INTRODUCCIÓN
Según la Organización Mundial de la salud, el dolor constituye el principal motivo de consulta en Atención Primaria de Salud. Al tratarse de un síntoma subjetivo, de difícil caracterización por el médico, muchas veces su tratamiento se torna difícil o ineficaz1.
En cuanto a las patologías crónicas que cursan con dolor, como en las enfermedades autoinmunitarias, osteodegenerativas o neoplásicas, el manejo de este síntoma constituye un verdadero desafío2. A nivel mundial existe una creciente prevalencia de enfermedades crónicas y degenerativas, trayendo consigo incremento de los casos de dolor e incapacidad en el periodo del envejecimiento3.Generalmente está localizado en extremidades inferiores y espalda (región lumbar especialmente), con intensidad que variable4,5.
El dolor crónico es aquel que se extiende desde su aparición a más de 3 o 6 meses; o que se extiende más allá del período de curación de una lesión tisular: frecuentemente está asociado a una condición médica crónica5.Con los años se produjeron avances en el conocimiento de la fisiopatología del dolor, en los métodos y medidas terapéuticas para la evaluación, control y tratamiento del dolor. La identificación de las características y del tipo de dolor, constituye el primer paso imprescindible para realizar un diseño estratégico oportuno para su tratamiento, seguimiento, control y probable erradicación6.
El concepto de autopercepción de salud fue introducido a mediados del siglo XX. Desde allí, varios estudios fueron realizados con lo que se obtuvo la validación de su medición, siendo ampliamente aceptado y a través de décadas sigue demostrando su utilidad. La autopercepción del estado de la salud es considerada una medición subjetiva integrada por factores biológicos, psíquicos, sociales y funcionales del individuo7,8.
A pesar de tratarse de un indicador subjetivo, la autopercepción del estado de salud es una aproximación confiable del estado de salud global y un componente importante de la calidad de vida del afectado. La Organización Mundial de la Salud lo recomienda para la realización de estudios epidemiológicos. Está descrito que existe una relación directa entre la autopercepción del estado de la salud, la morbilidad y la mortalidad. La autopercepción buena o excelente acerca de la salud se relaciona con una mayor sobrevida, mientras que resulta negativa se vincula con un riesgo mayor de morbilidad-mortalidad. Esta depende de las condiciones de salud, estilo de vida y trabajo que posee cada individuo; por ejemplo, la presencia de obesidad, dolor y enfermedades crónicas son cambios negativos para la salud y su percepción. Por el contrario, una idónea educación sanitaria, un saludable estilo de vida, como realizar actividades físicas aeróbicas, evitar del tabaquismo, alcoholismo y una dieta balanceada se vinculan con una mejor percepción del estado de salud9,10.
En cuanto a las patologías crónicas que cursan con dolor, como enfermedades autoinmunitarias o neoplásicas, el manejo de este síntoma constituye un verdadero desafío. Por esto, se planteó como objetivo del estudio describir la percepción del dolor crónico y de la propia salud en los pacientes que consultan en el Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Instituto de Previsión Social, durante el periodo comprendido de octubre a noviembre de 2018.
MATERIALES Y MÉTODOS
Estudio transversal, en pacientes adultos con dolor crónico que acudieron al Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Central del Instituto de Previsión Social (HC-IPS), durante el periodo comprendido de octubre a noviembre de 2018. Fueron incluidos pacientes mayores de 18 años y excluidos pacientes con dolor agudo (<3 meses) y pacientes que no se encontraban en pleno uso de sus capacidades cognitivas.
El protocolo fue aprobado por el Comité de Ética en Investigación del HC-IPS. Los participantes firmaron consentimiento informado para participar del estudio. En sala de espera se invitó a participar a los pacientes explicándoles en qué consistía el estudio. Se entregó la encuesta a aquellos que aceptaron participar. El muestreo fue de casos consecutivos.
Las variables consideradas fueron: edad, sexo, procedencia, patología de base, Escala Numérica de Walco & Howite y Escala Verbal de Autopercepción de la salud.
En la escala de Walco & Howite, la intensidad del dolor se representa en uno de los extremos con la ausencia del dolor y, en el extremo opuesto el peor dolor imaginable, sobre una línea de 10 cm. Es una escala confiable y válida para muchas poblaciones de pacientes, por su sencillez y fácil manejo11.
La Escala Verbal de Autopercepción de la Salud es válida para medir el dolor en diversos grupos de población, tanto adolescentes como adultos12.Consiste en una escala númerica donde 0: no dolor; 1-2: dolor leve; 3-6: dolor moderado; 7-8: dolor intenso y 9-10: máximo dolor imaginable.
Se aplicó estadística descriptiva utilizando frecuencia y porcentaje para variables cualitativas, y medidas de tendencia central y dispersión para variables cuantitativas. Se realizó la prueba de Chi cuadrado de Pearson para evaluar la asociación entre intensidad de dolor y autopercepción de la salud, con un nivel de confianza del 95% efectuado el análisis en el programa EpiInfo 7 de la CDC (Center Disease and Control Prevention).
RESULTADOS
Formaron parte del estudio 62 pacientes que acudieron por dolor crónico a la consulta en el Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del HC-IPS en los meses de octubre a noviembre de 2018.
La mediana de edades fue de 65 años, siendo la edad mínima 29 años y la edad máxima 86 años. Con relación a la edad agrupada en el grupo de 60-79 años se encontraba el 65,51% de los pacientes, seguido del grupo de 40-59 años que correspondió al 20,96%, en el grupo de menores de 40 años se halló el 9,67% y el de mayores a 80 años al 4,83%. El 85,48% eran de sexo femenino y 14,51 % de sexo masculino. En cuanto al estado civil de los mismos los resultados mostraron que el 46,77% eran casados; 25,81% viudos; 24,19% eran solteros y 3,23% divorciados. Se obtuvo mayor frecuencia de pacientes que residen en áreas urbanas 80,65% que en áreas rurales 19,35%. El 56,45% refirieron ser laboralmente activos, siendo el 43,55% actualmente laboralmente inactivos.
El 87,10% presentó artropatías, el 67,74% era hipertensos, mientras que la diabetes mellitus se presentó en el 20,97 % (Gráfico 1).
El 56,45% presentaban dolor crónico intermitente, en tanto que el 56,45% presentaban dolor crónico constante. En cuanto a la localización más frecuente del dolor, el 74,19% manifestaron presentarlo en miembros inferiores, seguido por 50,00% en miembros superiores. La región lumbar ocupó el tercer lugar en frecuencia, con un 38,70% (Gráfico 2).
El 35,48% percibió dolor severo, el 24,19% refirió experimentar dolor moderado (Gráfico 3).
El 46,77% consideró su salud regular, seguida del 41,93% quienes la consideraron buena (Gráfico 4).
En la siguiente tabla se relacionó la intensidad del dolor crónico con la autovaloración de la salud. El 72,73% de los pacientes con dolor leve considera gozar de buena salud, el 46,67% de los pacientes con dolor moderado considera gozar de buena salud, el 63,64% de los pacientes con dolor severo consideran encontrarse en regular estado de salud, mientras que el 50% de los pacientes con dolor máximo imaginable refieren que su salud es regular (Tabla 1).
Autopercepción de la salud | Intensidad del dolor | |||
Leve (n = 11) | Moderado (n = 15) | Severo (n = 22) | Máximo Imaginable (n = 14) | |
Muy Buena | 9,09% | 6,67% | 0% | 0% |
Buena | 72,73% | 46,67% | 31,81% | 28,55% |
Regular | 18,18% | 40% | 63,64% | 50% |
Mala | 0% | 0% | 4,54% | 7,14% |
Muy Mala | 0% | 6,67% | 0% | 14,30% |
Se realizaron asociaciones entre las gradaciones de intensidad de dolor y de autopercepción de la salud p=0,007). A mayor intensidad del dolor crónico, peor percepción del estado de salud del paciente (Tabla 2).
DISCUSIÓN
Este estudio fue realizado en pacientes que acudieron por cuadro de dolor crónico al Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Central del Instituto de Previsión Social en los meses de octubre a noviembre de 2018, donde se encontró que existe asociación entre la intensidad del dolor y la autopercepción de la salud general del paciente.
Casi la mitad de los pacientes que participaron del estudio eran laboralmente inactivos, hecho que refuerza los resultados hallados por Pereira et al.13. Esto podría explicarse por dos motivos, el promedio de edad hallado y la intensidad del dolor, el cual resulta en muchos casos incapacitante para el paciente. Cabe destacar a su vez que el hecho de encontrarse imposibilitado para realizar las actividades habituales a las que el individuo está acostumbrado conduce a la depresión y falta de motivación para realizar otras actividades, además del aislamiento social.
En cuanto a las patologías crónicas prevalecieron las artropatías en más de la mitad de los pacientes, seguidas por la hipertensión arterial y la diabetes mellitus, lo cual coincide relativamente con el trabajo realizado por Chadha14 en el año 2016, en donde encontró mayor asociación de dolor crónico relacionado con artropatías y ésta a su vez con otras patologías, como la hipertensión arterial sistémica, la enfermedad cardiovascular, la diabetes y la dislipidemia. Esto se explicaría debido a que las causas secundarias de artropatías se incrementan con la edad y se relacionan con el sedentarismo, un hábito alimenticio inadecuado, falta de educación y adherencia al tratamiento.
El tipo de dolor predominante fue intermitente. Tres cuartos se localizaron en miembros inferiores, la mitad en miembros superiores y un tercio refirió dolor en región lumbar. En el estudio realizado por Pereira et al.13 se determinó que el dolor se localizó con mayor frecuencia en los miembros inferiores (un tercio), seguido en frecuencia por región lumbar. En lo que se refiere a la intensidad del dolor, más de un tercio fue severo, el cual también coincidió con el trabajo realizado por Pereira et al.13) en 2014.
En este estudio se encontró que la autopercepción de la salud guarda relación estadísticamente significativa con la intensidad del dolor crónico, puesto que la mayoría de los pacientes que manifestaron dolor leve y moderado consideraron gozar de buena salud, mientras que la mayoría de los pacientes que presentaron dolor severo y máximo imaginable refirieron encontrarse en regular estado de salud; lo cual difiere del estudio realizado por Gerokomos15) en el año 2017en México, quien concluye que la intensidad del dolor crónico no impacta en la percepción de la calidad de vida de forma proporcional. A similares resultados llegó una investigación de la Universidad de Chile16 en el año 2014. Se podría considerar que dicho hallazgo se debe a que la autopercepción de la salud depende tanto de las circunstancias por las cuales el individuo se encuentra atravesando, como también de su visión general de la vida misma y de su propia existencia, influenciada por experiencias previas, convicciones religiosas, principios y creencias firmemente arraigadas en la conciencia misma de la persona.
En conclusión, la mayoría de los pacientes que manifestaron dolor leve y moderado consideraron gozar de buena salud, mientras que la mayoría de los pacientes que presentaron dolor severo y máximo imaginable refirieron encontrarse en regular estado de salud. Se encontró relación estadísticamente significativa entre ambas variables. A mayor intensidad de dolor crónico, peor autopercepción del estado de salud.