INTRODUCCIÓN
Los teléfonos celulares y otros dispositivos móviles son nuestros compañeros en el día a día. Es muy común ver al personal de salud usar estos dispositivos en el trabajo, en el ambiente de hospital y en quirófano mismo. Incluso, los más jóvenes tienden a utilizarlo más que los mayores. Se ha reportado que el 78% del personal médico utiliza el teléfono celular privado en el trabajo. Sin embargo, es difícil establecer el límite entre el uso privado y el uso profesional de estos dispositivos1,2.
A pesar del uso tan amplio de estas tecnologías, existe muy poca investigación sobre la seguridad del uso de estos elementos en quirófano y su implicancia ética3.
El uso de los dispositivos móviles tiene ventajas, como poder comunicarse con otros miembros del equipo, buscar información médica, aplicaciones médicas en situaciones de enseñanza, para mencionar algunas. Además de esto, se utilizan también para propósitos personales durante las horas de trabajo, como ser redes sociales, navegar en internet o jugar. Sin embargo, los propios trabajadores de la salud consideran que el uso de teléfonos celulares durante horas de trabajo puede causar distracciones4-8.
También se describe la seguridad del paciente en relación con la contaminación del teléfono celular. Las investigaciones muestran que los teléfonos están altamente contaminados con distintos tipos de microorganismos, los más comunes son el estreptococo coagulasa negativa y el Staphylococcus aureus. El punto más importante en la seguridad del paciente que se puede realizar es la desinfección del teléfono celular. La desinfección de las manos se sugiere luego de un trabajo séptico, luego de contacto con el paciente, entonces se puede asumir que la desinfección del teléfono debe hacerse de la misma manera de forma que se pueda mantener la desinfección del quirófano y la transmisión de bacterias al mínimo posible8-12.
MATERIALES Y MÉTODOS
Estudio observacional, descriptivo, transversal con cuestionario. La población de estudio fue personal sanitario con acceso a sala de operaciones, cirujanos y otras especialidades quirúrgicas, anestesiólogos y residentes.
El cuestionario fue diseñado con base en el uso diario del teléfono celular, tomando como ejemplo guías internacionales sobre el uso del mismo en quirófano. La plantilla contaba con preguntas referentes a edad, sexo, ocupación, hábitos de desinfección del teléfono, lugar de almacenamiento del mismo y el uso durante la estadía en quirófano. El tipo de preguntas fue cerrado con selección múltiple. El enlace al cuestionario fue enviado por mensajería de texto. En total se obtuvieron 190 respuestas.
RESULTADOS
De los 190 encuestados, 125 fueron de sexo masculino y 65 femenino. Los hospitales que participaron fueron: Hospital de Clínicas, Instituto de Previsión Social, Hospital Nacional de Itauguá, Hospital Regional de Ciudad del Este, Hospital de Policial y Sanatorios Privados.
Sobre los encuestados 42 fueron residentes, 38 tenían menos de 5 años de especialista y 110 más de 5 años. Teniendo en cuenta la especialidad, 138 fueron de cirugía general, 10 de urología, 8 de cirugía oncológica, 8 de cirugía de trauma, 6 de oftalmología, 5 de otorrinolaringología, 5 de ortopedia y traumatología, 4 de ginecología y obstetricia, 4 de mastología, y 2 de cirugía de tórax.
Al consultar sobre sí introduce o no su teléfono celular a quirófano, solo un 2,6% refirió que no lo introduce, y de los que sí lo hacen, el 39% lo coloca en silencio mientras que el 61% lo deja con el tono activo. De ellos, 135 utilizan el teléfono durante la cirugía. El sito más frecuente donde quedan los teléfonos durante el acto quirúrgico fue una mesa no estéril en quirófano (134 encuestados), seguido del propio bolsillo (23) bolsillos, o lo entregan a otro personal (anestesiólogo, 16; licenciado circulante12.
El uso en quirófano es variado, pudiendo ser para atender llamadas de urgencia, escuchar música, fotografías médicas, entre otros. El 73,7% opina que el teléfono es un potencial distractor y su uso dentro de quirófano debe ser restringido, mientras que el 26,3% restante dice no considerarlo un distractor.
Se evaluó el momento en que el profesional deja de utilizar su teléfono, y se obtuvieron respuestas dispares entre los 185 encuestados que introducen el teléfono a quirófano. (Ver tabla 1) Es más probable que lo utilicen hasta muy próximo a realizase el lavado de manos.
Se consultó el método de higiene o desinfección utilizado sobre el teléfono: 159 no utilizan ningún método, 18 utilizan alcohol directamente y 8 utilizan bolsa. (ver Figura 1).
El 98% refiere saber la existencia de guías sobre regulaciones del uso de los teléfonos celulares dentro del quirófano, pero no conocerlas profundamente. El 2% refiere no conocer guías sobre el uso.
DISCUSIÓN
El objetivo fue conocer el hábito del personal quirúrgico con respecto al uso de los dispositivos móviles en el área quirúrgica en el Paraguay, sin comparar con guías o regulaciones existentes. Llama la atención la diferencia en la distribución por sexo, ya que actualmente la distribución entre hombres y mujeres sería paritaria, pero los encuestados de sexo masculino representan el 65%. Quizás podría explicarse porque la mayoría de los encuestados tiene más de 5 años de especialista, y en años anteriores predominaba el género masculino para las especialidades quirúrgicas.
Casi la totalidad introduce el celular a quirófano (97,4%) y el 71% lo utiliza, comparado con otros estudios con resultados similares11. La mayoría utiliza sus dispositivos hasta minutos antes de iniciar una cirugía. Sin embargo, el 73,7% refiere que el uso de estos dispositivos podría ser un distractor dentro del quirófano y que esto afectaría en la concentración del cirujano, con la consiguiente posible afectación de la seguridad del paciente.
La higiene también es importante para la seguridad del paciente ya que el dispositivo móvil puede ser una vía de transmisión de gérmenes. Esto puede ser evitado utilizando un buen método de desinfección al momento de ingresar el dispositivo a quirófano. Este hábito no está presente en la población estudiada, donde solo el 14% utiliza algún método de desinfección o protección.