INTRODUCCIÓN
Los alimentos juegan un rol fundamental en la vida de las personas, ya que aportan los nutrientes necesarios para que puedan realizar todas las actividades diarias. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a los alimentos como “toda sustancia o producto de carácter natural o artificial apta para el consumo humano”. Alimento “es cualquier sustancia que aporta la materia y la energía necesarias para realizar nuestras funciones vitales“1. Sin embargo, cuando no son manipulados y/o producidos en adecuadas condiciones pueden originar riesgos para la salud, originando las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA), las que repercuten en la salud y bienestar de las personas, así como en el comercio. Las ETA presentan un mayor riesgo con las poblaciones altamente vulnerables, tales como los niños, los ancianos y las mujeres embarazadas 2,3,4. La higiene de los alimentos constituye “todas las condiciones y medidas necesarias para asegurar la inocuidad y la aptitud de los alimentos en todas las fases de la cadena alimentaria” y la inocuidad de los alimentos constituye “la garantía de que los alimentos no causarán daño al consumidor cuando se preparan de acuerdo al uso que se destinan”( 5,6.
Los alimentos son inocuos cuando son procesados y manipulados bajo determinadas condiciones sanitarias. Por esto, es de esperar que cualquier establecimiento dedicado a la producción, almacenamiento y expendio de alimentos cuente con la implementación de las Buenas Prácticas de Manufactura (BMP) o Good Manufacturing Practices (GMP), conocida por sus siglas en inglés.
Las BPM constituyen un “conjunto de principios y recomendaciones técnicas que se aplican durante el procesamiento de los alimentos para garantizar su inocuidad y su aptitud”5-7. Por lo tanto, la Comisión Conjunta OMS/FAO establece en el Codex Alimentarius las recomendaciones y principios agrupados en distintas secciones tales como producción primaria, proyecto y construcción de las instalaciones, control de las operaciones, instalaciones, mantenimiento y saneamiento, higiene personal y de los alimentos, entre otros 5. Constituyen un requisito sanitario de obligado cumplimiento y deben ser aplicados a lo largo de la cadena alimentaria, desde la provisión de la materia prima, hasta el expendio de los mismos. Las BPM constituyen una herramienta valiosa, no solamente para la inocuidad de los alimentos, sino también para el desarrollo empresarial, ya que la confianza del consumidor avala el éxito empresarial8.
Suministrar alimentos seguros desde el punto de vista higiénico-sanitario es una responsabilidad del elaborador. No obstante, las autoridades sanitarias (nacionales y locales) deben verificar y validar su cumplimiento a través de inspecciones y análisis, con el fin asegurar que estos alimentos no ocasionen daños al consumidor y garantizar las prácticas adecuadas del comercio 5,6. El objetivo del presente trabajo fue describir las Buenas Prácticas de Manufactura en comedores del Mercado Central de Abasto de Asunción, Paraguay durante el 2014.
MATERIALES Y MÉTODOS
Estudio prospectivo descriptivo, de corte transversal, de muestreo por conveniencia. La población de estudio fueron todos aquellos comedores que producen sándwiches de verduras en el Mercado Central de Abasto de Asunción y que accedieron a participar del estudio. El criterio para seleccionar estos locales fue el hecho de que el sándwich de verdura podría ser considerado de alto riesgo epidemiológico, ya que se utilizan materias primas crudas, no sufre tratamiento térmico, utiliza mayonesa y es de consumo masivo.
La evaluación de las BPM fue realizada en base a una lista de verificación (checklist) en base a los criterios recomendados por el Codex Alimentarius de la FAO/OMS 5,7. Las variables fueron agrupadas en los siguientes bloques: provisión de materias primas, lavado de materias primas, aspecto personal de los manipuladores, lavado de manos de los manipuladores, saneamiento del local. Las respuestas fueron obtenidas por parte de los encuestadores y por observación directa.
En cuanto a los criterios éticos, se mantuvo el anonimato de los locales y se solicitó permiso a los locatarios para la realización de la investigación.
RESULTADOS
Fueron evaluadas las condiciones ambientales de los locales y se observó que al momento de la encuesta, el 60% (30) de los mismos no presentaban buena higiene en los techos, paredes, suelos, ventanas y puertas. Fue constatada la presencia de animales o vectores en las inmediaciones en el 32% (16).
El 46% (23) de los locales no desechaban correctamente sus residuos y en cuanto a los basureros, el 54%(27) poseía basureros cerca de los alimentos y solo el 46%(23) contaba con tapa.
En el ítem provisión de la materia prima desde proveedores autorizados, el 58%(29) de los locales adquiría los productos de proveedores autorizados (Tabla 1).
Materia prima | Frecuencia | Porcentaje |
---|---|---|
Compra desde proveedores autorizados | 29 | 58% |
Materia prima adquirida en el día (frescos) | 32 | 64% |
Almacenan la materia prima | 18 | 36% |
Fuente: García L, García XM, González L, Canese J, Ramos P. Cátedra de Microbiología. Facultad de Ciencias Médicas. Universidad Nacional de Asunción. Paraguay. 2014.
Al preguntar sobre el lavado de la materia prima antes de ser utilizada, el 86% (43) de los locales respondió que lavaban la materia prima antes de utilizarla mientras que el 14% (7) no la lavaba.
Con relación al tipo de agua utilizada en el lavado, el 70% de los locales (35) lavaban los productos utilizando agua de grifo mientras que el 30%(15) los lavaban utilizando agua reciclada.
Además, refirieron que el 60%(30) de los locales lavaba los productos solo con agua, el 4% (2) los lavaba con agua y jabón y el 26%(13) utilizaba agua y lavandina.
En cuanto a la práctica de lavado de manos de los manipuladores, el 86% refirió lavarse las manos antes de manipular los alimentos (Tabla 2).
Fuente: García L, García XM, González L, Canese J, Ramos P. Cátedra de Microbiología. Facultad de Ciencias Médicas. Universidad Nacional de Asunción. Paraguay. 2014.
En cuanto al aspecto personal, solo el 32%(16) contaba con uniforme completo (Tabla 3).
Aspecto personal | Frecuencia | Porcentaje |
---|---|---|
Presentan uniforme completo | 16 | 32% |
Presentan pelo recogido | 41 | 82% |
Presentan uñas limpias | 40 | 80% |
Presentan uñas cortas | 41 | 82% |
Usan accesorios | 23 | 46% |
Fuente: García L, García XM., González L, Canese J, Ramos P. Cátedra de Microbiología. Facultad de Ciencias Médicas. Universidad Nacional de Asunción. Paraguay. 2014.
Se pudo constatar que en el 42%(21) de locales recorridos, la misma persona manipulaba los alimentos y recibía el dinero.
De los vendedores encuestados, solo el 20%(10) reportó haber recibido capacitación sobre la higiene y manipulación de alimentos.
De total de los locales, solo el 43% (26) recibió inspección por parte de la Municipalidad de Asunción, y de estos el 34%(17) lo recibió con una frecuencia de una vez al año y solo el 8%(4) con una frecuencia de menos de 6 meses.
En cuanto a los requisitos sanitarios que deben tener los manipuladores, el 28%(14) poseía carnet de manipulador al día.
DISCUSIÓN
La prevención de las ETA depende de la manipulación cuidadosa de los alimentos en la cadena de producción. En los últimos años, se han perfeccionado nuevas técnicas de producción, preparación y distribución de alimentos y por otro lado, los consumidores cada vez más consumen comidas fuera del hogar, por lo que los hábitos de consumo también han sufrido cambios importantes en los últimos años. Las condiciones actuales en América Latina no muestran ningún indicio de que puedan desaparecer las ventas de alimentos en la vía pública, sino más bien por el contrario, se va a disparar este tipo de práctica.
Las condiciones ambientales de los locales demostraron un aspecto poco recomendable, debido a las condiciones de infraestructura edilicia. El riesgo de contar con instalaciones físicas inadecuadas radica en la dificultad que las mismas presentan para realizar una limpieza y sanitización adecuada, así como la facilidad que estas ofrecen para el acúmulo de suciedad y grasa en las hendiduras y grietas. Una de las principales causas de contaminación en la elaboración de alimentos es la inexistencia de adecuadas técnicas de limpieza y desinfección en las áreas de procesos, algunas veces por desconocimiento por parte de los manipuladores 9.
Otro resultado importante es la falta de un Programa de Desecho de Residuos Sólidos y también fue observada la presencia de basureros sin tapa cerca de los alimentos en estos locales. El acúmulo de basura atrae la presencia de alimañas, insectos, roedores y animales domésticos, los cuales son vectores de numerosos microorganismos, la mayoría, patógenos.
En la presente investigación fue constatada la presencia de vectores o animales en el 32% de los locales. Es muy importante que los establecimientos cuenten con un Programa de Control de Plagas y Vectores ya que éstos se constituyen en factores determinantes que generan un escenario propicio para la contaminación y la propagación de microorganismos en los alimentos 10. Este Programa lo puede realizar el mismo permisionario, la administración municipal, o estar privatizado. En cualquiera de sus formas, son las autoridades sanitarias las que deben verificar que el mismo se cumple. Esto se realiza a través de los Procedimientos Operativos Estándar (POE). En un estudio en Costa Rica, el 44% de los establecimientos contaban con control de plagas 11.
Los roedores, tales como los ratones (Mus musculus), rata gris o de alcantarilla (Rattus norvegicus) y rata negra o rata de techo (Rattus rattus) representan uno de los mayores peligros en la industria de alimentos, por su capacidad de trasmitir enfermedades y por las pérdidas económicas que originan, ya que ocasionan pérdidas por su capacidad de roer. Por esto, se deben tomar medidas permanentemente tales como la instalación de trampas y cebaderos 12.
En cuanto a la capacitación sobre higiene y manipulación de alimentos recibida por parte de los manipuladores, solamente el 20% recibió capacitación. Esta cifra puede considerarse sumamente baja, ya que no solamente debe considerarse el porcentaje de manipuladores capacitados, sino la frecuencia y los temas utilizados para el entrenamiento. Un gran problema en los establecimientos de alimentos lo constituye la alta rotación de los manipuladores, por lo tanto, la capacitación debe ser permanente. Otro punto importante lo constituye el hecho de que los conocimientos no se traducen en prácticas. De ahí también la importancia de contar con carteles recordatorios acerca del lavado de manos en distintos sitios de las empresas de alimentos. Es indispensable utilizar estrategias que comprometan al manipulador de alimentos, como charlas de motivación y de concientización 11,12.
Los datos obtenidos en este trabajo difieren de los obtenidos en Turquía, donde el 56,3 % de los operarios no habían recibido educación en inocuidad de alimentos 11,13. Sin embargo, en el Reino Unido, el 55% de los trabajadores realizaron estudios sobre inocuidad alimentaria y en Costa Rica la capacitación alcanzó el 68% 10,14.
Utilizar las materias primas desde fuentes seguras constituye una de las cinco claves de la OMS, para la inocuidad de los alimentos 15. Solo el 58% de los locales compraban la materia prima de proveedores autorizados y el 14% no lavaba la materia prima antes de ser utilizada. Este último punto, constituye una práctica de riesgo muy grave, ya que debe considerarse que los sandwiches de verduras no sufren ningún tratamiento térmico, por lo que la limpieza y sanitización de la materia prima, y la calidad del agua utilizada resultan fundamentales.
El 30% de los establecimientos utilizaba agua reciclada, y reiteramos que el agua constituye una fuente de contaminación de los alimentos muy importante, y son numerosos los distintos tipos de microorganismos (bacterias, virus, parásitos y hongos) que son transmitidos por este medio. En los países en desarrollo, existe una creciente preocupación sobre estos tipos de locales, pues es un hecho que generalmente no disponen de agua corriente, por lo que el lavado de manos, platos y utensilios se hace normalmente en uno o más recipientes con agua. Por lo tanto, estas superficies también constituyen una fuente importante de contaminación 16.
Solo el 43% de los locales recibió alguna inspección por parte de la Municipalidad de Asunción, el 8% con una frecuencia menor a 6 meses y el 28% poseía carnet de manipulador al día. Son escasos los estudios realizados y publicados que valoren las BPM, así como calidad de las comidas listas para su consumo. Sin embargo, estas últimas, son importantes desde el punto de vista epidemiológico, particularmente si se consumen crudos, por esto debe insistirse en la supervisión y control sanitario durante la manipulación, la cual debe realizar la autoridad sanitaria, sea local (municipios) o nacionales (Ministerios de Salud y/o Agricultura)17.
La inocuidad de los alimentos requiere la colaboración de todos los sectores involucrados.
Los comedores del Mercado Central de Abasto presentan deficiencias de riesgo con relación a las BPM. Se resalta el buen aspecto personal de los manipuladores. Fueron observadas prácticas de riesgo en relación a la provisión de materias primas de proveedores autorizados, utilización de agua reciclada y la falta de lavado de las materias primas. Es importante realizar un trabajo conjunto con las autoridades sanitarias a fin de implementar las BPM en los locales y reducir los riesgos asociados a la manipulación de alimentos.