Es bien conocida la utilización de fluoruros en la prevención de caries, administrados en forma sistémica o aplicados en forma tópica sobre las piezas dentarias.
La fluoración del agua, en países como Estados Unidos, está instalada desde 1945, con concentraciones de flúor entre 0,7 y 1,2 mg/L recomendadas por el Servicio de Salud Pública (PHS)1.
La historia inicial de la fluoración del agua en el Paraguay, que sólo duró un par de años, quedó registrada en el encabezado del Editorial de la Revista Odontológica del Círculo de Odontólogos del Paraguay de 1959: “Asunción: Primera capital Sud-Americana con agua corriente fluorada”2.
El Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos recomienda una concentración de flúor de 0,8 mg/L (mínimo: 0,7 mg/L y máximo: 1,3 mg/L) en el agua de consumo para localidades con temperatura promedio anual entre 21,5ºC y 26,2ºC3. En 2015, la temperatura promedio anual reportada en los departamentos del Paraguay estuvo en el rango de 21,5 ºC y 25,4 ºC4.
El flúor tiene efectos beneficiosos y perjudiciales sobre la salud humana dependiendo las manifestaciones de la concentración, periodicidad y tiempo de exposición5,6. En el ser humano, la mayor parte del fluoruro está presente en los tejidos calcificados (huesos y dientes), debido a su gran afinidad por el calcio7, por lo que las manifestaciones del consumo en exceso se observan en esas estructuras. Los efectos sobre el hueso (fluorosis esquelética) se consideran los más relevantes para la evaluación de los efectos adversos de la exposición a largo plazo5.
La fluorosis dental es una condición irreversible y constituye la primera señal visible de que un niño ha sido sobreexpuesto a fluoruros8. Es producida por el consumo de altas concentraciones de flúor en el periodo de formación de los dientes, provocando deficiencia estética y biológica, lo que predispone a la aparición de caries, sensibilidad dental, maloclusión, y problemas de autoestima por la apariencia de las piezas dentarias con repercusiones en salud pública dado los altos costos de los tratamientos restauradores9,10.
En un país como el nuestro, con alta prevalencia de caries, donde se recomendaría la fluoración del agua y de la sal, paradójicamente existen localidades con elevada concentración de flúor en el agua de consumo en forma natural, con los efectos adversos que ello conlleva. Así en 1949, se reportaron casos de pacientes con piezas dentarias que presentaban un característico color blanco tiza en la ciudad de Concepción del Paraguay11. A partir del 1998, se tiene registro que existen localidades que presentan naturalmente concentraciones de flúor igual o mayor a 1,5 mg/L llegando inclusive a valores de 8 mg/L; estas localidades se encuentran en los Departamentos de Alto Paraná, Concepción, San Pedro y Paraguarí12. En el 2002 un estudio mostró una frecuencia del 50% de fluorosis dental en niños de 12 años de edad que residieron desde su nacimiento en esas localidades. La localidad donde se observó́ más casos fue Loreto con el 86% de los escolares examinados, seguida por Yatayty del Norte (66%); Ñacunday fue la localidad que presentó el menor número de casos (22%)13. En 2018, se llevó a cabo un trabajo en conjunto entre el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS) y el Centro Multidisciplinario de Investigaciones Tecnológicas (CEMIT) de la Dirección General de Investigación Científica y Tecnológica (DGICT) de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), a partir de reportes de casos de fluorosis dental por parte de odontólogos de la 4ta. Región Sanitaria (Guairá), encontrándose altas concentraciones de flúor en el agua de consumo en estas localidades.
Investigadores de la Facultad de Odontología de la UNA en asociación con investigadores del CEMIT, con el cofinanciamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) en el marco del Programa PROCIENCIA en su componente “Fomento a la Investigación Científica” están desarrollando estudios epidemiológicos en las localidades con elevado tenor de flúor en el agua de consumo del Paraguay.
Actualmente la Dirección de Salud Bucodental del MSPyBS conforma un equipo interinstitucional con la DGICT-UNA dando continuidad a la línea de investigación mediante el desarrollo de proyectos multidisciplinarios en localidades del Departamento de Guairá, para determinar la frecuencia de fluorosis y la identificación de fuentes de agua con bajas concentraciones, que podrían ser una alternativa en las localidades visitadas, previo estudio de potabilidad correspondiente.
Adicionalmente se están desarrollando proyectos que evalúen el mejor sistema de tratamiento del agua para proveer a los habitantes los beneficios de la prevención de caries y disminuir la incidencia de fluorosis dental con la concentración adecuada de fluoruros. Se pretende instalar un plan de promoción de la salud general y bucodental, además de la prestación de servicios de rehabilitación oral, estéticos y funcionales, en forma interdisciplinaria y multiprofesional que será de gran impacto social en los pobladores de dichas localidades.
Si no se realiza la intervención inmediata mediante un tratamiento que regule la concentración de flúor en el agua o el cambio de las fuentes de provisión, con los hallazgos reportados sobre la frecuencia de fluorosis dental y la concentración de fluoruros determinados en el agua de consumo, los tratamientos de rehabilitación dental estética y funcional, sicológica y social, serán sólo un parche, puesto que las futuras generaciones seguirán siendo afectadas.