INTRODUCCIÓN
Las Tecnologías de la Información y Comunicación, conocidas como TICs, han propiciado el crecimiento económico y la inclusión social, logrando mejorar las condiciones de vida de la población (CEPAL, 2010). Han tenido un impacto positivo en la sociedad, logrando promover su desarrollo. Si bien esto representa un avance, sin embargo los beneficios que acompañan a estas tecnologías no se distribuyen equitativamente y ha puesto de manifiesto las desigualdades en ciertos sectores de la sociedad. La brecha de acceso a la tecnología es la expresión de una nueva desigualdad que comprende aspectos políticos económicos y sociales (Gómez Navarro, Alvarado López, Martínez Domínguez & Díaz de León Castañeda, 2018, Sebastián, Morales, Marzal, Ayuso, Sebastián y Rey, 2006). Todo incide en la exclusión digital porque las brechas van relacionadas entre sí. Casi el 60% de la población mundial aún no tiene conexión a internet y no puede participar de manera significativa en la economía digital (BM, 2016). De esta manera, la tecnología representa, para ciertos sectores de la población, un elemento de exclusión social.
El objetivo de este artículo es realizar un análisis descriptivo de los datos estadísticos de la Encuesta Permanente de Hogares 2017, en relación a las preguntas específicas referidas al acceso a internet en hogares paraguayos. Para ello, se utilizó el método documental y descriptivo.
Inicialmente la brecha digital o línea divisoria digital se refería exclusivamente a la conectividad y el contar o no con acceso a internet definía la brecha digital que se conoce como la separación de acceso a las Tecnologías de la Información y Comunicación entre y dentro de los estados, regiones y sectores diversos de la población (Agudo, Pascual y Fombona, 2012).
Esta separación generaba una población incluida y excluida digitalmente, situación que creó interés en diversos organismos internacionales, que definen la brecha digital de la siguiente manera:
Es un concepto multidimensional. En el nivel internacional hace referencia a las diferencias entre países como consecuencia de los distintos niveles de penetración de las TICs, y en el contexto nacional y local representa las diferencias entre territorios, razas, clases sociales, géneros, edades y niveles de escolaridad, en relación con el acceso, uso y apropiación de las TICs (UNESCO, 2010, p. 14).
Mientras que para la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe- CEPAL “es una separación entre aquellos que acceden y usan las tecnologías y aquellos que no, quedando marginados de las TICs y por ende de las potencialidades de la Sociedad de la Información” (CEPAL 2008, p. 9).
Por otro lado, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico- OCDE considera a la brecha digital como la diferencia entre individuos, familias, negocios y áreas geográficas, en términos de oportunidades de acceso a las Tecnologías de la Información y Comunicación y su uso para una variedad de actividades (OCDE, 2001).
La brecha digital se manifiesta como un fenómeno más complejo que el simple acceso a internet.
Existe una primera brecha digital que se refiere al acceso a la computadora y a la conexión a internet según las características sociodemográficas de las personas. La segunda brecha se relaciona con los usos, tanto con la intensidad como con la variedad de usos, y está determinada por las capacidades y habilidades generadas por los individuos para utilizar los aparatos y recursos del nuevo paradigma tecnológico (CEPAL, 2013a, p. 17).
Posteriormente, el concepto de brecha digital se enfoca de manera multidimensional, señala no sólo las diferencias de acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación, sino que engloba las diferencias en las habilidades para utilizarlas y el impacto que este uso provoca en la sociedad (Arenas, 2011).
Se ha evolucionado hacia un concepto más complejo en el cual se asocia con desigualdades sociales preexistentes, la brecha digital consiste en la dificultad que presentan ciertos individuos y grupos para acceder y utilizar los beneficios que ofrecen las TICs en los múltiples ámbitos de aplicación. Para que la población pueda hacer uso de los beneficios brindados por las tecnologías no solo es necesario que pueda acceder a estas tecnologías, sino también que haga un uso eficiente de ellas familiarizándose e incorporándolas a sus actividades productivas y sociales.
Los niveles de desigualdad que produce las Tecnologías de la Información y Comunicación se evidencian en varias dimensiones, algunas de las cuales son consideradas por De Felice Soto (2006), entre las causas que menciona se encuentran:
a. Los factores socioeconómicos: las tecnologías se concentran en los sectores de ingresos medianos y altos.
b. Factores geográficos: en las áreas rurales hay menor penetración de las tecnologías;
c. Factores culturales: determinan y limitan el uso de las tecnologías; falta de contenido que atiendan los intereses culturales.
d. Edad: el usuario promedio es joven; los ancianos constituyen el grupo de edad con menor acceso a las tecnologías; la edad es un factor determinante en el aprendizaje.
e. Raza: la raza predominante en el acceso y uso de las tecnologías es la blanca.
f. Género: Los hombres siguen dominando el uso de las tecnologías; existen grandes diferencias en el uso que le dan hombres y mujeres.
g. Nivel educativo: a menor escolaridad, menor acceso y menor dominio de las tecnologías (2016 p. 122).
Muchas personas quedan excluidas por razones educativas, la formación es un factor determinante en la brecha digital. La falta de conocimiento sobre el uso adecuado de las tecnologías, no permite desarrollar habilidades para la destreza en el manejo de la información. Una persona que esta alfabetizada digitalmente puede aprovechar los beneficios de las tecnologías mientras que las que no posean competencias digitales para utilizarla estarán al margen de las exigencias de la sociedad.
En cuanto a la edad, autores como Cañón Rodríguez, Grande de Prado y Cantón Mayo consideran que los más jóvenes se adaptan (y adoptan) velozmente los avances tecnológicos mientras las generaciones de mayor edad encuentran dificultades para asimilar los cambios que se suceden (Cañón Rodríguez, Grande de Prado y Cantón Mayo, 2016).
Sin embargo, envejecer no significa perder la capacidad de adaptarse al cambio ni querer vivir en el pasado (Agudo, Pascual y Fombona Oviedo, 2012). El manejo de las tecnologías por este grupo etario representa adentrarse en los conocimientos que imponen los cambios tecnológicos por otro lado, les permitirá comunicarse de manera inmediata; estableciendo lazos entre las personas o estar activo laboralmente.
Otras causas mencionadas por De Felice Soto (2006), hacen relación a la velocidad de una conexión pobre, al presupuesto como factor determinante pues a menor presupuesto familiar mayor es la brecha tecnológica, también considera a la discapacidad como una causa de exclusión digital ya que las personas con discapacidad enfrentan barreras para acceder a las tecnologías.
La brecha digital puede darse de diferentes maneras entre hombres y mujeres, entre jóvenes y adultos entre quienes poseen capacidad para utilizar las TICs y quiénes no. Según Rodríguez Gallardo (2006), se determina por: la tecnología disponible que permite a la persona conectarse, la apropiación social de las TICs como resultado de su utilidad, es decir el acercamiento de la comunidad al uso productivo de las TICs, la capacidad de beneficiarse de la tecnología y las condiciones de desarrollo económico de las comunidades.
Reducir la brecha digital sigue siendo un desafio para los países. En lo que hace referencia al acceso a internet en la región de América Latina, la penetración va desde niveles cercanos al 10% hasta alrededor de 50%. Los tres países con mayor penetración (Chile, Uruguay y Argentina) tienen en promedio el 68% de la cobertura de los países de la OCDE, mientras que los tres con menores niveles (Nicaragua, Guatemala y Honduras) tienen en promedio el 17% de los países de la OCDE. La penetración de Internet de los países de la OCDE es el doble de la de América Latina (CEPAL, 2013b).
Según dicho estudio, Paraguay tiene una penetración superior al 20%, ubicándose de esta manera más cerca de los países con menor penetración de Internet.
El número de hogares conectados a Internet en América Latina y el Caribe creció 14,1% promedio anual en los últimos cinco años, alcanzando el 43,4% del total en 2015. Pese a ello, más de la mitad de los hogares aún no cuenta con acceso. Los países con mayor aumento en el número de hogares conectados a Internet en el periodo comprendido entre 2010-2015 fueron: Chile, Costa Rica y Uruguay en un 60% (CEPAL, 2016).
El acceso a Internet permite tener al alcance una herramienta no solo de comunicación sino también de múltiples aplicaciones en todos los ámbitos, posibilitando el desarrollo social y económico de los países.
Estados Unidos ocupa a nivel mundial la segunda posición en el ranking de competitividad económica, con una puntuación de 5,85 %, seguido de Canadá en la posición 14 con una puntuación de 5,35 %, mientras que en América del Sur el país que encabeza el ranking es Chile con una puntuación de 4,71 %, ocupando la posición 33 (World Economic Forum, 2017).
Por otra parte, otro estudio de la CEPAL, clasificó a 9 países con acceso a internet por quintil de ingreso entre los años 2011 a 2015, señalando que existen brechas importantes según el nivel de ingreso. La diferencia entre el número de hogares con acceso a esta tecnología en el quintil de mayores ingresos y el de menores ingresos (quintil V, en comparación con el quintil I) continúa siendo notable: casi 4 veces más en Chile y Costa Rica; entre 8 y 9 veces en el Uruguay, el Ecuador y el Brasil; 21 veces en el Estado Plurinacional de Bolivia, y 45 en el Perú. Esto dificulta el acceso en línea a los servicios de salud, educación y gobierno, y también afecta negativamente el comercio electrónico entre los países de América Latina (CEPAL, 2018).
A nivel nacional, los resultados del Censo Nacional de Poblacion y Viviendas del año 2012 señalan con respecto a los bienes del hogar, que poseen teléfono celular un total de 1.064.408 viviendas. En tanto que el equipamiento con computadoras en los hogares corresponde a 262.751 viviendas, mientras que los hogares con conexión a internet a nivel nacional alcanzan a 217.046 hogares (DGEEC, 2012).
La Secretaria Nacional de Tecnologías de la Información y Comunicación - SENATICs mediante la Ley Nº 4989 (Congreso Nacional, 2013), que tiene como misión diseñar e implementar políticas en relación a las TICs y desarrollar estrategias para disminuir la brecha digital. De acuerdo a una investigación sobre el acceso y uso de internet en Paraguay (SENATICs, 2017), publicada por esta Secretaria en el año 2017, un 43,2 % de los entrevistados posee conexión a internet en sus viviendas y un 86,9 % accede a internet vía computadora o celular. Otro dato a destacar es que el 98,5 % de los entrevistados accede a internet a través del celular (Smartphone).
La SENATICs promueve iniciativas a fin de reducir la brecha digital, diseñando planes de inclusión digital para los ciudadanos con riesgo de exclusión, destacándose la instalación y habilitación de infocentros comunitarios y la posibilidad de acceder a internet en forma gratuita desde espacios públicos (SENATICs, 2018).
MATERIALES Y MÉTODOS
Se utilizó el método documental y descriptivo. Como fuente primaria se utilizaron los datos de la Encuesta Permanente de Hogares 2017, elaborada por la Dirección de Estadísticas Encuestas y Censos de la Secretaria Técnica de Planificación de la Presidencia de la Republica, específicamente los referentes a las Tecnologías de la Información y Comunicación.
Además se realizó la recolección de información utilizando fuentes secundarias de tipo bibliográfica para la consulta de artículos científicos disponibles en bases de datos en internet, seleccionándose artículos pertinentes al tema investigado. Se interpretó y analizó la información en torno al tema.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La situación general de Paraguay según los principales resultados de la Encuesta Permanente de Hogares, elaborado por la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos en relación al acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación, la tabla 1 indica que el porcentaje de hogares con una computadora o notebook alcanza un 24,52%, correspondiendo a la zona urbana un 33,65%, mientras que a la zona rural un 10,14%. Se observa un total de 20,38 % de acceso a internet en hogares del área urbana y rural. En tanto que el teléfono móvil es el dispositivo de mayor penetración en los hogares con un 96,57%.
Fuente: Elaboración propia en base a los datos de DGEEC, 2017.
Al considerar los usuarios de las TICs por género, en relación a la utilización de internet, la tabla 2 refiere que los hombres lo utilizaron en un 60,26 % y las mujeres en un 60,69%. La participación digital de la mujer de América Latina y el Caribe, aunque en la región haya aumentado el número de usuarios de ambos sexos, las brechas entre hombres y mujeres siguen en aumento (CEPAL, 2013b). Sin embargo, al analizar este factor en el caso de Paraguay, se observa que, si bien existe la brecha de género, los datos evidencian una mínima diferencia en el uso de internet a favor de las mujeres.
Fuente: Elaboración propia en base a los datos de DGEEC, 2017.
Los factores asociados al uso de la computadora e internet tal como la edad y el nivel educativo de las personas son considerados en la encuesta. En la tabla 3 se puede apreciar que existen diferencias en el uso de internet en relación a estos componentes. En cuanto al uso de internet por grupo de edad, el que más sobresale es el correspondiente a la franja etaria de 20 a 24 años con un 84,49%. Con relación al nivel de instrucción, se evidencia que existe una relación directamente proporcional entre los años de estudio y la utilización de internet.
Fuente: Elaboración propia en base a los datos de DGEEC, 2017.
Otro aspecto considerado en la encuesta es el lugar de acceso a internet. Se puede distinguir en la tabla 4, que el internet móvil tiene un mayor porcentaje de utilización, es decir la persona accede a internet en movimiento a través de un celular en un 97,75%. Se observa además que se accede a internet en un 23,19 % en el hogar y en menor porcentaje en sitios comerciales (CYBER) y en locales de acceso comunitario. Con esto se evidencia que si bien se cuenta con computadoras en los hogares, los celulares con conexión a internet son la vía preferente de acceso. Así mismo, se evidencia que los CYBER han perdido la preferencia como lugar de acceso.
Fuente: Elaboración propia en base a los datos de DGEEC, 2017.
Al estar disponible las TICs y en particular internet, la persona debe tener no solo la posibilidad de acceder a ella sino además la capacidad de utilizarla de manera eficaz y productiva para su empoderamiento. Sin embargo, los resultados de la encuesta detallados en la tabla 5 muestran que el motivo de utilización más frecuente del servicio de internet es la mensajería instantánea en un 96,46%, un 96,51 % corresponde a la zona urbana mientras que a la zona rural un 96,35%. Se destaca además la utilización de las redes sociales que llegan a un 86,65% y en un menor porcentaje es utilizado para transacciones bancarias 5,11%. De acuerdo a estos datos se puede apreciar que las aplicaciones de mensajería instantánea han conseguido captar mayor atención en los usuarios de internet, que lo utiliza como medio de comunicación para el intercambio de mensajes y elementos multimedia como fotos, audio, videos, ubicación, video llamadas entre otras funciones.
Fuente: Elaboración propia en base a los datos de DGEEC, 2017.
CONCLUSIONES
La revisión permitió conocer como la brecha digital fue modificándose a través del tiempo en su conceptualización. Inicialmente se refería a conectividad, a la disponibilidad de acceso a internet para luego considerar las habilidades en el uso que le dan las personas y como logran aprovecharlas. Es decir, la brecha digital implica no solo el acceso sino también la capacidad de hacer un uso efectivo de las tecnologías. Se vio además que los factores que propician su aparición tienen múltiples causas que son trasversales a todos los sectores.
En América Latina se destaca un aumento de hogares conectados a internet en el periodo comprendido entre 2010-2015. Entre los países mejor conectados se encuentran Chile, Costa Rica y Uruguay. En cuanto al aprovechamiento de la tecnología para el desarrollo económico aparecen en los primeros lugares Estados Unidos seguido de Canadá liderando el ranking de competitividad económica. Entre los países de América del Sur se destaca Chile.
A nivel nacional los datos provenientes de la Encuesta Permanente de Hogares 2017 referente al acceso a internet dan un total de 20,38 % de acceso en hogares del área urbana y rural. Sobresale la preferencia de acceso a la telefonía móvil en los hogares paraguayos, muestran una mayor incursión, tanto en zonas rurales como urbanas, brindando la posibilidad de conexión al servicio de internet mediante la red móvil.
Cabe destacar en el análisis que el usuario que más utiliza internet es la población joven que demuestra interés en conectarse a través del teléfono móvil utilizando habitualmente los servicios de la mensajería instantánea que permiten el intercambio de mensajes de texto en tiempo real a través de dispositivos conectados a internet.
La desigualdad en el acceso a las tecnologías ha disminuido. El acceso a internet ha crecido tanto a nivel regional como nacional sin embargo existen diferentes brechas digitales que se evidencian en ciertos sectores de la población; por ello los organismos internacionales y los gobiernos deben seguir impulsado acciones para promover el acceso universal a las TICs a fin de reducir la brecha en sus diferentes dimensiones y lograr no solo el acceso a la tecnología sino que pueda ser utilizada en forma productiva; que su uso tenga algún valor en la persona y que los servicios digitales estén a su alcance a fin de mejorar su calidad de vida.
Con la creación de la Secretaria Nacional de Tecnologías de la Información y Comunicación se establecen las condiciones para la reducción de la brecha digital a través de la formulación e implementación de políticas públicas que impulsen iniciativas para que las tecnologías puedan ser accesibles a las comunidades y sectores más vulnerables.