INTRODUCCIÓN
Uno de los temas de mayor interés es el papel que juegan los hábitos de estudio en el rendimiento académico, pues éstos no se miden por el desempeño, sino por las condiciones (calidad) en que se realiza el estudio.Numerosos estudios ponen de relieve la importancia de los hábitos de estudio en los universitarios (Rabia, Murak, Tallat y Nasir, 2017, Hassan, Sadaf, Aly y Baig, 2018).
La preocupación de los hábitos de estudio de los estudiantes toma especial interés en estos momentos dadas las altas tasas de fracaso o abandono de los estudios El logro académico es un objetivo muy importante en la educación en el proceso de aprendizaje. Este es un mecanismo clave por medio del cual los estudiantes aprenden sobre sus habilidades y competencias, siendo una parte importante del desarrollo de las aspiraciones profesionales; esto implica un largo camino de aprendizaje.
De cómo un estudiante aborda sus estudios, en gran medida determina cómo será el logro académico.Mark y Howard (2009) opina que uno de los desafíos de los estudiantes es la falta de estudio efectivo, si los estudiantes pueden desarrollar buenos hábitos de estudio con buena disciplina tendrán éxito en el desarrollo de su carrera. Para asegurarse el éxito académico hay que deshacerse de los malos hábitos y establecer buenos hábitos y esto no depende del nivel de estudio en que se esté. Hay que estudiar qué modelo se utiliza, qué es lo que no funciona y diseñar un plan satisfactorio de estudio (Ashish, 2013). No obstante, Katelyn (2013) advierte que se estudia de diferentes maneras y resulta difícil precisar qué es lo realmente eficaz, lo que funciona en un estudiante de una manera puede que para otro no sea así; es obvio que todos los estudiantes no son iguales (John, 2010).
La importancia de los hábitos en el estudiante radica en que son absolutamente necesarios para desarrollar habilidades de estudio eficaces que se traducen en un aprendizaje con mayor rapidez y profundidad. Se trata de saber dónde y cómo obtener la información importante y la capacidad de hacer uso inteligente de la misma (Bajwa, Gujjar, Shaheen y Ramzan, 2011).
Al utilizar la expresión hábitos de estudio se puede generar cierta confusión, tal es el caso de técnicas de estudio, técnicas de trabajo intelectual, métodos de estudio o hábitos de estudio. En referencia a esto, para Cartagena (2008) los hábitos de estudio son métodos y estrategias que acostumbra a usar el estudiante para asimilar unidades de aprendizaje, su actitud para evitar distracciones, su atención al material específico y los esfuerzos que realiza a lo largo de todo el proceso. Para la investigación los hábitos de estudio se conceptualizan como métodos y estrategias que suele usar un estudiante para hacer frente a una cantidad de contenidos de aprendizaje, para lo que se requiere fuertes cantidades de esfuerzo, dedicación y disciplina (Hernández-Herrera, Rodríguez-Perego y Vargas-Garza, 2012). Los hábitos de estudio son estrategias, técnicas, recursos y actividades que facilitan la adquisición de conocimientos, permiten desarrollar o mejorar el rendimiento académico (SEP, 2014).
Según Cerna y Pavliushchenko (2015), los hábitos de estudio pueden verse afectados por factores como la edad del estudiante, el ambiente familiar, la materia de estudio, la televisión, el teléfono móvil, el uso de redes sociales, la aspiración del estudiante, la situación económica familiar, el estilo de enseñanza del docente, los amigos y los compañeros, entre otros factores.
Uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan las universidades es el bajo rendimiento de los estudiantes como se ponen de relieve en numerosas investigaciones (Villegas,Muñoz y Villegas, 2016; García-Ortiz, López-de Castro y Rivero-Frutos, 2014; Flores-Ortiz, Rivera-Coronel y Sánchez-Cancino, 2016; Pineda-Lezama y Alcántara-Galdámez, 2017).
Acevedo, Torres y Tirado (2015) exponen las dificultades de los estudiantes en la planificación en actividades académicas, la mal distribución del tiempo y la inadecuada utilización de métodos de estudio, pocas destrezas en la búsqueda de información y no saber utilizar las referencias bibliográficas.
El rendimiento académico es uno de los principales objetivos en el proceso educativo. Distintas variables pueden estar implicadas como las estrategias de aprendizaje, la calidad de enseñanza, la propia carrera, las expectativas y motivaciones del estudiante, las habilidades de estudio, si combina estudio y trabajo, así como el tiempo que se dedica al estudio.
Es obvio que la falta de tiempo, insuficientes habilidades y la mala planificación es un riesgo de bajo rendimiento del estudiante, sobre todo en tiempos en que a las universidades se les mide por los resultados, en el nuevo paradigma de educación superior, en su función de favorecer el desarrollo de las personas y el bienestar de las sociedades donde la educación es más entendida como negocio que como servicio (Paricio-Royo, 2017).
La forma como un estudiante organiza sus estudios determina en gran medida su logro académico. Tener buenos hábitos de estudio favorece un buen ambiente académico y reduce el estrés entre los estudiantes (Marc, 2011). La buena planificación conlleva que el estudiante estudie todo el año, lo que supone estar más relajados y seguros (Ashish, 2013). Los estudiantes no planifican bien su tiempo de estudio, así como las actividades prácticas lo que les lleva a incumplir lo programado (Yukra-Mamani, 2011).
Uno de los mayores desafíos en los procesos de enseñanza en la universidad es la metodología. El rendimiento del estudiante está relacionado según la forma como estudia. Can-Valle y Sarabia-Alcocer (2016) pusieron de relieve la mala planificación en el estudio, la mala distribución del tiempo y la no aplicación de técnicas de estudio.
También se ha puesto en evidencia la mala planificación del estudio, las condiciones ambientales y la utilización de materiales como indicadores de riesgo (Mondragón-Albarrán, Cardoso-Jiménez y Bobadilla-Beltrán, 2017).
Partiendo de lo expuesto, otro factor determinante para mejorar el hábito de estudio de los estudiantes, es el docente, porque éste desempeña un papel fundamental en el desarrollo cognitivo de los estudiantes (Romero-Figuera, 2018).
Por lo tanto, se establece de forma clara la relación entre hábitos de estudio y rendimiento académico. Una buena planificación del tiempo y la aplicación de las técnicas de estudio, se obtiene como resultado una mejora de los hábitos y un mejor rendimiento. Capdevila-Seder y Bellmunt-Villalonga (2016) proponen aplicar programas para preparar exámenes, realización de trabajos y el lugar habitual de estudio. Estos programas deben orientarse, sobre todo, a la población masculina dado que se evidencia un peor rendimiento académico y peores hábitos de estudio. Esta correlación también fue puesta de manifiesto en el estudio de Sherafat y Murthhy (2016). Para el mejor funcionamiento de los programas se requiere la implicación del profesorado y los padres (Ebele y Olofu, 2016).
METODOLOGÍA
Diseño
De acuerdo con la finalidad del estudio y con los objetivos propuestos, el estudio corresponde a un enfoque cuantitativo, descriptivo, ex post-facto, modalidad explicativo o causal, transversal, lo que implica que, no habido manipulación de variables, sino “asignación de valores” dado que el hecho ya ha sucedido.
Población y muestra
La población ha estado formada por 521 sujetos, 187 hombres y 334 mujeres, todos ellos cursan el primer año de carrera en la Universidad La Paz durante el curso académico 2017-18. Se ha hecho coincidir la muestra con la participación para garantizar la máxima representatividad. En la tabla 1, se recoge las muestras invitadas y las muestras generadoras de datos, en las 14 carreras que ha formado parte del estudio.
Hay que hacer la observación que la muestra invitada es el total de alumnos matriculados y que no coincide dado que no asisten regularmente a clase o abandonan por distintos motivos los estudios.
Instrumento
El instrumento de recogida de información ha sido “Cuestionario Perfil General del Universitario” diseñado ad hoc, en el marco general del Proyecto “La Generación Y: Una visión multinivel en la Universidad La Paz (Paraguay)”.
El cuestionario contó, en su primera parte, con una breve información sobre la finalidad del mismo, así como la forma de cumplimentación. El instrumento estuvo estructurado en dos bloques: Bloque I, perfil del alumnado de nuevo ingreso, formado por 12 ítems cerrados (género, edad, carrera, tipo de bachillerato, calificación promedio de acceso, primera lengua hablada, estudios del padre y de la madre, trabajo del padre y de la madre, nivel económico familiar, tener hijos y con quién vive). Bloque II, el oficio de estudiante (2 preguntas cerradas de opción múltiple).
Se analizó la validez de constructo, para ello se aplicó el método de jueces “agregados individuales”, para determinar la claridad en la redacción, si mide lo que dice medir, inducción a la respuesta y coherencia interna (dominio), además la adecuación del número de ítems y si permiten el logro de la investigación. Por último, se obtuvo la fiabilidad del cuestionario mediante el procedimiento coeficiente Kappa de Cohen. El índice de concordancia obtenido fue ,899 lo que considera muy aceptable.
ANÁLISIS DE DATOS
Los datos fueron analizados con el programa estadístico SPSS v.26, y el nivel de significación se estableció en p< ,005. Los datos se muestran en frecuencia, porcentajes, media, desviación estándar (DE), moda y rango. La prueba de chi-cuadrado se aplicó para establecer asociaciones entre variables cualitativas, así como la correlación de Spearman.
RESULTADOS Y DISCUSIÓNFrecuencia de estudio
Estudiantes participantes en el estudio
La edad media fue 21,97 años(21,77 los hombres y 22,07 las mujeres). El porcentaje de hombres en el primer intervalo de edad fue 65,4% y el de mujeres 63,2%. El porcentaje de más de 30 años fue muy reducido (5,4%).
Calificación promedio de acceso
Como consecuencia de los datos perdidos en algunas carreras, para evitar sesgos en los resultados, se procedió a eliminarlas para la obtención del promedio de acceso. El análisis se centró en las titulaciones de fisioterapia, química/farmacia, prótesis, contabilidad, educación física y mecánica.
La calificación promedio de acceso en bachillerato fue 3,72, la desviación típica o estándar 1,035 y la moda 4. El 70,4% tiene una calificación por encima de la media. Por género, se establece una correlación baja (r = ,102)(p ≥ 0.05). La calificación promedio de acceso de las mujeres ha sido de 3,81 (D.E. 1,055) y la de los hombres 3,58 (D.E. 1,156).
El “oficio” de estudiante universitario
Horas de estudio semanal
En la tabla 20 refleja las horas de estudio semanales dedicadas al estudio. El 55,0% de los encuestados dedica entre 1 a 5 horas; más de 10 horas de estudio el 10,5%. Por género, hay diferencias significativas (p < ,046). En la franja 5 a 10 horas las mujeres estudian más (38,8%) que los hombres (32,4%). En la dedicación de más de 10 horas semanales, la diferencia es mínima. La circunstancia que el estudiante esté trabajando y el tiempo dedicado al estudio no se establecen diferencias significativas (p ˃ ,623). Además, el hecho de tener o no hijos no se relacionan con las horas de estudio (p ˃ ,727). Tampoco se establece diferencias significativas entre con quién vive el estudiante y las horas de estudio (p ˃ ,246).
Los alumnos que dedicaron más tiempo al estudio obtuvieron mejores calificaciones promedio en el bachillerato (calificaciones de bachillerato (p˂ ,001; coeficiente de contingencia ,371).
Necesidad de horas de estudio
En la tabla 5, se recoge las horas de estudio que los estudiantes encuestados consideran suficientes para su carrera. El 79,5% considera que entre 1 y 5 horas responde a las necesidades; solo el 10,0% piensa que son necesarias para superar las asignaturas de la carrera. No se establece diferencias significativas en relación al género (p ˃ ,432).
El análisis de la correlación de Spearman entre las variables tiempo de estudio y necesidad de estudio muestra una correlación significativa débil, entre las diferencias entre variables (r = ,279, p < ,001).
Se observa una falta de regularidad en la planificación del tiempo para el estudio. Solo el 10,8% estudia todos los días, el 43,6% en días alternos y más de la mitad (51,0%) fines de semana o en periodo de exámenes.
La mujer es más proclive a estudiar días alternos (58,6%) que los hombres (41,4%) (p < ,014). Las mujeres prefieren estudiar los fines de semana (1,2%) más que los hombres (28,8%) (p < ,041).
Trayectoria laboral
El 73,2% de los estudiantes encuestados manifiesta estar trabajando. Hay diferencias significativas en función del género (p < ,002). El porcentaje de hombres que trabaja (81,1%) es superior al de la mujer (68,7%). El hecho de que el estudiante trabaje es independiente de que el padre o la madre estén trabajando (p ˃ ,259; p ˃ ,509; respectivamente). Sin embargo, el nivel económico familiar se relaciona con que el hijo esté trabajando (p < ,007). Así el 66,7% de los estudiantes que trabajan tienen un nivel económico familiar bajo. La mujer con nivel económico familiar bajo ejerce una actividad laboral porcentualmente más alto que el hombre (14,1% frente al 9,6%, respectivamente).
En caso de trabajar, qué actividad desarrolla
En la Tabla 8, podemos evidenciar la actividad laboral en la que los estudiantes están más empleados es vendedor (27,1%) y funcionario (25,1%). No se da diferencias significativas en relación al género (p ˃ ,321). Hay diferencias significativas en función de la edad: los estudiantes más jóvenes están más empleados como vendedores 27,3%), con edad intermedia también como vendedores (31,7%) y los mayores de 30 años su actividad laboral es como autónomos (31,7%).
Los resultados obtenidos consolidan que el rendimiento académico se relaciona positivamente con los hábitos de estudio. Por lo tanto, resulta necesario incidir en la necesidad de diseñar ad hoc y aplicar programas para la mejora de estos hábitos desde un planteamiento global y no solo ciñéndose en el aprendizaje de las técnicas y métodos de estudio.
CONCLUSIONES
Esta investigación puso de manifiesto que los estudiantes dedican poco tiempo al estudio yhay falta de regularidad en su planificación, dato que puede estar influenciado porque tres de cada cuatro están trabajando; el porcentaje de hombres que compagina trabajo y estudio es superior al de la mujer. Más de la mitad de los estudiantes que se ven obligados a trabajar lo hacen porque tiene bajos ingresos económicos familiares;los más jóvenes lo hacen como vendedores y los mayores como autónomos. Las mujeres distribuyen mejor el tiempo de estudio durante la semana, por el contrario, los hombres lo hacen el fin de semana.
Los datos obtenidos concluyen que el rendimiento académico se relaciona con los hábitos de estudio.