INTRODUCCIÓN
El maní (Arachis hypogaea L.) es cultivado en diversos ambientes y utilizado en todos los estratos socioeconómicos para alimentación. En el mundo, se estima una producción anual de 42,3 millones de toneladas en 25,6 millones de hectáreas (FAO 2016).
En el Paraguay es un cultivo de relevancia, tanto para la agricultura familiar donde se siembra en pequeñas áreas con fines de consumo e ingreso económico, como también para la agricultura extensiva, sobre todo en las colonias menonitas del Chaco Central. Según datos del Censo Agropecuario Nacional en el año 2008 fueron sembradas 24.113 ha, en 213.999 fincas, abarcando todos los departamentos, con una producción de 29.988 t (MAG 2014). En el año agrícola 2014/15 fueron sembradas 25.670 ha, destacándose los Departamentos de Boquerón con 6.000 ha y Caaguazú con 3.800 ha, con producciones de 9.000 y 3.040 t, respectivamente (MAG 2015).
El Chaco Central, posee la mayor área de siembra y producción de maní del Paraguay, donde las variedades sembradas son del tipo Runner o confitero, siendo de porte rastrero, de ciclo largo y adaptadas a la agricultura mecanizada, poco utilizado en la agriculura familiar, donde gran parte de las labores culturales se realizan en forma manual.
El clima de esta región se caracteriza por presentar medias anuales de temperatura de 25ºC, precipitación de 850 mm y evaporación de 1.699 mm año-1, lo que indica la existencia de periodos con déficit hídrico (Harder et al. 2004, Glatzle 1999).
En cada estadio de crecimiento, el maní es influenciado por varios factores ambientales Kaur y Hundal (1999), principalmente suelo y temperatura del aire (Caliskan et al. 2008). Los dos factores mencionados presentan características bien diferentes en el Chaco Central, donde el clima se presenta como semiárido. Para esa región es necesario la selección de genotipos adaptados a dichas condiciones edafoclimáticas, debido a que las pérdidas en el rendimiento del maní, pueden ser atribuidas a la escasez de agua durante el ciclo del cultivo (Awal e Ikeda 2002, Boontang et al. 2010, Girdthai et al. 2010, Junjittakarn et al. 2013).
En el Chaco Central los agricultores familiares cultivan variedades de maní de ciclo corto, diferentes al tipo denominado Runner, sin embargo, es escasa la información científica sobre el comportamiento de las mismas en esas condiciones, razón por la cual es necesario la realización de investigaciones para identificar aquellas con mejor adaptación, que permita mejorar la productividad.
Esta investigación tuvo como objetivo evaluar cinco variedades de maní en función a su desempeño agronómico en el Chaco Central del Paraguay.
MATERIALES Y MÉTODOS
La investigación se desarrolló en dos localidades del Chaco Central paraguayo, entre los meses de enero y junio de 2013, específicamente en la Chacra Experimental Isla Poí del Servicio Agropecuario de la Sociedad Cooperativa Chortitzer Ltda., situado en el Distrito de Loma Plata, Departamento de Boquerón (22°29'38,7'' latitud Sur y 59°43'53,2'' longitud Oeste) y en una finca de productor del distrito Teniente Irala Fernández, Departamento de Presidente Hayes (22°58'20,9''latitud Sur y 59°31'42,8'' longitud Oeste).
Los datos semanales de temperatura media y precipitación, desde la siembra, el 4 de enero, hasta la cosecha, el 25 de abril de 2013, en la Chacra Experimental Isla Poí, se puede observar en las Figuras 1 y 2, mientras que los datos de precipitación semanal desde la siembra, el 15 de febrero, a la cosecha, el 5 de junio, en Teniente Irala Fernández, en la Figura 2.
El diseño experimental utilizado fue de bloques completos al azar con cinco tratamientos (variedades) y cuatro repeticiones, donde los datos obtenidos fueron analizados en un esquema factorial 2x5, siendo dos las localidades (Isla Poí y Teniente Irala Fernández) donde se efectuó la investigación y cinco las variedades evaluadas (Pytá, Negrito, Morotí, Rosado y Tatu IAC). La unidad experimental estuvo constituida por cuatro hileras de 5 m de longitud, de las cuales las dos hileras centrales fueron consideradas como parcela útil, eliminando dos plantas de cada cabecera.
Los materiales genéticos utilizados son de porte semi erecto, de los cuales Negrito pertenece a Arachis hypogaea L. var. vulgaris y los demás a Arachis hypogaea L. var. fastigata, (Bogado 2011). Las semillas de los materiales genéticos fueron obtenidas del Campo Experimental de Chore, dependiente del Instituto Paraguayo de Tecnología Agraria (CECH - IPTA). Previo a la instalación del experimento fueron extraídas muestras de suelo en la profundidad de 0 a 20 cm, de ambas parcelas (Tabla 1).
En la Chacra Experimental de Isla Poí, la parcela donde se implantó el ensayo, en el ciclo agrícola anterior fue sembrada con soja y posterior a la cosecha se realizó la práctica del barbecho químico. En Teniente Irala Fernández la parcela estaba en descanso, es decir sin cultivo implantado en el año anterior y enmalezado con gramíneas. La preparación de suelo en ambas localidades fue convencional, mediante una arada, seguida de rastreada. La siembra se realizó en forma manual, utilizando una distancia de 0,70 m entre hileras, dejando posteriormente dos plantas por hoyo cada 0,25 m después del raleo.
La cosecha se efectuó cuando las hojas bajeras de las plantas se tornaron amarillas y los granos alcanzaron la madurez fisiológica. Esta operación se realizó con la ayuda de una azada y, luego de arrancar las plantas con las vainas permanecieron en el campo expuestas al sol durante cinco días. Posteriormente se llevaron a un galpón donde se procedió a separar las vainas, que fueron expuestas nuevamente al sol durante dos días en una pista de secado y finalmente se efectuó el trillado para separar los granos. Se evaluaron las siguientes variables:
- rendimiento de granos con cáscara (t ha-1): se determinó después del último secado y para el efecto se utilizaron las plantas del área útil de cada tratamiento.
- rendimiento de granos secos (t ha-1): se determinó después del trillado de los granos con cáscara y fue corregido al 13% de humedad.
- porcentaje de cascara (%): es el cociente entre rendimiento de granos secos y rendimiento de granos con cáscara, multiplicado por 100.
- masa de mil granos (g): para esta determinación se multiplicó por diez la masa obtenida de las mediciones llevadas a cabo con 100 granos extraídos al azar de cada tratamiento. La determinación de la masa se efectuó con una balanza analítica.
Los datos obtenidos en las diferentes variables fueron sometidos al análisis de varianza por el test de F, y en los casos donde se obtuvo diferencias estadísticas significativas, las medias se compararon por el test de Tukey al 5% de probabilidad de error, utilizando el software estadístico INFOSTAT (Di Rienzo et al. 2013).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El análisis de varianza realizado no detectó efecto de interacción significativa al 5% de probabilidad por la prueba de F para ninguna de las características estudiadas, demostrando que las variedades evaluadas se comportan en forma independiente en las localidades donde se desarrolló la investigación. Se encontró significancia para localidades en las características rendimiento de granos con cáscara, rendimiento de granos y masa de mil granos, en cambio el porcentaje de cáscara no fue significativo. También se observó diferencias entre las variedades para masa de mil granos (Tabla 2).
ns= no significativo al nivel de 5% de probabilidad de error por la prueba de F
* = significativo al nivel de 5% de probabilidad de error por la prueba de F
** = significativo al nivel de 1% de probabilidad de error por la prueba de F
C. V.= Coeficiente de Variación
Los promedios del rendimiento de granos con cáscara (Figura 3) de las variedades evaluadas variaron entre 1,76 t ha-1 (Negrito) y 2,55 t ha-1 (Pytá). Estos valores son similares a las medias entre 1,83 y 2,45 t ha-1 reportado por Santos et al. (2010) al comparar la producción de granos con cáscara de ocho genotipos de maní de porte erecto, en cuatro estados del Brasil. Del mismo modo, son próximos a las medias entre 1,99; 2,37 y 3,24 t ha-1, encontrados por Bastos et al. (2011) en experimento conducido en el estado de Goias, Brasil, utilizando tres variedades de porte erecto. Por otro lado, son inferiores a las medias entre 2,35 y 3,06 t ha-1, obtenidos por Vasconselos et al. (2015) al evaluar ocho genotipos de porte erecto de maní en el Brasil y a las medias entre 2,73 y 3,24 t ha-1 de granos con cáscara reportados por Gomes et al. (2007), al comparar el rendimiento de cuatro cultivares de maní de porte erecto, en ocho ambientes del estado de Pernambuco, Brasil. Sin embargo, son superiores a las medias encontradas en Ecuador por Garcés-Fiallos et al. (2014) de 1,08 a 1,51 t ha-1, al evaluar durante dos años agrícolas cuatro variedades de maní.
Para el rendimiento de granos no se encontraron diferencias significativas entre las variedades evaluadas. Las medias obtenidas fueron de 1,79 t ha-1 (Pytá), 1,53 t ha-1 (Morotí), 1,51 t ha-1 (Tatu IAC), 1,47 t ha-1 (Rosado) y 1,30 t ha-1 (Negrito). Estos resultados son inferiores a lo citado por Vasconcelos et al. (2015), quienes al evaluar ocho genotipos de maní de porte erecto, obtuvieron rendimiento de granos entre 2,35 y 3,06 t ha-1. Así mismo, es inferior al rendimiento de granos citado por Fachin et al. (2014) con la variedad IAPAR 25 Tição, de porte erecto, en dos municipios del Estado de Paraná, Brasil, donde obtuvieron medias de 2,56 y 2,57 t ha-1. Por otro lado, son superiores a las medias entre 1,08 y 1,58 t ha-1 de granos con cáscara obtenido por Garcés-Fiallos et al. (2014), evaluando cuatro variedades de maní durante dos años agrícolas en Ecuador. La media obtenida con Tatu IAC (1,47 t ha-1), es inferior al citado por Gomes et al. (2007), quienes evaluando varios genotipos de maní de porte erecto obtuvieron rendimiento para la variedad Tatu de 1,82 t ha-1.
El porcentaje de cáscara de las variedades evaluadas fue de 29,37% (Pytá), 26,25% (Negrito), 35,25% (Moroti), 29% (Rosado) y 30% (Tatu IAC) (Figura 3). Esto indica que el rendimiento de granos de las mismas fue de 70,63%, 73,75%, 64,75%, 70% y 71%, respectivamente.
Estos resultados no concuerdan con Fachin et al. (2014), quienes al evaluar seis variedades de maní en el Estado de Paraná, Brasil, encontraron diferencias estadísticas en el rendimiento de granos, con medias que oscilaron entre 65 y 80%. Las medias del rendimiento de granos de esta investigación son inferiores a lo reportado por Bastos et al. (2012), al comparar seis genotipos de maní con riego en el estado de Goiás, Brasil, encontraron rendimiento de granos entre 75,33% y 79,26%, mostrando que el porcentaje de cáscara estuvo entre 24,67% y 20,74%, donde la variedad Tatu IAC presentó 22,76% de cáscara. Por su parte, Gomes et al. (2007) trabajando con cuatro variedades de maní de porte erecto encontraron rendimiento en granos entre 66% y 67%, que son inferiores a los resultados de esta investigación. El rendimiento de granos de las variedades se evalúa como una medida de la capacidad de formación y llenado de granos, donde los valores más elevados indican mayor producción de granos después del descascarado.
Respecto al efecto de las localidades sobre el rendimiento de granos con cáscara (Tabla 3), la mayor productividad se obtuvo en Teniente Irala Fernández con 2,34 t ha-1, difiriendo estadísticamente del rendimiento en Isla Poí que fue de 1,95 t ha-1.
El mayor rendimiento de granos sin cáscara se obtuvo en Teniente Irala Fernández (1,69 t ha-1), difiriendo significativamente de Isla Poí, que produjo 1,34 t ha-1 de granos, beneficiados probablemente por el mayor contenido de materia orgánica del suelo (Tabla 1) y las precipitaciones, que estuvieron mejor distribuidas durante el ciclo del cultivo, especialmente en las primeras ocho semanas posteriores a la siembra y que totalizaron 371 mm (Figura 2), comparadas con la de Isla Poí, donde se registró una precipitación de 0,2 mm antes de la siembra y, posteriormente hubo lluvias recién en la cuarta semana después de la siembra, totalizando 278,2 mm durante el ciclo del cultivo (Figura 2), pudiendo haber afectado el crecimiento inicial de las plantas y también el rendimiento de granos de las variedades evaluadas. Conforme a Peixoto et al. (2008) el potencial de producción del maní es determinado genéticamente y la manifestación de ese potencial, depende de factores limitantes que estarán actuando en algún momento durante el ciclo del cultivo. Tavora y Melo (1991) y Vorasoot et al. (2003) en sus investigaciones reportaron que la deficiencia hídrica reduce la producción de vainas por planta en maní, y por ende, tiene efecto negativo en el rendimiento de granos.
El porcentaje de cáscara obtenido con las diferentes variedades en Isla Poí fue de 31,20%, mientras que en Teniente Irala Fernández de 28,75%, sin que existan diferencias estadísticas significativas, indicando que las localidades no tuvieron influencia sobre esta característica, sin embargo, esa diferencia porcentual pudo haber tenido efecto en el mayor rendimiento de granos (Figura 3).
La masa de mil granos presentó diferencias estadísticas significativas entre variedades (Figura 3). El mayor valor para esta variable corresponde a la variedad Pytá (503,62 g), que fue superior a Negrito (423,50 g), pero estadísticamente similar a las otras variedades evaluadas (Morotí, Rosado y Tatu IAC). Las medias de este trabajo estuvieron entre 423,50 g y 503,62 g, encontrándose dentro del rango entre 390 a 670 g, citados por Gomes et al. (2007) evaluando cuatro variedades de maní de porte erecto. Sin embargo, son inferiores a las medias entre 479,8 g y 740,1 g reportados por Fachin et al. (2014) en su investigación con seis variedades de maní en el sistema de labranza convencional de suelo. Por su parte Garcés-Fiallos et al. (2014) compararon la masa de mil semillas de cuatro variedades de maní, sin encontrar diferencias significativas para dicha característica, donde las medias estuvieron entre 510 y 550 g.
Medias seguidas por la misma letra en las filas no presentan diferencias estadísticas significativas entre ellas al nivel de 5% de probabilidad de error por el test de Tukey.
Considerando las localidades (Tabla 3), las variables rendimiento de granos con cascara, rendimiento de granos sin cascara y masa de mil granos fueron superiores en Teniente Irala Fernández, mientras que el porcentaje de cascara no presentó diferencias estadísticas significativas. Es probable que los mayores rendimientos y masa de mil granos obtenidos en Teniente Irala Fernández sea por el mayor contenido de materia orgánica del suelo (Tabla 1) y la mejor distribución de lluvias (Figuras 2) durante el desarrollo del experimento.