INTRODUCCION
El destete es posiblemente la etapa más estresante en la vida productiva del cerdo (Torres-Pitarch et al., 2017). Durante esta fase la capacidad digestiva de los lechones se reduce drásticamente a consecuencia de los cambios del ambiente y por la sustitución de la dieta láctea por la sólida (Scandolera et al., 2005, Montagne et al., 2007) y continúa aproximadamente una semana post-destete (Prenna, 2016).
Los lechones recién destetados normalmente son alimentados con dietas ricas en almidón, lípido y proteína de origen vegetal (Pluske, 2016) los cuales pueden provocar alteraciones metabólicas y fisiológicas en la mucosa intestinal por el bajo desarrollo que ésta presenta en esta etapa, lo que provoca estrés digestivo y disminuye el consumo de alimentos (Lozano y Manrique, 2014).
Además de esto, la secreción de las enzimas digestivas principalmente la α-amilasa y la lipasa son limitadas en esta fase (Daposa, 2002), afectando la capacidad digestiva y absorción del almidón y lípido presentes en los alimentos (Souza, Landín, Escobar-García, Aguilera Barreuro y Magné-Barrón, 2012) y por más que las dietas estén bien formuladas, es difícil que cubran las exigencias energéticas de los lechones (Barroca, 2011) y consecuente se reduce el desempeño productivo (Scandolera, et al., 2005; Barros, Oliveira, Gewehr y Nunes, 2014).
De esta manera es necesario buscar estrategias para mejorar la digestión de los carbohidratos y lípidos con lo que la adición de la α-amilasa y lipasa a la dieta de manera exógena se vuelven alternativas interesantes ya que en varios estudios se han demostrado mejorías en la digestibilidad y consecuentemente el desempeño productivo de lechones en recría suplementados con estas enzimas (Rodrigues, Freitas, Fialho, Silva y Gonçalves, 2002; Pascoal y Silva, 2005; Freitas, 2011).
En base a lo expuesto se realizó esta investigación para evaluar los efectos de la utilización de enzimas α-amilasa y lipasa sobre el desempeño productivo de lechones recién destetados.
MATERIALES Y METODOS
El experimento se realizó en el área de porcinocultura de la Facultad de Ciencias Agrarias, Filial San Pedro (latitud 24°04’ S, longitud 57°05’ W y altura 90 m.s.n.m), entre septiembre y octubre de 2016. El periodo experimental duró 45 días, el cual estuvo subdividido en tres periodos de 15 días.
Las condiciones generales del clima de la zona durante la ejecución del experimento fueron las siguientes: temperatura media 24,5 ºC, humedad relativa del aire 50% y una precipitación de 90,5 mm, de acuerdo a los datos proveídos por la Dirección de Meteorología e Hidrológica de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Paraguay).
Se utilizaron 12 lechones machos enteros mestizos (razas no definidas) destetados a los 30 días de edad con peso inicial promedio de 6,14±1,64 kg provenientes de distintas camadas. Se utilizó el diseño experimental de bloques aleatorizados, con tres tratamientos y cuatro repeticiones. Cada animal constituyó la unidad experimental (UE). Los tratamientos utilizados fueron: T1 (testigo), T2 (α-amilasa) y T3 (Lipasa).
Los animales fueron pesados individualmente con ayuno de 12 horas e identificados con caravanas. Además fueron desparasitados con Levamisol vía subcutánea con dosis de 1 mL por cada 20 kg de peso vivo. Posteriormente fueron alojados individualmente en boxes individuales con área de 0,5 m x 1 m con piso de concreto y techos de chapa zinc. Cada box fue equipado con comedero de madera y bebedero de tipo chupón.
La dieta utilizada en la alimentación de los animales fue elaborada con insumos disponibles en la zona (Tabla 1) y se formuló con el programa PPFR (Programa Práctico para Formulación de Raciones) desarrollado por Garcia-Neto (2014) de acuerdo a las necesidades nutricionales de la categoría según Rostagno et al. (2005). La dosis utilizada de las enzimas fue de 0,05% por kilogramo de ración conforme a la recomendación de Pan y Piao (2002).
La cantidad de balanceado suministrada diariamente fue conforme a la recomendación de la National Research Council (NRC, 1998) para lechones recién destetados y se ajustó a medida que crecieron.
El ofrecimiento fue realizado en dos ocasiones (50% a las 7:00 am y el resto a las 17:00 pm). La limpieza de cada box se realizó antes de cada suministro de las raciones.
Ingredientes | Proporción (%) | |
Maíz molido | 64,00 | |
Aceite de soja | 2,00 | |
Harina de sangre | 4,00 | |
Harina de soja | 25,00 | |
Calcáreo dolomítico | 0,60 | |
Leche en polvo | 2,00 | |
Sal común | 0,50 | |
Premix vitaminas y minerales(1) | 0,35 | |
Fosfato Bicálcico | 1,55 | |
Total | 100,00 | |
Valores nutricionales calculados | ||
Energía Metabolizable (kcal/kg) | 3310,50 | |
Proteína Bruta (%) | 20,16 | |
Calcio (%) | 0,60 | |
Fósforo (%) | 0,33 | |
Lisina digestible (%) | 1,02 | |
Metionina digestible (%) | 0,27 |
*1) Niveles de garantía por kg de producto: calcio: 76,26 g/kg; fósforo: 42 g/kg; Zinc: 6.701 mg/kg; cobre: 211 mg/kg; Fe: 7000 mg/kg; cobalto: 85 mg/kg, manganeso: 700 mg/kg; Iodo: 15 mg/kg; vitamina A: 500.000 UI/kg; vitamina D3: 100.000 UI/kg; vitamina B1: 1.100 mg/kg; vitamina B2: 1.700 mg/kg, vitamina B6: 1.100 mg/kg; vitamina K: 550 mg/kg.
Una vez iniciado el experimento, las mediciones de los pesos fueron realizadas cada 15 días (en total tres mediciones) con previo ayuno de 12 horas. Las variables estudiadas en esta investigación y de cómo se midieron cada una se describen a continuación:
Ganancia de peso vivo (GPV, kg): se determinó mediante la diferencia de peso inicial y final de los lechones en cada periodo de evaluación.
Ganancia de peso vivo total (kg): se determinó mediante la sumatoria de todas las GPV registradas en los tres periodos de evaluación.
Ganancia diaria de peso (GDP, g/día): se estableció de la relación entre la diferencia de peso inicial y final de los animales divididos por la duración de cada periodo experimental en días.
Consumo diario de alimento (CDA, g/día): se determinó promediando el consumo de los lechones registrado durante 15 días consecutivo y la operación se repitió en las etapas subsecuentes. Para esto, los alimentos fueron pesados diariamente y suministrados a cada animal y si había sobrante del día anterior fueron recolectados y pesados nuevamente para determinar el consumo real y los datos fueron anotados en una planilla de control.
Consumo promedio del periodo experimental (g): esta variable se determinó promediando los consumos de alimentos registrados en cada fase experimental.
Conversión alimentar (CA, g/g): consiste en la cantidad del alimento ingerido que el animal logra transformar en carne y se calculó mediante la relación entre el consumo promedio diario de alimentos registrados en cada fase experimental y la ganancia diaria de peso observadas en la misma etapa de evaluación.
Conversión alimentar promedio (g/g): consiste en la conversión promedio general registrada durante el ensayo y se calculó mediante la relación entre el consumo promedio de alimentos observado durante el experimento y la ganancia diaria de peso promedio del periodo experimental.
Los datos obtenidos fueron sometidos a análisis de varianza mediante el Test de “F” y las medias fueron comparadas entre sí mediante el Test de Duncan al 5% de probabilidad de error, utilizándose el paquete estadístico InfoStat® (Di Rienzo et al., 2013).
El modelo matemático utilizado para los análisis estadísticos fue la siguiente: Yij = μ + αij + βij + εij, en donde: Yij: es la variable dependiente, μ: es la media general, αij: es el efecto de los tratamientos, βij: es el efecto de los bloques y εij: es el error experimental.
RESULTADOS Y DISCUSION
De acuerdo a los resultados observados en la Tabla 2, existen diferencias significativas (p<0,05) en todos los periodos de evaluación como así también para la ganancia de peso total, así como en la ganancia diaria promedio.
Tratamientos | |||||
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Variables | Testigo | α-amilasa | Lipasa | D.S. | Valor P |
GPV, kg | |||||
A los 15 días | 2,64B | 3,90A | 4,04A | 0,77 | 0,016 |
A los 30 días | 3,36B | 4,65A | 3,98B | 0,66 | 0,006 |
A los 45 días | 5,61B | 6,91A | 6,19AB | 0,67 | 0,073 |
Total | 11,61B | 15,46A | 14,20A | 1,83 | 0,005 |
Tratamientos | |||||
Variables | Testigo | α-amilasa | Lipasa | D.S. | Valor P |
GDP, g/día | |||||
A los 15 días | 176B | 260A | 269A | 50,52 | 0,003 |
A los 30 días | 224B | 310A | 265B | 44,90 | 0,005 |
A los 45 días | 374B | 447A | 413B | 46,64 | 0,023 |
Promedio | 258B | 344A | 316AB | 38,25 | 0,011 |
(A;B;C) Medias con letras distintas en las filas difieren entre sí por la prueba de Duncan (p<0,05).
1 D.S.: Desvío Estándar
En el primer periodo de evaluación, los tratamientos con α-amilasa y Lipasa presentaron comportamientos similares y en media incrementaron en 34% la GPV y la GDP con relación al testigo, de igual forma en la ganancia de peso total y ganancia diaria promedio incrementaron en media 22%; respectivamente. En las etapas subsecuentes, la α-amilasa se destacó ante los demás tratamientos mejorando la GPV y la GDP en 21% (a los 30 días) y 15% (a los 45 días) con relación al testigo y al tratamiento con Lipasa los cuales tuvieron comportamientos similares.
De acuerdo a los comportamientos observados en ambas variables, se podría afirmar que la inclusión de las enzimas en la alimentación de lechones destetados promueve mejoría en la ganancia de peso. Este efecto podría atribuirse a que al utilizar enzimas como sumplemento, se puede reducir la síntesis endógena en un 40%, lo que disminuye el gasto proteico para dicha síntesis en un 25% (García, 1998) lo que promueve en el animal una mayor deposición proteica en los tejidos musculares y de esta forma se justificaría las mayores ganancias de peso de los lechones suplementados en esta investigación.
Por otro lado, al comparar los comportamientos de ambas enzimas, la α-amilasa tuvo mayor destaque que la Lipasa. Esto podría deberse a que la dieta utilizada en el estudio contiene en mayor proporción ingredientes ricos en carbohidratos (maíz) y en menor cantidad ingredientes de fuentes lipídicas (Tabla 1). O sea la principal fuente de energía de la dieta fue el almidón.
Teixeira et al. (2005) observaron respuestas similares a los de ésta investigación en la ganancia de peso con la utilización de enzimas exógenas (proteasa, α-amilasa y celulasa) en la alimentación de lechones recién destetados. Por otra parte, Nery, Lima, Melo y Tadeu Fialho (2000) y Teixeira et al. (2003) no observaron diferencias estadísticas en los resultados para estas variables, al incluir enzimas exógenas (α-amilasa, Lipasa, proteasa, entre otras) en la alimentación de lechones en crecimiento.
Los valores del consumo de ración (Tabla 3) demuestran que existen diferencias significativas (p<0,05) en las mediciones realizadas a los 30 y 45 días, como también en el consumo promedio, en donde la adición de las enzimas α-amilasa y Lipasa incrementaron el consumo en 19% (segundo periodo); 17% (tercer periodo) y 15% (consumo promedio) en comparación al testigo, mientas que a los 15 días, los tratamientos presentaron resultados similares.
La nula influencia de los tratamientos a los 15 días podría atribuirse a los efectos combinados de estrés por la separación de la madre, cambio de la dieta líquida a la sólida y capacidad digestiva reducida durante el destete (Scandolera et al., 2005; Montagne et al., 2007) con lo que no consumieron de manera satisfactoria. Este efecto también fue corroborado por Portillo y Renaut (2012) en lechones recién destetados, afirmando que una vez superada esta fase, los lechones normalizan el consumo, que según Barros et al. (2014), esto suele ocurrir entre 10 y 14 días post-destete.
Tratamientos | |||||
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Variables | Testigo | α-amilasa | Lipasa | D.S.1 | Valor P |
CDA, g/día | |||||
A los 15 días | 359 | 375 | 388 | 39,48 | 0,657 |
A los 30 días | 503,52B | 593,91A | 604,82A | 63,22 | 0,036 |
A los 45 días | 723,65B | 830,41A | 867,74A | 82,90 | 0,040 |
Promedio | 528,82B | 599,61A | 619,64A | 47,11 | 0,006 |
Tratamientos | |||||
Variables | Testigo | α-amilasa | Lipasa | D.S.1 | Valor P |
CA, g/g | |||||
A los 15 días | 1,98A | 1,47B | 1,30B | 0,37 | 0,009 |
A los 30 días | 2,32A | 1,87B | 2,09B | 1,41 | 0,030 |
A los 45 días | 1,80 | 1,82 | 1,88 | 1,78 | 0,968 |
Promedio | 2,03A | 1,72B | 1,76B | 0,18 | 0,047 |
(A;B;C) Medias con letras distintas en las filas difieren entre sí por la prueba de Duncan (p<0,05).
1 D.S.: Desvío Estándar
Éste hecho se reflejó a partir del segundo periodo de éste ensayo (30 días), donde ya se constató efectos de los tratamientos utilizados (enzimas exógenas), ya que la adición de estas enzimas puede potencializar la actividad de las enzimas endógenas (Freitas 2011), incrementando la tasa de digestión de almidones y lípidos de los alimentos (Piovesan, Oliveira y Gewehr, 2011; Moura, 2011) y consecuentemente, aumentar el consumo de alimento por el incremento de la digestibilidad de las dietas (Rocha, 2009).
Para la conversión alimentar (Tabla 3), existen diferencias significativas (p<0,05) en las mediciones realizadas a los 15 y 30 días, como también en la CA promedio, en donde la inclusión de las enzimas α-amilasa y Lipasa mejoraron la conversión en 30% y 15%; respectivamente, mientras que a los 45 días los tratamientos presentaron comportamientos similares.
Las mejorías observadas en la CA durante los primeros dos periodos con la utilización de las enzimas exógena podría deberse a que estos aditivos potencializan las acciones de la α-amilasa salival y Lipasa sublingual incrementando la digestión a nivel bucal de almidones y lípidos respectivamente (Santos, Mascarenhas y Oliveira, 2016; Sbardella, 2011).
En este caso, los lechones suplementados podrían ingerir en mayor proporción alimentos pre digeridos y de esta manera potenciar la digestión ocurrida a nivel intestinal por acción de la α-amilasa y Lipasa pancreática (Harper, Rodwell y Mayes, 1994; Cunningham, 2002), promoviendo mayor tasa de digestión y absorción de nutrientes para traducirlos posteriormente en ganancias de pesos, lo que puede justificar las mayores ganancias presentadas por los lechones suplementados en este estudio (Tabla 2).
Por otra parte, la menor CA observada en los lechones del testigo en el primer y segundo periodo (15 y 30 días) podría deberse a que tuvieron baja capacidad de sintetizar α-amilasa con lo que no pudieron digerir eficazmente los carbohidratos presentes en la dieta (Nery, Lima, Melo y Tadeu Fialho, 2000). Mientras que la producción de Lipasa normalmente se reduce durante la fase posterior al destete y consecuentemente disminuye la capacidad digestiva de lípidos (Jensen, Jensen y Jakobsen, 1997).
En cuanto al efecto observado en el tercer periodo (a los 45 días) puede ser explicado por el incremento constante de la producción de α-amilasa y Lipasa en los lechones a partir de la cuarta semana de edad (Nery et al. 2000; Mc Donald, Edwards, Greenhalgh y Morgan, 2002), con lo que ya habrían alcanzado la capacidad máxima de producción y secreción en este periodo del estudio de acuerdo a la curva de producción enzimática de Kidder y Manners (1978) con lo que ya no sería eficiente incluirlos como suplemento.
CONCLUSIÓN
La adición de enzimas exógenas promueve mayores ganancias de pesos en los lechones recién destetados, en donde la α-amilasa fue la que presentó más destaques para esta variable con relación a la Lipasa y al testigo de la investigación.
En cuanto al consumo de alimento se observa mejoría en los valores a partir del segundo periodo de evaluación (a los 30 días) en los tratamientos que recibieron las enzimas α-amilasa y Lipasa.
Con relación a la conversión de alimentos se constató que las enzimas adicionadas en la alimentación mejoraron los valores de esta variable hasta la segunda etapa de evaluación (hasta los 30 días).
Es recomendable la adición de enzimas α-amilasa y lipasa en la alimentación de lechones destetados hasta los 30 días post destete para mejorar el consumo de alimento, la conversión alimentar y por ende la ganancia de peso.