Services on Demand
Journal
Article
Indicators
- Cited by SciELO
Related links
- Similars in SciELO
Share
Revista Internacional de Investigación en Ciencias Sociales
On-line version ISSN 2226-4000
Rev. Int. Investig. Cienc. Soc. vol.12 no.1 Asunción July 2016
https://doi.org/10.18004/riics.2016.julio.103-120
ANÁLISIS
El abandono deportivo desde una perspectiva psicosocial
Sport Dropout from a Psychosocial Approach
Bastian Carter-Thuillier1, Juan Carter-Beltran2, Mauricio Cresp Barría3, Rodrigo Ojeda Nahuelcura4
1 Facultad de Educación, Universidad Católica de Temuco. Chile; Observatorio del Deporte. Chile. Doctor (c) en Investigación en Innovación Educativa, Máster en Ciencias Sociales para la Investigación en Educación, Licenciado en Educación, Profesor de Educación Física.
2 Departamento de Ciencias de la Actividad Física, Universidad de Los Lagos. Chile; Observatorio del Deporte. Chile. Doctor (c) en Aspectos Educativos y Socio-culturales de la Actividad Física, Magíster (c) en Psicología, Licenciado en Educación, Profesor de Educación Física.
3 Facultad de Educación, Universidad Católica de Temuco. Chile; Nutrición y Dietética, Escuela de Salud, Universidad Católica de Temuco. Chile; Observatorio del Deporte. Chile. Doctor en Motricidad Humana, Magíster Pedagogía en Educación Física, Licenciado en Educación, Profesor de Educación Física.
4 Facultad de Educación, Universidad Católica de Temuco. Chile. Magíster en Gestión Educativa, Licenciado en Educación, Profesor de Educación Física.
Recibido: 28/06/2015; Aceptado: 03/12/2015.
Resumen: El abandono de la actividad deportiva tiene como consecuencia para el individuo un cuestionamiento global de las dimensiones sociales y psicológicas, afectando la identidad que éste ha construido durante años desde el deporte de alta competencia. El propósito de éste artículo es analizar el fenómeno del abandono deportivo desde una perspectiva psicosocial a través de antecedentes teóricos, organizando el texto en cuatro apartados. El primero es una revisión introductoria que delimita el concepto de abandono deportivo. El siguiente se centra en problematizar y describir el retiro deportivo como un objeto de análisis psicosocial. Posteriormente se exponen los procesos de transformación a nivel personal y social que son habitualmente causados por el abandono de la actividad deportiva, analizando sus posibles consecuencias e implicancias. En cuarto lugar se desarrollan las consideraciones finales y principales conclusiones del artículo.
Palabras clave: Retiro deportivo; Abandono deportivo; Perspectiva Psicosocial.
Abstract: The sport dropout imply a global questioning of the social and psychological dimensions, affecting the identity built from of the competitive sport. The purpose of this article is to analyze the phenomenon of abandonment from a psychosocial perspective through theoretical and empirical backgrounds, organizing the text into four sections. The first is an introductory review that defines the concept of sport dropout. The following is focused on problematize and describe retirement sport as an object of psychosocial analysis. Subsequently transformation processes to personal and social levels that are usually caused by the abandonment of the sport are discussed, analyzing possible consequences and implications. In fourth are developed concluding remarks and main conclusions of the paper.
Keywords: Sport retirement; sport dropout; psychosocial approach.
INTRODUCCIÓN
Iniciación deportiva, vida deportiva, éxito deportivo, abandono del deporte, son todas fases que forman parte de un proceso global: el itinerario deportivo (Puig y Masnou, 2010). Este último es en definidas cuentas el macroproceso que ha de vivenciar el deportista a lo largo de su carrera, refiriéndose al detalle de la vida atlética del sujeto (historia del individuo en torno al deporte), desde el inicio hasta su resolución con este mismo, lo que incorpora simultáneamente aspectos y actividades cotidianas del ciclo vital del sujeto (Cecchini, Méndez y Contreras, 2005).
Los conceptos retiro y abandono en el ámbito deportivo actúan como sinónimos de sí mismos, obteniendo significados similares. Sin embargo el término “jubilación”, definido como “Dispensar a alguien, por razón de su edad o decrepitud, de ejercicios o cuidados que practicaba o le incumbían” (RAE, 2011), asoma con mayores semejanzas respecto a lo que implica el proceso de retiro deportivo, lo que abre una nueva vía de análisis para el fenómeno estudiado. Pero la utilización específica del concepto de abandono ha variado y lo sigue haciendo inclusive en el propio universo simbólico del “campus deportivo”.
Para Barangé (2004) el término “abandono deportivo” se utiliza para referirse a tres situaciones distintas. En primera instancia se usa para hacer mención a un retiro de toda práctica deportiva, quebrando el itinerario deportivo realizado por el individuo hasta el momento, es decir refiriéndose al abandono por completo de la actividad en forma estricta. Otro uso es cuando el concepto se utiliza para referirse al retiro que posteriormente va acompañado por un cambio de disciplina deportiva, en pocas palabras un cambio de actividad que en ocasiones deriva en cambiar el deporte de elite por actividades de índole recreativas. Mientras que en última instancia se utiliza para denominar el caso de un cambio “automático” del sujeto de un deporte a otro, que se adapte mejor a sus necesidades, talentos y posibilidades. Así también aparecen otras delimitaciones sobre el concepto, basándose en hechos empíricos. Guillet (2000) afirmaba que en los estudios realizados hasta entonces ningún autor había expresado algún tipo de concepción certera del término o qué entendían por concepto de “abandono”, apareciendo nuevamente este continuum de procesos que podría separarse en tres más pequeños: (a) abandono de la actividad específica; (b) el cambio hacia otra actividad; (c) el abandono por completo.
Al momento de intentar definir el concepto de abandono o retiro deportivo, resulta inevitable acudir a las causas del fenómeno para inmiscuirse en ellos y comprender su delimitación real. Un aspecto importante parece ser el autocontrol de la decisión de abandonar la actividad, debido a que en muchos casos los individuos dejan la actividad por causas incontrolables y fuera de su alcance, tales como: medios económicos insuficientes o inexistentes, exclusión por decisiones técnicas, lesiones que obligan al abandono o el no contar con un club apropiado al nivel del individuo (Cecchini, Méndez y Contreras, 2005; Gould, 1996; Petlichkoff, 1992). Así también el retiro puede deberse a razones de tipo controlables, de hecho a principios de la década de 1990 la literatura ya identificaba dos tipos de abandono: (a) un “abandono voluntario”, causado por factores negativos relacionados con la elite deportiva como lo es la presión desmesurada, la carencia de éxito y/o perdida de éste, además problemas con quienes son entrenadores de los deportistas, lo que en algunos casos conlleva el abandono total de toda práctica deportiva; (b) un “abandono involuntario” relacionado habitualmente con lesiones deportivas, edad excesiva, no contar con instituciones o clubes dispuestos interesados en los deportistas, entre otras causas (Cecchini, Méndez y Contreras, 2005; Petlichkoff, 1992). El modelo de trayectoria deportiva de Puig y Masnou (2010) intenta realizar una mirada global de la carrera deportiva del individuo, manifestando los factores que interactúan con ésta, durante las diferentes etapas de su duración hasta alcanzar la etapa de retiro (Figura 1).
A pesar del lugar trascedente que ocupa el deporte en el espacio social, los estudios que se centran en analizar las dimensiones sociales de la actividad deportiva son aún escasos. Específicamente los avances teóricos respecto al abandono deportivo como objeto de análisis son aún limitados, alcanzado en su mayoría solamente una profundidad descriptiva y no el levantamiento de teorías amplias o específicas. En consideración de lo anterior es trascendente avanzar hacia la sistematización y análisis teórico de los diferentes aspectos que dan forma al retiro deportivo con el fin de responder rigurosamente y de forma pertinente a las interrogantes que circundan a este ámbito.
En consideración de lo trascedente que resulta ser el análisis de las implicancias sociales e individuales que conlleva el proceso abandono deportivo y la reducida cantidad de trabajos que se centran en estudiar éste fenómeno, el presente artículo tiene por objetivo analizar los aspectos psicosociales asociados al proceso de retiro deportivo a partir de la revisión sistemática de diversos antecedentes teóricos existentes.
El abandono deportivo como fenómeno psicosocial
El deporte como objeto de estudio de la sociología, psicología y del campo psicosocial, ha sido abordado a través de diversas perspectivas. Para Dunning (2003) no resulta necesario demostrar con hechos o estadística alguna que el deporte es un fenómeno social de alta importancia. Su argumento se basa en la atención del medio social sobre este, los medios de comunicación, el dinero público y privado invertido, la publicidad, la implicación y preocupación del estado por la actividad, el número de individuos que participan de actividades deportivas como espectadores o deportistas, además de las posibilidades de sociabilización con otros sujetos que la actividad ofrece.
Elias (1996) prefiere hablar de vínculos sociales directos o indirectos, de tipos inclusivos o exclusivos a través del deporte, es decir la pertenencia a un grupo, incorporando el sentido de identidad, además de sentimientos positivos hacia la actividad deportiva y el grupo en particular. El deporte en las sociedades industrializadas modernas ha adquirido un importante lugar a diversos niveles, tanto local, nacional e internacional, ocupando un papel preponderante en la formación de identidad de los sujetos, la jerarquía y el autoconcepto de cada individuo, como por ejemplo: “Buen o mal deportista”, la actividad deportiva va más allá de simplemente medir rendimientos, sino que actúa también como medio para probar o crear identidades. En resumidas cuentas la actividad deportiva hoy posee un lugar trascendente en las sociedades modernas brindando un sentido de identidad importante de los individuos con las colectividades a las que pertenecen, en pocas palabras para la formación y manifestación de sus sentimientos colectivos y equilibrio grupal (Dunning. 2003).
Para Bourdieu (1993) el deporte ocupa dentro del espacio social un papel determinante al igual que otras actividades (tales como la política, la música, religión) empleando el término “campus” para referirse al universo deportivo, en este caso “campus deportivo”. Según éste autor el espacio social es mucho más que un espacio de posiciones, sino uno también de disposiciones de “habitus” que operan como agentes de cada campus, constituyendo estilos y concepciones de vida diferenciados, dependiendo del espacio de posiciones que el campus y el “habitus” estén ubicados.
Es preciso señalar que en el caso del deporte, nos encontramos ante un campus complejo donde intervienen diversos actores y por tanto diferentes tipos “habitus”. Bourdieu entiende el deporte como una de las expresiones del cuerpo, como un lenguaje mudo adquirido de forma social, pero también como un elemento de dominación social, a través de la práctica deportiva, la imposición y elección de ciertas prácticas deportivas según la ubicación de los individuos en la estructura social. En el caso del deportista, sería considerado como un “habitus” del campus deportivo, un individuo que actúa como agente del campo de acción, asumiendo por lo tanto una forma de pensar, actuar, sentir y percibir que se incorporan al sujeto de acuerdo a las circunstancias específicas del espacio, asumiendo un rol particular que determinará las dimensiones sociales y psicológicas construidas y asimiladas por el individuo desde el deporte, especialmente si es de alta competencia (Lavallee, Grove y Gordon, 1997) debido al alto grado de dedicación del deportista a la actividad (Brewer, Van Raalte, y Linder, 1993).
Considerando el alto grado de preponderancia que tiene el deporte para aquellos sujetos que adoptan el habitus de deportistas de elite, es evidente que el cambio de actividad debido al retiro deportivo contraerá una transformación compleja en la que se producirá un paréntesis en el ciclo vital del individuo, una discontinuidad marcada por el fin de un rol asumido como función primordial en la vida de las personas, enmarcándose el retiro de la actividad deportiva como uno de los procesos más significativos a los que debe enfrentarse un deportista, debido a que en desarrollo de dicho suceso se producen cambios físicos, psicológicos, sociales, económicos, sin mencionar otros de índole menor (González y Bedoya, 2008).
El fenómeno deportivo del retiro como tal es relativamente nuevo para el campo de las ciencias, a pesar de que se ha intentado relacionar con la teoría de intercambio social desarrollada por Thibaut y Kelley (1959) , así como por Homans (1961) y también Blau (1964) (citados por Morales, 1978) proveniente de la psicología social, que propone al individuo en el contexto social como un ser que se desarrolla entre diversos intereses, así como también éxitos y fracasos, encontrándose en una búsqueda constante de sacar el máximo provecho a diferentes situaciones. Si bien los autores se basan en diferentes contextos teóricos, tienen dos aspectos comunes, el hedonismo y la individualidad, como punto de partida en las relaciones sociales manifestándose en el medio deportivo como el interés por la actividad por parte del individuo mientras sus resultados sean positivos (Gould, 1996; Smith, 1986).
El interés y foco de atención sobre el abandono deportivo como fenómeno particular ha atraído en primera instancia a los medios de comunicación masivos, mucho antes de convertirse en un foco de investigación científico (Werthner y Orlick, 1986). De hecho en una revisión bibliográfica realizada por Lavallee, Wylleman y Sinclair (2000) logró recabar información respecto a 223 estudios sobre retiro deportivo en el ámbito de la psicología y que más de la mitad de estos se han hecho después del año 1990. Además de la realizada por González y Bedoya (2005) la que expresa que mayoría de los trabajos, son estudios especulativos respecto a deportistas amateurs y profesionales (Broom, 1982; McPherson, 1980; Ogilvie y Howe, 1982; Stephan, Bilard, y Ninot, 2005; Werthner y Orlick, 1986).
El deporte de elite requiere un alto nivel de inversión de tipo física y emocional, lo que resulta lógico debido a la alta dedicación del individuo a la actividad (Brewer, Van Raalte, y Linder, 1993). Esta disposición de índole prácticamente exclusiva por parte del sujeto en el deporte, además de identificar el papel que los resultados tienen sobre los deportistas, son fundamentales para entender su desempeño y lo que ocurre una vez que el individuo abandona la actividad (Danish, 1983; Horton y Mack, 2000). Los resultados en este caso se posicionan en el núcleo de mayor importancia y atención del deportista, este enfoque puede ocasionar una posible crisis, además de dificultades una vez que el deportista termine su carrera de alto rendimiento, decisión que acarrea como consecuencia un cuestionamiento global de todas las dimensiones sociales y psicológicas del individuo construidas desde el deporte de alta competencia (Lavallee, Grove y Gordon, 1997).
El retiro deportivo en la mayoría de los casos no aparece como un inicio a una nueva etapa, sino más bien como una discontinuidad en el ciclo vital de un individuo, basados en esta afirmación autores como González y Bedoya (2008) afirman que el retiro deportivo constituye uno de los procesos más trascedentes a los que puede enfrentarse un deportista, debido a que en dicha etapa se producen cambios físicos, psicológicos, sociales y económicos, entre otros. Sin embargo estos autores enfatizan en que no siempre se le presta la atención que se debiera a este proceso a pesar de su relevancia, más aún si consideramos el rol preponderante que ocupan los deportistas a nivel social, sobre todo cuando alcanzan elevados estatus de éxito que por consecuencia acarrean prestigio, atención del medio y reconocimiento, sin embargo después del abandono deportivo esta situación cambia drásticamente. Lo expresado anteriormente denota lo complejo del proceso de retiro. Enmarcado bajo estas afirmaciones Brewer, Van Raalte y Linder (1993) expresan que las dificultades para asumir el retiro y la situación permanente fuera de la actividad deportiva, se verá directamente determinada con el grado de adaptación que logre el individuo, así como también el tiempo que dure el proceso de inserción en otro tipo de rol o actividad. Todo este proceso ha intentado ser intervenido con programas de asesoramiento (Lavallee, Grove y Gordon, 1997), que intentan posibilitar una conducción durante el período de retiro y una mejor adaptación del deportista a su nueva vida. A pesar de aquello la experiencia habla de cómo los deportistas se reúsan a adoptar nuevos papeles, teniendo considerables problemas en la inserción laboral (González y Bedoya, 2008).
Se han desarrollado programas gubernamentales en torno al retiro deportivo y reinserción social de los individuos en nuevas actividades una vez abandonado el deporte de alta competición. En países europeos tales como Bélgica, España y Gran Bretaña estos programas existen, pero con una cobertura pequeña, en la que no se logra abarcar un número significativo de deportistas (Flanagan y Winther, 2004). A pesar de iniciativas como las expuestas recientemente González y Bedoya (2008) afirman que los deportistas retirados deberían ser un objeto más importante y frecuente a estudiar, debiéndose establecer de forma real, programas de intervención que actúen como asesoramiento a nivel práctico y profesional, a través de entidades vinculadas al deporte, sobre todo al alto rendimiento, instancias que facilitarían el período de ajuste a una nueva etapa de los deportistas.
Abandono deportivo y transición identitaria
Se han hecho diversas investigaciones respecto a los problemas asociados a la retirada deportiva, en estudios con ex deportistas de nivel olímpico, estos individuos afirman haberse enfrentado a problemas emocionales de índole severos, además de haber vivenciado un período muy difícil de transición hacia sus nuevas ocupaciones, expresando también que aún no se sentían completamente recuperados desde el punto de vista psicológico, teniendo la percepción de un proceso no superado. Los deportistas profesionales expresaron haber experimentado un ajuste emocional moderado o severo, así como también problemas graves de pérdida de identidad y sensación constante de aislamiento. En tanto los sujetos que durante su trayectoria deportiva se desempeñaron como actores deportivos de nivel universitario, tildaron como el abandono como una fase negativa de sus vidas, afirmando haber experimentado durante dicho proceso, sensaciones similares a la muerte o morir, además de evidenciar en el presente alguna insatisfacción extrema con ellos mismos. En tanto aquellos que se desempeñaron como deportistas amateur, afirman haber experimentado reacciones y sensaciones extremadamente negativas durante el proceso de abandono deportivo, experimentando sensaciones de perdida importantes, inclusive en el presente sentirse insatisfechos en términos generales con la vida misma (Allyson y Meyer, 1988; Blynde y Stratta, 1992; Endler y Parker, 1994; Svoboda y Vanek, 1982; Werthner y Orlyck, 1986; Wylleman et al, 1993). De acuerdo con este tipo de planteamientos el atleta de alto rendimiento estaría sometido a una perdida permanente de la función y relevancia social durante su retiro, siendo expuesto a una evaluación negativa o rechazo social permanente, existiendo un paralelo entre el proceso de jubilación laboral tradicional y el proceso de retiro deportivo, asumiendo este último como el fin de la vida útil del sujeto ante la sociedad (Atchley, 1981; Mc Pherson, 1980; Rosenberg, 1981).
La tanatología, disciplina que estudia el fenómeno de la muerte en los seres humanos, así como los signos, condiciones y naturaleza de esta misma utilizando la ciencia como sustento ha encontrado espacio en el campo del abandono deportivo, ya que algunos autores (Lerch, 1981; Rosenberg, 1981) han considerado realizar una analogía entre el retiro deportivo con la muerte social del individuo, proceso en el cual este debe asumir su condición y luto por la vida de alto rendimiento deportivo que en alguna ocasión tuvo.
Heymans y Rotella (1986), así como Ogilvie y Howe (1982), han identificado las etapas del duelo, en los atletas que han abandonado el deporte de alta competencia. Este tipo de sintomatologías son comunes de observar en pacientes hospitalizados con enfermedades crónicas terminales, con aceptación personal de una realidad inevitable de muerte. Esto supone un paralelo entre la reacción de deportistas de elite retirados y cómo los seres humanos reaccionan ante una muerte próxima, consciente e inevitable (Lerch, 1981). En este caso, en ambos roles hay una situación inminente que afrontar y una condición nueva e indeseada que asumir, caracterizada por la negación de la pérdida, seguida por reacciones de ira, intentos de retrasar los sucesos, una etapa depresiva y terminando por aceptar la nueva situación (Ogilvie y Howe, 1982).
A pesar de las líneas investigativas que pretenden realizar una inherente comparación entre el fenómeno del abandono deportivo (incluyendo la etapa de una establecimiento o inserción en otra nueva labor del sujeto) y la tanatología, hay corrientes que se oponen a estas afirmaciones. Este tipo de modelos provenientes de la gerontología social han sido muy criticados por diversos autores (Arviko, 1976; Baillie y Danish, 1992; Greendorfer y Blinde 1985; Reynolds, 1981; Taylor y Ogilvie, 1994), los argumentos en los cuales se basa este rechazo, se deben a que estos lineamientos están sustentados sobre el supuesto de una retirada traumática, brindando una mirada generalizadora, realizando un acercamiento simplista respecto a un fenómeno complejo como lo es el abandono del deporte como actividad primordial en la vida de los individuos.
Un punto de cuestionamiento frecuente respecto a los enfoques que visualizan el proceso de abandono deportivo como un “jubilación” tiene su origen en la en la falta de adaptación de estos enfoques, ya que se asumen el retiro deportivo desde una perspectiva comparativa con el proceso de jubilación laboral tradicional, sin tomar en cuenta, que los deportistas al momento de abandonar la actividad deportiva poseen una edad biológica y cronológica menor que los “jubilados tradicionales” (Greendorfer y Blinde, 1985). Al hablar de una edad relativamente joven y que permite una potencial posibilidad de “reinvención”, se hace referencia a individuos que poseen alrededor de 30 años de edad cronológica (Gearging, 1999; Sinclair y Orlick, 1993). La gerontología social insinúa en pocas palabras que se produce un fin de la utilidad social del individuo, utilizando la tanatología de por medio para insinuar la muerte simbólica del deportista, a pesar de referirse en la mayoría de los ocasiones a sujetos en posibilidades plenas de realizar otras labores fuera de la vida deportiva, esto marcaría en nuevo nacimiento individual.
Evidentemente para la Tanatología y Gerontología social, el retiro deportivo sería un final abrupto de características negativas, tanto en deportes colectivos como individuales. Sin consideración de la posibilidad de desarrollar una nueva identidad y roles diferentes a los deportivos después de la finalizada la carrera deportiva (Grove, Lavallee, Gordon y Harvey, 1998; Wylleman, De Knop, Menkehorst, Theeboom, y Annerel, 1993). La disconformidad con éste tipo de enfoques sobre el fenómeno del abandono deportivo y las investigaciones que han revelado hallazgos que van más allá de resultados generalizadores respecto a este proceso ha llevado a la aparición de nuevas teorías en torno al objeto del retiro, que permiten apreciarlo como una “transición” hacia un nuevo estado posterior, posibilitando un nuevo rol social (Werthner y Orlick, 1986).
Las perspectivas que asumen el retiro deportivo como un proceso de transición a otra instancia afirman que en realidad se trata de una discontinuidad en la vida del sujeto (Crook y Robertson, 1991). Esto basado en las particularidades que posee el fenómeno del abandono deportivo, considerando la corta duración de la carrera como atleta de elite, la edad de los individuos y las causales en que se sustenta para retirarse. La posibilidad de vislumbrar el abandono deportivo desde este punto de vista brinda al objeto en cuestión una nueva arista investigativa, de hecho Coakley (1983) menciona que el retiro de un deportista que está vinculado al alto rendimiento, podría considerarse como un proceso de transición de la participación deportiva a una nueva actividad o grupo de actividades, posibilitando una “muerte social” inevitablemente traumática debido al abandono drástico de la actividad primordial del individuo e iniciación profesional en alguna otra, comenzando un desarrollo más allá del ámbito propiamente tal de la competición deportiva personal (Crook y Robertson, 1991).
A pesar de que teóricamente se acepta esta ambivalencia en la que el sujeto desarrolla procesos paralelos que le permiten reinventarse luego de un proceso similar a un paréntesis, el conjunto de comportamientos, actitudes y forma de enfrentar el mundo irán adaptándose al nuevo rol o circunstancias de forma progresiva y no de forma radical (Wylleman, De Knop, Menkehorst, Theeboom y Annerel, 1993).
Danish, Petitpas y Hale (1993) definen la etapa de transición o retiro deportivo como un proceso complejo el cual se prolonga desde que el atleta comienza a anticipar el final de su carrera deportiva hasta que ya se encuentra adaptado a su nuevo rol, considerando todo lo que esto implica, refiriéndose a la adaptación social y psicológica principalmente. El retiro dentro de la vida de un deportista de elite constituye la última etapa de su carrera deportiva, a pesar de esto todos los diversos aspectos de su vida estarán condicionados ampliamente por las diferentes etapas deportivas vividas con anterioridad en la trayectoria del sujeto, las cuales pueden dividirse en iniciación deportiva, desarrollo deportivo, maestría deportiva y etapa de retiro, esta última siendo acuñada también en ocasiones como fase de reubicación (Wylemann y Lavallee, 2004) (Figura 2).
Al observar el modelo de desarrollo deportivo propuesto por Wylemann y Lavallee (2004), podemos apreciar como el deportista va vivenciando en paralelo a través de su trayectoria deportiva diversas etapas de desarrollo individual de carácter biológico, las que acarrean cambios corporales y comportamentales, atravesando desde la infancia, la pubertad, hasta la plenitud de la adultez. Cada uno de estos procesos conlleva simultáneamente una rotación de escenarios sociales y núcleos personales con los que el deportista suele interactuar significativamente.
En la etapa de “iniciación deportiva” existe la dependencia absoluta del grupo familiar, caracterizándose por el apego paternalista hasta la etapa final donde el individuo en la mayoría de los casos tiende a formar un nuevo grupo familiar y poseer un fuerte vínculo con su entrenador. Dentro de éste modelo se consideran las potenciales etapas educacionales que el individuo ha de cumplir durante su trayectoria, considerando la educación primaria como la universitaria, períodos inherentes al desarrollo normal del sujeto, así como también la ocupación y desarrollo en el ámbito laboral, lo que no suele ser transversal en todos los escenarios deportivos a nivel mundial.
Las concepciones que aprecian el fenómeno del retiro deportivo como un período de transición se basan se sustetan en la idea de que el ser humano vive distintas etapas y “trasnsiciones” a lo largo de su ciclo vital y por tanto estas forman parte de un marco general del desarrollo individual y social. Este tipo de enfoques recalcan la necesidad que tienen los individuos de adaptarse a nuevos roles y por tanto a nuevos comportamientos y actitudes acorde al tipo de situación al que se ven enfrentados en su nueva función. El Concepto de transición según Schlossberg (1981) se produce cuando algo de alta o baja significancia para el individuo puede producir un cambio en el autoconcepto del sujeto y de su mundo que requieran una mutación en el comportamiento como adaptación a la nueva situación. Este tipo de etapas son puntos evidentemente críticos en la vida de un deportista, debido a que tal cual como se ha mencionado con anterioridad inducen cambios en el ambiente, incorporando aspectos tanto previstos como imprevistos, los cuales potencialmente pueden ser negativos así como positivos, pudiendo ocasionar altos grados de estrés debido al constante clima de inestabilidad al que se ve sometida la persona (Brammer y Abrego, 1981).
Considerando los antecedentes respecto al concepto de transición es efectivamente posible poder afirmar la posibilidad de que el sometimiento a una situación de estas características para un deportista en etapa de retiro pudiese provocar una disminución sustancial del nivel de autoestima de forma temporal, además de afectar de forma negativa la percepción subjetiva de bienestar personal, esto producido por la “remodelación del total del individuo” (Kim y Moen, 2001). Es evidente que las transiciones al provocar cambios internos y externos para el individuo requieren de ajustes psicológicos por parte del sujeto, afectando de forma considerable el entorno social que la persona posee, el cual es determinando en la construcción psicosocial del sujeto y su concepto de identidad (Bridges, 1980; Kim y Moen, 2002). Según Reitzes, Mutran, y Fernández (1996) aquellos individuos que se han dedicado férreamente a algún tipo de función (como el deporte de elite) pueden verse enfrentados a una reconstrucción de su propio concepto de identidad durante un proceso de transición significativa, traduciéndose en una baja de autoestima considerable, seguido por un período de reajuste y una redefinición de si mismo coherente al nuevo medio y funciones.
El concepto de redefinición personal resulta fundamental en cualquier proceso que requiera adaptación e incorpore una transición marcada, debido a que cualquier cambio en la vida del ser humano implica a menudo pérdidas, requiriendo ajustes complejos, a pesar de esto el individuo suele utilizar éstas ocasiones como una oportunidad de desarrollo personal (George, 1993). Este período de ajuste psicológico se basa en la adaptación de las expectativas, valores y normas internas de los sujetos, de acuerdo al nuevo entorno en el que se encuentren (Kim y Moen, 2002), dando pie para que se produzca una transición después del retiro del deporte de elite basada en la dinámica de: crisis y superación.
El proceso de transición en el caso específico del retiro deportivo es potencialmente inherente a provocar una crisis en el individuo, debido a la introducción a un nuevo entorno (Lavallee, Grove y Gordon, 1997), produciendo en el atleta de alto rendimiento un cambio social significativo, además de una “mudanza” laboral desde el mundo deportivo a la nueva labor, transformaciones corporales notorias, además de cambios en el estilo de vida diario. Este tipo de cambios van creando una grieta que se va acrecentando con el tiempo entre él y su vida pasada, provocando notorios trastornos emocionales (Stambulova, 2000).
Éste proceso está marcado como una etapa de dudas constantes que los deportistas deberán enfrentar, afectando no tan sólo el autoconcepto personal del individuo, sino también notoriamente la calidad de vida del sujeto (Ogilvie y Howe, 1982; Pearson y Petitpas, 1990), pero debido a que se trata de un proceso dinámico tales cambios simplemente forman parte de un ciclo de adaptación, retornando al ex deportista aun estado de equilibrio.
Corrientes provenientes de la sociología del trabajo han intentado abordar la problemática del abandono como fenómeno a estudiar, generando rutas argumentativas en torno a la temática que frecuentan la mención del concepto de “retiro temporal” (Alonso, 2004) a lo largo de la vida del individuo como elemento recurrente. Éste constructo engloba la posibilidad del reemplazo al esquema de jubilación laboral tradicional que está condicionado a edades cronológicas determinadas prácticamente sin diferenciación entre las diversas funciones de trabajo ejercidas por las personas, por un sistema de regulación basado en un retiro temporal, voluntario y remunerado, proporcionando autonomía de decisión al sujeto para accionar en otra ocupación, sin ataduras que le imposibiliten o coarten de forma significativa. Las políticas laborales en torno a la jubilación por vejez han coartado la libertad y autonomía de las personas, ejerciendo una barrera en torno a un sentido claro de vida para aquellos individuos que ingresan en etapa de retiro deportivo. Esto exige replantear la forma en que se encuentran articuladas las políticas sociales en torno al empleo, ocio y transferencias de índole social como la jubilación, las cuales se encuentran basadas hoy en día sólo en etapas específicas del ciclo vital (Seguí-Cosme y Alfageme, 2008).
CONSIDERACIONES FINALES
- El abandono de la actividad deportiva asoma como un proceso de causas multifactoriales, en las que el ámbito psicosocial tiene una alta preponderancia, tanto en su origen como en el desarrollo de todo el período transitorio en el que los individuos consiguen adaptarse a su nueva identidad personal y habitus social.
- Es evidente que el elevado grado de compromiso que los deportistas desarrollan hacia la actividad deportiva, así mismo los éxitos que estos consiguen en ella condiciona positiva o negativamente el proceso de abandono. Sin embargo esto no implica en uno u otro caso que no se presenten dificultades en las dimensiones psicológicas y sociales de los involucrados al momento de enfrentar esta etapa.
- El retiro deportivo resulta ser para varios autores un proceso en que el individuo abandona su ocupación primordial, produciendo un “paréntesis” en su ciclo vital, para luego insertarse en otra labor y campo ocupacional, evidenciando un paralelo con el concepto de “retiro temporal”; es decir, como una jubilación transitoria a la espera de integrarse a una nueva tarea en el ámbito ocupacional. Si bien el retiro de la actividad deportiva de elite tiene semejanzas muy próximas con el concepto de “jubilación efímera”, éste se caracteriza por ser un proceso poco regulado desde el punto de vista legal. En cambio la postulación del “retiro temporal” como una sugerencia real para el marco de la jubilación resulta ser una estructura clara desde el punto de vista político legal, si bien una propuesta que flexibiliza esta fase, pero explícita en tanto a su intencionalidad.
- Frente a la hipotética existencia de un modelo de jubilación de esta índole, enmarcaría la transición deportiva como una “fase dinámica de cambio” (Kim y Moen, 2002), de una labor a otra a través de un marco social regulado jurídicamente. Basándose en esta concepción de la jubilación es que resulta posible realizar una analogía de este emergente concepto con el del abandono de la actividad deportiva e inserción posterior en el mundo laboral, debido a que se sustentan bajo los mismos principios lógicos, que obvian como una posibilidad inherente del ser humano, la capacidad de abandonar un ámbito o etapa laboral, para insertarse en otra después de un período de transición.
- Resulta preponderante el desarrollo de investigaciones empíricas en distintos tipos de poblaciones que se centren en estudiar el fenómeno del abandono deportivo, que permitan también levantar información rigurosa a utilizar en procesos de intervención.
REFERENCIAS
Allison, M. y Meyer, C. (1988). Career problems and retirement among elite athletes. The females tennis profesional. Sociology of Sport Journal, 5, 212-222. [ Links ]
Arviko, I. (1976). Factors influencing the job and life satisfaction of retired baseball players (Tesis de Máster). Waterloo, Canada: University of Waterloo. [ Links ]
Atchley, R. (1981). The social force in later life. Belmont, Estados Unidos: Wadsworth. [ Links ]
Baillie, P., y Danish, S. (1992). Understanding the Career Transition of Athletes. The Sport Psychologist, 6, 77-98. [ Links ]
Barangé, J. (2004). Causas del abandono de la práctica deportiva. En E. Amigo, J. Barange, J. Dura, J. Gallardet, M. Ibañez, J. González, S. Albert, J. Puig y J. Casada (Eds.), Adolescencia y Deporte (pp.45-56). Barcelona, España: INDE Publicaciones. [ Links ]
Blinde, E. y Stratta, T. (1992). The sport career death of college athletes: Involuntary and unanticipated sport exist. Journal of Sport Behavior, 15, 3-20. [ Links ]
Botterill, C (1982). ¿Qué "finales" nos hablan de "inicios". En Orlick, Partington,Salmela (1982), Entrenamiento mental para los entrenadores y los atletas. Asociación Nacional de Coaching de Canadá. Otawa. [ Links ]
Bourdieu, P. (1993). Deporte y clase social. En J. Barbero (Ed.), Materiales de Sociología del deporte (pp. 57-82). Madrid, España: La Piqueta. [ Links ]
Brammer, L., y Abrego, P. (1981). Las estrategias de intervención para hacer frente a las transiciones. El Psicólogo Consejería, 9, 19-36. [ Links ]
Brewer, B., Van Raalte, J., y Linder, D. (1993). Athletic identity: Hercules muscles or Achilles heel?. International Journal of Sport Psychology, 24, 237-254. [ Links ]
Bridges, W. (1980). Transitions : Making sense of life s changes. Philadelphia, Estados Unidos: Perseus Books. [ Links ]
Broom, E. (1982). Detraining and retirement from high level competition: A reaction to retirement from high level competition and career crisis in sport. En T. Orlick, J.T. Partington y J. H. Salmela (Eds.), Proceedings of the Fifth World Congress of Sport Psychology (pp. 183-187). Ottawa, Canada: Coaching Association of Canada. [ Links ]
Cecchini, J., Méndez, A., y Contreras, O. (2005). Motivos de abandono de la práctica del deporte juvenil. Cuenca, España: Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. [ Links ]
Coakley, J. (1983). Leaving competitive sport: retirement or rebirth. Quest, 35, 2-11. [ Links ]
Crook, J., y Robertson, S. (1991) Transitions out of elite sport. International Journal of Sport Psychology, 22, 115-127. [ Links ]
Danish, S. (1983). Musing about personal competence: The contribution of sport, health, and fitness. American Journal of Community Psychology, 11, 221-240. [ Links ]
Danish, S., Petitpas, A., y Hale, B. (1993). Life development interventions for athletes: Life skills through sport. The Counselling Psychologist, 21, 352-385. [ Links ]
Dunning, E. (2003). El fenómeno deportivo: Estudios sociológicos en torno al deporte, la violencia y la civilización. Barcelona, España: Paidotribo. [ Links ]
Elias, N., y Dunning, E. (1996). Deporte y Ocio en el Proceso de la Civilización. Ciudad de México, México: Fondo de Cultura Económica. [ Links ]
Endler, N., y Parker, J. (1994). Assessment of multidimensional coping: Task, emotion, and avoidance strategies. Psychological Assessment, 6, 50-60. [ Links ]
Flanagan, J., y Winther, P. (2004). Compaginar el deporte con la educación: el apoyo a los deportistas en los estados miembros de la UE. Luxemburgo, Parlamento Europeo: Serie Cultura y Educación. [ Links ]
Gearging, B. (1999). Narratives of identy among former profesional footballers in the united kingdom. Journal of Aging Studies¸ 13(1), 43-58. [ Links ]
George, L. (1993). Sociological perspectives on life transitions. Annual Review of Sociology, 19, 353-373. [ Links ]
González, M., y Bedoya, J. (2008). Después del deporte, ¿qué?. Un análisis psicológico de la retirada deportiva. Revista psicología del del deporte, 17(1), 61-69. [ Links ]
Gould, D. (1996). Personal motivation gone awry; Burnout in competitive athletes. Quest, 48, 275-289 [ Links ]
Greendorfer, S., y Blinde, E. (1985). A reconceptualization of the process of leaving the role of competitive athlete. International Review For Sociology of Sport, 20 87-93. [ Links ]
Grove, J. Lavallee, D. Gordon, S. y Harvey, J. (1998). Account-making: A model for understanding and resolving distressful reactions to retirement from sport. The Sport Psychologist, 12, 52-67. [ Links ]
Guillet, E. (2000). Facteurs et processus de l`abandon sportif: du rôle de l`entraîneur à l`impact des normes culturelles. Une recherché longitudinale en handball féminin (Tesis doctoral). Grenoble, Francia: Université Joseph Fourier. [ Links ]
Heymans, S., y Rotella, R. (1986). Stress, injury, and the psychological rehabilitation of athletes. En J. Williams (Ed.), Applied Sport Psychology: Personal growth to Peak Performance (pp. 343-364). Palo Alto, Estados Unidos: Mayfield. [ Links ]
Horton, R., y Mack, D. (2000). Athletic identity in marathon runners: Functional focus or dysfunctional commitment?. Journal of Sport Behavior, 23, 101-119. [ Links ]
Kim, J., y Moen, J. (2001). Is Retirement Good Or Bad for Subjective Well-being?. Current Directions in Psychological Science, 10, 83-86. [ Links ]
Kim, J., y Moen, P. (2002). Retirement Transitions, Gender, and Psychological Well being: A Life-Course Approach. Journal of Gerontology: Psychological Sciences, 57(2), 212-222. [ Links ]
Lavallee, D., Grove, J., y Gordon, S. (1997). Coping with retirement from sport: The influence of Athletic Idendity. Journal of Applied Sport Psychology, 9, 191-203. [ Links ]
Lavallee, D., Wylleman, P., y Sinclair, D. (2000). Appendix A. Career transitions in sport: An annotated bibliography. En D. Lavallee y P. Wylleman (Eds.), Careertransitions in sport: International perspectives (pp. 207-261). Morgantown, Estados Unidos: Fitness Information Technology. [ Links ]
Lerch, S. (1981). The adjustment to retirement of professional baseball players. En S. Greendorfer Y A. Yiannakis. (1981). Sociology of Sport: Perspectives (pp. 138-148) West Point, Estados Unidos. [ Links ]
McPherson, B. (1980). Retirement from professional sport: The process and problems of occupational and psychological adjustment. Sociological Symposium, 30, 126-143. [ Links ]
McPherson, B. (1980). Retirement from professional sport: The process and problems of occupational and psychological adjustment. Sociology Symposium, 30, 126-143. [ Links ]
Morales, J. (1978). La teoría del intercambio social desde la perspectiva de Blau. Revista española de investigaciones sociológicas, 4, 129-146. [ Links ]
Ogilvie, B. y Howe, M. (1982). Career crisis in sport. En T. Orlick, J., T. Partington y J. Salmela (Eds.), Proceedings of the Fifth World Congress of Sport Psychology (pp. 176-183). Ottawa, Canada: Coaching Association of Canada [ Links ]
Pearson, R., y Petitpas, A. (1990). Transitions of athletes: developmental and preventive perspectives. Journal of Counselling and Development, 69, 7-10. [ Links ]
Petlichkoff, L. (1992). Youth sport participation and withdrawal: Is it simply a matter of fun?. Pediatric Excersice Science, 4, 105-10. [ Links ]
Puig, N., y Masnou, M. (2010). El acceso al deporte: los itinerarios deportivos. En. D. Blázquez (Ed.), La iniciación deportiva y el deporte escolar (pp.371-393). Barcelona, España: INDE. [ Links ]
Real Academia de la Lengua Española. (2011). Diccionario de la Lengua Española. Madrid, España: Espasa-Calpe. [ Links ]
Reitzes, D., Mutran, E., y Fernández, M. (1996). Preretirement influences on postretriement self-esteem. Journal of Gerontology: Social Sciences, 51(5), 242-249. [ Links ]
Reynolds, M. (1981). The effects of sports retirement on the job satisfaction of the former football player. En S. Greendorfer y A. Yiannkis (Eds.), Sociology of sport : Perspectives (pp. 127-137). West Point, Estados Unidos: Leisure [ Links ]
Rosenberg, E. (1981). Gerontological theory and athletic retirement. En S. Greendorfer y A. Yiannakis (Eds.) Sociology of sport: perspectives (pp.118-126). West Point: Estados Unidos. [ Links ]
Schlossberg, N. (1981). Un modelo para el análisis de la adaptación humana a la transición. El Psicólogo Consejería, 9, 2-18. [ Links ]
Seguí-Cosme, S., y Alfageme, A. (2008). El retiro temporal a lo largo de la vida: Bases sociológicas y filosóficas. Mediterráneo económico, 14, 385-405. [ Links ]
Sinclair, D. A. y Orlick, T. (1993). Positive transitions from high-performance sport. The Sport Psychologist, 7, 138-150. [ Links ]
Smith, R. (1986). Toward a cognitive-affective model of athletic burnout. Journal of Sport Psychology, 8, 36-50. [ Links ]
Stambulova, N. (2000). Athlete´s crises:A developmental Perspective. International Journal of Sport Psychology, 31, 584-601. [ Links ]
Stephan, Y., Bilard, J., Ninot, G. (2005). L arrêt de carrière sportive de haut niveau: un phénomène dynamique et multidimensionnel. Science Motricité, 54, 35-62. [ Links ]
Svoboda, B., y Vanek, M. (1982). Retire-ment from high level competition. En T. Orlkick, J. Partington y J. Salmela (Eds.), Proceedings of the 5th world congress os sport psychology (pp. 166-175). Ottawa, Canada: Coaching Association of Canada. [ Links ]
Taylor, J., y Ogilvie, B. (1994). A conceptual model of adaptation to retirement among athletes. Journal of Applied Sport Psychology, 6, 3-20. [ Links ]
Werthner, P., y Orlick, T. (1986). Retirement experiences of successful Olympic athletes. International Journal of Sport Psychology, 17, 337-363. [ Links ]
Wylleman, P., De Knop, P., Menkehorst, H. ,Theeboom, M., y Annerel, J. (1993). Formación de terminación y la integración social entre los atletas de élite. En S. Serpa, J. Alves, V. Ferreira y A. Paula-Brito (Eds.), Actas del 8 º Congreso Mundial de Psicología del Deporte. Págs. 902-906. Lisboa: Universidade Técnica de Lisboa. [ Links ]
Wyllemann, P., y Lavalle, D. (2004). Career transitions in perspective. Psychology of Sport and Exercise, 5(1), 7-20. [ Links ]