombia y Honduras, el 79.6% refirió que fue agredido o discriminado. Los lugares más frecuentemente de agresión fueron la calle y transporte público(6). Otras situaciones que se han dado en México han sido de reclamos para que el personal de salud se mude a vivir en otra parte por miedo de los vecinos a contagiarse, situaciones en las que pasajeros hacen que una enfermera se baje del transporte colectivo, hasta situaciones donde líquidos calientes o corrosivos son derramados a enfermeras(11). Otro estudio realizado en México sobre la violencia sufrida por personal de enfermería en pandemia, el 63,6% del personal de salud sufrió violencia después de la jornada laboral, en el 48.5% hubo manifestación de arrogancia, y la acción violenta incluyó uso de algún detergente, blanqueador o corrosivo, hasta en un 48.5%, recibiendo, además, amenazas hacia su persona(12). En Pakistan se identificaron un total de 29 incidentes, y los autores de la violencia en su mayoría fueron familiares de pacientes con COVID-19. Las razones más frecuentes incluyeron la desconfianza en los trabajadores sanitarios, la creencia en teorías de conspiración, la negativa de los hospitales a admitir pacientes con COVID-19 debido al espacio limitado, las políticas hospitalarias de COVID-19 y la muerte de los pacientes con COVID-19(13). Una encuesta realizada en Estados Unidos a 15000 enfermeras reportó alrededor de un 20% de aumento de la violencia en el lugar de trabajo en el trabajo(9).
Durante la pandemia de COVID-19, el 8,4% de los enfermeros turcos afirmaron haber estado expuestos a violencia física, el 57,8% a violencia verbal. En China también la violencia física fue de un 8.4% y un 15.8% de agresiones verbales(10). Algunos casos que llamaron la atención en Paraguay y fueron publicados en los medios fueron por ejemplo el de familiares de pacientes internados que ingresaron a la zona de cuidados intensivos y rehabilitación del IPS Ingavi y agredieron a una médica que estaba embarazada y a consecuencia perdió a su bebé. Otro caso se dio en el Hospital Distrital de Villa Elisa, donde los familiares de un paciente que falleció a causa del COVID-19 agredieron al personal de blanco y provocaron algunos daños materiales como la rotura de una puerta de blindex. En Estados Unidos se dio un caso de violencia física hacia una enfermera en el autobús, mientras llevaba una máscara, la enfermera tosió en el pliegue de su brazo. Inmediatamente, otro pasajero la acusó de intentar infectarlo y le dio un puñetazo en el ojo izquierdo(3).
La violencia en Paraguay no es solo de la época de esta época de pandemia. En un hospital público de Paraguay en el año 2015 se había registrado un caso de violencia física en un funcionario de salud el cual fue primeramente blanco de improperios y posteriormente, al salir del área de enfermería para llamar a pacientes, recibió un codazo por parte de esta persona y posteriormente empujado al suelo. El funcionario de blanco sufrió una fractura en el tabique nasal(14).
En este estudio la violencia psicológica fue del tipo de violencia que se realizaba en público, con tonos de voz alto o queriendo desprestigiar al personal de enfermería. En un estudio realizado en Paraguay en el año 2017(15) en trabajadores del servicio de pediatría de un hospital público un 90% reportó haber recibido maltrato, principalmente de los familiares (86%), preferentemente del tipo verbal (90%).
La mitad de los sujetos manifestaron sufrir algún tipo de violencia sexual, mayoritariamente insinuaciones o palabras ofensivas, sin embargo la cantidad de personas que observaron ese tipo de violencia fue considerablemente menor. Eso podría deberse a que ese tipo de violencia se realiza generalmente en secreto, en silencio, sin ser percatado por otros colegas o personas cercanas, además de lo que sufren ese tipo de violencia callan. Llama la atención también el que los hombres sufran ese tipo de violencia en la misma cantidad que las mujeres. En Turquía solo el 0,8% de los enfermeros manifestó haber sufrido violencia sexual. Otro dato no menos importante es que en Turquía el 52,1% de los enfermeros afirmó que pensó en dejar la profesión durante la pandemia de COVID-19(16).
En un estudio realizado en China, el análisis de regresión logística múltiple reveló que el género masculino (OR = 1,42, p < 0,01), mayor nivel educativo (OR = 1,40, p < 0,01) se asociaron positivamente con violencia(10). A diferencia de nuestro estudio que hallo que la violencia física ocurrió mayormente en mujeres OR=4.38 (0.98 - 19.4). La violencia psicológica si ocurrió mayormente en los del nivel académico universitario OR=1.54 (1.18 - 2.01).
CONCLUSIONES
Este estudio a pesar de que se realizó en un solo hospital público otorga datos importantes sobre la violencia sufrida por el personal de enfermería durante la pandemia del COVID-19. Esta información puede ser utilizada para que los actores del gobierno establezcan protocolos de actuación ante estos casos ya que no se conocen leyes que los protejan ni guías de manejo de crisis en Paraguay. Para evitar tales incidentes en el futuro se debe de trabajar con todos los actores de la sociedad para generar una conciencia pública generalizada acerca de la violencia contra el personal de Enfermería.