INTRODUCCION
Las lesiones vasculares que afectan a las extremidades inferiores son graves y potencialmente mortales1. Las lesiones arteriales aisladas aparecen en la mitad de los casos de los traumatismos vasculares agudos, y se combinan con lesiones venosas en un 36% y con afectación ósea en un 15%, la cual suele ensombrecer el pronóstico2.
La clínica es variada, y el shock implica gravedad y sangrado masivo 3. Tanto la aplicación de injertos autólogos como sintéticos han demostrado su eficacia. La mortalidad es inferior al 4% (4.
El manejo postoperatorio, con un control estricto y cuidadoso de las constantes vitales y de la extremidad, es crucial.
REPORTE DE CASO
Paciente de sexo masculino de 36 años de edad, acude al servicio de urgencias con antecedente de agresión por tercero, resultando con una herida por arma blanca en el muslo izquierdo a nivel de la cara interna del tercio medio. Ingresa al servicio de urgencias, lúcido, agitado, con signos hemodinámicos alterados: PA: 90/60 FC: 120 FR: 26 SPO2: 96%
Al examen físico se constata herida de aproximadamente 3 cm con sangrado activo, que no se logra cohibir con maniobras de compresión. La extremidad afecta fría, pálida y no se palpan pulsos distales.
LABORATORIO: Hb: 12,5 mg/dl Hto:47mg/dl Tipificación: O ``+´´
HALLAZGO QUIRURGICO
Sección total de la arteria femoral con retracción de los cabos divorciados.
Además lesión lateral de vena femoral asociada.
OPERACIÓN REALIZADA
Injerto autólogo de vena safena contralateral invertida más rafia de vena femoral.
DISCUSIÓN
Las lesiones que afectan a las extremidades inferiores requieren un manejo inicial rápido dada su potencial mortalidad, cuyas distintas series la estiman inferior al 4% 5,6,7.
Al igual que en este reporte estas lesiones afectan con mayor frecuencia a varones jóvenes. Las más frecuentes son las lesiones arteriales aisladas, especialmente las que afectan a la arteria femoral superficial (26-37%)7).
Son causadas por traumatismos penetrantes en más de la mitad de las ocasiones7,8, sobre todo por arma de fuego (46%), aunque algunos estudios ofrecen datos contrarios9.
El diagnóstico suele ser clínico y pueden existir signos de shock hasta en el 60% de los casos. El control de la hemorragia se impone en las lesiones exanguinantes. En el caso referido al término de la cirugía, se constata mejoría de la coloración del miembro y pulsos distales débiles. En la mayor parte de los casos, la compresión digital o un vendaje compresivo consiguen detener la hemorragia. El uso del torniquete debe ser supervisado por el riesgo implícito de amputación, y se aplica en los casos de destrucción masiva tisular o en las amputaciones traumáticas con hemorragia incoercible.
Tanto los injertos autólogos cono las prótesis ofrecen buenos resultados, y se recomiendan injertos extraanatómicos si existe destrucción masiva de tejidos blandos hasta controlar la situación10.
El paciente sale de quirófano extubado, a una unidad simple; se continua monitoreo estricto de signos vitales.
Recibe un total de 4 volúmenes de concentrados globulares y 2 de plasma fresco congelado en un total de 4 días de internación con evolución favorable y seguimiento ambulatorio.