INTRODUCCIÓN
Las infecciones de transmisión sexual (ITS), son un grupo de afecciones clínicas infectocontagiosas causadas por bacterias, parásitos, virus y hongos1.
Estas infecciones se propagan predominantemente por contacto sexual, aunque también se pueden transmitir por otras vías, como la sangre, los hemoderivados, e inclusive de madre a hijo durante el embarazo o el parto2. Afectan a todos los niveles sociales y económicos, también a casi todos los grupos de edades, siendo más frecuentes en adultos jóvenes3,4.
Existen más de 20 tipos de enfermedades de transmisión sexual. Las más comunes son Clamidiasis, Herpes genital, Gonorrea, VIH/SIDA, VPH, Sífilis y Tricomoniasis. Las ITS afectan tanto a hombres como a mujeres, pero en muchos casos los problemas de salud que provocan pueden ser más graves en las mujeres, sobre todo en las embarazadas, y podrían causar graves problemas de salud al recién nacido5.
Según datos publicados por la OMS, cada día, más de un millón de personas contraen una infección de transmisión sexual. Se estima que, anualmente, 376 millones de personas contraen alguna de estas cuatro: clamidiasis, gonorrea, sífilis o tricomoniasis. La infección por la bacteria Chlamydia trachomatisrepresentó en el 2016 el 33,77% de las ITS a nivel mundial6,7.
En Paraguay, según los registros del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS), en 2017, unas 6.991 personas acudieron a los distintos centros asistenciales del país, ya sean públicos o privados para tratar ITS. La mayoría de estas afecciones se registraron en jóvenes de entre 20 a 30 años de edad 8,9.
El hacinamiento se describe como el principal factor de necesidades básicas insatisfechas. En Paraguay, en 2012 se registró un 11,6% de hacinamiento en el área urbana-rural. Esta situación, en conjunto con la falta de educación y orientación sexual en los jóvenes, lleva al aumento de la promiscuidad y, por consiguiente, al incremento de las infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados10.
El avance de las técnicas de biología molecular permitió mejorar la efectividad del diagnóstico de las ITS, permitiendo el tratamiento adecuado desde un inicio. De esta forma, se evitaría la posible aparición y diseminación de resistencias a antibióticos, un problema creciente en la actualidad11. La reacción en cadena de la polimerasa (PCR) es la técnica molecular más sensible y la que se aplica más satisfactoriamente en microbiología clínica12.
Existen vacunas para la prevención de algunas ITS, como la Hepatitis B y el VPH. Aquellas ITS causadas por bacterias generalmente son más fáciles de tratar. Sin embargo, las infecciones virales se pueden controlar, pero no siempre se pueden curar13.
El objetivo de este trabajo es establecer la prevalencia y determinar los agentes patógenos más frecuentes en las ITS diagnosticadas por el método de reacción en cadena de la polimerasa-multiplex, en una muestra de orina de pacientes en el año 2019
MÉTODOS
Fue realizado un estudio transversal de prevalencia, analizando las variables, edad, y enfermedades de transmisión sexual en muestras de orina de una población paraguaya. Fueron estudiadas 648 muestras procesadas utilizando métodos de diagnóstico molecular en un plazo de 12 meses correspondientes al año 2019 en la población de referencia. Fue utilizada la base de datos del laboratorio Díaz Gill considerando 11 patógenos: Chlamydia trachomatis, Neisseria gonorrhoeae, Mycoplasma genitalium, Trichomonas vaginalis, Mycoplasma hominis, Ureaplasma urealyticum, Ureaplasma parvum, Herpes virus 2, Treponema pallidum, Candida albicans, y Gardnerella vaginalis.
Fue realizado un muestreo no probabilístico de casos consecutivos del año 2019. Los criterios de inclusión fueron, individuos paraguayos que se hayan realizado el estudio en el año 2019. Fueron excluidas aquellas muestras que presentaban fichas incompletas con ausencia de datos relevantes para el estudio.
Las muestras fueron agrupadas en tres grupos etarios, grupo 1 con edades comprendidas entre 10 meses a 17 años, grupo 2 de 18 a 40 años y grupo 3 de 40 a 80 años. El grupo 1 estuvo compuesto por 12 muestras, el segundo por 430 y el tercero por 206 muestras. Esta variable no fue considerada en el estudio debido a la diferencia marcada entre el porcentaje de muestras analizadas en ambos sexos. Por esta razón, tampoco fue posible realizar un estudio de asociación entre la presencia de enfermedades de transmisión sexual en relación al sexo. Se realizó un análisis estadístico descriptivo utilizando el software Microsoft ExcelⓇ.
Este estudio fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Nacional de Caaguazú.
RESULTADOS
Del total de muestras analizadas, el 80,4% presentó infección por transmisión sexual, causada por lo menos por uno de los 11 patógenos analizados. En todos los grupos etarios, los patógenos gardnerella vaginalis, ureaplasma parvum y candida albicans fueron los agentes causales más frecuentes de las infecciones de transmisión sexual (Tabla 1).
PATÓGENO | GRUPO 1 | GRUPO 2 | GRUPO 3 | |||
POSITIVOS(%) | NEGATIVOS(%) | POSITIVOS(%) | NEGATIVOS(%) | POSITIVOS(%) | NEGATIVOS(%) | |
Chlamydia trachomatis | 8,33 | 91,67 | 1,86 | 98,14 | 0,00 | 100,00 |
Neisseria gonorrhoeae | 0,00 | 100,00 | 0,70 | 99,30 | 0,00 | 100,00 |
Mycoplasma genitalium | 0,00 | 100,00 | 1,63 | 98,37 | 0,49 | 99,51 |
Trichomonas vaginalis | 8,33 | 91,67 | 0,23 | 99,77 | 0,49 | 99,51 |
Mycoplasma hominis | 16,67 | 83,33 | 7,44 | 92,56 | 6,80 | 93,20 |
Ureaplasma urealyticum | 0,00 | 100,00 | 9,07 | 90,70 | 3,40 | 96,60 |
Ureaplasma parvum | 50,00 | 50,00 | 33,49 | 66,51 | 22,33 | 77,67 |
Herpes virus 2 | 0,00 | 100,00 | 2,09 | 97,91 | 1,94 | 98,06 |
Treponema pallidum | 0,00 | 100,00 | 0,00 | 100,00 | 0,00 | 100,00 |
Candida albicans | 25,00 | 75,00 | 30,93 | 69,07 | 28,64 | 71,36 |
Gardnerella vaginalis | 50,00 | 50,00 | 68,60 | 31,40 | 62,62 | 37,38 |
El patógeno gardnerella vaginalis mostró una frecuencia de 66,36%, ureaplasma parvum 30,25% y candida albicans 30,09% (Tabla 2).
PATÓGENOS ANALIZADOS | % POSITIVOS | % NEGATIVOS |
---|---|---|
Chlamydia trachomatis | 1,39 | 98,61 |
Neisseria gonorrhoeae | 0,46 | 99,54 |
Mycoplasma genitalium | 1,23 | 98,77 |
Trichomonas vaginalis | 0,46 | 99,54 |
Mycoplasma hominis | 7,41 | 92,59 |
Ureaplasma urealyticum | 7,11 | 92,89 |
Ureaplasma parvum | 30,25 | 69,75 |
Herpes virus 2 | 2,01 | 97,99 |
Treponema pallidum | 0,00 | 100,00 |
Candida albicans | 30,09 | 69,91 |
Gardnerella vaginalis | 66,36 | 33,64 |
Los patógenos ureaplasma parvum y gardnerella vaginalis fueron encontrados en la misma muestra en el 25,9% de los casos, candida albicans y gardnerella vaginalis en el 21,1% y ureaplasma parvum, y candida albicans en el 8,9% de los casos. Sólo en el 7,7% de los casos, estos 3 patógenos estuvieron presentes en el mismo paciente.
DISCUSIÓN
Este trabajo presenta la prevalencia de infecciones de transmisión sexual (ITS) en una muestra de orina, así como los agentes patógenos más frecuentes. La muestra analizada presentó una alta prevalencia de ITS (80,4%) donde los patógenos más frecuentes fueron gardnerella vaginalis, ureaplasma parvum y candida albicans.
Las ITS, se transmiten predominantemente por contacto sexual, aunque también en menor medida, por transfusiones sanguíneas o en forma vertical de madre a hijo durante el embarazo2.
Antiguamente se utilizaba la terminología “enfermedades de transmisión sexual” o ETS. Si bien, en la práctica las ITS y ETS son lo mismo, actualmente se utiliza más la terminología ITS ya que no todas las infecciones de transmisión sexual llegan a ser enfermedades. Por ejemplo, la gran mayoría de las mujeres que contraen el Virus de Papiloma Humano (VPH) no van a desarrollar la enfermedad de cáncer cervical14.
El Centro de Control de enfermedades de EEUU (CDC) en su reporte de Vigilancia de Enfermedades de Transmisión Sexual de 2018, reveló un gran aumento de estas enfermedades en los últimos años. Los casos de clamidia aumentaron en un 19%, gonorrea 63%, sífilis 71% y sífilis en recién nacidos o sífilis congénita 185% en el periodo 2014-201815. Esta última, representa una cifra alarmante, revelando la falta de cuidado y tratamiento prenatal.
De manera general, el diagnóstico de estas infecciones se realiza mediante exámenes convencionales de laboratorio clínico. Estas pruebas sólo detectan un agente patógeno a la vez, y de esta manera, no se puede realizar una determinación completa de los microorganismos causantes de estas infecciones12. Hoy existen nuevos y mejores métodos de diagnóstico como los moleculares. En 2008, el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos (NIH) inició el Proyecto Microbioma Humano (PMH), de cinco años de duración con el objetivo de caracterizar la microbiota humana en las diferentes cavidades del cuerpo a fin comprender su implicancia en la salud y en las enfermedades16.
La flora normal del tracto vaginal está constituida en un 96% por especies de lactobacillus, claves en el mantenimiento del ph vaginal y prevención infecciones vaginales17,18. Sin embargo, el 4% está compuesto por bacterias aeróbicas potencialmente patógenas. Cuando se produce una alteración en el balance de la microflora, estos patógenos pueden proliferar de forma anormal y favorecer el contagio de infecciones de transmisión sexual17-19.
La gardnerella vaginalis, es la bacteria más común de la vagina. Cuando se produce una alteración en el ph o desequilibrio bacteriano, puede causar vaginosis bacteriana. En este estudio observamos que el patógeno gardnerella vaginalis estuvo presente en el 63,3% de los casos positivos. En Norteamérica20, una de cada tres mujeres tiene vaginosis bacteriana. En Chile21 la prevalencia de esta enfermedad es de 32%, en Brasil22 más de 30%, y en Perú23, 23%.
Más allá del efecto inmediato de la infección, las ITS pueden tener consecuencias graves. En mujeres embarazadas, puede causar defunción fetal o neonatal, prematuridad, septicemia, neumonía, conjuntivitis neonatal y anomalías congénitas. En 2016, sólo la sífilis causó aproximadamente unas 200.000 muertes fetales y de recién nacidos6. Además, algunas ITS pueden aumentar tres veces el riesgo a contraer VIH, causar enfermedad inflamatoria pélvica, infertilidad femenina, entre otras. Muchas ITS, son asintomáticas, por lo que un gran porcentaje de personas infectadas no reciben tratamiento1,24.
En Paraguay, según los registros del MSPBS, la mayoría de las ITS se registran en jóvenes de 20 a 30 años8. La falta de educación sexual, el nivel cultural, las necesidades básicas insatisfechas como el hacinamiento, favorecen el incremento de las infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados10. Esto representa un problema social, ya que propicia la transmisión intergeneracional de la pobreza en nuestro país.
Los tratamientos contra las ITS dependen del agente causal. Los antibióticos pueden tratar aquellas causadas por bacterias o parásitos. Aquellas causadas por virus, son más difíciles de tratar. Pueden aplicarse terapias antivirales para mantener la infección bajo control, sin embargo, no siempre se pueden curar. Medicamentos antimicóticos ya sea, por vía oral o local son utilizados en infecciones causadas por hongos3,25. La farmacorresistencia, es un problema grave que podría impedir la reducción de las ITS en el mundo1. La concienciación y la educación sexual temprana es la mejor herramienta para la prevención de las ITS a nivel mundial.