Aunque la Covid 19 aún no se ha desatado como una epidemia en gran escala en la población del país, de tal manera a colapsar el sistema de salud, el 6% de los casos positivos, 52 en total, se dio en el personal de salud, hasta la semana epidemiológica 21 del 20201. El 79% fue por contagio hospitalario. El contacto con pacientes o con colegas llevó a la cuarentena a un gran número de personal sanitario.
Desde el inicio, la pandemia ha causado importantes bajas en el personal de salud debido a la falta de información precisa el grado de trasmisibilidad del SARS CoV 2, la mayor exposición, fundamentalmente a aerosoles en la atención de los pacientes críticos y el contacto con los asintomáticos diseminadores. Ya en el pico de la expansión mundial, la falta de equipos de protección personal, sumado al estallido de casos graves, principalmente en la población adulta mayor, contribuyó a la infección de numerosos médicos y enfermeros en todo el mundo con resultado fatal en muchos casos: alrededor de 10% de trabajadores de la salud en Italia y 14% en España2.
El Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social publicó de manera concisa y específica recomendaciones sobre la correcta utilización de los equipos de protección tanto para la población general como para el personal sanitario. Aunque constituye una herramienta muy importante para el control de la pandemia, si el personal sanitario no internaliza los protocolos de seguridad, utilizándolos correctamente de acuerdo con las recomendaciones, las bajas en el personal de salud serán aún más elevadas. Con el consiguiente riesgo que significara tener fuera de servicio al ya escaso personal capacitado para atender a enfermos críticos y el peso de la morbilidad y mortalidad que podría tener para el propio personal de salud.
Debido a las características del este virus, causante de la primera pandemia del siglo XXI, de alta transmisibilidad debida a pacientes con leve afectación o asintomáticos3,se impone el cumplimiento estricto de los protocolos de distanciamiento social y de seguridad durante la atención de salud. La concienciación de todo el personal de salud debe traducirse en acciones tendientes a disminuir al mínimo el riesgo de contagio en el hospital, con el uso adecuado de los equipos de protección personal de acuerdo al grado de exposición, al distanciamiento social durante los descansos y a los cuidados en el entorno familiar.
Asumir que toda persona puede ser portadora asintomática del SARS CoV 2 debe conducir a tomar todas las precauciones incluidas en los protocolos, pero también debe ser una responsabilidad del personal de salud actualizarse sobre las nuevas recomendaciones que vayan surgiendo, considerando que se trata de un novel virus, con más enigmas que certezas.