INTRODUCCION
Más de 5 millones de muertes al año están relacionadas con el nivel bajo de actividad física (AF) a nivel global y hoy día también es considerada como una epidemia ya que no distingue países ricos ni pobres1. La AF es un factor de riesgo clave en salud pública, debido a que es un determinante bien definido de varias condiciones crónicas como la enfermedad coronaria, diabetes mellitus tipo 2 y algunos tipos de cáncer como el de ovario, endometrio, colon y próstata 2,3. Existen evidencias de que un nivel adecuado de AF aumenta la capacidad cognitiva, reduce la aparición de enfermedades cerebrovasculares y mejora la calidad de vida 4,5.
El nivel de actividad física mínimo recomendado es un tema dinámico y en debate. Algunas recomendaciones sugieren que para que sea beneficiosa para la salud debe cumplir con ciertos requisitos de intensidad, duración y frecuencia. Una recomendación válida es que las personas adultas realicen diariamente como mínimo 30 minutos de actividad física moderada al menos 5 días a la semana o, en el caso de actividad vigorosa, 20 minutos al día al menos 3 días a la semana6.
La evaluación periódica de los niveles de actividad física de una población es un elemento fundamental de la vigilancia en salud pública. Una vigilancia que evalúe la AF a nivel poblacional brinda elementos para el desarrollo y provee propuestas de intervenciones para promoverla y de esa manera prevenir enfermedades y mejorar la salud 7.
Medir los niveles de AF en poblaciones debe tener en cuenta los diferentes escenarios o dominios de la vida cotidiana de los individuos, pues la suma de ello potencia su acción. Los primeros estudios epidemiológicos al respecto se enfocaron en la actividad física ocupacional. Posteriormente, las investigaciones se enfocaron en la AF en el tiempo libre.
Actualmente se ha reconocido la importancia de la AF de toda la jornada diaria, en incluyendo el desplazamiento activo diario ya sea caminado o en bicicleta. Todos estos cambios han generado diferentes puntos de cortes para definir cuánto es el mínimo recomendado de AF para el bienestar del individuo6.
Actualmente existen varios cuestionarios validados por decenas de países, utilizados en diferentes encuestas nacionales para la estimación de AF poblacional. Uno de ellos reúne experiencias de años de estudios, es el Cuestionario Mundial sobre Actividad Física o Global Physical Activity Questionnaire (GPAQ) recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Mediante este cuestionario se pueden determinar los grados de actividad física en función de los equivalentes metabólicos (MET) consumidos en un período 8.
En las últimas décadas, las investigaciones en salud pública se han centrado en establecer los determinantes sociales, económicos y ambientales de los niveles de AF, la inactividad física y el sedentarismo, puesto que son trazadores de la calidad de vida poblacional 9.
La práctica de actividad física reduciría hasta en un 30% el riesgo de mortalidad por todas las causas y especialmente aquellas por enfermedades crónicas no transmisibles. Por tanto conocer las características epidemiológicas de una población ayudaría a mejorar los diseños de intervenciones poblacionales y fortalecería los planes y programas de promoción de los factores protectores de las enfermedades crónicas no transmisibles.
Por tal motivo, el objetivo del presente trabajo es describir los niveles de actividad física, la prevalencia de inactividad física según los determinantes clínicos, demográficos y sociales en una población de adultos del Paraguay y observar la posible asociación entre los factores de riesgo identificados y la probabilidad de presentar inactividad física. Los resultados de este estudio contribuirán a realizar un seguimiento de los grados de actividad física en la población del Paraguay y permitirán reconocer a los subgrupos de población que requieran una intervención más prioritaria.
METODOLOGIA
Los datos de la investigación fueron tomados del estudio descriptivo transversal con representación nacional que incluyó sujetos de 15 a 74 años. El muestreo fue probabilístico, con diseño de muestra trietápico sin reemplazo. Se utilizó el método de vigilancia del STEP wise de la OMS y la recolección de los datos fue realizada durante el periodo de junio a setiembre de 2011. Se consideró un nivel de confianza de 95% (Z=1,96), una prevalencia esperada máxima (p=0,5), un efecto de diseño de f=1,50 un error estándar de 0,025. Con una tasa máxima de no respuesta de 10%, alcanzando así una muestra de 2750 personas en total.
Para la recolección de información cada hogar fue visitado y se aplicó la encuesta para tomar los datos sociodemográficos y económicos, preguntándosele al jefe del hogar o a un adulto de cada hogar. En el momento de la visita se midieron datos antropométricos de peso y talla. El nivel de AF semanal fue estratificado según el consumo calórico metabólico semanal (MET) extraído de la sección de actividad física del cuestionario con la metodología del Global Physical Activity Questionnaire (GPAQ). EL MET es la razón de tasa relativa de trabajo metabólico, definido como el costo energético de sentarse tranquilamente, lo que equivale a un consumo calórico de 1 kcal/kg/hora. El uso de los MET permite calcular el total de la actividad física.
Se definieron niveles de actividad alto, moderado y bajo a partir de la estimación de los MET diarios alcanzados. Se consideró AF alta o intensa cuando la AF fue vigorosa en al menos 3 días alcanzando un mínimo de 1500 MET o moderada de 7 a más de cualquier combinación de caminata de intensidad moderada o vigorosa alcanzando un mínimo de 3000 MET por minuto/semana. Se consideró nivel de AF moderada cuando: a) realizó 3 o más días de AF vigorosa al menos 20 minutos/día o b) cinco o más días de AF moderada intensa de caminata de al menos 30 minutos/día o c) cinco o más días de alguna combinación de caminata, intensidad moderada o vigorosa alcanzando un mínimo s de 600 MET por minuto/semana. Se consideró AF baja cuando no se alcanzó ninguno de los criterios anteriores8,10.
Los datos del sobrepeso y obesidad se estratificaron según el índice de masa corporal (IMC) de cada sujeto, por la fórmula peso en kilogramos dividido por la talla en metros al cuadrado. El peso corporal y la talla fueron medidos con una balanza portátil electrónica y tallímetro portátil respectivamente. Las personas se pesaron sin zapatos, con ropa liviana y la mínima cantidad de accesorios. Los puntos de corte utilizados para la clasificación del IMC fueron los propuestos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que define sobrepeso cuando el IMC es igual o superior a 25 kg/m2 y obesidad cuando es superior a 30 kg/m2. Entre las variables independientes cabe comentar que los ingresos de la familia fueron estratificados por quintiles, siendo el quinto quintil el de mayor ingreso y el primero el de menor. La variable actividad laboral fue estratificada en trabajador no remunerado: que incluye a amas de casa y trabajos en empresas familiares sin paga formal; trabajador público: que trabaja en el sector público; trabajador no público: que trabaja en el sector privado; y jubilado o pensionado: que incluye a personas mayores jubiladas y/o jóvenes con alguna beca o ayuda económica. El estado civil fue estratificado en una variable dicotómica: con pareja o sin pareja al momento de la encuesta.
ANALISIS DE LOS DATOS
El análisis estadístico se realizó usando el programa SPSS versión 18 para Windows. Se definió como variable dependiente la inactividad física (<600 MET semanales) y se determinaron prevalencias específicas para cada una de las variables explicativas o independientes. Inicialmente, se estableció la influencia de cada una de las variables considerada de manera aislada (modelo univariados). Para tal fin se establecieron los odd ratios (ORs) crudos para cada sexo, con su respectivo intervalo de confianza del 95% (IC95%). Las proporciones también se presentaron con los respectivos valores de IC95%. Para establecer la asociación entre la inactvidad física y las variables explicativas se utilizó el estadístico chi cuadrado, estableciéndose como significativo todo valor del test inferior de 0,05. El modelo multivariante se realizó para tener el ajuste de los odd ratios (aOR) por sexo y edad. Para presentar los datos centrales se utilizaron medias y medianas, según la distribución normal o no de la variable.
CONSIDERACIONES ETICAS
A los participantes seleccionados por el sistema aleatorio se les preguntó si accedían a realizar el cuestionario. Solo se procedió con la encuesta luego de la aceptación y firma de un consentimiento informado el cual se diseñó según normas de la Organización Mundial de la Salud. La investigación cumplió en todas sus etapas con los requerimientos éticos y de confidencialidad de la Declaración de Helsinki. Todo el análisis se realizó con bases de datos anonimizadas y sin posible identificación de los resultados con los sujetos encuestados.
Fuente de Financiación.
El presente estudio se realizó dentro del marco de las Funciones Esenciales de Salud Pública del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social y el Plan Estratégico de la Dirección de Vigilancia de Enfermedades No Transmisibles.
RESULTADOS
Se evaluaron 2536 personas, de las cuales 1598 eran mujeres. La edad media en años fue 38,7 (38,1-39,4). Se encontró una prevalencia de inactividad física global (en los tres dominios: trabajo, desplazamiento y ocio) de 27,2% (690) para el conjunto de la población. Las mujeres y los hombres presentaron un 31,3% y 20,1%de inactividad física, respectivamente. El valor medio equivalentes metabólicos de AF en mujeres y en hombres fue de 3761,5 y 8120,9 MET/semana, respectivamente (Tabla 1).
La mitad de la población estudiada refirió estar más de 257,6 minutos por día (equivalente a 4,3 horas) en una actividad que le obliga a quedar sentado o en posición de reposo, sin tener en cuenta las horas de sueño. Al observar los grupos de edad, se ve una relación directa de su aumento con la inactividad física: principalmente a partir de los 55 años, este valor es estadísticamente significativo al comparar con los grupos de edades menores.
Vivir en un entorno urbano también es predictor de inactividad física. En relación con otros determinantes sociales, la inactividad física se presenta en mayor proporción a las personas con más años de educación, encontrándose una prevalencia mayor (45,4%) entre los que cuentan con estudios universitarios o terciarios. A medida que aumentan los años de estudio, aumenta la prevalencia de inactividad física significativamente (Tabla 2).
En la Figura 1 se pueden observar la distribución de los valores de mediana de la AF en MET/semana según sexo, zona rural o urbana, nivel de estudios y quintil de ingresos. Cabe destacar la escala de los valores de MET según los sexos, puesto que se observan valores muy elevados, por encima de 6000 MET en los hombres y alrededor de 2000 MET entre las mujeres. Se puede observar que entre las mujeres, aunque entre las rurales el nivel de MET es mayor, no existen diferencias importantes. Entre los hombres las diferencias de los valores es de dos a tres veces más para los que viven en el entorno rural que los que viven en el urbano. Ambas curvas presentan su mayor pico a las edades jóvenes y un descenso progresivo con la edad. Al comparar años de estudio y niveles de ingresos se puede observar que entre ambos sexos existen mayores niveles de MET a menor nivel de estudio e ingresos, pero la diferencia es más marcada entre los hombres.
Para evaluar otros determinantes asociados se realizó una regresión logística con cada una de las variables independientes. Esta asociación se exploró separando por sexos y luego ajustando por sexo y edad. Se observó que según los años de estudios, es en las mujeres donde mayormente se presenta una mayor inactividad cuando esta tiene nivel de estudios terciarios o más. El entorno rural es protector o más bien facilitador de la actividad física, para ambos sexos pero más marcado en hombres. En cuanto al nivel de ingreso, los hombres con mayor poder adquisitivo (quintil 5) tienen 2,22 veces más riesgo de presentar inactividad física que los que se encuentran en el quintil 1. En las mujeres este valor es de 2,30, también significativo estadísticamente. En el modelo multivariado, se observó que la mayor edad, el entorno urbano, los ingresos mayores y un índice de masa superior a 30 son significativos para un mayor riesgo de inactividad física (Tabla 3).
DISCUSION
Este trabajo es el primer estudio epidemiológico que determina los niveles de actividad física de base poblacional y de naturaleza representativa para todo el país. Describe además cómo se comporta y distribuyen los niveles de la actividad y el sedentarismo a nivel poblacional según diferentes variables y algunos determinantes sociodemográficos recogidos, lo cual es importante para generar estimaciones, predicciones y establecer una línea de base para intervenciones desde la salud pública.
La actividad física insuficiente es uno de los 10 principales factores de riesgo de mortalidad a nivel global. En Paraguay las enfermedades crónicas no transmisibles ocupan las primeras 4 causas generales de muertes y la inactividad física podría contribuir como uno de los factores de riesgo principales en esta epidemia de las enfermedades crónicas no transmisibles.
Se estima que entre el 1% al 19% de todas las muertes que suceden a nivel global, está relacionada con los niveles de inactividad física, dependiendo de las características de cada país. Según el informe del Observatorio de Global para la Actividad Física, los valores de prevalencia de inactividad física en el Paraguay son aún aceptables al compararlos con varios países de la región (Figura 2)11. Esto puede deberse a que el Paraguay todavía es el país con mayor población rural de la región, y la condición rural es un determinante asociado con mayores niveles de AF cuando es estudiado en la región 12-14. En este sentido es importante hacer notar que en países con una dinámica demográfica diferente, en donde la migración del campo a la ciudad es más tardía, los entornos rurales son determinantes de menor cantidad de pasos diarios, de poco desplazamiento activo, y además es un condicionante de más obesidad que en el entorno urbano15-17.
La diferencia de los niveles de AF según sexo y grupos de edad está bien definida en diferentes estudios. El descenso importante de la AF se da en ambos sexos alrededor de los 50 años, grupo de edad en donde también se reportan las medias de mayor índice de masa corporal (sobrepeso y obesidad)18-22. La mayor actividad física en los estratos económicos más bajos, el cual se muestra marcadamente en hombres, es un patrón que puede ser explicado por las características del tipo de actividad laboral de este grupo, generalmente trabajo manual, y además se puede explicar por qué en estos estratos hoy se observa menos exceso de peso en el Paraguay, a diferencia de otros países de mayor desarrollo económico en donde el fenómeno es a la inversa 22-24.
Este estudio, muestra por lo tanto un perfil epidemiológico de nuestra población donde la actividad física insuficiente es mayor en mujeres, en área urbana, mayor nivel educativo, mayor ingreso económico y en obesos.
Se pueden identificar algunas limitaciones básicas en el estudio. La primera, debido a la naturaleza transversal del cuestionario y las mediciones, que no permite establecer relaciones de causalidad en las asociaciones observadas sin embargo, los hallazgos son útiles para incrementar la evidencia sobre la relación entre la actividad física y ciertas variables sociodemográficas. La segunda está relacionada con que la información fue aportada por los participantes, lo cual incrementa las posibilidades de sesgo de memoria. Esta limitación es típica de los cuestionarios como el GPAQ, en donde se tiende a sobreestimar los niveles de actividad física. Solo con nuevos estudios, ya sea con podómetros o acelerómetros podrán ser ajustados y reinterpretados estos valores25-27.
El patrón que muestra la distribución de los niveles de actividad física en Paraguay describe los entornos sociales y los grupos poblacionales en donde la actividad o inactividad física son más comunes. Estos resultados sientan la base para el desarrollo de políticas públicas, siendo útiles para la toma de decisión e implementar iniciativas de intervención en varios escenarios, comunitario, laboral, educativo. Pero más allá de las medidas poblacionales que se puedan aplicar, identificar poblaciones objetivos facilita la compresión de los procesos y orienta a nuevas ideas para enfrentar este fenómeno global que está en aumento: la inactividad física28,29.