INTRODUCCIÓN
Dos factores claves han contribuido al aumento de la prevalencia de la obesidad: un acceso deficiente a la información de salud pública, así como una mayor exposición a alimentos altamente procesados. Desafortunadamente, el sobrepeso y la obesidad no actúan como patologías particulares, sin embargo, se correlacionan y conducen a diferentes comorbilidades entre las enfermedades no transmisibles1.
Se han desarrollado diferentes estrategias para reducir la morbilidad y mortalidad que estas enfermedades provocan a nivel mundial, entre ellas, la implementación de políticas que promuevan prácticas nutricionales saludables, así como la promoción del etiquetado nutricional de los productos como medida de información y promoción de la salud a la población1.
Las etiquetas nutricionales proporcionan al consumidor el contenido energético y químico de los alimentos procesados. Además, estas etiquetas se utilizan para concienciar y promover hábitos nutricionales adecuados en las personas. Estas herramientas podrían resultar útiles si los consumidores comprenden y utilizan la información para la compra y el consumo de los productos2.
Además, las etiquetas nutricionales son una fuente esencial para que los consumidores obtengan información relacionada con la nutrición y la salud sobre los productos alimenticios y sirven como una intervención a nivel de población con un alcance incomparable3.
Una gran cantidad de consumidores reporta el uso regular de etiquetas nutricionales para guiar su selección de alimentos. La percepción sobre la credibilidad de las etiquetas nutricionales parece alta, mientras que los hallazgos sobre la relación entre el uso de etiquetas nutricionales y la calidad de la dieta siguen siendo en gran parte inconclusos4-7.
Varias revisiones sistemáticas sugieren que el etiquetado nutricional por sí solo puede no reducir de manera efectiva la selección o la ingesta de calorías en las poblaciones en general8, aunque el etiquetado parece algo efectivo cuando se combina con ayudas interpretativas como las declaraciones sobre las necesidades nutricionales diarias.
La variabilidad sustancial en los resultados de los estudios disponibles sobre el tema, podría deberse en parte a heterogeneidades en el uso de las etiquetas nutricionales y los hábitos dietéticos entre los subgrupos de población. Los niños, los adolescentes, los adultos mayores obesos, las personas con menos conocimientos sobre educación y/o nutrición, las personas con ingresos disponibles más bajos y las personas con una conciencia limitada sobre la salud, tienen menos probabilidades de utilizar etiquetas y/o procesar de manera eficaz la información nutricional presentada6,9,10.
Las etiquetas nutricionales pueden servir como una importante herramienta preventiva al fomentar la formación de comportamientos habituales que podrían afectar profundamente sus preferencias alimentarias y la calidad de la dieta. Hasta la fecha, gran parte de la investigación evalúa la comprensión y el impacto del uso de etiquetas nutricionales en los comportamientos y la ingesta de alimentos. La investigación limitada en adultos sugiere que los individuos en este subgrupo pueden usar etiquetas nutricionales, pero la frecuencia y los predictores de uso no son bien conocidos11.
Por esta razón, es de suma importancia el enfoque del presente estudio para detectar falencias en cuanto al conocimiento del etiquetado nutricional y las dificultades que puedan tener los consumidores para interpretar dicha información.
Sabiendo que el etiquetado nutricional de los alimentos es una herramienta muy eficaz para los consumidores, la problemática está en que éstos conozcan lo que están leyendo a modo de elegir productos saludables y de su agrado, por lo tanto, este trabajo tiene como objetivo evaluar los principales conocimientos sobre etiquetado de alimentos que la población adulta del Paraguay tiene incorporado en el periodo de agosto de 2021.
MATERIALES Y MÉTODOS
Estudio descriptivo, observacional de corte transversal, realizado en hombre y mujeres adultos paraguayos de 18 a 60 años que consumían alimentos con etiquetado nutricional en agosto del 2021. Todos los sujetos fueron invitados a participar de manera voluntaria y anónima a través de distintas plataformas digitales y redes sociales tipo WhatsApp, Facebook, Instagram, Twitter y mails tanto personales como institucionales. Se utilizó el método de aplicación de encuestas y formularios de Google. Se evaluaron a los participantes que deseaban formar parte del estudio y dieron su autorización a través de un consentimiento informado. La evaluación se realizó utilizando la técnica de encuesta de tipo on-line.
Tras comprobar la consistencia de la base de datos e identificar la distribución de las variables cuantitativas a través del test de Shapiro-Wilk, se procedió al análisis de datos. En el caso de variables cualitativas, éstas fueron expresadas en frecuencia (n) y porcentaje (%). En el caso de las variables cuantitativas se expresaron como promedio y desviación estándar. Todos los hallazgos fueron presentados en forma de tablas. Para los análisis se utilizó el paquete estadístico SPSS versión 21.0 para Windows.
Para la estructuración de la investigación se tuvieron en cuenta los tres principios éticos de investigación, contemplados en el Código de Helsinki. El presente estudio fue aprobado por el Comité de Ética de la Facultad de Ciencias Químicas, con el Código 766/2021.
RESULTADOS
Participaron del estudio un total de 112 voluntarios, de los cuales 73% fueron del sexo femenino, 57,1% del área metropolitana, 49,1% con nivel educativo universitario y 37,5% profesionales de la salud (Tabla 1).
Variable | n (%) | |
---|---|---|
Sexo | Masculino | 30 (27) |
Femenino | 82 (73) | |
TOTAL | 112 (100 | |
Procedencia | Asunción | 37 (33) |
Gran Asunción | 64 (57,1) | |
Interior del país | 11 (9,9) | |
TOTAL | 112 (100 | |
Nivel educativo | Secundario | 6 (5,4) |
Universitario | 55 (49,1) | |
Postgrado | 51 (45,5) | |
TOTAL | 112 (100 | |
Ocupación | Estudiante | 12 (11) |
Profesional de la salud | 42 (37,5) | |
Empleado | 26 (23,2) | |
Profesional independiente | 29 (26) | |
Jubilado/a | 3 (2,3) | |
TOTAL | 112 (100 | |
Edad (Promedio±DE) | ||
36,9±9,6 |
En cuanto a los aspectos generales sobre el etiquetado nutricional, el 88,3% afirmó que el etiquetado nutricional ¨es una información, sobre los nutrientes y calorías del alimento respecto a las recomendaciones¨, el 55,3% refirió que lee el etiquetado nutricional casi siempre, el 84% sabía que el etiquetado nutricional es obligatorio y el 44% se fijaba más en las calorías de la información de etiquetado (Tabla 2).
Ítem | n (%) | |
---|---|---|
¿Usted sabe qué es el etiquetado nutricional? | ||
Es una información, sobre los nutrientes y calorías del alimento respecto a las recomendaciones | 99 (88,3) | |
Es una información, sobre los ingredientes de los alimentos. | 10 (9) | |
No se | 3 (2,7) | |
TOTAL | 112 (100) | |
¿Suele leer el etiquetado nutricional? | ||
Siempre | 31 (28) | |
Nunca, no me interesa | 11 (10) | |
Casi siempre | 62 (55,3) | |
No puedo (letras pequeñas) | 8 (6,7) | |
TOTAL | 112 (100) | |
¿El etiquetado nutricional es obligatorio? | ||
Si | 94 (84) | |
No | 3 (2,6) | |
Sólo cuando el alimento anuncie una propiedad nutricional debido a su contenido (ej: alto en calcio). | 5 (4,4) | |
No se | 10 (9) | |
TOTAL | 112 (100) | |
¿En qué información se fija más del etiquetado nutricional? | ||
Calorías | 49 (44) | |
Carbohidratos | 17 (15,2) | |
Proteínas | 8 (6,7) | |
Grasas | 17 (15,2) | |
Colesterol | 5 (4,4) | |
Fibra | 2 (2,1) | |
Sodio | 9 (8) | |
Vitaminas | 5 (4,4) | |
TOTAL | 112 (100) |
Al evaluar los conocimientos sobre el etiquetado nutricional, el 91% refirió saber diferenciar entre la fecha de caducidad y de consumo preferente, el 71,4% respondió que las cantidades orientativas son ¨la cantidad aproximada de nutrientes que debemos ingerir para seguir una dieta saludable¨, el 52,3% asumió que cuando se declara ¨aceite vegetal¨ en el etiquetado es aceite de girasol, el 62,5% manifestó como grasas saturadas al tipo de grasas menos saludable, el 52,3% refirió que los ingredientes aparecen en el etiquetado en orden de mayor a menor cantidad en el alimento y el 71,4% asumió que la etiqueta de light es cuando el alimento tiene un 30% de calorías del alimento de referencia (Tabla 3).
Ítem | n (%) | |
---|---|---|
Sabe diferenciar entre la fecha de caducidad o consumo preferente | ||
Si | 102 (91,1) | |
No | 10 (8,9) | |
TOTAL | 112 (100) | |
¿Qué son las cantidades diarias orientativas? | ||
La cantidad de alimento que debo ingerir al día. | 17 (15,2) | |
La cantidad aproximada de nutrientes que debemos ingerir para seguir una dieta saludable. | 80 (71,4) | |
No sé | 15 (13,4) | |
TOTAL | 112 (100) | |
¿Cuándo en los ingredientes pone: “aceite vegetal”, con que aceite se habrá elaborado ese producto? | ||
Aceite de oliva (monoinsaturado) | 12 (11,1) | |
Aceite de girasol (poliinsaturado) | 59 (52,3) | |
Aceite de coco y palma (saturados) | 16 (14,3) | |
No sé | 25 (22,3) | |
TOTAL | 112 (100) | |
Cuando le indican la cantidad de ácidos grasos, ¿usted entiende cual es el tipo menos saludable? | ||
Ácidos Grasos saturados | 70 (62,5) | |
Ácidos Grasos monoinsaturados | 2 (1,8) | |
Ácidos Grasos poliinsaturados | 15 (13,4) | |
No sé | 25 (22,3) | |
TOTAL | 112 (100) | |
¿El orden de los ingredientes nos puede dar idea de la cantidad que contiene el alimento? | ||
NO, los ingredientes los ponen sin orden o en orden alfabético. | 27 (24,1) | |
SÍ, los ingredientes aparecen en el etiquetado en orden de mayor a menor cantidad en el alimento | 59 (52,3) | |
No sé | 26 (23,6) | |
TOTAL | 112 (100) | |
¿Qué significa cuando en el etiquetado pone light? | ||
No tiene calorías | 6 (5,2) | |
No tiene azúcares añadidos | 11 (10) | |
Tiene un 30% de calorías del alimento de referencia. | 80 (71,4) | |
Le han quitado las grasas | 15 (13,4) | |
TOTAL | 112 (100) |
DISCUSIÓN
La información nutricional en las etiquetas de los alimentos podría ser un método rentable de comunicar información nutricional a los consumidores porque la información aparece en el punto de venta para la mayoría de los alimentos envasados3. Aunque los consumidores valoran la nutrición a la hora de decidir qué alimentos comprar, la información nutricional en las etiquetas de los alimentos es compleja y no siempre está a la altura de su potencial para comunicarse de manera eficaz12-16. Se ha demostrado que el conocimiento previo apoya el desempeño en tareas complejas en la literatura cognitiva; sin embargo, su papel en el uso de las etiquetas de los alimentos es menos claro.
En el presente estudio, el 73% fue del sexo femenino, cifra similar al 74,1% de mujeres encontrado por Grunert et al.17 La edad promedio observada fue de 36,9 años, cifra menor a la hallada por Loria Kohen et al. en las encuestas de evaluación realizadas en el Hospital Universitario La Paz de Madrid durante el IX "Día Nacional de la Nutrición 2010", donde la edad promedio fue de 42 años18.
En cuanto a al nivel educativo, el 49,1% tenía nivel universitario, cifra menor a la observada por Cannoosamy et al. que encontró que el 77,1% tenía este nivel educativo, por el contrario, Loria Kohen et al. hallaron un 86,5% con este grado académico19,18. El 37,5% se dedicaba laboralmente a profesiones relacionadas a la salud, cifra bastante superior al 80,6% de profesionales dedicados al área de salud en la población del estudio de Cannoosamy et al.19.
Al evaluar los aspectos generales sobre el etiquetado nutricional en la población de este estudio, se pudo constatar que el 88,3% afirmó que el etiquetado nutricional ¨es una información, sobre los nutrientes y calorías del alimento respecto a las recomendaciones¨, cifra superior al 77,1% de los encuestados que respondió de forma correcta en el estudio de Loria Kohen et al.18. En segundo lugar, 55,3% refirió que lee el etiquetado nutricional casi siempre, por el contrario de lo hallado por Loria et al., que encontraron que un elevado porcentaje de los encuestados mostró gran interés ya que el 73,8% declaró que los leía siempre o casi siempre pero además un porcentaje importante (8,1%) no efectuaba habitualmente su lectura por la dificultad de leer las letras pequeñas que se emplea en muchos envases y un 18,1% reflejó no tener interés por la lectura del etiquetado de forma habitual a diferencia del 6,7% y 10% encontrado en el presente trabajo para estas categorías18.
Por otro lado, el 84% sabe que el etiquetado nutricional es obligatorio. En este sentido, Loria et al. observaron que un 95,2% creía que el etiquetado es obligatorio. Finalmente, dentro de los aspectos generales del etiquetado nutricional, en la población del presente estudio el 44% se fijó más en las calorías de la información de etiquetado, similar a lo observado en el estudio de Loria et al. donde las calorías contenidas por el alimento fue la respuesta seleccionada por el porcentaje más alto de encuestados (61%)18.
Al describir los conocimientos generales sobre el etiquetado nutricional, el 91% refirió saber diferenciar entre la fecha de caducidad y de consumo preferente, cifra ligeramente superior al 89% encontrado por Loria et al. en esta categoría18. Se debe tener en cuenta que la fecha de caducidad indica cuándo un alimento deja de ser seguro para el consumo desde el punto de vista sanitario y que la fecha de consumo preferente, por el contrario, indica hasta qué fecha el alimento mantiene intactas sus propiedades, siempre y cuando el envase no se haya abierto. El 71,4% respondió que las cantidades orientativas son ¨la cantidad aproximada de nutrientes que debemos ingerir para seguir una dieta saludable¨, cifra similar al 71% encontrado por Lorian et al. en esta categoría18. Las cantidades orientativas son puntos de referencia para evaluar la posible contribución de un producto específico a sus necesidades diarias de los distintos nutrientes.
Además, se pudo observar que el 52,3% asumió que cuando se declara ¨aceite vegetal¨ el etiquetado es aceite de girasol, por el contrario a lo hallado por Loria et al.18, en donde un 36,7% lo asoció a la presencia de aceite de girasol, 10% al aceite de oliva y un 29,5% al aceite de palma y coco, el porcentaje restante declaró desconocer la respuesta. También se pudo constatar en este estudio que el 62,5% manifestó como grasas saturadas al tipo de grasas menos saludable y un 22,3% no supo reconocer cual es el tipo de grasa menos saludable, en contraste a los resultados de Loria et al.18, quienes hallaron que un 66,5% de los encuestados respondió de forma correcta, mientras que el 33,5% restante declaró no poder identificar el tipo de ácidos grasos menos saludable18.
Finalmente, el 71,4% asumió que la etiqueta de light es cuando el alimento tiene un 30% de calorías del alimento de referencia, 13,4% respondió que le han sacado las grasas y 10% que no tienen azúcares añadidos. En este sentido, Loria et al. observaron en su población que un 36,9% respondió de forma correcta asociando este término a la reducción del 30% de las calorías en relación a alimento de referencia. Un 27,1% lo relacionó con alimentos que no tenían azúcares añadidos y un 11,9% a la reducción de grasas18. Se llama producto light a aquel alimento al que se ha reducido el contenido de uno o más nutrientes, (azúcares, sodio, grasa o energía - calorías) como mínimo en un 30% en comparación con su producto de referencia.
Como limitación del presente trabajo de investigación se puede mencionar que no se realizaron encuestas sobre necesidades específicas, como por ejemplo la presencia de enfermedades como la celiaquía, diabetes tipo II, obesidad, síndrome metabólico, entre otras, ya que estas representan otro tipo de requerimientos en el aspecto nutricional y la comprensión del etiquetado nutricional es fundamental en estos casos, además, en los casos de presencia de este tipo de condiciones, pueden suponer un mayor conocimiento del etiquetado nutricional y más aun si la patología presente es de larga data.
Como fortaleza se puede destacar que se abordaron conceptos generales pero relevantes sobre etiquetado nutricional que ponen al descubierto la necesidad de continuar realizando este tipo de trabajos de manera a descubrir las debilidades de la población en cuanto a conocimientos sobre este tema y abordarlas con una adecuada educación nutricional sostenible en el tiempo. La población de este estudio tiene conocimientos adecuados sobre etiquetado nutricional, pero cabe destacar que en determinadas áreas o preguntas puntuales, hubo escasez de conocimiento.